Episodios de aparente riesgo vital del lactante

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Episodios de aparente riesgo vital del lactante P. Foucaud El episodio de aparente riesgo vital del lactante se define como la presentación brusca e inesperada de un trastorno del tono y la coloración de los tegumentos. Suele aparecer durante el primer semestre de vida. Su presentación clínica es muy a menudo fuente de angustia para el o los padres presentes, que nos directamente al servicio de urgencias del hospital. Su relación con la muerte súbita del llevan a los ni˜ lactante actualmente es escasa: desde que las condiciones de sue˜ no se han vuelto seguras, las muertes inesperadas se han reducido espectacularmente, mientras que el número de episodios de aparente riesgo vital se ha mantenido más o menos constante. La alarma del entorno contrasta regularmente con la normalidad de la exploración física. El episodio de aparente riesgo vital constituye un síntoma que puede corresponder a causas muy diversas, benignas o de evolución favorable en la mayoría de los casos. Cualquier episodio de aparente riesgo vital debe considerarse minuciosamente, y la exploración física debe ocupar un lugar central en la actitud terapéutica. Los exámenes complementarios, por regla general realizados durante una corta hospitalización, tienen como primer objetivo no pasar por alto una etiología rara pero potencialmente grave. En parte están guiados por el contexto. Por raros que sean, debe prestarse una atención especial a la búsqueda de malos tratos. © 2017 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Episodio de aparente riesgo vital; Lactante; Urgencias

Plan ■

Introducción

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Definición

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Epidemiología y relación con el síndrome de la muerte súbita del lactante



Al ingreso en urgencias Constatar el episodio de aparente riesgo vital mediante la anamnesis Valorar la gravedad inmediata del episodio de aparente riesgo vital

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Necesidad de hospitalizar a todos los lactantes en el curso inmediato de un episodio de aparente riesgo vital

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Estudio etiológico Enfoque esencialmente clínico Lugar de los exámenes complementarios Episodio de aparente riesgo vital: de lo más frecuente a lo más raro

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Conclusión

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 Introducción El episodio de aparente riesgo vital del lactante es un motivo de visita recurrente al servicio de urgencias pediátricas. Su presentación clínica es muy a menudo fuente de angustia para el adulto o adultos presentes, los padres en la mayoría de los casos, aunque esta impresión de gravedad percibida por el entorno no necesariamente correlaciona con una gravedad objetiva. Constituye un EMC - Pediatría Volume 52 > n◦ 3 > septiembre 2017 http://dx.doi.org/10.1016/S1245-1789(17)85524-4

síntoma que puede corresponder a causas muy diversas, benignas o de evolución favorable en la mayoría de los casos. Excepcionalmente, el episodio de aparente riesgo vital puede poner en juego el pronóstico vital. Su tratamiento todavía es heterogéneo de un centro a otro, como indican los datos de las publicaciones [1] .

 Definición En 1986, el National Institute of Health definió de manera consensuada el episodio de aparente riesgo vital del lactante [2] . Se trata de un accidente inopinado, brusco, que asocia con una combinación variable trastornos del tono (hipo o hipertonía) y de la coloración de los tegumentos (palidez o cianosis). Esta definición no tiene en cuenta las apneas del prematuro o del recién nacido y los movimientos tonicoclónicos, aunque algunos episodios de aparente riesgo vital al final pueden resultar equivalentes convulsivos tras el estudio etiológico. También sale de este marco el episodio de aparente riesgo vital que aparece en un contexto patente, ya sea infeccioso, malformativo, tóxico o traumático. Pero este contexto a veces sólo se conoce a posteriori. Muchos de estos episodios de aparente riesgo vital suscitan una gran angustia entre los familiares presentes en el momento del accidente debido a la sensación de muerte inminente regunos, se ha larmente descrita. Por otra parte, desde hace uno 10 a˜ impuesto el término apparent life threatening event (ALTE) en las publicaciones anglosajonas. Sin embargo, se puede observar que, en raros casos, se describe un episodio de aparente riesgo vital de expresión menor unos días o semanas más tarde, con motivo de una consulta sistemática.

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 Epidemiología y relación con el síndrome de la muerte súbita del lactante El episodio de aparente riesgo vital afecta esencialmente a lactantes en el primer semestre de la vida (hacia los 3 meses en no e invierno promedio). Experimenta una recrudescencia en oto˜ que probablemente traduzca el peso de las infecciones víricas epidémicas y afecta un poco más frecuentemente al varón. En un estudio austríaco realizado en el Tirol entre 1993 y 2001, la incidencia del episodio de aparente riesgo vital era de 2,46 por 1.000 nacidos vivos (estudio realizado con 44.184 lactantes) [3] . nos 1975-1995, el episodio de aparente riesgo vital Durante los a˜ que solía calificarse de «grave» se consideraba como la posible antesala de la muerte súbita del lactante. Esta confusión se mantuvo debido al peso de una etiología común, que no se demostró claramente hasta principios de la década de 1990, la asfixia por no compresión facial. Desde que se promueven condiciones de sue˜ seguras en decúbito dorsal, la incidencia de la muerte súbita por ejemplo en Francia se ha dividido por cinco, pasando de 1.500 a no. Este fenó250-300 fallecimientos de lactantes menores de 1 a˜ meno se ha producido y observado en todos los países que han adoptado las mismas medidas de prevención. Aun así, el número de episodios de aparente riesgo vital se ha mantenido más o menos constante durante el mismo período, como demuestra un estudio austríaco [3] . No obstante, los lactantes todavía pueden presentarse actualmente con un cuadro de episodio de aparente riesgo vital a menudo grave debido a una asfixia por compresión facial causada no inadecuadas, tras la liberación de las vías por condiciones de sue˜ no por la intervención de un adulto (padres, ni˜ nera, aéreas del ni˜ etc.) antes del desenlace fatal. Otras causas, tan raras como potencialmente graves, pueden ser comunes al episodio de aparente riesgo vital y la muerte súbita: hematoma subdural (malos tratos), afecciones del tronco cerebral, torsades de pointes, isquemia miocárdica por malformación coronaria, anomalías de la ␤-oxidación de los ácidos grasos. na de una evolución Esta evolución epidemiológica se acompa˜ semántica. Salvo casos excepcionales, los términos de «aborted cotdeath», «near-miss» y «muerte súbita recuperada» son obsoletos y no hacen más que mantener la confusión y la inquietud. De ahí la importancia de una actitud terapéutica razonada para demostrar la causa del episodio de aparente riesgo vital.

 Al ingreso en urgencias Constatar el episodio de aparente riesgo vital mediante la anamnesis A veces ocurre que los síntomas menores se interpretan mal y que un «seudoepisodio de aparente riesgo vital» pone de manifiesto una ansiedad e incluso una depresión del posparto más o menos marcada. Las mioclonías del adormecimiento, los camno, una irregularidad del ritmo bios de coloración durante el sue˜ respiratorio que sugiere la existencia de apneas o una hipotono profundo pueden conducir a una consulta nía durante el sue˜ urgente. Estas situaciones salen del marco del episodio de aparente riesgo vital. Sin embargo, inducen a preguntar sobre la calidad de las interacciones precoces entre la madre y el bebé, y reclaman una atención muy especial con establecimiento de un apoyo adecuado.

Valorar la gravedad inmediata del episodio de aparente riesgo vital Una vez constatado el episodio de aparente riesgo vital, es conveniente valorar su gravedad. Una de las dificultades se debe a la ausencia de correlación entre la impresión de muerte inminente o las maniobras de «reanimación» aplicadas por el entorno y la gravedad real del episodio. En la mayoría de los casos, la estricta normalidad de la exploración física contrarresta el relato

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alarmista. Cuando, después de la anamnesis y la exploración, se plantea realmente la cuestión de la gravedad del episodio, sólo los signos de anoxia celular o las anomalías clínicas persistentes deben considerarse como objetivas. Casi siempre, después de una anamnesis precisa y de una exploración física orientada, el pediatra puede tranquilizar a los padres y se contenta con algunos exámenes complementarios dirigidos. La presencia en el examen de signos de falla vital a distancia del episodio indica de entrada un episodio de aparente riesgo vital grave. Esta situano y plantea la ción, excepcional, requiere un tratamiento del ni˜ necesidad del traslado a una unidad de vigilancia continua o de reanimación. Los criterios de gravedad considerados como objetivos son anomalías clínicas persistentes, como trastornos de la consciencia, trastornos hemodinámicos, convulsiones y anomalías biológicas que indican una hipoxia o un bajo gasto prolongado con fallo multiorgánico (acidosis, ácido láctico elevado, transaminasas y creatina-fosfocinasa [CPK] elevadas, isquemia miocárdica o insuficiencia renal).

 Necesidad de hospitalizar a todos los lactantes en el curso inmediato de un episodio de aparente riesgo vital Varios trabajos han intentado identificar los criterios que deben conducir a una hospitalización. No solamente no se desprende de ellos ninguna actitud consensuada, sino que es forzoso constatar que las conclusiones incluso pueden ser contradictorias [4–8] . Un metaanálisis realizado con los datos publicados entre 1970 y 2011 es poco informativo: el beneficio de la hospitalización es difícil de nos que se presentan por un episodio de apaestablecer en los ni˜ rente riesgo vital con una exploración física normal y sin causa clara [9] . El alcance del estudio está limitado por un análisis de las publicaciones que utiliza estudios anteriores y posteriores al estano blecimiento de medidas de prevención de la muerte súbita (sue˜ seguro). Los factores de riesgo de complicaciones identificados son los antecedentes de prematuridad, el episodio de aparente riesgo vital repetido y la sospecha de malos tratos. Otros trabajos asocian las infecciones respiratorias superiores [10] . La decisión puede depender de la normalidad de la exploración física y de las primeras exploraciones, de la etiología sospechada y de la ansiedad familiar [11, 12] . Como recomendó la Academia Neerlandesa de Pediatría en 2010 [11] , parece pertinente hospitalizar a la mayoría de lactantes, con monitorización cardiorrespiratoria durante 24-48 horas. Es posible un regreso derogatorio al domicilio desde urgencias si se cumplen todas las condiciones siguientes: episodio de aparente riesgo vital breve, etiología benigna identificada mediante una anamnesis orientada, exploración física normal, primer episodio de corta duración en un ni˜ no nacido a término sin antecedentes notables y ansiedad de los padres correctamente tratada con un seguimiento ambulatorio organizado.

 Estudio etiológico En el lactante, el episodio de aparente riesgo vital, debido a la variedad de expresiones clínicas, puede deberse a causas diversas que ponen en juego mecanismos muy diferentes. Se encuentra una causa aproximadamente en el 85% de los casos [13] . En ausencia de etiología claramente identificada, el estudio realizado permite tranquilizar a los padres sobre la ausencia de estado mórbido o de riesgo de complicaciones. En un metaanálisis publicado en 2004 [14] , el reflujo gastroesofágico se considera como primera etiología: en 643 lactantes menores de 12 meses, se llegó al diagnóstico 227 veces. Los equivalentes convulsivos ocupan la segunda posición (n = 83), y las infecciones respiratorias bajas, la tercera (n = 58). Varios estudios apoyan esta jerarquía. EMC - Pediatría

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Enfoque esencialmente clínico La primera etapa, esencial, consiste en reunir los datos clínicos a partir de una anamnesis minuciosa y de una exploración física no [15, 16] . completa del ni˜ La anamnesis tiene lugar en dos tiempos. En primer lugar, el entorno presente, a menudo fuertemente impresionado, describe el episodio de aparente riesgo vital, su desarrollo, su duración y las maniobras realizadas. Se precisan la cronología, la situación no justo antes del episodio de aparente riesgo vital, su comdel ni˜ portamiento y los posibles factores desencadenantes. Se pregunta sobre los elementos de contexto, remontándose hasta 2 o 3 días no desde el antes del suceso y revisando los antecedentes del ni˜ nacimiento y los de la familia (sin omitir posibles muertes súbitas o episodios de aparente riesgo vital en los padres o los hermanos: episodio de aparente riesgo vital de esfuerzo, síndrome vagal, espasmos de llanto, tetania, espasmofilia u otros). La experiencia demuestra que una segunda anamnesis diferida varias horas, con calma, con una mayor distancia con respecto al episodio, puede aportar informaciones complementarias valiosas. no se examina y después se evalúa en reposo, despierto y El ni˜ no, durante las comidas y cuando llora. En reposo, durante el sue˜ no, anotar su coloración, la respiración, hay que observar al ni˜ los posibles ruidos, la gesticulación espontánea, el contacto, la presencia de una dismorfia o de una malformación facial (en particular microrretrognatia). Durante el llanto, del que se valora la tonalidad, se busca una asimetría de la cara, ruidos, un cambio de coloración o de tono. Se analiza la reanudación de la respiración. Durante la comida, la observación intenta identificar los trastornos de la succión-deglución, falsas rutas, accesos de tos, de llanto, un cambio de coloración, un ruido inspiratorio, un agotamiento y sudores. La exploración física precisa la frecuencia cardíaca y respiratoria, toma la temperatura y valora la saturación de oxígeno, el no, su trofismo, la higiene tono axial y periférico, el contacto del ni˜ y los posibles signos de traumatismos (hematomas, equimosis). Además del examen aparato por aparato, el médico verifica la permeabilidad de las coanas, busca un paladar ojival o una hendidura no detectada y ausculta los ruidos cardíacos con atención.

Lugar de los exámenes complementarios La revisión de las publicaciones no permite extraer un programa estandarizado de exploraciones consensuadas. Éstas están guiadas en parte por la clínica. Los únicos exámenes sistemáticos, realizados en unas horas, sólo raramente contribuyen al diagnóstico; su principal objetivo es no pasar por alto una etiología rara pero potencialmente grave y su riesgo de complicaciones o recidivas [17] . El análisis de sangre comprende un hemograma completo, un ionograma con glucemia y calcemia, una determinación de la proteína C reactiva o de la procalcitonina. En caso de duda sobre la gravedad real del episodio, se completa el examen con unos gases sanguíneos, una lactacidemia, una determinación de CPK y transaminasas. Una radiografía de tórax de frente permite medir el índice cardiotorácico, buscar una neumopatía por aspiración o una compresión de la tráquea. Finalmente, un electrocardiograma (ECG) puede identificar un trastorno del ritmo (en particular, mide sistemáticamente el intervalo QT corregido) o signos de isquemia. Se puede observar que estos exámenes tienen un coste modesto y no son invasivos. Los demás exámenes sólo se plantean en función del contexto: estudio neurológico (electroencefalograma [EEG], prueba de imagen neurológica), virología nasal, estudio metabólico (micción congelada, eluido de sangre secada en papel secante), Holter cardíaco de 24 horas, etcétera [18] . Las exploraciones cardíacas, digestivas y neurológicas sistemáticas, recomendadas hasta principios de la década de 2000 [19] , ya no se realizan [20] .

Episodio de aparente riesgo vital: de lo más frecuente a lo más raro Cinco situaciones reúnen por sí solas el 80% de las causas observadas. EMC - Pediatría

• El reflujo gastroesofágico (RGE) ocupa el primer lugar. El diagnóstico puede sospecharse mediante la anamnesis, ya que el episodio de aparente riesgo vital aparece en un lactante despierto, poco después de mamar, habitualmente con motivo de un cambio de posición. Asocia una palidez brusca e incluso cianosis, a veces con una apnea debidamente observada. El cambio de coloración se asocia a una breve hipertonía seguida de una hipotonía global, y el episodio no supera los 30-60 segundos [21] . El diagnóstico es esencialmente clínico, sobre todo cuando se asocia a una sintomatología digestiva alta. La realización de una pH-metría e incluso una fibroendoscopia en busca de una esofagitis raramente es necesaria. Casi siempre, se trata de un RGE aislado, pero puede ser sindrómico, asociado a una laringomalacia o una disfunción del tronco cerebral. El episodio de aparente riesgo vital que complica un RGE comporta cierto riesgo de recidiva, hasta en el 10% de los casos aproximadamente en algunos estudios [22] . Este riesgo se reduce sensiblemente si se inicia un tratamiento adecuado [23] . La evolución a largo plazo es simple [24] . • Las apneas obstructivas también son frecuentes. Se presentan en forma de un acceso de ahogo que asocia obstrucción alta con movimientos torácicos ineficaces, cianosis, acceso de tos, hipertonía y, a veces, hipotonía secundaria. Estas apneas complican un vómito agudo con inundación de la zona nasal en el no, o bien una rinitis obstructiva o una falsa lactante muy peque˜ ruta aislada. Esta última puede tener relación con la administración de un medicamento con la pipeta o incluso con la jeringa, con una mención especial para ciertos preparados aceitosos de vitamina D, que requieren precauciones de empleo. narse de • Un dolor agudo, sea cual sea la causa, puede acompa˜ un acceso de palidez, una hipotonía y llantos. Ocurre en caso de invaginación intestinal aguda [25] , hemorragia intra y pericerebral o traumatismo, sea cual sea el origen. Excepcionalmente, un síndrome doloroso puede poner de manifiesto una isquemia miocárdica por anomalía de la implantación coronaria, cuadro que se completa rápidamente con signos de insuficiencia cardíaca. Varios trabajos basados en el Holter cardíaco asociado a un estudio del reflejo oculocardíaco han demostrado que existía una sobrerrepresentación de la hiperreflectividad vagal entre los lactantes que habían presentado un episodio de aparente riesgo vital asociado a un RGE o un dolor agudo [26] . La documentación del síndrome vagal del lactante en la actualidad raramente es necesaria, puesto que no tiene ningún tratamiento, ya que los atropínicos de síntesis adaptados a esta edad se han retirado del mercado por falta de pruebas suficientemente sólidas sobre su eficacia. El Holter está indicado en caso de trastornos del ritmo cardíaco confirmados o sospechados (ECG). Se plantea la realización de una exploración del sistema nervioso autónomo (Holter carno) ante un episodio de aparente riesgo vital díaco, registro del sue˜ grave sin etiología demostrada, en caso de episodio de aparente riesgo vital recidivante o de enfermedad del tronco cerebral. • El episodio de aparente riesgo vital de origen neurológico se no so˜ noliento, con mala calidad del consospecha ante un ni˜ tacto visual e incluso con un abombamiento de la fontanela o una hipotonía axial. A la inversa, la exploración física puede ser normal, pero la anamnesis puede orientar hacia un equivalente convulsivo: pérdida de conocimiento repentina o pérdida de contacto visual, a veces precedido de un grito; revulsión ocular; acceso de hipertonía y de cianosis; somnolencia poscrítica. En estos casos, se realiza una prueba de imagen neurológica y un electroencefalograma. De esta manera, puede ponerse de manifiesto una hemorragia intra o pericerebral, de origen traumático (debe buscarse sistemáticamente un trastorno de la hemostasia). Estas hemorragias se deben con más frecuencia a malos tratos físicos que a accidentes. Y casi siempre se deben a un bebé sacudido más que a un traumatismo por impacto directo. Se impone un denuncia judicial [27] . Cuando se trata de un equivalente convulsivo, éste puede ser ocasional (hipoglucemia, hipocalcemia, infección del sistema nervioso central) o revelar una epilepsia incipiente del lactante. En esta última hipótesis, el EEG deberá repetirse. • Las apneas centrales o mixtas y los accesos de bradicardia pueden preceder en unas horas a los signos respiratorios y la

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fiebre de una infección vírica, a menudo en un contexto epidémico [10] . Ocurre con el virus respiratorio sincitial, los virus de la gripe, el rinovirus y ciertos adenovirus. A veces, habrá que discutir, en función del cuadro y de la situación vacunal, una infección bacteriana por Bordetella pertussis (tos ferina). Entre las causas raras, hay que buscar: • la asfixia por compresión facial. El decúbito prono, con la cara no, contra una almohada o un contorno de cuna durante el sue˜ todavía se observa. La asfixia se identifica en la anamnesis. Se han podido observar formas similares en caso de instalación inadecuada en un portabebés, una sillita de transporte o un pa˜ nuelo de transporte excesivamente envolvente; • una intoxicación, en particular por óxido de carbono, o una manifestación anafiláctica de origen alimentario (alergia a las proteínas de la leche de vaca) o medicamentosa (sin olvidar las vacunas). Ante la menor duda, el accidente deberá notificarse al centro de farmacovigilancia [28] ; • el episodio de aparente riesgo vital de origen cardíaco. Se observa en menos del 1% de los casos [29] . Se traduce por un síncope, incluso a esta edad. Puede tratarse de un acceso de taquicardia supraventricular, de un episodio de aparente riesgo vital de esfuerzo debido a una miocardiopatía obstructiva, de un obstáculo en la vía aórtica o pulmonar o de un síndrome del QT largo. Habrá que pensar caso por caso en realizar un ECG, un Holter y una ecografía cardíaca; • las anomalías de las vías aerodigestivas superiores. Se identifican por un ruido respiratorio, inspiratorio o en los dos tiempos, casi siempre inconstante cuando la anomalía anatómica todavía no se ha identificado. Puede tratarse de una traqueomalacia por compresión debida a anomalías de los arcos vasculares o de una laringomalacia [30] ; • el episodio de aparente riesgo vital del lactante debido a una hipoglucemia o una hipocalcemia. Actualmente es excepcional. Las enfermedades hereditarias del metabolismo son una causa rara de episodio de aparente riesgo vital, pero su desenlace puede ser fatal. Algunas de estas enfermedades son curables. Se trata esencialmente de las anomalías de la ␤-oxidación mitocondrial de los ácidos grasos (déficit de acil-CoA deshidrogenasa de cadena media o MCAD). Generan un riesgo de hipoglucemia hipocetósica asociada a una acumulación de acilcarnitinas, que tienen propiedades arritmógenas. Los trastornos del ritmo cardíaco inducidos pueden conducir al episodio de aparente riesgo vital e incluso a la muerte súbita. Estas enfermedades se expresan en condiciones especiales que aumentan el catabolismo (ayuno prolongado, infección intercurrente). La existencia de antecedentes personales o familiares de episodio de aparente riesgo vital (sudoración nocturna, malestar matutino, episodios de letargia, de hipotonía o de palidez) o de muerte súbita constituye un argumento suplementario para buscar activamente estas enfermedades mediante la determinación de acilcarnitinas plasmáticas realizada lo más cerca posible del episodio. En estas situaciones, unas gotas de sangre en un papel secante de tipo Guthrie permiten equilibrar la muestra inmediata con las determinaciones retrospectivas. Finalmente, el episodio de aparente riesgo vital puede ser alegado e incluso provocado. Se trata entonces de un síndrome de Münchhausen por poderes, a menudo por asfixia, forma especialmente compleja de maltrato que debe conducir a una denuncia judicial. Globalmente, la incidencia de episodio de aparente riesgo vital debido a malos tratos (Münchhausen, bebé sacudido, etc.) se estima según los autores entre el 1,5-11% [31–33] .

la causa del episodio de aparente riesgo vital, el estrés postraumático de los padres puede anticiparse y apoyarse con una buena coordinación entre el tratamiento hospitalario y el seguimiento ambulatorio posterior.

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 Conclusión Cualquier episodio de aparente riesgo vital debe considerarse minuciosamente, y la anamnesis ocupa un lugar esencial en un tratamiento que pertenece al ámbito de la medicina de urgencias y de la pediatría general, puesto que las causas son diversas. Los exámenes complementarios son más útiles para descartar las etiologías raras que pueden comprometer el pronóstico vital que para documentar una causa clínicamente considerada. Debe prestarse una atención especial a la búsqueda de malos tratos. Sea cual sea

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P. Foucaud ([email protected]). Service de pédiatrie néonatologie, centre hospitalier de Versailles, hôpital André-Mignot, 177, rue de Versailles, 78157 Le Chesnay cedex, France. Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Foucaud P. Episodios de aparente riesgo vital del lactante. EMC - Pediatría 2017;52(3):1-5 [Artículo E – 4-002-T-05].

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