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PREVENCIÓN Una combinación de una estrategia individual y poblacional podría reducir la incidencia de episodios cardiovasculares hasta en un 50% Murray CJL, Lauer JA, Hutubessy RCW, Niessen L, Tomijima N, Rodgers A. Effectiveness and costs of interventions to lower systolic blood pressure and cholesterol: a global and regional analysis on reduction of cardiovascular-disease risk. Lancet 2003;361:717-25. Objetivo. Estimación el impacto poblacional en términos de salud y costes que tendría la reducción del riesgo asociado con la hipercolesterolemia y la hipertensión en diferentes regiones del mundo. Diseño. Estudio de coste-efectividad. Emplazamiento. Catorce subregiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), centrándose particularmente en tres: Sudeste de Asia, América Latina y Europa. Población de estudio. Población total. Intervención. En este análisis se incluyen 17 intervenciones individuales y poblacionales de la bibliografía o combinaciones de ellas. Las intervenciones poblacionales comprenden educación sanitaria centrada en la presión arterial, el colesterol y el índice de masa corporal, así como la reducción del contenido de la sal en el procesamiento de alimentos. Las intervenciones individuales comprenden el tratamiento de la hipertensión arterial, de la hipercolesterolemia o de ambos, y del riesgo absoluto de padecer un episodio coronario a los 10 años. Medición del resultado. Años de vida ajustados por la discapacidad (DALY), costes y costes/DALY. Resultados principales. Las intervenciones poblacionales son coste-efectivas y podrían evitar 21 millones de DALY por año en el todo el mundo. Las intervenciones individuales, sobre todo en pacientes con un riesgo superior al 35% a los 10 años, también son muy coste-efectivas y podrían evitar 63 millones adicionales de DALY por año en todo el mundo. Conclusión. La combinación de las intervenciones poblacionales e individuales podría reducir la incidencia de la enfermedad cardiovascular a escala mundial hasta en un 50%.
COMENTARIO Este estudio es parte del proyecto Global Burden of Disease. Los mismos autores ya publicaron en 19961 una estimación de los DALY en el año 1990 y la proyección hecha para el año 2020 a escala mundial. Éstos observaron cómo las enfermedades infecciosas, predominantes en los países subdesarrollados, ocupaban los primeros puestos en el año 1990, mientras que en la proyección del año 2020 las enfermedades cardiovasculares, la depresión mayor y los accidentes de tráfico pasaban a ocupar los primeros puestos en la clasificación. Un resultado relevante en los resultados de la intervención poblacional es el efecto de la reducción de la sal en el procesamiento de los alimentos, lo que contrasta con el efecto prácticamente insignificante observado en una revisión sistemática sobre la reducción de la ingesta de sal y sus resultados sobre los valores de presión arterial2. Un aspecto muy importante de este estudio es el efecto observado, mu-
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cho mayor del esperado, de la intervención individual sobre la hipertensión y la hipercolesterolemia, con un bajo coste. De hecho, en un análisis previo3 ya se observó que proporciones importantes de las causas de enfermedad a escala mundial eran atribuibles a los factores de riesgo clásicos: alcohol, tabaco, hipertensión e hipercolesterolemia. Algunas de las razones que podrían explicar este resultado (casi el doble del esperado), válido tanto para países desarrollados como en vías de desarrollo, podrían ser el abordaje multifactorial centrado en el riesgo absoluto, el menor coste de algunas estatinas, ya que en el mercado se dispone de los genéricos, y también, como comentan los autores, un análisis más sofisticado de los datos en el que se controla el efecto del error de medida y el sesgo de regresión a la media. Recientemente, la OMS4, en su informe anual, ha mostrado por primera vez cómo la enfermedad cardiovascular es una enfermedad no sólo de los países desarrollados sino también de aquellos en vías de desarrollo, y recomienda a los países que den prioridad a las intervenciones poblacionales como estrategia más coste-efectiva, como reducir la sal en las comidas, disminuir la grasas en la dieta, promover el ejercicio físico y el consumo de frutas y verduras, y reducir el consumo de tabaco. Este informe constata cómo en los países desarrollados siete de los 10 primeros factores de riesgo causantes de enfermedad son factores de riesgo cardiovascular, comparado con las cifras de los países en vías de desarrollo: seis de 10 de mortalidad baja y tres de 10 de mortalidad alta. Un análisis de coste-efectividad como éste representa una información muy valiosa para las políticas de salud pública de los diferentes países, pero cada país debería incorporar y adaptar esta información teniendo en cuenta los sistemas sanitarios y las infraestructuras de cada uno, así como las prioridades en salud.
Carlos Brotons EAP Sardenya. Servei Català de la Salut. Barcelona. España.
Bibliografía 1. Murray CJL, López AD. The global burden of disease: a comprehensive assessment of mortality and disability from diseases, injuries, and risk factors in 1990 and projected to 2020. 1st ed. Cambridge: Harvard University Press, 1996. 2. Hooper L, Barlett C, Davey SG, Ebrahim S. Systematic review of long term effects of advice to reduce dietary salt in adults. BMJ 2002; 325:628. 3. Ezzati M, López AD, Rodgers A, Vander Hoorn S, Murray CJ. Comparatice Risk Assessment Collaborating Group. Lancet 2002;360:1342-3. 4. World Health Organization. The World Health Report 2002: reducing risks, promoting healthy life. Geneva: WHO, 2002.
FMC 2003;10(8):577-600
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