Masa abdominal en paciente joven

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MEDICINA EN IMÁGENES Masa abdominal en paciente joven I. Tinoco Racero, E. García del Río y E. Pérez Gúzman Servicio de Medicina Interna. Hospital Un...

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MEDICINA EN IMÁGENES

Masa abdominal en paciente joven I. Tinoco Racero, E. García del Río y E. Pérez Gúzman Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Puerta del Mar. Cádiz.

Caso clínico

Mujer de 27 años remitida a consulta de Medicina Interna por aumento del perímetro abdominal. No tenía ningún antecedente epidemiológico, personal o familiar de interés. Refería haber notado en los últimos meses una deformidad en hipocondrio-flanco izquierdo. No presentaba dolor, ni alteraciones en el tránsito gastrointestinal, ni síndrome constitucional, ni clínica infecciosa asociada. En la exploración física únicamente destacaba la presencia de una masa de consistencia dura y uniforme a nivel de hipocondrio izquierdo, no dolorosa a la palpación y sin otros hallazgos sugestivos de patología. Se realizó hemograma, bioquímica, coagulación y radiología torácica que no resultaron concluyentes y se le practicó una tomografía axial computarizada (TAC) de abdomen (fig. 1).

Fig. 1. Lesión quística intraesplénica de contenido homogéneo, con bordes regulares que no infiltran tejidos vecinos, de unos 18 cm de diámetro en su parte mayor, compatible con quiste simple.

Rev Clin Esp 2002;202(1):41-2

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TINOCO RACERO I, ET AL. MASA ABDOMINAL EN PACIENTE JOVEN

Fig. 2. Pieza quirúrgica obtenida postesplenectomía, donde se observa una esplenomegalia de bordes lisos a expensas de la lesíon quística previamente descrita.

Interpretación A nivel esplénico se aprecia una imagen quística de bordes lisos, de unos 18 cm de diámetro y contenido homogéneo, que no comprime ni infiltra tejidos vecinos, compatible con un quiste simple esplénico. Debido al tamaño y localización de la lesión quística se procede mediante laparotomía a la esplenectomía (fig. 2) de la paciente, donde se aprecia una esplenomegalia a expensas de una tumoración de bordes regulares, con el diagnóstico anatomopatológico de quiste esplénico epidermoide gigante.

La mayoría suelen ser únicos y localizarse en el polo inferior, siendo clínicamente asintomáticos en más del 30%. Cuando presentan síntomas son inespecíficos. Estos síntomas se presentan en forma de aumento del perímetro abdominal, dolor local o referido y compresión de vísceras vecinas. Ocasionalmente se complican en forma de infección, rotura o hemorragia. Los quistes epidermoides son más frecuentes en mujeres jóvenes, y se presume que son originados por células mesoteliales incluidas en el parénquima esplénico durante la organogénesis, en forma de quistes de inclusión, desarrollando posteriormente metaplasia escamosa. En recientes publicaciones se encuentra una elevación de marcadores como CA 19-9, CEA y CA 125. Su diagnóstico es sencillo en relación a las técnicas de radiología disponibles actualmente. Para evitar el desarrollo de síntomas y complicaciones es necesario un tratamiento que casi siempre resultará quirúrgico y dependerá del tamaño y localización del quiste. Tomando como base las complicaciones que siguen a la esplenectomía, se han desarrollado múltiples técnicas para preservar el tejido esplénico: instilación de sustancias esclerosantes por vía percutánea, marsupializaciones, fenestración y resecciones parciales por vía laparoscópica e incluso recientemente la esplenectomía con autotrasplante. En ciertos casos, como el que presentamos, el excesivo tamaño y la cercanía al hilio esplénico hacen más aconsejable la realización de una esplenectomía total, a pesar del riesgo que conlleva la asplenia para el paciente.

Discusión Las lesiones quísticas del bazo son relativamente infrecuentes, aunque en los últimos años, debido a la accesibilidad de técnicas de imagen (ecografía, TAC, resonancia magnética nuclear [RMN]), su incidencia está en alza. Los quistes esplénicos se clasifican en primarios, con verdadero revestimiento celular, o secundarios. Los primarios son principalmente de dos tipos: parasitarios (sobre todo hidatídicos) y no parasitarios (congénitos, epidermoides, dermoides, linfangiomas, etc.). Los secundarios más frecuentes suelen ser debidos a la encapsulación de hematomas postraumáticos y a procesos degenerativos o inflamatorios.

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BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA Ehrlich P, Jamieson CG. Nonparasitic splenic cysts: a case report and review. Can J Surg 1990;33(4):306-8. Fussetti C, Maggiore D, Reilly I, Ferrazzini G, Produit S, Donati D, Biegger P. Primary cysts of the spleen: apropos 3 cases with a review of the literature. Ann Ital Chir 1998;69(6):783-7. Higaki K, Jimi A, Watanabe J, Kojiro M. Epidermoid cyst of the spleen with CA 19-9 or carcinoembryonic antigen productions: report of three cases. Am J Surg Pathol 1998;22(6):704-8. Sakamoto Y, Yunotani S, Edakuni G, Mori M, Iyama A, Miyazaki K. Laparoscopic splenectomy for a giant splenic epidermoid cyst: report a case. Surg Today 1999;29(12):1268-72. Sellers GJ, Starker PM. Laparoscopic treatment of a benign splenic cyst. Surg Endosc 1997;11(7):766-8. Suárez A, Cuberes R, Dalmau M. Patología quirúrgica del bazo. En: Balibrea Cantero JL, editor. Tratado de Cirugía. Madrid: Editorial Marban; 1994. Tomo 2. 2462-81.

Rev Clin Esp 2002;202(1):41-2