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PIEL FORMACION CONTINUADA EN DERMATOLOGIA www.elsevier.es/piel
Historia de la dermatologı´a
Gine´ y Partaga´s y sus tratados iconogra´ficos de dermatologı´a Gine´ y Partaga´s and his iconographic dermatology text books Luis Conde-Salazar a,*, Felipe Heras b, Amaya Maruri a y David Aranda a a b
Museo Olavide, Academia Espan˜ola de Dermatologı´a y Venereologı´a, Madrid, Espan˜a Servicio Dermatologı´a. Fundacio´n Jime´nez Dı´az, Madrid, Espan˜a
Introduccio´n La lenta aparicio´n (1871-1881) en forma de fascı´culos de gran taman˜o, y el elevado precio del Tratado iconogra´fico de Olavide, dio origen a la aparicio´n de otros textos dermatolo´gicos de menor calidad, ma´s manejables por su taman˜o, y especialmente de menor precio, y aunque se acompan˜aban de pocas la´minas y dibujos tuvieron un gran e´xito entre los alumnos de medicina y los propios me´dicos. Los autores de estos textos no eran especialistas en dermatologı´a (Juan Gine´ y Partaga´s, Jero´nimo Pe´rez Ortiz, Ramo´n de la Sota y Lastra, Eusebio Oyarzabal y Merino) ya que la especialidad no existı´a, y en muchos casos eran uro´logos, cirujanos, otorrinos o profesores de patologı´a quiru´rgica en donde se encontraba incluida la asignatura de dermatologı´a. Los primeros textos y ma´s importantes fueron el Tratado clı´nico iconogra´fico de dermatologı´a quiru´rgica (1880) y el Tratado clı´nico iconogra´fico de las enfermedades vene´reas y sifilı´ticas (1883) de Gine´ y Partaga´s, que supusieron un hito en el estudio de las enfermedades de la piel y vene´reas en aquella e´poca. Gine´ y Partaga´s fue una persona de gran influencia en la medicina de finales de siglo XIX y principios del XX; aunque catedra´tico de patologı´a general en Barcelona destaco´ principalmente por sus trabajos en psiquiatrı´a y por la creacio´n de la Escuela catalana de Psiquiatrı´a, e iniciador de la gran Escuela catalana de Dermatologı´a. Tambie´n realizo´ numerosos trabajos de higiene, e incluso destaco´ como autor literario de
novelas de ciencia-ficcio´n me´dica. Publico´ diversas novelas que tuvieron un relativo e´xito. A finales del siglo XIX la personalidad poliface´tica de Juan Gine´ y Partaga´s supuso una importante aportacio´n a la medicina catalana de esa e´poca1,2. Su vida y obra ha sido estudiada exhaustivamente desde diversos aspectos me´dicos, destacando los estudios dermatolo´gicos realizados por Xavier Sierra Valentı´3–6. Nacio´ el 18 de noviembre de 1836 en Pla´ de Cabra, hoy Pla´ de Santa Marı´a en la comarca del Alt Camp de Tarragona, y fallecio´ en Barcelona el 27 de febrero de 1903. De familia modesta, trabajo´ en una barberı´a para costearse los estudios. Curso´ la carrera de medicina en Barcelona, donde se licencio´ en 1858, posteriormente se traslado´ a Madrid donde se doctoro´ 4 an˜os mas tarde, entrando en contacto con Olavide, del que adopta sus ideas dermatolo´gicas y con el que mantendrı´a una gran amistad. Estas ideas y el respeto y admiracio´n por Olavide se verı´an reflejadas en sus 2 tratados dermatolo´gicos. Fue me´dico rural durante un tiempo, hasta que obtiene por oposicio´n en 1863 la plaza de profesor ayudante de la Facultad de Medicina de Barcelona, cargo que desempen˜o´ hasta 1866, en que por oposicio´n fue nombrado catedra´tico de la Universidad de Santiago de Compostela. Aquı´ permanecio´ un breve tiempo, pasando posteriormente a Barcelona, donde ocupo´ primero la ca´tedra de higiene y posteriormente la de patologı´a quiru´rgica. En 1892 fue nombrado decano de la Facultad de Medicina, cargo que ocupo´ hasta su muerte. En aquel tiempo la dermatologı´a se estudiaba dentro de la patologı´a quiru´rgica, junto con la oncologı´a, sifilografı´a, flebologı´a y traumatologı´a. Gine´ no era partidario de que la
* Autor para correspondencia. Correo electro´nico:
[email protected] (L. Conde-Salazar). http://dx.doi.org/10.1016/j.piel.2015.05.003 0213-9251/# 2015 Elsevier Espan˜a, S.L.U. Todos los derechos reservados.
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dermatologı´a fuese una especialidad, ya que los procesos dermatolo´gicos constituyen una gran parte de la patologı´a general que se presenta en la pra´ctica diaria, por lo que consideraba que todos los me´dicos debı´an conocerla y saber tratar las enfermedades ma´s frecuentes. Se le puede considerar como el introductor de la dermatologı´a moderna en Catalun˜a, al igual que Olavide lo fue en Madrid. Formo´ a muchos discı´pulos, pero escasos en dermatologı´a, de los que destacarı´amos a Prudencio Seren˜ada, familiar suyo y autor de diversos trabajos de sı´filis y prostitucio´n. Tambie´n a Gil Saltor Lavall, profesor numerario de la facultad, primero de histologı´a y mas tarde de cirugı´a, que fallecio´ en 1909 con 47 an˜os, delegando en su u´ltimo tiempo la ensen˜anza a Jaime Peyrı´, quien serı´a en 1915 el primer catedra´tico de dermatologı´a de Barcelona1. Como aportacio´n interesante a la dermatologı´a destacaremos la utilizacio´n del a´cido fe´nico (1864) en la lucha contra las infecciones cuta´neas, picaduras e incluso como profilaxis del co´lera1. Curiosamente, aunque era cirujano, actividad en la que no destaco´, no lo utilizo´ en el tratamiento de las heridas quiru´rgicas, tratamiento que posteriormente serı´a aplicado en cirugı´a tras los trabajos de Lister en 1865. Tambie´n aporto´ un tratamiento indoloro y no depilatorio de las tin˜as. De baja estatura, complexio´n fuerte, aspecto rechoncho y cara bondadosa, Gine´ y Partaga´s (fig. 1) se muestra como un
maestro seguro en la ensen˜anza, siendo muy pragma´tico en la terape´utica, clı´nico con gran experiencia, buen conocedor de su oficio y que sabe admitir sus errores ante sus alumnos y que no oculta su forma de tratar, lo cual indica un alto nivel de honradez me´dica1. Sus clases eran eminentemente pra´cticas, muy amenas, con ane´cdotas de enfermos vistos por e´l y con la lectura de la historia clı´nica. Los enfermos procedı´an de las salas de hospitalizacio´n del Hospital de La Santa Cruz o incluso de su consultorio privado. En su vida privada tambie´n cultivo´ la dermatologı´a, siendo su consulta una de las ma´s prestigiadas y concurridas de Barcelona. Sin embargo, Gine´ y Partaga´s destaca principalmente por el estudio de las «enfermedades mentales», siendo reconocido como el primer psiquiatra espan˜ol del siglo XIX1,7. En 1864 fue consultor y posteriormente en 1873 es nombrado director del Manicomio Nueva Bele´n en Sant Gervasi de Cassoles (Barcelona) (figs. 2 y 3). Esta institucio´n fue mode´lica en esa e´poca, y desde donde Gine´ y Partaga´s aporto´ las nuevas tendencias de la psiquiatrı´a moderna, siendo un seguidor de la lı´nea organicista de la psiquiatrı´a francesa en contraposicio´n a los criterios vitalistas de Pi i Molins. En este manicomio funda la primera escuela de la psiquiatrı´a espan˜ola, de la que destacaron Martı´ y Julia´, Rodrı´guez Morini y principalmente Galcera´n Grane´s, los cuales continuaron sus ensen˜anzas y la lı´nea organicista trazada por la escuela francesa. En un jardı´n, y debajo de un frondoso a´rbol de este manicomio, comenzo´ a dictar unos cursos dominicales de «frenopatı´a» a los alumnos de medicina, que con el tiempo se convirtio´ en una verdadera «ca´tedra libre de psiquiatrı´a», la cual era inexistente en la Universidad de Barcelona. En 1881 creo´ la revista Frenopatı´a Barcelonesa como «eco del manicomio», siendo la u´nica revista de psiquiatrı´a en ese tiempo en Espan˜a. En 1883 organiza el primer congreso espan˜ol de psiquiatrı´a denominado «Certamen frenopa´tico espan˜ol»8. De su numerosa obra psiquia´trica hay que destacar su Tratado de frenopatologı´a (1876), primer libro espan˜ol sobre este tema y en el que autor indica que esta´ fundado en «la clı´nica y en la fisiologı´a de los centros nerviosos». A su muerte, el manicomio Nueva Bele´n inicio´ un declive hasta su desaparicio´n en 1942, siendo ocupado por un reformatorio femenino que fue derribado en 1990 para la creacio´n del flamante CosmoCaixa-Museu de la Ciencia.
Figura 1 – Retrato de Gine´ y Partaga´s.
Figura 2 – Manicomio Nueva Bele´n (1874).
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Figura 3 – Reglamento del manicomio Nueva Bele´n.
Como catedra´tico de higiene, cargo que desempen˜o´ durante varios an˜os, publico´ diversos libros como el Tratado de higiene rural (1860) y su famoso Curso elemental de higiene privada y pu´blica (1871-1872), donde por primera vez se aborda en Espan˜a la patologı´a de trabajo. En el Instituto Me´dico de Barcelona (1866), institucio´n extraoficial de la que fue promotor, dicto´ clase de anatomı´a microsco´pica, publicando diversos trabajos y traducciones de libros sobre este tema. Ası´ mismo, fue autor de 3 novelas de ciencia ficcio´n me´dica; Un viaje a Cerebropolis (1884), La familia de los Oncos (1888) y Los misterios de la locura (1890), que tuvieron cierta repercusio´n pu´blica, pero crı´ticas no favorables2.
Obra dermatolo´gica La idea inicial de Gine´ y Partaga´s fue realizar 5 libros de patologı´a quiru´rgica que deberı´an incluir la asignatura completa (dermatologı´a, sifilografı´a, flebologı´a, oncologı´a y traumatologı´a), que serı´an una transcripcio´n de su clases impartidas en la Facultad de Medicina, con la misma amenidad y un estilo claro y muy dida´ctico, pero por diversos motivos ello no fue posible, publica´ndose solo los 2 primeros. En 1880 publico´ en Barcelona el Tratado clı´nico iconogra´fico de dermatologı´a quiru´rgica9 (fig. 4). Fue editado por el Establecimiento Tipogra´fico la Academia de Evaristo Ullastre (Ronda de la Universidad 96, Barcelona).
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Figura 4 – Primeras pa´ginas de los libros de Gine´ y Partaga´s. Tratado clı´nico iconogra´fico de dermatologı´a quiru´rgica.
La obra consta de 2 partes diferenciadas: una primera parte correspondiente a la dermatologı´a general, compuesta de 12 capı´tulos entre los que incluye la estructura de la piel, sus funciones, la anatomı´a patolo´gica, etiologı´a, diagno´stico, clasificacio´n y prono´stico y 2 capı´tulos a la terape´utica, y lo que es ma´s curioso un u´ltimo capı´tulo, el XII, a «La medicacio´n hidrolo´gica en general y con aplicacio´n especial a las dermatosis». Creemos que la existencia de este capı´tulo pudo haber sido debido a sus conocimientos y experiencias como catedra´tico de higiene. La segunda parte: dermatologı´a especial consta de 24 capı´tulos, en los que se exponen las parasitosis, el eczema, el prurigo, el herpes, la pitiriasis, el liquen, etc. Destacarı´amos los capı´tulos dedicados extensamente a la elefantiasis de los griegos y a la pelagra, enfermedad que en esa e´poca era estudiada en diversas asignaturas de la carrera (patologı´a me´dica quiru´rgica, clı´nica me´dica quiru´rgica, higiene), incluso el curso 1877-78 fue denominado «Curso de la pelagra». Gine´ y Partaga´s presenta 3 enfermos de las salas del Hospital de la Santa Cruz afectados de pelagra y una enferma del Manicomio Nueva Bele´n, se declara «antizeı´sta» y rechaza la tesis de enfermedad contagiosa por productos to´xicos o para´sitos del maı´z, indicando que aunque este tenga alguna influencia es la pobreza, la higiene y la alimentacio´n los factores que condicionan la enfermedad, indicando que, en un futuro, debido a los trastornos psı´quicos de estos enfermos sera´n los frenopa´ticos los que traten esta enfermedad.
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En ambas obras, cada capı´tulo se inicia con «Sen˜ores» y con una introduccio´n donde explica la enfermedad a tratar, su etiologı´a, las teorı´as existentes acerca de la enfermedad y el posible tratamiento; en la mayorı´a de los casos se acompan˜a con la presentacio´n de uno o varios enfermos procedentes de las diversas salas del Hospital de la Santa Cruz (Sala Santa Cruz, Sala San Jose´, Santo Toma´s, Beato Oriol) de su consulta privada o incluso del Manicomio Nueva Bele´n, de donde era director. El libro consta de 17 la´minas, una de las la´minas esta´ tomada del Atlas de Olavide (Locura pelagrosa) (fig. 5) otras 2 son sobre para´sitos (fig. 6) y 3 de histologı´a; las restantes 12 la´minas presentan cada una 4 enfermos con un pie de diagno´stico. Sus autores son «discı´pulos y compan˜eros suyos, los licenciados Ignacio Carbo´ y Enrique Castells»6,9, pues como indica el propio Gine´ en el prologo «Conviene, empero que en esta parte el pintor se identifique con el clı´nico; por eso he tenido especial empen ˜ o en que el dibujo y colorido de las formas cuta´neas fuesen ejecutadas por personas a la vez inteligentes en Pintura y Medicina»9. Los dibujos se realizan al natural siendo posteriormente litografiados por Lit. Vda. Labielle. La calidad no es muy buena, y el propio autor las define en su libro como «cromos», pero lo ma´s interesante es que al final presenta 3 fotografı´as de enfermos dermatolo´gicos que segu´n refiere el autor son los u´nicos que encuentra en su limitada coleccio´n de 18 fotografı´as clı´nicas. Las
Figura 6 – La´mina en la que se ilustran diversos para´sitos de la piel.
Figura 5 – La´mina en la que la «Fig. 4.a» (Locura pelagrosa. . ..) esta´ tomada del Atlas de Olavide.
fotografı´as creemos que son las primeras fotos clı´nicas que se incluyen en un texto dermatolo´gico en Espan˜a; eran fotografı´as a la albu´mina, pegadas directamente sobre las pa´ginas del libro, y segu´n los ejemplares podı´an estar coloreadas o no (las existentes en el libro que comentamos perteneciente a la Biblioteca de la AEDV esta´n coloreadas en rojo el liquen herpe´tico generalizado y en verde el eczema impetiginoso herpe´tico de las piernas). En relacio´n con estas debemos destacar que Gine´ y Partaga´s es uno de los introductores de la fotografı´a dermatolo´gica en Espan˜a10, interesado en la dida´ctica con ima´genes, ya habı´a publicado dibujos de patologı´a quiru´rgica en La Independencia Me´dica, que era dirigida por e´l y donde vertio´ su ideologı´a positivista. El antiguo Hospital de la Santa Cruz de Barcelona fue el iniciador de la introduccio´n de la fotografı´a en medicina, y existe un documento del 15 de julio de 1874 con una peticio´n del Dr. Juan Soler i Buscalla (1835-1895) a la administracio´n del hospital solicitando la posibilidad de realizar fotografı´as de enfermedades vene´reas; sabemos que el Dr. Soler era cirujano, pero con gran intere´s en la sifilografı´a, trabajando especialmente en sı´filis conyugal, chancro y lesiones secundarias de la sı´filis, y aunque era coeta´neo de Gine´ i Partaga´s no sabemos la relacio´n que pudo existir entre ambos10.
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Gine´, entre 1874-1875, comienza a realizar una denominada Coleccio´n fotogra´fica de los enfermos de la clı´nica quiru´rgica, y en colaboracio´n con sus primos reputados foto´grafos de la e´poca, que tenı´an un estudio en la Plaza de Sant Jaume (Fot. A. Partaga´s hermS) publica en 1875 una coleccio´n de 18 fotografı´as clı´nicas que se vendı´a en diversos lugares. Pronto la administracio´n de la Santa Cruz le prohı´be, al igual que a Soler, seguir realizando fotos clı´nicas, basa´ndose en que esta pra´ctica podı´a ser ofensiva para la moral al tratarse en ocasiones de desnudos o enfermedades vene´reas, incluso se llego´ a prohibirle la entrada a la sala donde estaban las prostitutas2,7,9. Tres de estas fotos clı´nicas esta´n incluidas en su Tratado clı´nico iconogra´fico de dermatologı´a quiru´rgica (liquen herpe´tico generalizado, eczema impetiginoso de las piernas e ictiosis nigra y nacarada). Estas fotos esta´n pegadas en una hoja y tienen como firma en la parte inferior «Fota. Partaga´s herms». Colaboro´ tambie´n en la revista Andalucı´a Me´dica, revista de cara´cter mensual creada en Co´rdoba en 1876 por el Dr. Rodolfo del Castillo. Se trataba de la primera publicacio´n de cara´cter perio´dico que publicaba fotografı´as me´dicas; la revista dejo´ de publicarse en 1892, y en ella hay una de las fotos del A´lbum iconogra´fico, la correspondiente a liquen herpe´tico generalizado (fig. 7), que se publico en el volumen 2 como la´mina 10 (1877); esta misma foto es la que aparece posteriormente en su libro. Tambie´n fue el creador de las «psiquifotos» en las que retrataba diversos pacientes con afecciones mentales del Manicomio Nueva Bele´n y comentaba su enfermedad y el tratamiento al que eran sometidos. Al final de la obra, adema´s de un ı´ndice alfabe´tico, presenta un formulario especial de dermatologı´a con 200 fo´rmulas entresacadas de los ma´s renombrados clı´nicos. En todo el libro, y ma´s en su introduccio´n, hace un elogio de Olavide, indicando que la obra de Olavide es fundamental, con doctrinas antiguas y modernas, con un caudal de historias clı´nicas y con la´minas cromolitogra´ficas de los enfermos, las cuales critica porque «no siempre esta´n a la altura del lujo de la edicio´n ni de la importancia del relato», ası´ mismo expresa el carin˜o y admiracio´n que le profesa en una carta que adjunta junto a la carin˜osa contestacio´n de Olavide9. Pero tambie´n hace hincapie´ en la lentitud de la publicacio´n del Atlas de Olavide, que hizo que muchos pensaran que podı´a sobrevenir un quebranto editorial que impidiera la conclusio´n, e indica que por su elevadı´simo precio (179 duros en esa e´poca, aun sin acabar las entregas), lo hace de e´l un libro poco asequible para la clase me´dica, y menos para los estudiantes, justificando por todo esto la publicacio´n de su libro de la siguiente manera: «No abrigo la pretensio´n de escribir una obra de me´rito, sino de presentar a mis discı´pulos y ´ til, digo, porque las enfermedades compan˜eros un libro u´til. U de la piel son, por desgracia, poco estudiadas entre nosotros y esto sin duda a causa de la escasez de textos adecuados al objeto»9. El mismo autor, en 1893, publica la segunda parte o seccio´n de la dermatologı´a quiru´rgica, denomina´ndola como Tratado clı´nico iconogra´fico de las enfermedades vene´reas y sifilı´ticas11. En este libro, en un breve pro´logo, indica que es una continuacio´n del anterior cumpliendo la «promesa» que hizo en la publicacio´n del anterior (fig. 8).
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Figura 7 – Fotografı´a coloreada (liquen herpe´tico generalizado). Curiosamente esta foto se publico´ anteriormente en La Andalucı´a Me´dica en 1877. Es un libro desde el punto de vista cientı´fico bastante inferior al de Dermatologı´a; se observa en el contenido unas ideas no correctas y no adaptadas al nivel de conocimientos que van apareciendo, y aunque sus conocimiento en venereologı´as son muy so´lidos en la clı´nica, se encuentran atrasados y desfasados en relacio´n con los aspectos teo´ricos y los nuevos avances, pero de todas formas demuestra ser un clı´nico pra´ctico consumado, perspicaz y con ma´s experiencia que teorı´a. Este libro es de una estructura similar al anterior, consta de 720 pa´ginas, con 12 la´minas que aunque no todas esta´n firmadas, la u´nica que hemos encontrado firmada lo esta´ por L. Moret y J. Comet, pintor y grabador (ilustradores distintos de los del anterior libro), cada la´mina tiene una pa´gina anterior en donde se indica el tı´tulo de cada una de las figuras. La editorial y la imprenta son la misma, y las la´minas son ostensiblemente de mejor calidad que las del anterior libro, y como indica el autor corresponden a enfermos que son citados en el libro con su historia y que proceden de la policlı´nica del Hospital Santa Cruz. Tambie´n existe un formulario de 105 fo´rmulas especı´ficas para las enfermedades vene´reas, ası´ como un ı´ndice alfabe´tico y una hoja indicando las erratas existentes «Corrigenda». El libro consta de 50 capı´tulos dividido en 3 partes, una primera parte de 17 capı´tulos dedicada ı´ntegramente a la
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Figura 8 – Primera pa´gina del libro de Gine´ y Partaga´s: Tratado clı´nico iconogra´fico de las enfermedades vene´reas y sifilı´ticas.
blenorragia, una segunda parte de 11 capı´tulos dedicados al chancro vene´reo y una tercera parte de 23 capı´tulos de sı´filis en todas sus variedades. En su leccio´n primera denominada «Preliminares», con ejemplos clı´nicos muy demostrativos, hace una reflexio´n profunda y detallada sobre las teorı´as existentes sobre la etiologı´a de las enfermedades vene´reas (identismo/no-identismo/dualismo), declarando que si en un principio adopto´ la teorı´a del identismo de Hunter, con los nuevos adelantos y los estudios de Ricord se declaraba fervoroso dualista. En los amplios capı´tulos de blenorragia incluye todo tipo de uretritis purulentas, sean gonoco´cicas o de cualquier otro origen; las descripciones clı´nicas son muy buenas, observa´ndose que domina el tema y que tiene gran experiencia, pero sus ideas patoge´nicas se encuentran atrasadas, pues desconoce la existencia del diplococo descubierto por Neisser en 1879, por lo que en el capı´tulo III y IV de etiologı´a de la blenorragia indica como posible causa los alimentos muy condimentados o especiados, bebidas alcoho´licas o aroma´ticas, cafe´, traumatismo, flujo uretral, etc., mencionando te´rminos como la «blenorragia sin blenorragia precedente» y «blenorra´gicos blenorreicos». La lectura de los diversos capı´tulos es muy amena, con un estilo coloquial, con numerosos ejemplos de enfermos
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ingresados en el hospital o de su clı´nica privada, y en muchos casos con sentencias como «A menudo se encuentran blenorra´gicos que achacan su mal a una partida de caza, a un manjar especiado, a un buen ban˜o demasiado frı´o, el cafe´ muy saturado, etc. No debe´is dar cre´dito a semejante etiologı´a, esos blenorreicos de hoy eran blenorreicos ayer». Es curioso el capı´tulo XVII en el «de la blenorragia en la mujer», donde Gine´ hace la observacio´n a los alumnos de que las clases las tendra´ que dar con ejemplos de enfermas de su consulta privada, debido a la prohibicio´n que tiene para el acceso a las enfermerı´as de mujeres vene´reas, indicando que estos casos los podra´n ver en la Clı´nica de ginecopatı´a. En una segunda parte dedica al chancro vene´reo 11 capı´tulos (XVIII-XXIII), siendo de destacar uno dedicado por completo a la anatomı´a patolo´gica y a su diagno´stico diferencial con otras formas, ası´ como el u´ltimo capı´tulo en el que trata de las denominadas vegetaciones vene´reas refirie´ndose a los condilomas. Finalmente, en 23 capı´tulos desarrolla todo el tema de la sı´filis, con un capı´tulo dedicado exclusivamente al «virus sifilı´tico», ası´ como al tratamiento de los diversos estadios de la sı´filis y un curioso capı´tulo denominado «Testı´culo sifilı´tico», en el que refiere la orquitis sifilı´tica, la epidimitis sifilı´tica y el goma sifilı´tico, haciendo un diagno´stico diferencial con la tuberculosis del testı´culo, el encefaloides y el fungus benigno. Finaliza con un amplio formulario de 105 fo´rmulas magistrales para el tratamiento de todo tipo de enfermedades vene´reas, destacando las relacionadas con el ba´lsamo de copaiba (Copaifera officinalis), las esencias de cubebas (Piper cubeba), los compuestos mercuriales, los de ioduro pota´sico, etc. En 1898 su hijo Arturo Gine´ Marriera publica el Compendio de patologı´a quiru´rgica12; se trata de los apuntes tomados de las lesiones explicadas en la ca´tedra de su padre, indicando que esta´ «exactamente adecuado al programa de dicha asignatura», como refiere el autor en su introduccio´n los apuntes esta´n revisados y corregidos para evitar los errores que surgen de tomarlos de oı´do. Este compendio abarca las 4 especialidades o secciones, a saber: 1.8 flebologı´a, 2.8 traumatologı´a, 3.8 oncologı´a y 4.8 dermatologı´a; esta u´ltima ocupa el capı´tulo 80 al 88 (pa´g. 715-793). Se trata de unos apuntes en los que no figura ningu´n esquema o fotografı´a, ni las historias clı´nicas que tan magnı´ficamente adornaban los capı´tulos de los Tratados iconogra´ficos publicados anteriormente por su padre.
Conclusio´n El estudio de la vida y la obra de Gine´ y Partaga´s nos retrotrae a una e´poca de me´dicos humanistas que en los finales de siglo XIX y comienzo del XX cultivaban muchas de las facetas de la medicina y aspectos diversos socioculturales de la e´poca. Eran personajes de la vida pu´blica y social, y destacaban en las materias que trabajaban. Fue en la psiquiatrı´a donde Gine´ y Partaga´s destaco´ de forma brillante, siendo precursor y creador de una gran escuela, pero tambie´n tuvo un papel muy importante en la dermatologı´a, donde adema´s de trabajar en lo pu´blico y en lo privado fue el creador de la escuela catalana de dermatologı´a. La publicacio´n de sus 2 libros fue una referencia para los dermato´logos de esa e´poca, debido a que solo algunos podı´an
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consultar el tratado de Olavide, de elevado precio y con una lenta e insegura entrega en fascı´culos.
Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningu´n conflicto de intereses.
b i b l i o g r a f i´ a
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