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Entender qué es la resistencia a la insulina
¿Cómo actúa la insulina exógena para disminuir la hiperglucemia en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 resistentes a la insulina? D.B., Idaho Martha Mitchell Funnell, MS, RN, CDE, responde: Para responder a esta cuestión, primero explicaré la fisiopatología de la diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 es un grupo heterogéneo de estados que constituyen el 90% de todos los casos de diabetes en Estados Unidos1,2. Aunque la diabetes tipo 1 es consecuencia de un déficit absoluto de insulina, la diabetes tipo 2 es consecuencia tanto de la resistencia a la insulina como de la deficiencia parcial de insulina con aumento de la producción de glucosa hepática1,2. En otras palabras, los enfermos con diabetes tipo 1 presentan un déficit casi completo de producción de insulina. Los pacientes con diabetes tipo 2 son resistentes a la insulina producida por las células beta pancreáticas, y estas células también producen menos insulina1-4. Se cree que, en la mayoría de pacientes con diabetes tipo 2, la resistencia a la insulina se produce con anterioridad al déficit de insulina1. Inicialmente, el organismo puede producir insulina adicional como mecanismo de compensación, por lo que los pacientes pre-diabéticos o aquellos que se hallan en las fases iniciales de la diabetes presentan con frecuencia hiperinsulinemia2. Con el tiempo, las células beta se vuelven cada vez menos capaces de cubrir las demandas de insulina y se produce una diabetes tipo 2, incluso estando el paciente en hiperinsulinemia durante un tiempo4. Algunos pacientes con diabetes tipo 2 presentan resistencia primaria a la insulina y otros, deficiencia de insulina. De todos modos, la resistencia a la insulina por sí sola no provoca diabetes sin que se produzca una disminución en la producción de insulina1,2,4. 50 Nursing. 2012, Volumen 30, Número 6
Aunque sus causas son complejas y no del todo conocidas, se cree que la resistencia a la insulina es el resultado tanto de factores genéticos como de factores ambientales. Los pacientes con pre-diabetes y las personas con diabetes tipo 2 obesas o delgadas experimentan una disminución de la masa de células beta como resultado del incremento de la apoptosis de las células beta4. La apoptosis betacelular se asocia a glucotoxicidad secundaria a la hiperglucemia, al aumento de los niveles de ácidos grasos libres, al proceso inflamatorio y a niveles intestinales de hormona incretina insuficientes4. La pérdida de funcionalidad de las células beta puede revertirse en las fases iniciales de la diabetes. El sobrepeso, la obesidad y un estilo de vida sedentario se asocian a un aumento de la resistencia a la insulina2,3. El programa de prevención de la diabetes demuestra que, en pacientes pre-diabéticos, una ligera reducción del peso corporal (5 a 10%) y una cantidad moderada de ejercicio físico (150 minutos de deambulación rápida/semana) contribuyen a prevenir o a retrasar el inicio de la diabetes tipo 25,6. También puede resultar efectivo administrar medicamentos que mejoren la sensibilidad a la insulina (p. ej., tiazolidinedionas), disminuyan la producción hepática de glucosa (biguanidas) y preserven la masa de células beta (hormona incretina, inhibidores dipeptilpetidasa-4)4. Volvamos a la pregunta. La insulina exógena funciona porque puede ajustarse para proporcionar suficiente insulina para compensar la disminución de la producción de insulina y superar la resistencia a la misma. Puesto que en el curso de la diabetes tipo 2 la producción de insulina continúa disminuyendo, el tratamiento, incluyendo dosis de insulina, requiere aumentarse en el tiempo2. Para cubrir la concentración sérica de glucosa de forma adecuada
pueden llegarse a necesitar dosis de insulina relativamente elevadas (superiores a 200 unidades/día). En caso de requerir dosis más altas, puede emplearse la insulina U-500, pero las formas análogas de este fármaco no están disponibles actualmente. Una de las lecciones clave sobre la resistencia a la insulina es la necesidad de actuar precozmente en el curso de la enfermedad, especialmente durante la pre-diabetes. Aunque la pérdida de masa celular y de producción de insulina es progresiva, puede retrasarse mediante una intervención temprana y adecuada. N BIBLIOGRAFÍA 1. Fowler MJ. Diagnosis, classification, and lifestyle treatment of diabetes. Clin Diabetes. 2010;28(2):79-86. 2. Fowler MJ. Diabetes: magnitude and mechanisms. Clin Diabetes. 2010;28(1):42-46. 3. Gebel E. Insulin resistance: an obstacle to health. Diabetes Forecast. 2011;64(6):31-32. 4. Bardsley JK, Magee MF. Pathophysiology of the metabolic disorder. In: Mensing C, ed. The Art and Science of Diabetes Self-Management Education. 2nd ed. Chicago, IL: American Association of Diabetes Educators; 2011. 5. Delahanty LM, Nathan DM. Implications of the diabetes prevention program and Look AHEAD clinical trials for lifestyle interventions. J Am Diet Assoc. 2008;108(4 suppl 1):S66-S72. 6. Diabetes Prevention Program (DPP) Research Group. The Diabetes Prevention Program: description of lifestyle intervention. Diabetes Care. 2002;25(12):2165-2171. AGRADECIMIENTOS En este trabajo se ha utilizado el Behavioural, Clinical and Health Research Core del Michigan Diabetes Research and Training Center, con una beca DK020572 del National Institute of Diabetes y del Digestive and Kindney Diseases de los National Institutes of Health. Martha Mitchell Funnell es investigadora clínica en el Michigan Diabetes Research and Training Center del departamento de formación médica de la Facultad de medicina de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (Michigan). También es miembro del comité editorial de Nursing2012. La autora declara que es miembro del consejo asesor de Eli Lilly y Sanofi-Aventis.