A vueltas con el lenguaje médico

A vueltas con el lenguaje médico

MEDICINA CLÍNICA. VOL. 114. NÚM. 20. 2000 dosa es relativamente común1. No obstante, apenas existe asociación de la AR con la poliangitis microscópic...

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MEDICINA CLÍNICA. VOL. 114. NÚM. 20. 2000

dosa es relativamente común1. No obstante, apenas existe asociación de la AR con la poliangitis microscópica (PM)2,3. A continuación presentamos 2 casos de AR y PM. Caso 1 Mujer de 52 años con artritis reumatoide erosiva, según los criterios de la American College of Rheumatology (ACR), de 4 años de evolución en tratamiento con antiinflamatorios no esteroides (AINE). El factor reumatoide (FR) fue negativo. Durante su evolución se detectó proteinuria de 1,12 g/día y microhematuria con función renal conservada. Los anticuerpos antineutrófilo (ANCA) fueron positivos con patrón perinuclear a título de 1/2.560, mieloperoxidasa de 99 U/ml (valor normal < 5 U/ml). Los anticuerpos antinucleares (AAN) también fueron positivos con patrón homogéneo a títulos de 1/1.280. Los anticuerpos antimembrana basal glomerular fueron de 10 U/ml (valor normal < 9,5 U/ml). Los antígenos extraíbles del núcleo (ENA) y los anticuerpos anti-ADN fueron negativos. En la biopsia rectal no se evidenció material amiloide. Se practicó biopsia renal percutánea en la que se observaron 40 glomérulos, dos de ellos esclerosados; en un 38% se observaron lesiones de fibrosis segmentaria glomerular y semilunas fibrocelulares. Se evidenciaron infiltrados periglomerulares en una tercera parte de los glomérulos. La inmunofluorescencia renal puso de manifiesto un patrón lineal débil de IgG, C3, C4, k y λ y patrón granular IgM en la membrana basal glomerular. Se inició tratamiento con glucocorticoides a dosis de 20 mg/día y ciclofosfamida a dosis de 100 mg/día durante 5 meses. Posteriormente, la paciente se ha mantenido clínicamente estable con 4 mg/día de glucocorticoides y azatioprina a dosis de 100 mg/día. Dos años después y estando asintomática, los ANCA han disminuido a títulos de 1/320. Caso 2 Mujer de 66 años con artritis reumatoide erosiva (criterios ACR) de 40 años de evolución. Había sido tratada con AINE, glucocorticoides y sales de oro por vía intramuscular. Ingresó por insuficiencia respiratoria aguda secundaria a hemorragia pulmonar, detectándose una insuficiencia renal rápidamente progresiva (creatinina 9,6 mg/dl). Los ANCA fueron positivos con patrón perinuclear y a título de 1/1.280. Los AAN y el FR fueron negativos. En la biopsia renal se observó glomerulonefritis necrosante característica de PM. Se inició hemodiálisis y tratamiento con bolos de metilprednisona (1 g/día intravenoso, 3 dosis), seguidos de prednisona oral 1 mg/kg/día y ciclofosfamida 100 mg/día, con lo que evolucionó favorablemente y pudo retirarse del programa de hemodiálisis; 5 años después los ANCA disminuyeron a títulos de 1/160.

La PM es una vasculitis sistémica que se caracteriza histológicamente por una lesión inflamatoria necrótica no granulomatosa del vaso de pequeño diámetro4,5. Es la causa más frecuente de síndrome renopulmonar6 y en la mayoría de los casos cursa con glomerulonefritis rápidamente progresiva. La PM se diferencia de la poliarteritis nudosa clásica6 en que afecta a vasos de pequeño diámetro, como arteriolas, vénulas y capilares. Por ello, la vasculitis cutánea leucocitoclástica, la glomerulonefritis y la hemorragia alveolar pulmonar sólo se observan en la poliangitis microscópica. Los ANCA suelen ser positivos con patrón perinuclear4,6. La asociación de PM con otras entidades es muy rara. No se puede excluir la posible asociación casual entre la AR y la presencia de los ANCA con patrón perinuclear7. Su prevalencia no es bien conocida, aunque se cree que es superior a la población general8. En la búsqueda bibliográfica realizada (MEDLINE 1990-1999, utilizando descriptores: microscopic poliangiitis & rheumatoid

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arthritis, vasculitis & rheumatic diseases) sólo hemos encontrado un caso de PM y síndrome antifosfolipídico primario9 y un caso clínico descrito de PM y AR10, aunque se describen series en las que hay asociación entre AR y ANCA patrón perinuclear. El caso clínico se trataba de una AR de nodular y erosiva, débilmente seropositiva (que se negativizó con posterioridad) que presentó hemoptisis recurrente con rápida respuesta a los inmunodepresores, insuficiencia renal aguda con proteinuria de 4,3 g/día y biopsia renal diagnóstica de glomerulonefritis. Los ANCA fueron positivos con patrón perinuclear. Aunque no es posible extraer conclusiones, por tratarse de pocos casos, cabe destacar que los casos descritos son seronegativos. La diferencia entre la PM y la poliarteritis nudosa clásica es reciente. Probablemente, en un futuro cabe esperar que se descubran más asociaciones de la PM con otras enfermedades reumáticas autoinmunes. Vera Ortiz-Santamariaa, Assumpta Serrab, Josep Teixidób y Alejandro Olivéa a

Sección de Reumatología. bServicio de Nefrología. Hospital Universitari Germans Trias i Pujol. Badalona. Barcelona.

1. Danning C, Illei G, Boumpas D. Vasculitis associated with primary rheumatologic diseases. Curr Opin Rheumatol 1998; 10: 58-65. 2. Jennette C, Falk RJ, Andrassay K, Bacon PA, Churg J, Gross WL et al. Nomenclature of systemic vasculitides: proposal of an international consensus conference. Arthritis Rheum 1994; 38: 187-192. 3. Bosch X, Llena J, Collado A, Font J, Mirapeix E, Ingelmo M et al. Occurrence of antineutrophil cytoplasmatic and antineutrophil (peri)nuclear antibodies in rheumatoid arthritis. J Rheumatol 1995; 22: 2038-2045. 4. Guillevin L, Durand-Gasselin B, Cevallos R, Gayraud M, Lhote F, Callard P et al. Microscopic Polyangiitis. Arthritis Rheum 1999; 42: 421-430. 5. Savage COS, Harper L, Adu D. Primary systemic vasculitis. Lancet 1997; 349: 553-558. 6. Jennette JC, Falk RJ. Small-vessel vasculitis. N Engl J Med 1997; 337: 1512-1523. 7. Cid Xutglà MC. Mecanismos patogénicos de las vasculitis sistémicas. Nuevos conceptos. Med Clin (Barc) 1998; 110: 587-596. 8. Clerig U, Rojano J, Cáliz R, García Pérez S. Anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos en pacientes con artritis reumatoide: prevalencia y correlación clínica. Med Clin (Barc) 1997; 108: 79. 9. Handa R, Aggarwal P, Biswas A, Wig N, Walli JP. Microscopic polyangiitis associated with antiphospholipid syndrome. Br J Rheumatol 1999; 38: 478-479. 10. Steuer A, Palmer A, Cotaco CB. A patient with rheumatoid arthritis and microscopic polyarteritis. Br J Rheumatol 1995; 34: 1185-1189.

A vueltas con el lenguaje médico Lenguaje médico. Sr. Editor: El lenguaje médico parece interesar cada vez más a los médicos. Así se desprende del creciente número de artículos publicados sobre este tema en las revistas de medicina (en algunas de ellas, habría, tal vez, que puntualizar). Dado que sus autores suelen ser médicos y no lingüistas, cabe deducir que el interés es genuino y no obedece meramente a un afán pedagógico de los editores. Como traductor médico, leo con atención estos trabajos y trato, naturalmente, de aprender

de ellos para mi labor diaria, pues siempre contienen sugerencias útiles. Tal es el caso del artículo de Hernández et al1 que ha suscitado estas líneas. Ahora bien, junto a los consejos provechosos agregan los autores algunas propuestas sorprendentes para obviar ciertos escollos al escribir. Concretamente, aconsejan utilizar el verbo «hacer» para evitar la repetición excesiva del verbo «jugar» en la expresión «jugar un papel». Pues bien, creo que uno de los principios elementales contra la vulgaridad en la escritura consiste precisamente en evitar el verbo «hacer» siempre que sea posible2. Abusar de él es la mejor garantía de un estilo ramplón. Si no queremos repetir la expresión «jugar un papel», podemos buscar sustitutos del verbo o del sustantivo: desempeñar o cumplir un papel, ejercer o tener una función. Previenen también los autores contra el uso mimético del verbo «sugerir» para traducir el inglés to suggest. Razón tienen en ello, sin duda, pero no tanto en proponer los verbos «demostrar», «probar», «evidenciar», etc., para traducir la idea contenida en el verbo inglés. «Denotar», «apuntar a» o «indicar» reflejan más exactamente el significado del verbo inglés antedicho. Por último, critican el uso y abuso del gerundio por falta de elegancia y, a menudo, incorrección. Es éste, en verdad, uno de los vicios del lenguaje más extendidos entre los hispanoescribientes; lo utilizamos con frecuencia a modo de puente entre dos partes de un mismo pensamiento cuando no sabemos enlazarlas mejor. Hay que reconocer, sin embargo, que no siempre nos resulta fácil prescindir del gerundio. Por ello, las buenas ideas son especialmente bienvenidas. Ahora bien, señalar tan sólo que puede sustituirse por una forma verbal conjugada no nos ayuda demasiado; cuando lo intentamos, nos quedamos muchas veces con la sensación de haber truncado el pensamiento que deseábamos expresar. Veamos un ejemplo: censuran los autores la oración «Los sueros de 64 de estos pacientes reconocen exclusivamente la proteína 60n, no reaccionando con la proteína 60d». Según ellos, este antiestético gerundio podría reemplazarse por «no reaccionaron». El resultado sería, por consiguiente: «Los sueros de 64 de estos pacientes reconocen exclusivamente la proteína 60n; no reaccionaron con la proteína 60d». A mi entender, esta solución cercena de algún modo la frase. Más elegante sería, por ejemplo: «Los sueros de 64 de estos pacientes reconocen exclusivamente la proteína 60n, puesto que no reaccionaron con la proteína 60d». Está claro que no siempre podemos recurrir a esta conjunción para evitar el uso no temporal del gerundio; hemos de buscar la solución apropiada en cada caso. Creo que el motivo del uso excesivo del gerundio radica en esta falta de una «pieza de recambio normalizada». Francisco Hernández Servicio de Idiomas. Hoffmann-La Roche. Basilea. Suiza.

1. Hernández H, Bustabad S, Trujillo E. Consideraciones sobre el lenguaje médico utilizado en las comunicaciones a congresos. Med Clin (Barc) 1999; 113: 663. 2. Ordóñez A. Sobre la utilización abusiva del verbo hacer. Med Clin (Barc) 1996; 87: 782.