Rev Clin Esp. 2009;209(7):319-324 ISSN: 0014-2565
Revista Clínica Española
Incluida en Medline/Index Medicus, Science Citation Index Expanded, Journal Citation Reports y Embase/Excerpta Medica
Revista Clínica Española Volumen 209
Publicación Oficial de la Sociedad Española de Medicina Interna
Número 7 Julio-Agosto
2009
O R IG IN A L E S
C O M U NIC AC IÓ N B R E V E
319 Factores de riesgo de la osteoporosis en
342 Situación del brote epidémico de
mujeres atendidas en Atención Primaria y en consultas hospitalarias. Estudio OPINHO-PC J. González Macías, E. Jodar, M. Muñoz, A. Díez Pérez, N. Guañabens y E. Fuster, en nombre del grupo de estudio OPINHO-PC
325 Eficacia del modelo PRECEDE, de
educación para la salud, en el control metabólico y de los factores de riesgo cardiovascular en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 M. Salinero-Fort, F. Arrieta-Blanco, E. Carrillo-de Santa Pau, C. Martín-Madrazo, M. Piñera-Tames, C. Vázquez-Martínez y J.C. Abánades-Herranz
N O TA S C L ÍNIC A S
332 Angioedema hereditario y adquirido:
características clínicas de ocho pacientes y revisión de la literatura E.M. Fonseca Aizpuru, E.E. Rodríguez Ávila, I. Arias Miranda y F.J. Nuño Mateo
337 Coma arrefléxico en el síndrome de
MELAS N. Muñoz-Guillen, R. León-López, M.J. Ferrer-Higueras, F.J. Vargas-Vaserot y J.M. Dueñas-Jurado
tularemia durante el año 2007 en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid L. Martín-Rodríguez, R. Iglesias-García, M. del Río-Martín, M.Á. Mazón-Ramos y M.L. Arranz-Peña
C O M E N TA R IO C L ÍNIC O
347 Aspectos fundamentales del diagnóstico
del cáncer de origen desconocido M.J. Fernández Cotarelo y J.M. Guerra Vales
M E DIC IN A E N IM ÁG E N E S
352 Anemia ferropénica crónica en paciente
joven 354 Fiebre y dolor abdominal en la
policitemia vera C A RTA S A L DIR E C T O R
357 Suspensión de la anticoagulación en
pacientes con síndrome antifosfolipídico primario en los que se negativizan los anticuerpos antifosfolipídicos 358 Manejo de la hepatitis crónica por virus
C asociada a sarcoidosis: evolución y tratamiento 359 Insuficiencia cardiaca en Andalucía F E D E E R R ATA S
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ORIGINAL
Factores de riesgo de la osteoporosis en mujeres atendidas en Atención Primaria y en consultas hospitalarias. Estudio OPINHO-PC J. González Macías a, E. Jodar b, M. Muñoz c, A. Díez Pérez d, N. Guañabens e y E. Fuster f,*, en nombre del grupo de estudio OPINHO-PC a
Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander. RETICEF. España Servicio de Endocrinología. Hospital 12 de Octubre. Madrid. España c Servicio de Endocrinología y Nutrición. Hospital Clínico Universitario San Cecilio. Granada. RETICEF. España d Servicio de Medicina Interna. Hospital del Mar. Barcelona. RETICEF. España e Servicio de Reumatología, Hospital Clínic i Provincial de Barcelona. Barcelona. España f Novartis Farmacéutica, S. A., Barcelona. España b
Aceptado para su publicación el 30 de enero de 2009
PALABRAS CLAVE Atención Primaria; Hospitales; Factor de riesgo; Osteoporosis
Resumen Introducción. La osteoporosis (OP) es una enfermedad con una alta prevalencia, y con un alto coste económico y social. El objetivo de este estudio fue describir los factores de riesgo (FR) en mujeres con diagnóstico de OP atendidas en Atención Primaria (AP) y en el medio hospitalario (HO). Material y métodos. Estudio epidemiológico, transversal, multicéntrico, de 194 mujeres con OP seguidas en AP y 186 en HO. Resultados. Los grupos fueron equivalentes en edad (media ± desviación estándar [DE]; 67,6 ± 9,8 años en AP y 67,6 ± 10 años en HO) y en la gravedad de la OP (-3,0 ± 0,8 en AP frente a -3,1 ± 0,8 en HO). Algunos FR específicos de caída tales como: el uso prolongado de benzodiacepinas y la frecuencia cardiaca superior a 80 pulsaciones por minuto fueron más frecuentes en AP que en HO (24,2% en AP frente a 15,6% en HO, p = 0,0354) y (12,9% en AP frente a 3,2% en HO, p = 0,0006), respectivamente. Por el contrario, los FR de fractura osteoporótica intrínsecamente óseos fueron, en general, más frecuentes en HO: menopausia quirúrgica (20,7% frente a 12,8%, p = 0,047), fracturas vertebrales previas (34,9% frente a 20,6%, p = 0,0018) y un prolongado uso de esteroides (15,6% frente a 7,7%, p = 0,0167). El sedentarismo y el consumo de tabaco (número de cigarrillos al día), en cambio, fueron mayores en AP (48,5% frente a 31,7%, p = 0,0009 y 16,9 ± 4,6 frente a 11,4 ± 9,7; p = 0,0344, respectivamente). Conclusiones. En AP son más prevalentes los factores asociados con el riesgo de caídas (factores extraóseos), mientras que en HO lo son los factores de riesgo asociados con la densidad y la calidad óseas (factores intrínsecamente óseos). © 2008 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados.
* Autor para correspondencia Correo electrónico:
[email protected] (E. Fuster). 0014-2565/$ - see front matter © 2008 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados
320 KEYWORDS Primary care; Hospitals; Risk factor; Osteoporosis
J. González Macías et al Risk factors for osteoporosis in osteoporotic women followed in Primary Care and in Hospitals. OPINHO-PC study Abstract Introduction. Osteoporosis (OP) is a disease with high prevalence and high economic and social cost. This study has aimed to describe risk factors (RF) among women with osteoporosis (OP) treated in primary care (PC) and hospitals (HO). Material and methods. Cross-sectional, epidemiological and multicenter study, including 194 PC and 186 HO women with OP. Results. Patients in both groups had equivalent age (age±SD 67.6±9.8 PC and 67.6±10 years HO), and OP severity (-3.0±0.8 PC vs -3.1±0.8 HO). Some specific risk factors for falls such as prolonged use of benzodiazepines and heart rate higher than 80 pulses per minute were more frequent in the hospital setting (24.2% PC vs 15.6% HO, p=0.0354) and (12.9% PC vs 3.2% HO, p=0.0006), respectively. In contrast, intrinsically bone-related RFs for osteoporotic fracture were generally more prevalent in HO: surgical menopause (20.7% vs. 12.8%, p=0.047), previous vertebral fractures (20.6% PC vs 34.9% HO, p=0.0018), and prolonged use of steroids (7.7% PC vs 15.6% HO, p=0.0167). Sedentary lifestyle and tobacco consumption (cigarettes/day), however, were more prevalent in PC than in HO (48.5% PC vs 31.7% HO, p=0.0009 and 16.9±4.6 PC vs 11.4±9.7 HO, p=0.0344, respectively). Conclusions. Risk factors associated with the risk of falling (not bone-related factors) are more prevalent in OP patients, whilst factors associated with bone quality and density (bone-related factors) are more prevalent in HO patients. © 2008 Elsevier España, S.L. All rights reserved.
Introducción La osteoporosis (OP) es una enfermedad con una alta prevalencia y morbilidad, alguna de cuyas complicaciones se acompañan de una elevada mortalidad. Por ejemplo, en un estudio reciente1, la tasa de mortalidad en pacientes que habían sufrido fractura de cadera fue 2,26 veces superior (intervalo de confianza [IC] del 95% 2,24-2,27) a la de los controles. Se ha estimado que el número de fracturas osteoporóticas ocurridas durante el año 2000 en todo el mundo fue de unos 9 millones, de las cuales 1,6 correspondieron a fracturas de cadera2. Las cifras respectivas en Europa fueron de 3,79 millones y 890.0003. La incidencia de fracturas vertebrales es más difícil de estudiar, por ser éstas en gran parte asintomáticas. Un estudio reciente realizado en España en mujeres ancianas con fractura de cadera mostró una muy elevada prevalencia de fracturas vertebrales no diagnosticadas4. El hecho de que gran parte de las fracturas vertebrales sean asintomáticas podría explicar que algunos trabajos señalen cifras superiores a las de la fractura de cadera5, mientras que otros indican cifras similares2 o incluso inferiores3. Respecto a otras fracturas osteoporóticas, un estudio realizado en España en mujeres de más de 65 años6 mostró una incidencia global de fractura de muñeca de más del doble con relación a la de cadera, y una incidencia similar de fractura de húmero. La OP tiene pues un gran impacto sobre el estado de salud de la población, particularmente en el último tercio de la vida, y supone una gran sobrecarga económica para el sistema sanitario. Diversos fármacos y medidas generales pueden detener la evolución de la OP y prevenir el desarrollo de fracturas. De ahí la importancia de identificar adecuadamente los fac-
tores de riesgo que se asocian a las mismas. El número de factores de riesgo que se han descrito para la OP y su complicación, la fractura, es muy elevado. Algunos de ellos influyen directamente sobre la resistencia ósea y otros se encuentran relacionados con la tendencia a las caídas y las características de las mismas7. Recientemente, un grupo de trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS)8,9 ha elaborado un modelo de predicción del riesgo absoluto de fractura osteoporótica a 10 años, con base en 7 factores de riesgo, además de la edad, el sexo y la densidad ósea. Dichos factores son el índice de masa corporal, el antecedente personal y familiar de fractura osteoporótica, el tabaquismo, el alcoholismo, el tratamiento esteroideo y la artritis reumatoide. Los detalles para la aplicación del modelo referido están disponibles gratuitamente en Internet en la página: http://www.shef.ac.uk/FRAX. Una de las limitaciones de dicho modelo es que sólo incorpora factores de riesgo relacionados con el hueso (bien con la masa ósea, bien con la calidad ósea), dejando excluidos los factores de riesgo asociados con las caídas, las cuales, como es sabido, constituyen uno de los de mayor trascendencia en el desarrollo de fracturas10. Aunque son muchos los trabajos que se han ocupado de estudiar diferentes aspectos de los factores de riesgo de OP y de fractura osteoporótica, uno que hasta el momento no parece haber sido objeto de atención por parte de los investigadores es el relativo a si dichos factores son o no similares en los pacientes osteoporóticos seguidos en Atención Primaria (AP) y en el medio hospitalario (HO). Recientemente hemos llevado a cabo un estudio11 destinado a conocer las similitudes y diferencias que existen entre los pacientes osteoporóticos atendidos en los dos ámbitos, en
Factores de riesgo de la osteoporosis en mujeres atendidas en Atención Primaria y en consultas hospitalarias. Estudio OPINHO-PC relación con su perfil clínico y demográfico, así como en el grado de adecuación del tratamiento a las guías de la SEIOMM. Además, hemos estudiado de forma comparativa los factores de riesgo de las mujeres atendidas en ambos medios, con el fin de conocer si existen diferencias entre ellas. En este trabajo comunicamos los resultados observados.
Material y métodos Se ha realizado un estudio epidemiológico, transversal y multicéntrico, en el que se incluyó un total de 380 mujeres con diagnóstico de OP, de las que 194 estaban siendo seguidas en AP (51,1%) y 186 en HO (48,9%). Las pacientes reclutadas fueron atendidas de forma consecutiva por cada uno de los médicos participantes en el estudio a partir del comienzo del mismo. Participaron 21 centros de Atención Primaria y 21 servicios de reumatología, endocrinología y medicina interna de nuestro país. Los investigadores cumplimentaron un documento en el que se recogieron los siguientes factores de riesgo de OP o de fractura osteoporótica: edad, índice de masa corporal (IMC), edad de la menarquía, edad de la menopausia, menopausia quirúrgica, fracturas vertebrales y no vertebrales previas al inicio del estudio, tratamiento con glucocorticoides, consumo actual de tabaco, número de cigarrillos al día, consumo de alcohol, sedentarismo, ingesta reducida de calcio, disminución de la estatura desde la juventud, uso de benzodiacepinas, incapacidad para levantarse de una silla sin la ayuda de las manos y frecuencia cardiaca superior a 80 latidos por minuto. Se registraron también los valores densitométricos al diagnóstico. El diagnóstico se realizó mayoritariamente mediante absorciometría radiológica de doble energía (DXA) principalmen-
321
te central (columna o cadera), seguido por otros métodos más minoritarios tales como: rayos X, ultrasonidos, historia clínica del dolor, resonancia magnética, etc. Los datos referentes al diagnóstico de estas pacientes han sido publicados recientemente en un estudio previo11. Los resultados para las variables cuantitativas se expresan como la media y su desviación estándar (x– ± DE). Los de las variables cualitativas se expresan en porcentajes. El análisis estadístico de los primeros se realizó mediante la prueba de la “t” de Student, y el de los segundos mediante la prueba de ji cuadrado. Se utilizó el paquete estadístico SAS v. 9.1. Se consideró como nivel de significación el de p < 0,05.
Resultados Los datos correspondientes a las características demográficas y a los factores de riesgo estudiados se recogen en la tabla 1. La edad media ± DE de las pacientes fue similar en los dos ambientes de atención médica: 67,6 ± 9,8 en AP y 67,6 ± 10 en HO. Tanto en AP como en HO se observó un ligero sobrepeso (IMC 27,2 ± 4,7 kg/m2 y 26,8 ± 6,3 kg/m2, respectivamente). La edad de la menarquía fue idéntica: 13,2 años, con DE de 1,6 y 1,7 años. Eran menopáusicas el 99 y el 97,3%, respectivamente, siendo la edad de la menopausia algo inferior en las pacientes atendidas en HO (47,0 ± 5,2 años) que en las seguidas en AP (48,4 ± 5,3 años; p < 0,05). Por otro lado, el porcentaje de mujeres con menopausia quirúrgica fue del 20,7% en HO y del 12,8% en AP (p = 0,047). Las fracturas vertebrales desarrolladas con anterioridad a que las pacientes fueran incluidas en el estudio tuvieron una prevalencia más alta en HO (34,9%) que en AP (20,6%;
Tabla 1 Características demográficas y factores de riesgo de osteoporosis Característica
Total
AP
HO
Edad (media ± DE, en años) Índice de masa corporal (media ± DE, en kg/m2) Edad de la menarquia (media ± DE, en años) Presencia de menopausia (%) Edad de la menopausia (media ± DE, en años) * Menopausia por intervención quirúrgica (%) * Índice T (media ± DE, puntuación) Sedentarismo (%) * Descenso en estatura (desde 25 años) (%) Consumo de alcohol (%) Ingesta reducida de calcio (%) Consumo actual de tabaco (%) Consumo de cigarrillos/día (media ± DE, n.o) * Historia materna de fractura femoral (%) Uso prolongado de esteroides (%) * Fracturas vertebrales * Fracturas no vertebrales
67,6 ± 9,9 27,0 ± 5,6 13,2 ± 1,6 98,2 47,7 ± 5,3 16,6 —3,1 ± 0,8 40,3 46,1 22,6 25,8 7,1 13,3 ± 8,6 13,9 11,6 27,6 25,0
67,6 ± 9,8 27,2 ± 4,7 13,2 ± 1,6 99,0 48,4 ± 5,3 12,8 —3,0 ± 0,8 48,5 41,2 25,3 25,3 5,0 16,9 ± 4,6 16,0 7,7 20,6 23,7
67,6 ± 10 26,8 ± 6,3 13,2 ± 1,7 97,3 47,0 ± 5,2 20,7 —3,1 ± 0,8 31,7 51,1 19,9 26,3 9,1 11,4 ± 9,7 11,8 15,6 34,9 26,3
AP: Atención Primaria; DE: desviación estándar; HO: atención hospitalaria. * p < 0,05.
322
J. González Macías et al
Tabla 2 Factores de riesgo de caídas Factores de riesgo (%)
Total
AP
HO
Uso prolongado de benzodiacepinas * (%) Incapacidad para levantarse de la silla (%) Frecuencia cardiaca > 80 pulsaciones/minuto * (%)
20,0 8,4 8,2
24,2 7,2 12,9
15,6 9,7 3,2
AP: Atención Primaria; HO: atención hospitalaria. * p < 0,05.
p = 0,0018). No hubo, en cambio, diferencias en las fracturas no vertebrales previas. Igualmente fue más frecuente en HO el uso prolongado de esteroides (15,6% frente a 7,7%; p = 0,0167). En conjunto, las OP secundarias fueron más habituales en HO (26,9% frente a 9,3%; p < 0,0001). Contrariamente a lo señalado para los factores de riesgo anteriores, todos ellos relacionados con el hueso, algunos factores específicos de riesgo de caídas, tales como el uso prolongado de benzodiacepinas y frecuencias cardiacas basales superiores a 80 pulsaciones por minuto, se detectaron con más frecuencia en AP que en HO (24,2% AP frente a 15,6% HO; p = 0,0354) y (12,9% AP frente a 3,2% HO; p = 0,0006), respectivamente (tabla 2). También fue más frecuente en AP el sedentarismo (48,5% AP frente a 31,7% en HO; p = 0,0009). Aunque el número de pacientes fumadoras fue superior en HO, el número de cigarrillos consumidos por persona diariamente fue más elevado en AP (16,9 ± 4,6 frente a 11,4 ± 9,7; p = 0,0344). Curiosamente, la densidad mineral ósea fue muy similar en las dos poblaciones (índice T, T score lumbar mediante DXA): -3,0 T ± 0,8 en AP y -3,1 T ± 0,8 en HO (valor de p no significativo).
Discusión Hemos observado que el uso de benzodiacepinas y la presencia de frecuencia cardiaca superior a 80 pulsaciones por minuto, dos factores de riesgo de caídas, son más frecuentes en las pacientes de AP. En cambio, en las atendidas en los hospitales son más prevalentes los factores relacionados con la masa y la calidad óseas. No es fácil encontrar una explicación para estas diferencias, que no sólo muestran significación estadística sino que son de suficiente magnitud como para tener repercusión biológica. Por ejemplo, la prevalencia de fractura vertebral en el grupo atendido en HO es aproximadamente un 70% superior a la de las pacientes atendidas en AP, viniendo a suponer unos 15 puntos porcentuales en valor absoluto. Con los esteroides la diferencia aún es mayor. Su uso es el doble de frecuente en HO que en AP. Una relación similar se da con el tabaquismo y con la menopausia precoz. Las OP secundarias son más frecuentes en las pacientes atendidas en los hospitales. En el medio hospitalario parece predominar, respecto al de asistencia primaria, un tipo de paciente que responde más al perfil propio de la enfermedad osteoporótica, ya que en él son más frecuentes los factores de riesgo directamente relacionados con el hueso. En cambio, el perfil de la pa-
ciente atendida en AP corresponde al de una enferma en la cual predominan los factores de riesgo extraóseos, siendo particularmente llamativo que el porcentaje de pacientes con frecuencia cardiaca superior a 80 latidos por minuto sea unas cuatro veces superior en este medio (12,9% frente a 3,2%; p < 0,05). En definitiva, el perfil de la paciente seguida en AP se aproxima al de una enferma frágil, una de cuyas características definitorias es la tendencia a las caídas. La asociación entre fragilidad y fracturas está siendo objeto de especial atención en la actualidad. Recientemente, Ensrud et al12 han señalado la relación entre dos índices diferentes de fragilidad en el anciano y el desarrollo de fracturas, con unas hazard ratio de 1,4-1,5 para las fracturas no vertebrales y 1,7-1,8 para las de cadera (p < 0,001, en todos los casos). Por otra parte, Kärkkäinen et al13 han puesto de manifiesto la asociación entre las fracturas y la capacidad funcional valorada mediante diversas pruebas. La relación entre el aumento de la frecuencia cardiaca y la tendencia a las fracturas fue señalada ya hace algunos años14. De acuerdo con los comentarios anteriores, hubiera cabido esperar que la densidad mineral ósea fuera más baja en el grupo de pacientes atendido en el HO. Sin embargo, es similar en ambos grupos. A este respecto debe tenerse en cuenta que la fragilidad de los ancianos también debe relacionarse con la masa ósea, dado que tiende a acompañarse de sarcopenia15,16 y, por definición, de un menor grado de actividad física. De hecho, en nuestro estudio el sedentarismo fue un 50% superior en las pacientes de AP. Por otra parte, la comorbilidad es también propia del anciano frágil17,18, y entre las enfermedades frecuentes en el anciano es común la disminución de masa ósea (por ejemplo, insuficiencia cardiaca19 y enfermedad de Parkinson20). Se ha descrito también un descenso de 25OHD con aumento de PTH en el anciano frágil20. Sería interesante conocer si los factores de riesgo que predominan en cada uno de los grupos de pacientes les predisponen de manera diferente al padecimiento de fracturas. Según el índice FRAX21, el conjunto de antecedentes de fractura, el tratamiento esteroideo y el tabaquismo en mujeres con características similares a nuestras pacientes (edad, talla, peso, densidad mineral ósea), supone un riesgo absoluto de fractura de cadera a 10 años del 16%, y de cualquier fractura osteoporótica superior al 25%. En ausencia de estos factores, los riesgos correspondientes son del 3,5 y del 8% (entre 3 y 4 veces menos, aproximadamente). Ya que estos factores son de un 40 a un 100% más prevalentes en la población atendida en HO, cabría pensar que estas
Factores de riesgo de la osteoporosis en mujeres atendidas en Atención Primaria y en consultas hospitalarias. Estudio OPINHO-PC pacientes podrían en su conjunto presentar una tendencia a la fractura superior a la de las atendidas en AP. Sin embargo, las pacientes en AP presentan una mayor tendencia a las caídas, y la predisposición a las fracturas que ello supone puede determinar un aumento del riesgo de fractura de magnitud equivalente. En qué medida ambos tipos de factores pueden neutralizarse es algo que, con la información recogida en nuestro trabajo, no podemos conocer. Las fracturas vertebrales fueron más prevalentes en el grupo seguido en los hospitales, pero las no vertebrales (más relacionadas con las caídas) no mostraron diferencias. El hecho de que hayamos detectado diferencias en los factores de riesgo de OP y de fractura osteoporótica entre las pacientes atendidas en AP y HO, no debe interpretarse en el sentido de que se trate de pacientes esencialmente distintas. Más bien al contrario, como se deduce de los datos recogidos en las tablas 1 y 2, ambos tipos de enfermas difieren fundamentalmente en algunos aspectos particulares. Ello concuerda con el hecho, bien conocido, de que pacientes portadores de una misma enfermedad, pero correspondientes a niveles asistenciales distintos, pueden presentar diferencias en sus perfiles clínicos. De hecho, la comprobación de este fenómeno en la OP es lo que nos ha movido a realizar este estudio. Nuestro trabajo, al tratarse de un estudio transversal, ha permitido estudiar los factores de riesgo de la OP en las mujeres atendidas en ambos ámbitos médicos. Sin embargo, éste tiene las limitaciones propias de los estudios transversales; es decir, al no realizar un seguimiento de los pacientes requiere de futuros estudios prospectivos, no sólo para confirmar sus resultados, sino para conocer si la tendencia al desarrollo posterior de fracturas es, o no, similar en ambos tipos de pacientes. En resumen, hemos estudiado comparativamente los factores de riesgo de fractura de pacientes con OP atendidas en AP y en HO especializados. Hemos observado que en el primero son más prevalentes los factores asociados con el riesgo de caídas (factores extraóseos), y que en el segundo son más prevalentes los factores de riesgo referidos a la densidad y la calidad óseas (factores intrínsecamente óseos). Se requieren nuevos estudios para conocer si ambos tipos de factores proporcionan una tendencia distinta al desarrollo de fracturas (Anexo).
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324 Anexo
J. González Macías et al Variables recogidas en el estudio para evaluar los distintos factores de riesgo analizados
Variable
Descripción
Edad
Edad de la menarquia y menopausia (sí/no). En caso afirmativo, edad de la menopausia y porcentaje de mujeres con menopausia quirúrgica Calculado a partir del peso y la talla Fecha visita actual-fecha de diagnóstico Índice T Primaria o secundaria: artritis reumatoide, corticoides, otras Atención Primaria o medio hospitalario Fecha, localización y tipo (patológica/no patológicas) * Sin fracturas/fracturas no vertebrales/fracturas vertebrales (número de fracturas y localización) Fumador actual/exfumador/nunca fumador Número de cigarrillos/día ml/día y número de días/semana Descripción Sí/no Sí/no Sí/no Sí/no Sí/no Uso prolongado de benzodiacepinas, incapacidad de levantarse de la silla, frecuencia cardiaca > 80 lat/min
Índice de masa corporal (IMC) Antigüedad del diagnóstico Valores de DMO al diagnóstico Causa de la OP Ámbito en el que se estableció el diagnóstico Historia de fracturas (todas) Gravedad de la OP (historia de la OP) Tabaquismo Consumo de cigarrillos Consumo de alcohol Variable Ingesta reducida de calcio Sedentarismo ** Uso prolongado de esteroides Descenso en estatura (desde 25 años) Historia materna de fractura femoral Factores de riesgo de caídas
DMO: Densidad mineral ósea; IMC: índice de masa corporal; OP: osteoporosis. * Se define fractura patológica como la fractura espontánea o de traumatismo mínimo. ** Pacientes sedentarias: aquellas que no dediquen 30-45 minutos 3 ó 4 veces por semana a pasear, correr o natación.