Feminización y ejercicio de la medicina

Feminización y ejercicio de la medicina

ARTICLE IN PRESS Med Clin (Barc). 2009;133(5):184–186 www.elsevier.es/medicinaclinica Editorial Feminizacio´n y ejercicio de la medicina The femini...

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ARTICLE IN PRESS Med Clin (Barc). 2009;133(5):184–186

www.elsevier.es/medicinaclinica

Editorial

Feminizacio´n y ejercicio de la medicina The feminization and the profession of Medicine Pilar Arrizabalaga a, y Miguel Bruguera b a b

˜a. Junta de Govern, Collegi Oficial de Metges de Barcelona, Barcelona, Espan ˜a Nefrologı´a, Hospital Clı´nic, Barcelona, Espan ˜a. Junta de Govern, Collegi Oficial de Metges de Barcelona, Barcelona, Espan ˜a Hepatologı´a, Departamento de Medicina, Hospital Clı´nic, Universidad de Barcelona, Barcelona, Espan

´ N D E L A R T ´I C U L O INFORMACIO

On-line el 8 de mayo de 2009

Las mujeres se han incorporado masivamente a los estudios de ˜ ola, la medicina es medicina en el mundo. En la universidad espan la titulacio´n que recibe mayor demanda, con una media de casi 3 aspirantes por cada plaza disponible. Pese a que el numerus clausus en la de´cada de 1980 llevo´ a un descenso del 20% del alumnado, la profesio´n se ha mantenido por el creciente incremento de la presencia femenina que llego´ al 70% entre los ˜ os del nuevo siglo y alumnos de nuevo ingreso en los primeros an en la actualidad supera al 85% del conjunto de los estudiantes. Los informes sociodemogra´ficos recogen que las me´dicas se dedican mayoritariamente a la medicina asistencial. Son ma´s del 70% de los profesionales en la asistencia primaria y ma´s del 40% en el a´mbito hospitalario catala´n1. La feminizacio´n de la profesio´n me´dica es un feno´meno creciente, por lo que sera´ previsiblemente mayor en los pro´ximos ˜ os. Por consiguiente, es conveniente reflexionar sobre las an consecuencias de esta feminizacio´n, tanto en su influencia sobre el elemento fundamental de la profesio´n me´dica -como es la relacio´n me´dico paciente- como en la organizacio´n del sistema sanitario, que deberı´a adaptarse a este cambio del perfil demogra´fico de la profesio´n. En el marco actual de la pra´ctica me´dica asalariada en grandes instituciones y en un proceso asistencial complejo, la calidad de la relacio´n me´dico-paciente sigue estando determinada por las capacidades de comunicacio´n y de los cuidados centrados en el paciente2–4. La comprensio´n del estado emocional del paciente, el deseo de aliviar o de reducir sus sufrimientos y la capacidad cognitiva de sentir lo que el paciente puede percibir es imprescindible a fin de que el me´dico pueda responder a sus necesidades y a sus valores. El Departamento de Salud Pu´blica de la Facultad de Medicina Johns Hopkins de Baltimore ha mostrado que en estas capacidades, aun siendo compartidas por ambos sexos, las me´dicas no esta´n en desventaja respecto a sus colegas

 Autor para correspondencia.

´nico: [email protected] (P. Arrizabalaga). Correo electro

masculinos, sino que, por su condicio´n y su rol sociocultural tienden con natural facilidad a la compasio´n y a la empatı´a5. Un metaana´lisis de 26 estudios indica que las me´dicas utilizan, en general, un estilo de comunicacio´n ma´s llano, ca´lido y afable a fin de presentar las posibilidades terape´uticas de un modo ma´s abierto y participativo6. Sus consultas duran ma´s tiempo y parecen ser ma´s agradables. Crean un ambiente ma´s positivo por medio del lenguaje verbal —a´nimos, consuelos y asentimientos— y por medio de su actitud —tono de voz amigable y sonrisas— en comparacio´n con sus colegas masculinos. Las me´dicas esta´n ma´s atentas a considerar los aspectos emocionales y a valorar los aspectos socioculturales, que van ma´s alla´ de la enfermedad clı´nica observable. Todos estos elementos configuran un patro´n de entrevista centrada en el paciente, que lleva a que e´ste hable ma´s y a que proporcione ma´s informacio´n a su me´dico para la toma de decisiones. La superioridad de las capacidades comunicativas de las me´dicas para ofrecer recomendaciones y consejos preventivos en relacio´n con los me´dicos se aprecia, en particular, en el a´mbito de la medicina general7,8, lo que resulta muy positivo, ya que la atencio´n primaria es un sector de ocupacio´n me´dica mayoritariamente femenino. Tambie´n hay superioridad de las me´dicas sobre los me´dicos en cuanto a la seguridad de la pra´ctica me´dica. Casi 2 tercios de las reclamaciones me´dicas por negligencias derivan de problemas de comunicacio´n9, pero la proporcio´n de las reclamaciones dirigidas a me´dicos y a me´dicas es diferente. Las me´dicas reciben la cuarta parte de las reclamaciones que reciben sus colegas masculinos, mientras que la proporcio´n de profesionales bajo cobertura de la po´liza de responsabilidad civil es similar entre ambos sexos: el 69% de las 13.310 colegiadas y el 70% de los 15.442 colegiados, segu´n los datos ma´s recientes del Servicio de Responsabilidad Profesional del A´rea de Praxis del Colegio Oficial de Me´dicos de Barcelona. La diferencia en el riesgo de reclamaciones no debe ser ajena al hecho de que las capacidades comunicativas sean mayores en el conjunto de las me´dicas que en el conjunto de los me´dicos, lo que influye en reducir la conducta reclamante.

˜ a, S.L. Todos los derechos reservados. 0025-7753/$ - see front matter & 2008 Elsevier Espan doi:10.1016/j.medcli.2009.01.027

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Siguiendo a los expertos de que la comunicacio´n entre individuos del mismo sexo resulta ma´s fluida que entre individuos de distinto sexo5, la feminizacio´n de la profesio´n me´dica favorecerı´a la atencio´n de la poblacio´n femenina. Ası´, en la pra´ctica de la ginecologı´a y de la obstetricia, las pacientes prefieren mujeres para el cuidado de la salud ginecolo´gica y reproductiva, pero la comunicacio´n de las pacientes en las visitas prenatales resulta ma´s satisfactoria con los obstetras que con las obstetras, quiza´s por el esfuerzo consciente y exquisito de los primeros en el ejercicio de la especialidad5. Esto apunta a que las capacidades de comunicacio´n parecen modulables por la propia especialidad y son destrezas personales entrenables ma´s alla´ de la condicio´n psicobiosocial —el ge´nero— del profesional me´dico. La entrevista centrada en el paciente requiere tiempo y es crucial para el e´xito terape´utico. Las me´dicas emplean hasta un 10% ma´s de tiempo que los me´dicos en las visitas6, lo que podrı´a ser el reflejo de sus mayores capacidades de comunicacio´n que permiten al paciente referir ma´s aspectos y detalles u´tiles para alcanzar una mejor orientacio´n diagno´stica. Un mayor tiempo de visita sirve para explicar al paciente con la claridad suficiente a fin de garantizar ma´s que cumplira´ las indicaciones terape´uticas y las medidas de cara´cter preventivo que se le recomienden. Es llamativo el resultado de un reciente y amplio estudio brita´nico en el que los pacientes con diabetes mellitus de tipo 2, atendidos por facultativas, una vez ajustados por sexo, edad, duracio´n de la enfermedad desde el diagno´stico y comorbilidad, consiguieron mejores controles de su presio´n arterial, hemoglobina glucosilada, lipoproteı´na de baja densidad y colesterol que los pacientes atendidos por me´dicos varones10. En el mismo sentido, cabe interpretar la mejor adherencia al tratamiento de los pacientes visitados por equipos femeninos en enfermedades que consumen recursos terape´uticos complejos y costosos, como la enfermedad por el virus de la inmunodeficiencia humana11 o en la atencio´n oncolo´gica12. Adema´s, un tiempo de dedicacio´n insuficiente al paciente es una fuente bien documentada de errores me´dicos13. El mayor tiempo de atencio´n que las me´dicas prestan a sus pacientes, sumada a su mayor empatı´a, puede ser decisivo para explicar la menor tasa de reclamaciones judiciales por negligencias que experimentan las facultativas9. Al parecer, las me´dicas indican ma´s pruebas a los pacientes y efectu´an menor nu´mero de visitas ambulatorias y de altas hospitalarias que los me´dicos, lo que ha sugerido que la feminizacio´n de la profesio´n podrı´a causar una menor eficiencia del sistema sanitario14. Serı´a una simplificacio´n inapropiada considerar que la eficiencia se mide u´nicamente por la cantidad de actos me´dicos efectuados y por el consumo de recursos, sin tener en cuenta otros elementos del trabajo me´dico y otros indicadores de calidad. Hay unanimidad en considerar que la toma de decisiones en sanidad debe basarse en la calidad, y en esta opcio´n las me´dicas no son inferiores a los me´dicos. Los cuidados centrados en el paciente requieren equipos de salud multidisciplinarios, ası´ como tambie´n liderazgo para su constitucio´n y su direccio´n. La capacidad de las mujeres para alentar el trabajo y potenciar las capacidades del equipo se recoge en un metaana´lisis que muestra que las mujeres tienden a interesarse ma´s que los varones por las dificultades personales de los otros miembros ma´s alla´ del terreno estricto laboral15, lo que serı´a u´til para evitar interferencias en el trabajo. El trabajo de los lı´deres femeninos parece orientarse a la consecucio´n de resultados del grupo ma´s que al prestigio personal propio. En contraste, la realidad es que las mujeres esta´n infrarrepresentadas en puestos de liderazgo en las organizaciones me´dicas y profesionales del mundo occidental16–18. En la reciente encuesta de Salut, estils de vida i condicions de treball dels metges i metgesses de Catalunya19, hecha entre 800 profesionales del a´mbito asistencial, el 18,7% de las mujeres encuestadas desempe-

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˜ aba un cargo jera´rquico frente al 33,8% de los varones n encuestados. Ma´s au´n, en la atencio´n primaria, sector en el que las me´dicas representaron un 8% ma´s que los me´dicos encuestados, la proporcio´n de varones resulto´ superior que la proporcio´n de mujeres con cargo jera´rquico, sin que la diferencia a favor de los primeros guardase relacio´n con la edad, la antigu¨edad ni el tipo de centro de trabajo. El liderazgo femenino en medicina es muy inferior al de otras profesiones de servicios y al de la poblacio´n femenina ocupada de su misma clase social. A consecuencia de la feminizacio´n de la profesio´n, el acceso de las me´dicas a los puestos de liderazgo es una oportunidad de mejora en los equipos de cuidados centrados en el paciente con enfermedad cro´nica, enfermedad que afecta a ma´s de un ˜ os y representa el 80% de las tercio de la poblacio´n mayor de 65 an consultas en la atencio´n primaria y hasta al 60% en la atencio´n hospitalaria20. La incorporacio´n masiva de la mujer a la medicina no responde so´lo a la relacio´n histo´rica de empatı´a de la condicio´n femenina con el sector econo´mico de los servicios, sino que tambie´n se debe a factores sociales objetivos. La feminizacio´n y la asalarizacio´n de la medicina se han desarrollado simulta´neamente. La asalarizacio´n permite horarios fijos y limitados compatibles con las responsabilidades familiares que au´n recaen, a dı´a de hoy, ma´s en las mujeres que en los varones. Las me´dicas tienden a trabajar bajo el denominado modo )M* con un valle de contratacio´n parcial, coincidiendo con la maternidad y la crianza de los hijos y 2 picos de contratacio´n a tiempo completo17. El segundo pico de jornada laboral completa tiende a ser pra´cticamente igual o incluso a prolongarse ma´s que la vida laboral activa de sus colegas masculinos9. Uno de los efectos negativos que se ha atribuido a la feminizacio´n de la medicina es la reticencia de las me´dicas a prolongar la jornada laboral21 y la consecuente reduccio´n del tiempo de trabajo me´dico equivalente. No obstante, esta tendencia es, en la actualidad, extensible a todos los profesionales jo´venes, independientemente de su sexo, asumiendo que la prolongacio´n de la actividad profesional limita la calidad de vida. Adema´s, desde la entrada en vigor de la Ley orga´nica 3/2007 del 22 de ˜ ol para la igualdad marzo, el nuevo marco normativo espan efectiva de mujeres y de hombres, ambos progenitores profesionales comparten cada vez ma´s las responsabilidades derivadas de la maternidad y de la paternidad. En resumen, la feminizacio´n de la profesio´n me´dica infiere potenciales implicaciones positivas en el ejercicio de la medicina asistencial. Implicara´ tambie´n, una reordenacio´n continua del sistema sanitario desde los recursos humanos, que previsiblemente, debera´ poner e´nfasis en la conciliacio´n de la vida familiar y laboral a fin de conjugar las expectativas personales, la demanda familiar y lo que la empresa sanitaria espera del me´dico, ası´ como la implementacio´n de medidas orientadas a la flexibilizacio´n y no a la disminucio´n del trabajo. Bibliografı´a 1. Rodrı´guez JA, Bosch JLC. Els metges de Barcelona a l’inici del nou mil.leni. Col.legi Oficial de Metges de Barcelona: Universitat de Barcelona; 2004. 2. Pardell H, Gual A, Oriol-Bosch A. ¿Que´ significa ser me´dico, hoy? Med Clin. 2007;129:17–22. 3. Tere´s J, Capdevila JA, Nonell F, Cardellach F, Bundo´ M, Torres M. Formacio´n troncal de las especialidades me´dicas: un reto del presente para una mejora del sistema sanitario. Med Clin. 2006;127:139–44. 4. Cardellach F, Vilardell M. Hacia el perfil de me´dico que necesita la comunidad. Med Clin. 2006;127:136–8. 5. Hall JA, Roter DL. Do patients talk differently to male and female physicians? A meta-analytic review. Patient Educ Couns. 2002;48:217–24. 6. Roter DL, Hall JA, Aoki Y. Physician gender effects in medical communication. A meta-analytic review. JAMA. 2002;288:756–64. 7. Franks P, Bertakis KD. Physician gender, patient gender, and primary care. J Womens Health. 2003;12:73–80.

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