Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

Artículo especial Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web M. TERESA ROMÁ FERRI Profesora Titular. Departame...

73KB Sizes 1 Downloads 175 Views

Artículo especial

Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web M. TERESA ROMÁ FERRI Profesora Titular. Departamento de Enfermería. Universidad de Alicante. Alicante. España.

Resumen La finalidad de este artículo es poner de manifiesto que los profesionales de enfermería generan y disponen de múltiples y diversos documentos en sus ámbitos laborales. En muchos casos, estos documentos no responden a criterios convencionales, pero suelen revelar aspectos contextuales, estrategias de actuación, acciones y resultados, así como niveles de responsabilidad, tanto los asumidos plenamente como los establecidos de forma colaborativa o cooperativa con otros profesionales del sistema de salud o de otros ámbitos sociales. Estos documentos no se suelen difundir y se desconoce la información que contienen que, en la mayoría de los casos, puede tener un gran valor informativo y de impacto, tanto para la práctica cotidiana como para desencadenar procesos de investigación o de control de calidad desde la gestión. Su desconocimiento nos lleva irremediablemente a repetir los errores de otros y a invertir excesivo tiempo para lograr los mismos resultados o la adopción de estrategias satisfactorias ya aplicadas. La Web puede ser una herramienta para la difusión de estos documentos en formato digital. No obstante, los profesionales que editan páginas web con este tipo de contenidos deben incluir indicadores básicos de calidad. Para ello, se realiza la aportación de unas recomendaciones elementales que, de ser incluidas, mejorarán la calidad de la información de enfermería difundida en la Web.

Guidelines to improve the quality of nursing information on the Web This article aims to demonstrate that nursing professionals generate and have at their disposal multiple and diverse documents in their work settings. Many of these documents do not meet traditional criteria but usually describe contextual aspects, intervention strategies, actions, and results, as well as levels of responsibility, both fully accepted and those collaboratively or cooperatively established with other healthcare professionals or professionals from other social settings. These documents are not usually disseminated and the information they contain is largely unknown. In most cases this information could be of great informative value and could influence daily practice or lead to research or the instigation of quality control interventions by management. Because such information is unknown, errors are inevitably repeated and excessive amounts of time are devoted to achieving the same results or to adopting satisfactory strategies that have already been applied. The Web could be an instrument for the dissemination of these documents in digital form. Nevertheless, those who edit such web pages should include basic quality indicators. To do this, we provide certain basic guidelines that, if included, improve the quality of the nursing information available on the Web. Key words: Professional documents. Web. Quality criteria.

Introducción Palabras clave: Documentos profesionales. Web. Criterios de calidad. Correspondencia: M.T. Romá Ferri. Departamento de Enfermería. Universidad de Alicante. 03690 San Vicente del Raspeig. Alicante. España. Correo electrónico: [email protected] Aceptado para su publicación el 6-11-2002.

55

Cuando hacemos mención a un “documento” nos referimos a cualquier fuente de información, en forma material, susceptible de ser utilizada para una consulta, estudio o prueba1. Esta caracterización se refiere al soporte y al uso final que se le dará pero, además, podemos añadir, de acuerdo con Martínez Comeche2, que el documento “podría concebirse como todo ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

237

Romá Ferri MT. Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

mensaje –icónico o simbólico–, incorporado a un soporte permanente y empleado con una finalidad informativa”. Desde este punto de vista general que caracteriza al documento respecto al soporte, contenido y uso final, podemos afirmar que los profesionales de enfermería generan y disponen de múltiples y diversos documentos de ámbito laboral y desarrollo profesional. En estos documentos se evidencian aspectos contextuales, estrategias de actuación, acciones y resultados, así como niveles de responsabilidad, tanto los asumidos plenamente como los establecidos de forma colaborativa o cooperativa con otros profesionales del sistema de salud o de otros ámbitos sociales. Su contenido tiene un valor informativo en el contexto local en el que se han creado y, también, en el contexto general de la enfermería. No obstante, es necesario mencionar que, desde la visión científica, encargada de generar conocimiento fiable, válido y generalizable, tan sólo se otorga valor y reconocimiento al documento que transmite un mensaje que tiene rigor científico, al que se denomina “documento científico”. Y, efectivamente, éstos son documentos formales con un elevado nivel de profundidad y precisión en el mensaje emitido, ya que ofrecen resultados obtenidos por la aplicación de métodos aceptados por la comunidad científica, y aportan nueva y relevante información con la discusión y contextualización de los resultados en el propio cuerpo de conocimiento establecido3. Pero hay otros documentos que, en la mayoría de los casos, pueden tener un gran valor informativo y de impacto, tanto para la práctica cotidiana como para desencadenar procesos de investigación y/o de control de calidad aplicando la metodología benchmarking o para convertirse en material de apoyo para la formación. Todos ellos pueden publicarse y difundirse. De hecho, un tipo de documento que tiene cada vez mayor interés en ser localizado y clasificado por las unidades o servicios de información (bibliotecas o instituciones públicas o privadas) es el denominado, por la disciplina de documentación, como “literatura gris” o “literatura no convencional”. Esta clasificación es relativamente reciente. Su definición formal se estableció en 1978 y se refiere a un tipo de soporte material que contiene muy diversos tipos de mensajes informativos, pero que mantiene unos rasgos esenciales que lo definen en relación con otros tipos de documentos, como son las obras de referencia, las publicaciones seriadas o las fuentes secundarias de información. Los documentos que forman parte de la literatura gris se caracterizan por4,5: – Los escasos ejemplares, al ser reducida su publicación (este hecho se explica por el número limitado de lectores). – La difusión se realiza fuera de las vías de distribución de las publicaciones comerciales (libros o revistas). 238

ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

– La falta de una identificación completa, que dificultad la localización del documento. Como consecuencia de ello, también es difícil su adquisición, lo que conlleva su casi nulo conocimiento en el propio ámbito profesional. – Ser realizados por organismos, instituciones o empresas, más que por sujetos particulares (aunque también son productores, como en el caso de las tesinas y tesis doctorales). Los documentos que podrían estar dentro de esta tipología, que son realizados en los ámbitos laborales y que transmiten aspectos de la práctica profesional de enfermería, son: – Los programas de actuación. – Protocolos, guías o manuales de procedimientos técnicos. – Hojas y folletos informativos para los usuarios o profesionales de nueva incorporación en la institución. – Directorio o índice de los diagnósticos de enfermería más prevalentes en los servicios, zona o áreas de salud. – Los modelos de hojas para la valoración, planificación, seguimiento e informes de alta. – Memorias e informes de evaluación y/o diseños de estrategia de los servicios, zona o áreas desarrollados o en fase de diseño. – Establecimiento, definición y valoración de los criterios de calidad del servicio, zona o área. – Memorias sobre el diagnóstico de salud de la zona. – Estudios de casos clínicos. – Criterios para la asignación de la atención por parte del profesional más cualificado del equipo asistencial. – Recopilación de artículos, análisis, evaluación y síntesis de los contenidos. – Traducciones de documentación considerada esencial para la determinación de estrategias o actuaciones. – Proyectos de investigación concedidos e informes preliminares. Quizá no enumeremos todas las posibilidades, pero son ejemplos de documentos existentes, tanto en el ámbito hospitalario como en los centros de salud, y están editados en un número muy variable de ejemplares –suele ser frecuente que existan los mismos que componentes tiene una comisión y el depositado en el archivo de la dirección–, con una casi nula difusión y de muy difícil localización. No obstante, al mismo tiempo, debemos indicar que, desde hace unos años, el soporte material de este tipo de documentos ya no es exclusivamente el papel. Estos documentos pueden editarse digitalmente, lo 56

Romá Ferri MT. Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

que añade la ventaja de poder ser legibles, y no como ha ocurrido frecuentemente cuando su reproducción en reprografía ocasionaba una pérdida irreparable de su contenido. La reducción de costes de los ordenadores y la disminución de la dificultad en el uso de éstos, así como de las aplicaciones ofimáticas y de las tecnologías de la información y comunicación, han propiciado su uso extensivo y general. Todo ello ha posibilitado que el documento original pueda ser actualizado en cualquier momento y puedan generarse nuevas copias según las necesidades o demandas. En definitiva, la introducción intenta reflejar las diferencias entre documentos reglados y el resto de documentación, que es tan variada por su proceso de elaboración, por los contenidos tratados y por la finalidad que éstos tienen (de ahí la inclusión de los ejemplos de documentos de enfermería). El artículo intenta evidenciar que existe mucha literatura gris en enfermería y que una herramienta/plataforma para su posible difusión es la Web, que es utilizada desde este punto de vista por la enfermeras americanas, inglesas, canadienses y australianas, principalmente, desde 1994 o 1995, con un rigor superior al que se encuentra en el ámbito nacional. Esta argumentación puede ser discutida, pero es una forma de delimitar el contenido y la finalidad, sobre todo, para diferenciar las páginas web que tienen una información basada en el desarrollo profesional de enfermería (sea éste del ámbito asistencial o docente, o con contenidos divulgativos y más generales dirigidos a la población) de las páginas web personales, que no aportan información de enfermería ni difunden los niveles de competencia profesional, y cuya fiabilidad y validez son muy discutibles, por no ser deterministas en calificarlas de carentes. El potencial de la Web En general, el desarrollo y dominio tecnológico está, a su vez, modificando la forma de acceder a los documentos y a la información que éstos contienen. Hay que tener en cuenta que el final del siglo XX se ha caracterizado por el acceso abierto a Internet. Internet hace referencia a una red de comunicación –también llamada la Red de redes–, a una infraestructura que facilita la conexión entre millones de ordenadores y que ha generado un sistema global de información. La Red sirve de soporte a diversos servicios y los más conocidos son el correo electrónico –el e-mail y sus variantes: la lista de correo (mailing lists) y los grupos de noticias (newsgroups)– y la World Wide Web (conocida como Web o WWW). La Web es un invento muy reciente –el protocolo de transferencia de hipertexto (http) se creó en 1990– y fue ideado por Tim Berners-Lee, un físico 57

británico, para facilitar el trabajo entre los grupos de investigación repartidos por todo el mundo que coincidían en el CERN (Laboratorio Europeo de Física de Partículas en Ginebra) y para poder hacer compatibles los contenidos de los diversos ficheros soportados por distintos ordenadores y sistemas operativos existentes en la década de los ochenta. El potencial de la Web lo descubrimos en las propias palabras de Berners-Lee: “la fuerza motora que tenía en mente (en 1989) era la comunicación por medio del conocimiento compartido, [...] un grupo de personas de cualquier amplitud podría expresarse fácilmente, adquirir y transmitir rápidamente conocimiento, superar los malentendidos y reducir la duplicación de esfuerzo”, “un medio universal para compartir información”6. Este concepto, utópico a primera vista, pasó por distintas fase hasta que, en 1994, se materializó y generalizó, fuera de grupos selectos de investigadores o universidades. Desde 1994 a la actualidad, la Web se ha estabilizado como una infraestructura o canal que facilita la comunicación. Pero la comunicación no existiría si un emisor no emitiese un mensaje y, en el otro extremo, no hubiese un receptor –al menos, potencial– que quisiese recoger o tuviera interés por dicha información. Como indican Tramullas y Olvera 7, “el concepto clave es tratar la Web como un espacio informativo cuyo componente fundamental son los documentos electrónicos”, los cuales se conocen por el nombre genérico de páginas web. No obstante, en este punto es necesario mencionar que podemos encontrar documentos de diferente estructuración física en cuanto a su complejidad o sencillez; son los denominados sitios o sedes y páginas web. Una analogía simple es la de entender que los sitios o sedes web son los libros (con capítulos y apartados) y las páginas web son las hojas concretas de un libro, en las que encontramos la definición de conceptos o informaciones muy limitadas tanto en su contenido como extensión. Las páginas web pueden contener texto, imágenes, películas, sonidos, gráficos en tres dimensiones, etc., y son estas posibilidades de transmisión de información las que han convertido a la Web –la que se escribe con mayúscula– en un medio que facilita la difusión del conocimiento, de las experiencias y/o una plataforma para la proyección inmediata y a medio plazo, ya que, además, facilita el desplazamiento por medio de interconexiones entre las diversas páginas existentes. La conexión y el desplazamiento a otras páginas se realiza mediante la activación de zonas sensibles que se localizan sobre texto o gráficos y que se denominan hipervínculos. Sin embargo, es frecuente olvidar que lo primordial es el mensaje que se incorpora en el documento, en las páginas web –la que escribimos en minúscula–. Es el mensaje el que cubrirá la necesidad de información ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

239

Romá Ferri MT. Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

del receptor potencial, por desconocimiento general del tema o por una necesidad de profundización en un aspecto concreto, o por cualquier otro tipo de motivación que le impulse a localizar información. Si este mensaje lo establecemos dentro de los marcos de referencia de cualquier colectivo social y, en ellos, están los profesionales, como es el caso de las enfermeras, entonces la Web se convierte en un canal para la difusión de información interna entre el propio colectivo y externa a él mismo. O, dicho en otras palabras, la Web es otra alternativa que permite la difusión de información sobre la práctica profesional. No obstante, una afirmación cada vez más contundente y extendida es que en la Web hay un gran número de páginas web con múltiples y diversas temáticas, así como un incremento de páginas en lengua castellana –aunque en relación con la lengua inglesa es todavía muy minoritaria la información existente8–. Si centramos el análisis en la situación de la enfermería nacional, estas afirmaciones también se cumplen, y cada vez hay más páginas cuyos contenidos son de, en, para o sobre enfermería, aunque la mayoría de las páginas web que encontramos las podemos agrupar en: 1. Personales. En general, son iniciadas por entusiastas de las tecnologías de la información y comunicación. Su temática es muy variada, pero suele estar relacionada con algunos aspectos del ámbito profesional o con la disciplina de forma genérica. 2. Organizacionales. Ha aumentado su presencia y la información que facilitan, y se diferencian en: a) públicas, al pertenecer a hospitales principalmente (en las de “centros de salud” la información existente es muy escasa) o a consejerías de salud, donde desde la propia institución se facilita información sobre su sistema de salud, su organización y componentes (en este caso, hay grandes variantes según la comunidad autónoma). Es general la poca o escasa información de y sobre los profesionales de enfermería. En esta agrupación también estarían incluidas las escuelas de enfermería y, al igual que en los casos anteriores, la variabilidad de la información facilitada es el nexo de unión y la característica predominante; b) no lucrativas, pertenecientes a asociaciones profesionales y colegios, tanto provinciales como autonómicos. En ambos casos, tienen en común el uso para la difusión de sus objetivos y servicios, aunque nuevamente hay grandes variantes en la información que difunden, y c) empresariales, en cuya subclasificación incluimos las editoriales de publicaciones y laboratorios farmacéuticos que tienen como mercado potencial a los profesionales de enfermería. La consideración común a todo este tipo de páginas web es que en ellas se intenta dar a conocer sus intereses y actividades; asimismo, en un número ca240

ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

da vez más creciente, el objetivo es facilitar el intercambio o establecer contactos permanentes entre profesionales. Pero, quizá, hay tres cuestiones básicas que se plantean cuando son visitadas: ¿realmente tiene valor informativo el contenido de estas páginas?, ¿es fiable la información transmitida?, ¿qué aportan al desarrollo profesional? La American Medical Association (AMA) intentó en el año 2002 responder a estas cuestiones y aportó un criterio general para la valoración de la información en la Web, al indicar que “la evaluación de la calidad del contenido depende de los mismos factores de los que dependen los lectores de las publicaciones impresas: la autoría y la identificación de las fuentes del contenido, la revelación del financiamiento y de conflictos de interés, así como de la oportunidad de la información presentada”9. La calidad de la información transmitida es un aspecto esencial, tanto para el productor de la información (el emisor) como para el profesional (el receptor) que intenta localizar nuevos recursos o fuentes de información para su formación o actualización. Tanto en un caso como en otro, deben plantearse criterios para la planificación/realización o selección/identificación de páginas web con contenidos fiables y relevantes a las propias necesidades y de difusión de su práctica profesional. Esta problemática no es reciente. Existen múltiples artículos, declaraciones y documentos con las conclusiones de grupos de trabajo desde 1996. Además, diferentes organizaciones e instituciones con proyección internacional han desarrollado indicadores y criterios para guiar a los profesionales de la salud en el desarrollo de contenidos en la Web y, asimismo, establecer recomendaciones que permitan al usuario de páginas web –profesional o ciudadano– localizar contenidos fiables, válidos y pertinentes a su necesidad de información. Entre estas organizaciones podemos citar, quizá, por su impacto y trascendencia, la Health On the Net (HON)10, la anteriormente citada AMA9 y el Mitretek Systems11, las cuales han realizado guías dirigidas principalmente a los creadores de contenidos; además, podemos incluir la Internet HealthCare Coalition12 y el BIOME Special Advisory Group on Evaluation13, que han elaborado criterios para la selección de páginas de calidad informativa para los ciudadanos y con finalidad formativa y/o de actualización para los profesionales. No obstante, el debate y la producción de guías sigue abierto. De hecho, recientemente, en la revista British Medical Journal se publicó el artículo de Gagliardi y Jadad14 en el que indican que en los últimos cuatro años se han usado hasta 98 escalas para valorar la calidad de la información de páginas web que tratan sobre temáticas de salud. En la actualidad, la propia Comisión Europea, a través de su 58

Romá Ferri MT. Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

“plan de acción Europa 2002”, está desarrollando una guía de criterios de calidad para lugares web relacionados con la salud, que se espera que esté concluida para su publicación en junio de 200215 y con la finalidad de convertirse en una guía de referencia para los profesionales de la salud y ciudadanos de los países miembros de la Unión Europea. En España sólo hemos encontrado dos iniciativas similares, la del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona16 y el proyecto “Webs Médica de calidad para médicos de habla española”17, ambas iniciativas dirigidas a los facultativos que elaboran contenidos. En el ámbito de la enfermería encontramos la iniciativa de la Sociedad Española de Enfermería Informática e Internet (SEEI) que remarca, en la presentación de su página sobre los certificados de calidad que ésta emite, la existencia de páginas con falta de rigor en la información y la necesidad de discriminar para localizar verdadera información fiable; asimismo, indica que “dentro de las cuestiones a valorar [...] estarán el interés y rigor de los contenidos, la estructura de la página, su estética y la velocidad de navegación. También se tendrá en cuenta el tipo de anuncios publicitarios que incorpore, y si dedica un apartado específico para ellos o los incluye entre los contenidos. Entre las webs que obtengan la certificación se especificará la calificación final obtenida (de una a tres estrellas)…”18. Lamentablemente, la propia SEEI entra en el error evidenciado por Gagliardi y Jadad14 donde muchas de las escalas de valoración tan sólo enuncian sus indicadores y no divulgan su definición, los criterios que los componen ni la escala de medida o ponderación aplicada para facilitar las puntuaciones finales. Creación de documentos válidos para la práctica profesional La creación y difusión de documentos válidos para la práctica es una necesidad para la propia profesión. La localización de las páginas web ya no se realiza exclusivamente por “buscadores” o “directorios” generales o temáticos de la Web. También se pueden localizar páginas accediendo a bibliotecas virtuales –se trata de una especie de directorio especializado en el cual las páginas o documentos electrónicos han sido seleccionados previamente con criterios rigurosos de calidad; su fuente documental se mantiene y aumenta por la intervención de expertos, tanto de biblioteconomía como de la temática concreta sobre la que ésta trata; por ejemplo, BIOME– o por ser citadas por profesores en la bibliografía o como fuentes para la ampliación. Asimismo, las bibliotecas universitarias también cuentan, entre los servicios que ofertan, con páginas web que listan recursos específicos, como en el caso de la Biblioteca General de la Universidad de Alicante19, la Bi59

blioteca de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona20 y la Biblioteca de la Escuela de Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid21. Sin embargo, la cita de páginas web de profesionales de enfermería en lengua castellana (o en cualquiera de las lenguas oficiales del estado español) es mínima, prácticamente insignificante. Por ello, y partiendo del hecho de que el contenido de las páginas web divulgan la práctica profesional de enfermería en el contexto español, y que éste tiene un potencial valor para la formación, investigación y control de calidad en la propia profesión, se plantean las siguientes cuestiones: ¿es que los profesionales nacionales no saben producir, en igualdad de condiciones, información como la que emiten los profesionales anglosajones –americanos e ingleses, principalmente–?, ¿qué puede hacer un profesional de enfermería para que su página web sea citada o referenciada? Es frecuente que la respuesta inicial se centre en el diseño y la producción de páginas web, es decir, en el dominio de las aplicaciones informáticas. En la actualidad, hay muchas y variadas aplicaciones para la edición de páginas web, y manejar alguna de ellas como verdaderos expertos es sólo cuestión de un poco de iniciativa y tiempo para practicar. Incluso, con un programa de tratamiento de textos se pueden editar páginas web, aplicación informática que hoy día es usada por un gran número de personas. No obstante, en una gran mayoría de las ocasiones, el resultado de aplicar estas innovaciones informáticas son páginas web de gran impacto visual. El color, el movimiento de las imágenes, el sonido, etc., pueden deslumbrar al usuario. Pero tan sólo es un estímulo inicial, pues suele ocurrir que el tiempo que se precisa para que pueda ser leído todo el contenido, en la pantalla de un ordenador, es considerable; el contraste de colores o el tamaño de la letra no suelen estar en función del receptor, con lo que su legibilidad es baja, lo que provoca en muchos casos el abandono, sin haber llegado a verla completamente o leerla. Sin embargo, la respuesta se debe centrar en el contenido, en su planificación y estructuración, y no tanto en el uso de las nuevas innovaciones técnicas para el diseño de páginas web. El contenido es el que cubre la necesidad de información y en escasas ocasiones se prevé que es necesario tener desde el principio respuesta a cuestiones como: ¿a quién se dirige?, ¿qué mensaje se quiere emitir?, ¿quién es el responsable del contenido?, ¿cuándo se elaboró?, ¿qué fuentes consultó? Los profesionales que realizan páginas web deberían incluir en la etapa inicial del diseño del documento los indicadores básicos de calidad antes de empezar a ejecutarla. Por ejemplo, los investigadores noveles, cuando van a redactar su primer artículo, se orientan consultando los Requisitos de uniformidad para manuscritos presentados para publicaciones biomédicas ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

241

Romá Ferri MT. Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

–conocido como el estilo o normativa de Vancouver–. Las indicaciones que exponemos a continuación son recomendaciones de carácter elemental; se han elaborado a partir del análisis de los indicadores de las fuentes tradicionales y los criterios de calidad definidos por la AMA, la Health On the Net Foundation, Health Summit Working Group (Mitretek Systems) y el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona3,9-11,16,22: 1. Título – Todas las páginas deberán llevar su título particular y exclusivo. Debe ser una síntesis concreta del contenido. El título debería estar compuesto por las palabras clave que definiesen la temática tratada. – Esta estrategia puede facilitar la localización posterior del documento, ya que las páginas web suelen citarse por el propio título en los “buscadores” o en otras páginas de recursos. 2. Autor – La identificación completa del creador (o creadores) intelectuales del contenido, así como la mención de su formación y su puesto de trabajo (lo que se denomina filiación). Si el trabajo es colectivo, se identificará como grupo, y en la zona final del documento es aconsejable citar a todos sus componentes por orden alfabético. El firmante de un documento se hace responsable públicamente del contenido. Ocultarse tras un sinónimo o el anonimato es perder el valor a ser citado y reconocido por el esfuerzo, el tiempo de trabajo empleado y por su posible aportación. La identificación completa del autor es considerada un indicador esencial de fiabilidad y credibilidad que debe constar en cada página o documento. – Si el documento es una traducción, las reglas éticas indican que se habrá solicitado el permiso previo y éste constará, explícitamente, en la presentación del propio documento que se cree y previo al contenido en sí. En estos casos se incluirá la identificación completa de su creador original, la del documento, el permiso para la traducción y la identificación completa del traductor (nombre y filiación). – Si existe un patrocinador del contenido –el equivalente a un editor en la terminología de las publicaciones tradicionales–, debería indicarse en último lugar o bien incorporando su logotipo de identificación en uno de los márgenes superiores. 3. Contenido – El contenido debe ser el desarrollo a partir de lo enunciado por el título y no debe tratar de otra temática. Además, se cuidará meticulosamente la redacción, la ortografía y la terminología de todo el contenido (texto, tablas, gráficas, imágenes, etc.). Este último aspecto estará siempre en función de la potencial audiencia a la que se destine la información (público en general, estudiantes o profesionales). 242

ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

– En España han surgido, en estos últimos años, varios casos que se han calificado como de intertextualidad; no obstante, distintos expertos indican que lo que se ha hecho es conceptualizar una nueva modalidad de plagio. La Web es una herramienta que facilita un uso inadecuado, y es muy frecuente encontrar idénticos contenidos en diversas páginas. Este hecho no aporta nada al desarrollo profesional y, además, proyecta una imagen perjudicial de la disciplina. La Red permite este uso indiscriminado pero, a su vez, califica de forma inexcusable a su autor quitándole todo valor de fiabilidad y credibilidad. Realmente, en la Web no es necesario copiar, tan sólo se debe enlazar, a través de hipervínculos, al contenido de mayor fiabilidad. – Si el contenido es una opinión o una experiencia personal, debe ser indicado desde el principio. – Si lo que se expone son las notas tomadas en conferencias, clases o reuniones de trabajo, se deberá especificar como “notas personales” y dar la referencia completa de estos actos, así como la identificación de las personas que realizaron la disertación. Además, se deberá dejar constancia explícita de que el contenido no ha sido revisado por los conferenciantes o profesores citados. – Si la información es extensa, se recomienda la fragmentación en apartados lógicos, los cuales se presentarán al inicio del documento conformando el sumario de contenidos. De cada uno de los enunciados del sumario se establecerán enlaces que faciliten el desplazamiento interactivo del lector en función de su necesidad de información. Asimismo, al final de cada apartado debería existir un enlace que facilitara el desplazamiento al inicio del documento. 4. Fecha de creación – Ayuda al lector a contextualizar la información con respecto al momento de su creación. Con el tiempo se introducen nuevas temáticas, retos profesionales, y lo que ahora es una innovación dejará de serlo. La fecha establece el rango de relevancia del contenido o temática tratada. 5. Fecha de modificación – Los documentos publicados en la Web son fácilmente cambiables por sus autores. Desde una visión positiva, estos cambios responden a la detección de defectos o errores, o bien a la necesidad de actualización y/o ampliación o a las modificaciones en la estructuración de los contenidos. Pero es preciso dejar constancia de la fecha en la que se han hecho las revisiones y los cambios en los contenidos. La ocultación de las mejoras y actualizaciones pueden restar credibilidad a la página y al autor. 6. Referencias bibliográficas – La carencia de citas o referencias bibliográficas es una forma de ocultar la base del conocimiento del que se parte. La información y conocimiento no se producen por generación espontánea: “[...] publicar 60

Romá Ferri MT. Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

TABLA 1. Coincidencias entre las recomendaciones elementales sugeridas para el diseño de contenidos y las guías de indicadores y criterios de calidad de la AMA, la Health On the Net Foundation, Health Summit Working Group (Mitretek Systems) y el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona Guías Recomendaciones

AMA*

HON

Título

Mitretek Indicador: criterio

Colegio Médicos Barcelona

Credibilidad: pertinencia

Autor

Propiedad del sitio Fuentes de contenido

Transparencia de autoría Patrocinador

Credibilidad: fuente Contenido: descargo de responsabilidad

Identificación

Contenido

Análisis Fecha de colocación, revisión y actualización, oportunidad del contenido Vinculación

Atribución Transparencia de autoría Honestidad en el uso de publicidad y política editorial

Contenido: exactitud Enlaces: selección Enlaces: arquitectura

Contenidos

Fecha creación

Calidad del contenido Fecha de colocación, revisión y actualización, oportunidad del contenido

Atribución

Credibilidad: actualidad Contenido: descargo de responsabilidad

Contenidos

Calidad del contenido Fecha de colocación, revisión y actualización, oportunidad del contenido

Atribución

Credibilidad: actualidad Contenido: descargo de responsabilidad

Identificación Contenidos

Calidad del Contenido Fuentes de contenido Vinculación

Atribución

Credibilidad: actualidad Contenido: exactitud Contenido: descargo de responsabilidad Enlaces: selección

Fecha última modificación

Referencias bibliográficas

Dirección correo electrónico

Transparencia de autoría

URL Declaración de principios

Interactividad

Identificación

Interactividad Propiedad del sitio Financiación y patrocinio Fecha de colocación, revisión y actualización, oportunidad del contenido

Autoridad Complementariedad Patrocinador Honestidad en el uso de publicidad y política editorial

Credibilidad: pertinencia Contenido: exactitud Contenido: descargo de responsabilidad Declaración: finalidad Advertencias

*

Sólo hacemos referencia a los criterios establecidos para el contenido.

algo es distribuir reconocimiento para los autores precedentes y construir conocimiento a partir de lo publicado anteriormente”3. Su ocultación no concede poder, más bien pobreza y fragilidad. – El autor de una página web puede elegir entre la referencia tradicional (al final del texto y cumpliendo todas las recomendaciones de descripción que faciliten la localización y recuperación de las fuentes primarias citadas), o bien por medio de hipervínculos en el propio texto (enlazar con la fuente primaria de la que se ha partido, si también ésta es un documento abierto en la Web). En este último caso, se debe revisar periódicamente que la página enlazada sigue hábil para su consulta (es frecuente que en la 61

Red desaparezcan contenidos). La ausencia de actualización de los enlaces hace que se perciba la página como descuidada, obsoleta y de baja calidad. 7. Dirección de correo electrónico – La interactividad entre el emisor y el receptor de la información en un tiempo mínimo es una de las ventajas de la publicación en la Red. En los artículos científicos publicados en revistas seriadas también se incluye una dirección de contacto que facilita la comunicación directa y que potencia, en algunos casos, la creación de nuevos equipos de trabajo/investigación. En las páginas web se debe incluir la dirección de correo electrónico del autor. No obstante, hay que tener la precaución de diferenciar dicho coENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

243

Romá Ferri MT. Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

rreo electrónico del webmaster o la persona que mantiene técnicamente la página; este responsable existe en todas las páginas de organizaciones e instituciones y, en estos casos, no tiene nada que ver con el productor intelectual del contenido. – Las comunicaciones realizadas por los receptores como críticas o aportaciones pueden ser incluidas como un subapartado más del contenido inicial. Esta estrategia estaría dentro del movimiento eprint –el contenido es sometido a la libre opinión de la audiencia como forma de validar la información difundida–, pero se debe facilitar el acceso para la consulta de las versiones anteriores, es decir, se debe crear un archivo con documentos previos a la última modificación (no deben desaparecer y debe mantenerse la posibilidad de la consulta y la revisión de los cambios, así como la identificación de los impulsores de estos cambios). 8. Inclusión de la dirección en la Web – Es aconsejable incluir la dirección de la página web –su URL– en la zona inferior de la página. Ello facilitará que el lector pueda recuperar de nuevo dicho documento, citarlo o enlazar con él (muchos usuarios suelen grabar la página en su ordenador o imprimirla y, si no se incluye, aumenta el obstáculo a poder ser localizados posteriormente). 9. Declaración de principios – Éste es uno de los aspectos más heterogéneos. Como tal indicación se debe entender la información sobre la utilidad general con la que se diseña la página web, a qué tipo de público se dirige el contenido, la regularidad con la que se efectúa la revisión de las páginas y la cesión del derecho de libre difusión –que no debe confundirse con la cesión de la propiedad intelectual del contenido, es decir, el autor no da autorización a ser copiado, cede el uso abierto de su información y, con ello, el respeto a ser citado si se utiliza su documento–. Es habitual olvidar que el usuario puede acceder al contenido de una página concreta de una sede/sitio web sin pasar por la página principal, cuando ésta ha sido localizada por un “buscador” o “directorio”. Una estrategia efectiva es incluir siempre, en todas y cada una de las páginas web que se creen, la identificación del autor del contenido, la fecha de creación y la fecha de la última modificación, URL específica, correo electrónico y la declaración de principios. También es aconsejable incluir en todas las páginas de una sede web un hipervínculo que facilite el posible desplazamiento del usuario a la página principal. Si se observa la tabla 1, la inclusión de las recomendaciones elementales sugeridas para el diseño del contenido de una página web profesional conlleva cubrir por cada una de ellas varios de los indicadores y criterios de calidad establecidos por las guías de mayor difusión y prestigio internacional. 244

ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

Como síntesis final, indicaremos que la Web puede ser una herramienta adecuada para la difusión de documentos en formato digital. Todavía existen grandes vacíos de información y problemas de difusión de la información existente sobre la enfermería nacional y, quizá, una estrategia sería incrementar la producción de páginas con contenidos que divulguen la práctica profesional de la enfermería española. No obstante, los profesionales de enfermería que editan páginas web deben incluir, en el diseño de sus contenidos, indicadores básicos de calidad para que puedan convertirse en una fuente de información fiable. Posiblemente, ajustándonos al movimiento internacional de difusión de información sobre la salud en la Red, en poco tiempo logremos que se mejore la calidad y se incremente la citación de este tipo de documentos de elaboración nacional. Así como que las páginas web de calidad puedan ser referenciadas por los docentes o en las bibliotecas como material de apoyo –de la teoría a la práctica, y viceversa–, material de campo para la indagación o punto de partida de proyectos de investigación o controles de calidad de servicios; o, simplemente, convertirse en una fuente de información en igualdad de condiciones que las páginas web creadas por profesionales de lengua anglosajona. Bibliografía 1. Cornella, A. Gestió de recursos d’informació [Cd-Rom] Documentació. Barcelona: Universidad Oberta de Catalunya, 2000. 2. Martínez Comeche, JA. El mensaje documentario y el documento. En: López Yepes J, coordinador. Manual de información y documentación. Madrid: Pirámide, 1996; p. 61. 3. Maltrás, B. Generación y comunicación del conocimiento científico. En: Lancaster W, Pinto M, coordinadores. Procesamiento de la información científica. Madrid: Arco/Libros, 2001; p. 19-40. 4. De Torres Ramírez I. La llamada literatura gris. Interés informativo y fuentes. En: De Torres Ramírez I, coordinador. Las fuentes de información. Estudios teórico-prácticos. Madrid: Síntesis, 1999; p. 321 y 350. 5. Cordón García JA, López Lucas J, Vaquero Pulido JR. Manual de búsqueda documental y práctica bibliográfica. Madrid: Pirámide, 1999; p. 91-3. 6. Berners-Lee T. Tejiendo la Red. El inventor del World Wide Web nos descubre su origen. Madrid: Siglo XXI, 2000; p. 1-6, 79 y 149. 7. Tramullas Saz J, Olvera Lobo MD. Recuperación de la Información en Internet. Madrid: Rama, 2001; p. 3. 8. Rojo JA, Mora M. Tecnología y educación, esenciales para aumentar el peso del español en la Red. Internet provoca un debate sobre los recursos de los hispanohablantes. El País, jueves 18 de octubre de 2001; sección La Cultura; p. 34 (col. 2). 9. Winker MA, Flanagin A, Chilum B, White J, Andrews K, Kennett RL, et al. Guidelines for medical and health information sites on the Internet. Principles Governing AMA web sites [en línea]. JAMA 2000;283:1600-6. Consultado el 24 de marzo de 2002. Disponible en: http://jama.ama-assn.org/issues/v283n12/ffull/jsc00054.html 10. Health On the Net (HON). HON code of conduct (HONcode) for medical and health Web sites. Principles [en línea]. Ver 1.6 April 1997. 25 Jan. 2000. Consultado el 3 de abril de 2002. Disponible en: http://www.hon.ch/HONcode/Conduct.html 11. Health Summit Working Group. Criteria for assessing the quality of health information on the Internet [en linea]. Mitretek Systems, Health Information Techonology Institute (HITI) and Agency for Health Care Policy and Research (AHCPR), 14 oct. 1997; 4 May. 1999. Consultado el 3 de abril de 2002. Disponible en: http://hitiweb.mitretek.org/docs/criteria.html

62

Romá Ferri MT. Recomendaciones para mejorar la calidad de la información de enfermería en la Web

12. Internet Healthcare Coalition. Código de ética de e-Salud [en línea]. 2 Jun 2000. Consultado el 3 de abril de 2002. Disponible en: http://www.ihealthcoalition.org/ethics/spanish-code.html 13. BIOME Special Advisory Group on Evaluation. Factors affecting the quality of an information source [en línea]. BIOME. 18 dec. 2001. Consultado el 3 de abril de 2002. Disponible en: http://biome.ac.uk/ guidelines/eval/factors.html 14. Gagliardi A, Jadad, AR. Examination of instruments used to rate quality of health information on the Internet: chronicle of a voyage with a nuclear destination [en línea]. BMJ 2002;324:569-73. Consultado el 13 de marzo de 2002. Disponible en: http://bmj.com/cgi/content/full/324/7337/569 15. European Comisión Directorate General. Information Society. Quality criteria for health related websites [en línea], oct. 2001. Consultado el 2 de abril de 2002. Disponible en: http://europa.eu.int/information_society/eeurope/ehealth/quality/draft_guidelines/index_en.htm 16. Col.legi Oficial de Metges de Barcelona. Código de Conducta de Web Médico Acreditado [en línea], jul. 1999; marzo 2001. Consultado el 3 de abril de 2002. Disponible en: http://wma.comb.es/cast/ codi_conducte.htm 17. Díaz Vázquez CA y Grupo del Proyecto Webs Médicas de Calidad. Lista de revisión de la calidad de una página web para médicos de habla española [en línea], nov. 2000; ene. 2002. Consultado el 3 de

63

18.

19.

20.

21.

22.

abril de 2002. Disponible en: http://www.accesible.org/wmc/wmcborrador1.htm. Torné Pérez E. Certificados de calidad de páginas electrónicas de la Sociedad Española de Enfermería Informática e Internet [en línea] SEEI. Consultado el 13 de marzo de 2002. Disponible en: http:// www.seei.es/certificados/certifica.htm Sibyd. Internet por materias. Ciencias de la Salud [en línea]. Universidad de Alicante, 28 ene. 2002. Consultad el 27 de marzo de 2002. Disponible en: http://www.ua.es/es/bibliotecas/referencia/materias/ salud.html Biblioteca de Medicina de la UAB. Medicina a Internet: autoaprenentatge [en línea]. Universitat Autónoma de Barcelona, jun. 1999. Consultado el 13 de marzo de 2002. Disponible en: http://www.bib. uab.es/medic/i-auto.htm. Biblioteca de la Escuela de Enfermería, Fisioterapia y Podología. Enfermería en Internet. Recursos [en línea]. Universidad Complutense de Madrid, 26 nov. 1999. Consultado el 13 de marzo de 2002. Disponible en: http://www.ucm.es/BUCM/enf/0500.htm Pinto M. Hacia la modelización del documento científico. En: Lancaster W, Pinto M, coordinadores. Procesamiento de la información científica. Madrid: Arco/Libros, 2001; p. 41-67.

ENFERMERÍA CLÍNICA 2003;13(4):237-45

245