Incremento del cáncer de pulmón en mujeres

Incremento del cáncer de pulmón en mujeres

CARTAS CIENTÍFICAS la EVA obtenido de los pacientes con dolor fue de 5,36 (2,59), superior al expresado por médicos (4,15 [2,13]) y enfermeras (4,84 [...

67KB Sizes 0 Downloads 65 Views

CARTAS CIENTÍFICAS la EVA obtenido de los pacientes con dolor fue de 5,36 (2,59), superior al expresado por médicos (4,15 [2,13]) y enfermeras (4,84 [2,10]). La Rho de Spearman para las correlaciones entre la intensidad del dolor según opinión del médico y de la enfermera fue de 0,695 (significación < 0,000); las correlaciones entre la intensidad del dolor según opinión del paciente y del médico (0,136) o de la enfermera (–0,041) no alcanzaron significación estadística.

45.501

Ausencia de correlación en la evaluación de la intensidad del dolor por parte de pacientes, médicos y enfermeras Sr. Editor: El dolor es un síntoma frecuente tanto en los hospitales1-3 como en los centros sociosanitarios4,5 y resulta limitador de la calidad de vida para quienes lo sufren6,7. El año 2001 efectuamos un estudio de prevalencia del dolor, mediante una encuesta transversal, cuyos resultados han sido motivo de exposición en otro foro8. En la presente carta comunicamos la parte del estudio no publicada. El objetivo fue conocer la correlación en la evaluación del dolor según el evaluador fuese el propio paciente, la enfermera o el médico. La Unidad de Convalecencia del Hospital de Sabadell de la Corporación Parc Taulí (UC) es una unidad específica sociosanitaria de convalecencia, gestionada directamente por el Hospital de Sabadell. Constituye el único hospital de referencia para una población de 380.000 habitantes. Dicha unidad dispone de 70 camas y en el año 2000 dio un total de 1.451 altas. Se incluyó a todos los pacientes ingresados en la UC en la segunda semana de marzo de 2001, excluyéndose aquellos que consideramos no competentes. Se efectuó una encuesta de prevalencia de dolor. Se inquiría sobre el dolor en las últimas 24 h. La intensidad del dolor se evaluó por una escala analógica visual (EVA de 0 a 10), cuyo funcionamiento explicaban los entrevistadores. Los autores entrevistaron para cada caso al paciente, a su medico y a su enfermera del turno de mañana. Lo hicieron de forma que ni entrevistados ni entrevistadores conociesen la respuesta de los otros en el momento de la encuesta. En el conjunto de las entrevistas participaron 5 médicos y 6 enfermeras, todas del turno de mañana. El análisis estadístico incluyó las correlaciones bivariadas y su significación se ha calculado mediante el coeficiente de correlación de Spearman. Cuatro pacientes fueron excluidos por los entrevistadores ante la dificultad de comunicación por demencia o afasia. Se obtuvieron tripletes de encuestas de 64 casos. El 68,8% eran mujeres. La edad media (desviación estándar) fue de 75,87 (11,3) años. La estancia media en el momento del estudio era de 24,46 (35) días. En la tabla 1 se recogen los diagnósticos motivo de ingreso, así como el estudio descriptivo de la intensidad del dolor según el diagnóstico y el evaluador (paciente, médico y enfermera). El valor medio (DE) de

Nuestra población presenta factores para tener dolor, tanto por su edad9 como por sus enfermedades de base. La prevalencia detectada es menor de la que habíamos registrado en épocas anteriores1,4. Queremos destacar la presencia de dolor intenso, expresado por el paciente pero no por parte de médicos y enfermeras, en enfermedades en las que habitualmente asumimos que el dolor no debería ser un problema (accidente vascular cerebral o enfermedad pulmonar obstructiva crónica), pero la presencia de flebitis y hombro doloroso, por ejemplo, ha determinado intensidades muy altas. Por el contrario, en los pacientes con fracturas (especialmente la de fémur) –para quienes tenemos mejor incorporada la importancia del control del dolor– la evaluación no es tan dispar y los profesionales llegamos incluso a puntuar intensidades de dolor más altas que el mismo paciente. Existen otros sistemas de evaluación del dolor que facilitan su aplicación a pacientes que no son capaces de responder a una EVA10, pero lo que pretendíamos no era tanto garantizar la máxima inclusión como comparar la intensidad del dolor en la evaluación por parte del paciente frente a la realizada por los profesionales que le atendían. En resumen, tanto médicos como enfermeras infravaloramos el dolor expresado por los pacientes. Y lo hacemos tanto más cuanto menos dolor esperemos según la enfermedad de base. Creemos que, para disminuir la prevalencia del dolor en nuestros hospitales, médicos y enfermeras deberían reconocer la importancia de detectar y evaluar el dolor partiendo de la percepción del propio paciente. M.ª Teresa Vilarmau, Antonio Nogueras y Jordi Real Hospital de Sabadell. Institut Universitari Parc Taulí. Sabadell. Barcelona.

TABLA 1 Intensidad (EVA) del dolor, según la persona Diagnóstico

Miscelánea Número Media (DE) Otras fracturas Número Media (DE) Neurológicos* Número Media (DE) Fractura de fémur Número Media (DE) Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Número Media (DE) Accidente vascular cerebral Número Media (DE) Total

Número total

Médico

Paciente

Enfermería

14

9 4,67 (2,35)

7 6,57 (1,99)

6 5,50 (2,35)

7

7 3,71 (1,11)

6 4,00 (1,55)

6 3,83 (1,47)

15

4 2,25 (0,50)

3 4,33 (4,04)

1 3,00

10

7 5,14 (2,85)

6 4,33 (2,80)

7 5,57 (2,64)

7

2 2,00 (1,41)

3 5,67 (3,06)

12

5 4,80 (1,64) 34 4,15 (2,13)

3 8,00 (1,00) 28 5,36 (2,59)

64

5 4,60 (1,52) 215 4,84 (2,10)

*Demencias y enfermedades neurológicas degenerativas. Significación del coeficiente de correlación de Spearman para datos apareados: paciente/médico (0,536) y paciente/enfermería (0,309); sí hay significación en la correlación médico/enfermería (< 0,000). EVA: escala analógica visual.

1. Cañellas M, Bosch F, Bassols A, Rué M, Baños JE. Prevalencia del dolor en pacientes hospitalizados. Med Clin (Barc)1993;101:51-4. 2. Valero J, Palacios P, Vázquez-Barro A, LópezSuso E, Carpintero D. Prevalencia de dolor en el Hospital Juan Canalejo de La Coruña. Ann Med Intern 1995;12:584-8. 3. Yates P, Dewar A, Edwards H, Frentiman B, Najman J, Nash R. The prevalence and perception of pain among hospital in-patients. J Clin Nurs 1998;7:521-30. 4. Cañellas M, Bosch F, Vilarmau MT, Sola M, Baños JE. Características del dolor y su tratamiento en pacientes de un centro sociosanitario. Ann Med Intern (Madrid) 1996;13:423-9. 5. Fox PL, Raina P, Jadad AR. Prevalence and treatment of pain in older adults in nursing homes and other long-term care intitutions: a systematic review. CMAJ 1999;160:329-33. 6. Abbott FV, Gray-Donald K, Sewitch MJ, Johnston CC, Edgar L, Jeans ME. The prevalence of pain in hospitalized patients and resolution over six months. Pain 1992;50:15-28. 7. Baños JE, Bosch F. Problemas específicos de la terapia antiálgica en el medio hospitalario. Med Clin (Barc) 1996;106:222-6. 8. Vilarmau M, Nogueras A, Guirao M. Estudio de prevalencia del dolor en una unidad de convalecencia de 70 camas. Rev Esp Geriatr Gerontol 2001;36(Suppl 2). 9. Brattberg G, Parker MG, Thorslund M. The prevalence of pain among the oldest old in Sweden. Pain 1996;67:29-34. 10. Weiner D, Peterson B, Ladd K, McConnell E, Keefe F. Pain in nursing home residents: an exploration of prevalence, staff perspectives, and practical aspects of measurement. Clin J Pain 1999;15:92-101.

45.991

Incremento del cáncer de pulmón en mujeres Sr. Editor: El cáncer de pulmón en mujeres ha tenido en España hasta el año 2000 unas tasas de incidencia muy bajas, semejantes a las de los países en vías de desarrollo1,2. Hace treinta años el hábito de fumar, frecuente entre la población masculina exclusivamente, comenzó a extenderse peligrosamente entre la población femenina, por lo que se espera un incremento de las tasas de cáncer de pulmón entre esta población3-5. Se ha utilizado como material los casos incidentes de cáncer de pulmón en mujeres registrados desde 1992 hasta el año 2001 en un registro de base poblacional (realizado a partir de uno hospitalario) para el Área Sanitaria III, de 300.000 habitantes, de la provincia de Zaragoza, ubicado en el Hospital Clínico Universitario de esta ciudad. Se han calculado el incremento relativo de los casos de cáncer de pulmón en mujeres en estos años, las tasas de incidencia específicas y ajustadas anuales, y se ha observado la tendencia de dichas tasas mediante una prueba de regresión logarítmica. Se observa una tendencia ascendente desde el año 1992 hasta el año 2001, con una pendiente de 0,62 (intervalo de confianza del 95%, 0,29-0,95) y significación estadística (p = 0,002; r2 = 0,74). El incremento relativo de los casos en este período es del 72%. Estamos observando en los años 2000 y 2001 una eclosión de los casos de cáncer de pulmón en las mujeres en España, hasta ahora Med Clin (Barc) 2002;119(11):435-9

435

CARTAS AL EDITOR

TABLA 1 Tasas de incidencia de cáncer de pulmón en mujeres Año

Incidencia

IC del 95%

Tasa ajustada

IC

1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

3,2 4,4 3,74 2,49 6,31 4,54 5,05 10,7 11,2

1,01-7,32 1,75-9,01 1,3-8,15 0,68-6,38 3,03-11,6 1,35-9,22 2,16-10,2 5,98-16,8 6,02-16,9

1,57 2,60 2,51 1,50 3,75 2,95 3,70 6,45 7,12

1,41 0,95 2,25 1,52 2,50 2,10 2,74 3,58 3,60

inédito, debido probablemente a la incorporación de las mujeres desde hace 25 años al hábito de fumar en nuestro entorno. Se hace imprescindible dar a conocer este dato para concienciar a la población de su importancia y su consecuente medida preventiva de abandono de tabaquismo para controlar esta enfermedad. Milagros Bernal Pérez Comité de Cáncer de Pulmón. Hospital Clínico Universitario. Zaragoza.

1. López Encuentra A. Cáncer de pulmón en mujeres. Arch Bronconeumol 2001;37:55-7. 2. Grupo de Estudio del Carcinoma Broncopulmonar de la SOCAL-PAR. Incidencia del carcinoma broncopulmonar en Castilla-León durante el año 1997. Estudio multicéntrico de la Sociedad CastellanoLeonesa de Patología Respiratoria (SOCALPAR). Arch Bronconeumol 2000;36:313-8. 3. Johnson KC, Hu J, Mao Y. The Canadian Cancer Registries Epidemiology Research Group. Lifetime residential and workplace exposure to environmental tobacco smoke and lung cancer in neversmoking women. Canada 1004-97. Int J Cancer 2001;93:902-6. 4. Villalbí JR, Pasarín MI, Nebot M, Borrell C. Mortalidad por cáncer de pulmón en Barcelona: evidencia inicial de un descenso en hombres. Med Clin (Barc) 2001;117:727-31. 5. López Abente G, Pollán M, Escolar A, Errezola M, Abraira V. Atlas de mortalidad por cáncer y otras causas en España.1978-92. Madrid: Fundación Española contra el Cáncer, 1996.

mayoría de las babesiosis norteamericanas están producidas por la babesia murina, B. microti, y originan cuadros clínicos leves. A diferencia de lo que ocurre en el individuo inmunocompetente, la babesiosis en esplenectomizados ocasiona un cuadro clínico característico y grave constituido por síndrome febril agudo y hemólisis intravascular intensa con hemoglobinuria, cuya mortalidad ronda el 50%. Desde la descripción del primer caso en 1957 se han publicado una treintena de ellos4, bastantes en Europa5,6, y al menos dos en España7-9. La mayoría de los casos de babesiosis europeas están producidos por babesias bovinas, B. divergens y B. bovis, que implican una mayor gravedad en los pacientes esplenectomizados10. Aunque ciertamente la babesiosis es una enfermedad rara en España, su especial gravedad en pacientes esplenectomizados hace que dentro de las recomendaciones profilácticas para estos pacientes necesariamente se incluya evitar el contacto con animales mamíferos en general y especialmente con ganado vacuno, sobre todo durante los meses de primavera y verano, en los que abundan las garrapatas, para prevenir sus picaduras. Además, estas personas deberían ser avisadas del riesgo de viajar a Nantucket, Martha’s Vineyard, Long Island e islas vecinas. Parafraseando a Gudiol, no sigamos olvidando la educación sanitaria y tampoco la babesiosis, e introduzcamos los consejos para prevenirla en todas las guías de profilaxis infecciosa para pacientes esplenectomizados. Luciano López Jiménez

CARTAS AL EDITOR 46.837

Profilaxis infecciosa en pacientes esplenectomizados y babesiosis Sr. Editor: He leído con interés el original de Galán Álvarez y Oliva Berini1 sobre infecciones en pacientes esplenectomizados, así como el editorial relacionado de Gudiol2, publicados recientemente en la Revista. En ambos trabajos resulta muy llamativa la ausencia de referencia alguna sobre la babesiosis. La babesiosis es una antropozoonosis producida por protozoos intraeritrocitarios del género Babesia, que son transmitidos a los animales mamíferos y al ser humano, fundamentalmente mediante la picadura de garrapatas del género Ixodes. Esta enfermedad es endémica en Nantucket, Martha’s Vineyard, Long Island y otras islas de la costa nordeste de los EE.UU., donde se han publicado más de un centenar de casos3. La

436

Med Clin (Barc) 2002;119(11):435-9

Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba.

1. Galán Alvárez P, Oliva Berini E. Revisión de la profilaxis infecciosa en pacientes esplenectomizados en la isla de Menorca. Med Clin (Barc) 2001;117:771-2. 2. Gudiol F. Prevención de la sepsis fulminante en los pacientes esplenectomizados: seguimos olvidando la educación sanitaria. Med Clin (Barc) 2001;117:776-7. 3. White DJ, Talarico J, Ghang HG, Birkhead GS, Heimberger T, Morse DL. Human babesiosis in New York State: review of 139 hospitalized cases and analysis of prognostic factors. Arch Intern Med 1998;158:2149-54. 4. Rosner F, Zarrabi MH, Benach JL, Habicht GS. Babesiosis in splenectomized adults. Review of 22 reported cases. Am J Med 1984;76:696-701. 5. Brasseur P, Gorenflot A. Human in Europe. Mem Inst Oswaldo Cruz 1992; 87(Suppl 3):131-2. 6. Brasseur P, Gorenflot A. Human babesial infections in Europe. Rocz Akad Med Bialymst 1996; 41:117-22. 7. López Jiménez L, Aramburo González P, Barbadillo García de Velasco R, Dámaso D, Daza R, Lucero Ocaña MJ, et al. Babesiosis en un enfermo esplenectomizado. Evolución satisfactoria con exanguinotransfusión. Rev Esp Microbiol Clin 1986;2:121-2.

8. Miguélez M, Linares Feria M, González A, Mesa MC, Armas F, Laynez P. Babesiosis humana en un paciente esplenectomizado. Med Clin (Barc) 1996;106:427-9. 9. López Jiménez L. Babesiosis en esplenectomizado. ¿El primer caso español? Med Clin (Barc) 1997;108:717. 10. Uguen C, Girard L, Brasseur P, Leblay R. Human babesiosis in 1997. Rev Med Intern 1997; 18:945-51.

46.972

Hemocromatosis hereditaria: consideraciones y propuestas Sr. Editor: A partir del año 1996, con el descubrimiento del gen HFE1, los avances en el conocimiento de la hemocromatosis generan una gran producción científica que precisa actualizaciones frecuentes, como la magnífica revisión publicada recientemente en su Revista por Pérez-Aguilar2, que supone un esfuerzo integrador en aspectos de fisiopatología, clínica y terapéutica. Dado el interés creciente que suscita esta enfermedad, creemos necesario realizar, como complemento a aquél y basándonos en nuestra experiencia, algunos comentarios. En primer lugar, es un hecho relevante, destacado por Pietrangelo3, la discrepancia entre la prevalencia genotípica de la enfermedad (1-10 por 1.000) y el número de casos identificados por observación clínica (1 por 10.000), con lo que erróneamente se sigue considerando la enfermedad hoy día como poco frecuente ante baja sospecha clínica. En esta situación se hace preciso aumentar el número de diagnósticos bien ante síntomas inespecíficos o procesos clínicos relacionados (diagnóstico individual), búsqueda activa de casos (case finding) en pacientes que consulten por otros motivos no relacionados, por cribado poblacional (o masivo: mass screening) u oportunístico en pacientes asintomáticos, así como el cribado familiar en torno al caso índice4. Esta búsqueda activa debe realizarse por médicos generalistas tanto en atención primaria (médicos de familia) y especializada (internistas) como en medicina de empresa mediante la realización del índice de saturación de transferrina (IST)5. La propuesta de incluir el IST como determinación habitual en programas de salud dirigidos a detectar otros factores de riesgo cardiovascular parece cuando menos aconsejable, y así ha sido recogido por otros autores incluso en programas de detección temprana de cáncer6. En segundo lugar, la sobrecarga de hierro es un síndrome clínico con posible afectación multiorgánica y alteración inicial estructural y posteriormente funcional, modelo de enfermedad sistémica que se puede diagnosticar, dada su asociación con diversos procesos y según el órgano inicialmente afectado, por hepatólogos, endocrinólogos, reumatólogos, cardiólogos, hematólogos o internistas, precisando tras la sospecha clínica inicial la confirmación diagnóstica, pronóstico y evolución mediante la participación de otros especialistas como genetistas, bioquímicos, anatomopatólogos y radiólogos, así como del banco de sangre para el tratamiento. Dadas las características de la enfermedad y ante las nuevas formas de gestión y mejora de la calidad asistencial, proponemos la creación de unidades funcionales multidisciplinarias hospitalarias que sean centros de referencia para registro y recep-