Originales
Dificultades de comunicación percibidas por profesionales de enfermería en un hospital general SARA ULLAa, PILAR ARRANZb, MARÍA TERESA ARGÜELLOc Y CRISTINA CUEVASd a
Departamento de Psicología. Universidad de Castilla La Mancha. bSección de Psicología del Servicio de Hematología y Hemoterapia. Hospital Universitario La Paz. Madrid. cDepartamento de Docencia. Hospital Universitario La Paz. Madrid. d Dirección de Enfermería. Hospital Universitario La Paz. Madrid.
Resumen Objetivo: Analizar las dificultades que el personal de enfermería percibe en su trabajo, con objeto de, posteriormente, adaptar acciones formativas a las necesidades detectadas. Método: Se tomó una muestra de 154 profesionales y se evaluaron las dificultades en el trato con los pacientes, sus familiares y otros miembros del equipo de trabajo. Resultados: Las mayores dificultades se perciben en relación con el trato con los familiares de los enfermos. También se perciben grandes dificultades para poder aliviar el sufrimiento de los pacientes y sus familiares. Asimismo, es relevante destacar la gran dificultad que tienen estos profesionales para comunicarse con los médicos, no así con otros miembros del personal de enfermería. Palabras clave: Enfermería. Formación. Dificultades. Comunicación.
Communication difficulties perceived by nursing professionals in a general hospital Aim: To analyze the difficulties that nursing professionals perceive in their work with the aim of subsequently adapting training to the needs detected. Method: Difficulties in dealing with patients, patients’ relatives and colleagues were assessed in a sample of 154 nursing professionals. Results: The greatest difficulties were found in dealings with patients’ relatives. Significant difficulties Correspondencia: Sra. Pilar Arranz Carrillo. Sección de Psicología. Servicio de Hematología y Hemoterapia. Hospital Universitario La Paz. P.º de la Castellana, 261. 28046 Madrid. Correo electrónico:
[email protected] Aceptado para su publicación el 6-6-2001.
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were also perceived when trying to alleviate patients’ and relatives’ suffering. Notably, nurses also experienced difficulty in communicating with physicians but not with other nursing professionals. Key words: Nursing. Training. Communication difficulties.
Introducción Una de las poblaciones diana en la investigación sobre estrés asistencial ha sido la del personal de enfermería. Tanto enfermeras/os como auxiliares de enfermería se enfrentan a diario con situaciones de difícil manejo a las que deben dar una respuesta. Algunas de estas situaciones se derivan de la preocupación de los pacientes y/o sus familias por la incertidumbre de la situación, de la ansiedad por la gravedad del diagnóstico o pronóstico, o del enfrentamiento a intervenciones terapéuticas agresivas o con desagradables efectos secundarios. La propia presión asistencial, el contacto constante con el sufrimiento de los pacientes y sus allegados, la necesidad de intervenir en situaciones de crisis o la dificultad para encontrar apoyo en determinado momento en el equipo de trabajo, unidos a la frecuente falta de formación específica enfocada al entrenamiento en habilidades de interacción, pueden derivar en que los recursos personales se vean sobrepasados por las demandas de la situación, facilitando la aparición de estrés asistencial, o síndrome de burnout1. Asumiendo la definición elaborada por Maslach y Jackson2, podemos definir el síndrome de burnout como un síndrome caracterizado por agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal en el trabajo. Las consecuencias de este síndrome son diversas. Ya en 1974, Freudenberger informaba de que los sujetos afectados manifestaban sensación de cansancio y fatiga, catarro crónico, jaquecas, alteraciones gastrointestinales, insomnio, alteraciones respiratorias, irritabilidad, sensación de frustración y/o suspiENFERMERÍA CLÍNICA 2002;12(5):217-23
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cacia3. Otras características que se han asociado al estrés asistencial han sido las siguientes: alta tasa de absentismo, baja motivación e implicación laboral, irritabilidad hacia las personas objeto de su trabajo y hacia los compañeros, y baja creatividad4. En la sistematización llevada a cabo por Gil-Monte y Peiró, en 1997, observamos que las consecuencias del estrés asistencial, burnout o síndrome de “quemarse” por el trabajo, como lo denominan estos autores, pueden afectar tanto al individuo como al entorno social y la organización5. Teniendo como último objetivo la prevención del burnout en los miembros del equipo de enfermería, se ha establecido recientemente una serie de factores de protección y de riesgo. Ambos factores actuarían como moduladores de la susceptibilidad del sujeto para el padecimiento de estrés asistencial6. Los factores de protección serían tanto circunstancias ambientales como habilidades y estrategias, que disminuirían la probabilidad de que se desarrollara un síndrome de burnout. Por el contrario, los factores de riesgo serían, evidentemente, todas aquellas circunstancias que pudieran facilitar la aparición del estrés asistencial. Si bien tales factores fueron propuestos específicamente para los profesionales de equipos de cuidados paliativos, serían aplicables también a los profesionales de otros servicios hospitalarios, como las unidades de cuidados intensivos, urgencias o quirófanos. Tanto en relación con los factores de protección como los de riesgo, podríamos distinguir entre factores personales, organizativos e institucionales. Entre los factores personales de riesgo destacan la escasa formación en habilidades de comunicación y manejo de reacciones emocionales, tanto propias como las de los pacientes y sus familiares, la percepción de fracaso o la sobreimplicación7. Serían factores de protección de carácter personal las circunstancias opuestas a las que acabamos de mencionar, esto es, la percepción de autoeficacia, las habilidades de autocontrol y el conocimiento de técnicas de counselling que posibiliten el manejo de situaciones difíciles con los pacientes8. Entre los factores organizativos de riesgo figurarían ciertos aspectos relativos a las características de la organización y la tarea a desempeñar, como la intensidad emocional de determinadas situaciones, el fallecimiento de los pacientes, las características de los síntomas, los intentos de la familia para ocultar la realidad al enfermo (conspiración de silencio), los déficit organizativos, la soledad en la toma de decisiones o la falta de delimitación de las funciones de cada miembro del equipo9. Al igual que en el caso anterior, los factores de protección son los que pueden evitar o amortiguar las circunstancias adversas que acabamos de describir. Además, se incluyen otros factores, como la cohesión del equipo, que hacen posible un apoyo adecuado en aquellas situaciones en que, por las características específicas del servicio, no pudieran modificarse. 218
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Los factores institucionales altamente relevantes, por el riesgo que entrañan en la aparición del burnout, serían la escasez de recursos, la sobrecarga laboral, la falta de reconocimiento del trabajo realizado por parte de la organización o la falta de planes de formación continua. Entre otros, destacaremos como factor de protección una gestión de calidad que permita el establecimiento de las acciones pertinentes en cada momento y que aseguren, a su vez, la calidad asistencial10. Siguiendo este planteamiento, y tomando como objeto de interés a los enfermeros y auxiliares de enfermería del ámbito hospitalario, podemos inferir claramente la pertinencia de programas de formación continua11. Éstos estarían básicamente destinados a maximizar los factores de protección y minimizar los factores de riesgo, esencialmente mediante el entrenamiento en el manejo de situaciones difíciles a las que deben hacer frente estos profesionales y para las que no siempre tienen formación específica previa. Ello redundaría, finalmente, en una menor susceptibilidad para el padecimiento del síndrome de estrés laboral. En esta dirección se dirige el trabajo que aquí presentamos. Forma parte del plan de formación que se está llevando a cabo en la División de Enfermería del Hospital Universitario La Paz de Madrid. Los objetivos que se persiguen con tal acción formativa son: a) proporcionar conocimientos y habilidades que garanticen unos cuidados de calidad al paciente y su familia; b) proporcionar habilidades para la detección y abordaje de las distintas necesidades del paciente y su familia, y c) facilitar actitudes que favorezcan un acercamiento y el trato adecuado al paciente y su familia. Todo ello con el fin último de maximizar el nivel de competencias al menor coste emocional posible. Como parte del plan de formación, y antes de la puesta en marcha de los cursos, se llevó a cabo un análisis del interés de los profesionales del hospital por cada tema. En este caso, el 93,7% de los profesionales encuestados (n = 1.129) manifestó tener interés en realizar un curso sobre el manejo de la ansiedad del paciente. Asimismo, y siendo el objetivo principal de este trabajo, se llevó a cabo un análisis de las dificultades que los profesionales percibían en su trabajo. El objetivo era, esencialmente, identificar aquellos aspectos laborales que pudieran suponer un mayor obstáculo para el óptimo desarrollo del trabajo y, por ello, modular el resultado entre los factores de protección y los de riesgo. Métodos Sujetos Todos los sujetos incluidos en el estudio pertenecían a la División de Enfermería (enfermeras y auxiliares de enfermería) del Hospital Universitario La Paz, cuya participación fue voluntaria, tanto en el programa de formación mencionado como en la evaluación que se llevaba a cabo como parte del mismo. 32
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La muestra final estuvo compuesta por 154 sujetos, de los que el 92,2% eran mujeres y el 7,8% varones. El 1,9% de los sujetos era menor de 25 años de edad, el 29,9% tenía entre 25 y 35 años y el 68,2% restante tenía 36 años o más. El 69,1% eran profesionales de enfermería y el 30,1% restante lo componían auxiliares de enfermería. Los sujetos pertenecían a los servicios de cuidados intensivos, reanimación, quirófanos y urgencias de los hospitales General, de Traumatología y Materno-Infantil. El 4,6% tenía menos de un año de experiencia en el servicio, el 6,6% tenía entre uno y 5 años de experiencia y el 88,7% tenía más de 5 años de experiencia laboral hospitalaria en el mismo servicio.
ral. La formación incluía entrenamiento en habilidades de comunicación, soporte emocional, estrategias de autocontrol y competencias para el trabajo en equipo. El primer día de cada curso se solicitó, antes de comenzar, que estos profesionales cumplimentaran de forma anónima y voluntaria los cuestionarios. La evaluación se realizaba aproximadamente en 5-10 min y los cuestionarios eran recogidos por la misma persona que había solicitado su cumplimentación, siendo en todos los casos miembro del equipo de investigación. La recogida de datos se realizó en cinco cursos consecutivos, teniendo cada curso un máximo de 35 asistentes.
Variables e instrumentos Las variables seleccionadas fueron evaluadas con un cuestionario diseñado ad hoc para este plan de formación, con objeto de identificar el nivel de dificultad que percibían los sujetos en su trabajo en tres áreas diferentes: – En su relación con los pacientes. En este caso se evaluó la dificultad que percibían los profesionales al tener que contestar preguntas del paciente –sobre su enfermedad, tratamiento y pronóstico–, para aliviar el sufrimiento de los enfermos –empatizar y potenciar recursos de afrontamiento que disminuyan el malestar físico y psicológico– y para controlar sus propias emociones –estrés, ansiedad, sentimientos depresivos, etc. – En su relación con los familiares de los pacientes. Dentro de esta área se evaluaron los mismos aspectos que en el caso anterior pero en relación con la familia, es decir, dificultades en contestar a los familiares preguntas sobre la enfermedad del paciente, poder aliviar el sufrimiento de los familiares y ser capaces de controlar las propias emociones en relación con la familia. También se evaluaron las dificultades para evitar la conspiración de silencio –maniobras que podría llevar a cabo la familia con objeto de ocultar al paciente su verdadero estado de salud. – En su relación con el equipo de trabajo. Se evaluó el grado de dificultad que percibían los sujetos para sentir que trabajan en equipo, para comunicarse con los otros miembros del equipo, tanto personal médico como de enfermería y, por último, para sentir ilusión por el trabajo que llevan a cabo –conservar la motivación por el desarrollo de su labor profesional cotidiana–. Todos los ítems fueron evaluados mediante escalas tipo Likert de 10 puntos y se obtuvo un coeficiente de fiabilidad de 0,78 (alfa de Cronbach).
A continuación se detallan los resultados obtenidos tras el análisis de los datos recogidos. Para una aproximación inicial, se presentan los datos descriptivos de cada uno de los ítems evaluados (tabla 1). Posteriormente, se expondrá el análisis por áreas y el de las diferencias en la percepción de las dificultades en el trabajo en función de la edad y los años de experiencia. Realizamos un agrupamiento de las respuestas emitidas, considerando puntuaciones entre 0 y 3 una dificultad baja, entre 4 y 6 una dificultad media y valores iguales o superiores a 7 como dificultad alta (tabla 2). En este caso consideramos que las valoraciones medias o altas podrían ser un factor de riesgo para la posterior aparición del síndrome de burnout. Por ello, y para conocer el número de sujetos en estas circunstancias, realizamos un sumatorio de los sujetos de am-
Procedimiento La evaluación se llevó a cabo dentro del programa de formación en el que se pretendía dotar a los profesionales de estrategias de counselling para el mejor desempeño de su trabajo y prevención del estrés labo33
Resultados
TABLA 1. Estadísticos descriptivos de los ítems evaluados Nivel de dificultad percibida En relación con los pacientes Contestar preguntas sobre su enfermedad Aliviar su sufrimiento Controlar mis propias emociones En relación con los familiares próximos al paciente Contestar preguntas sobre la enfermedad del paciente Manejar sus maniobras de ocultación de la realidad al paciente Aliviar su sufrimiento Controlar mis propias emociones En relación con los miembros del grupo de trabajo Sentir que trabajo en equipo Comunicación con el médico Comunicación con el personal de enfermería Sentir ilusión por el trabajo que realizo
Media
DT
n
4,38 5,35 4,93
2,22 2,31 2,29
144 151 146
4,78
2,05
144
4,97 5,53 4,80
2,19 2,26 2,14
137 147 149
4,97 4,92
2,96 2,72
148 144
3,11
2,54
151
3,83
2,81
150
La pregunta del cuestionario era: ¿Hasta qué punto cree que tiene dificultad en las siguientes áreas? DT: desviación típica
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TABLA 2. Porcentaje de sujetos en cada uno de los niveles de dificultad Nivel de dificultad percibida en relación con las distintas áreas En relación con los pacientes Dificultades para contestar preguntas sobre su enfermedad Poder aliviar su sufrimiento Controlar mis propias emociones En relación con los familiares próximos al paciente Contestar preguntas sobre la enfermedad del paciente Manejar maniobras de ocultación de la realidad al paciente Poder aliviar su sufrimiento Controlar mis propias emociones En relación con los miembros del grupo de trabajo Sentir que trabajo en equipo Comunicación con el médico Comunicación con el personal de enfermería Sentir ilusión por el trabajo que realizo
Baja
Media
Alta
Media y alta
31,9 (46) 18,5 (28) 28,8 (42)
47,9 (69) 49,7 (75) 45,9 (67)
20,1 (29) 31,8 (48) 25,3 (37)
68 (98) 81,5 (123) 71,2 (104)
25 (36)
56,3 (81)
18,8 (27)
75,1 (108)
21,9 (30) 19 (28) 26,8 (40)
51,8 (71) 44,9 (66) 55,7 (83)
26,3 (36) 36,1 (53) 17,4 (26)
78,1 (107) 81 (119) 73,1 (109)
33,8 (50) 32,6 (47) 60,9 (92) 48 (72)
29,1 (43) 36,1 (52) 25,2 (38) 30 (45)
37,2 (55) 31,3 (45) 13,9 (21) 22 (33)
66,3 (98) 67,4 (97) 39,1 (59) 52 (78)
Las cifras entre paréntesis expresan el porcentaje del número de sujetos en cada grupo.
bos grupos en cada uno de los ítems. Estos valores se reflejan en la columna derecha de la tabla 2. Como se puede observar en esta tabla, en todos los ítems de las dos primeras áreas, al menos un 68% de los sujetos (puntuación relativa a la contestación de preguntas de los pacientes) informan de dificultades medias o altas. Las puntuaciones más altas se observaron en relación con la posibilidad de aliviar el sufrimiento, tanto de los propios pacientes como de sus familias, encontrando en estas variables puntuaciones del 81,5 y el 81%, respectivamente. En el área relativa al trabajo en equipo encontramos datos que merecen ser considerados detalladamente. Tras una prueba t para muestras relacionadas, observamos que existían diferencias estadísticamente significativas entre las dificultades de comunicación con los profesionales médicos y los profesionales de enfermería del equipo (t = 8,35; p = 0,000). En esta cuestión un 67,4% de los sujetos informó de dificultades medias o elevadas en la comunicación con los médicos, mientras que esa puntuación se reducía a un 39,1% cuando la comunicación tenía lugar con el personal de enfermería. Por otro lado, merece la pena señalar que un 52% de los sujetos refiere tener dificultades medias o altas para ilusionarse con su propio trabajo. TABLA 3. Nivel de dificultad de las áreas evaluadas En relación con los pacientes En relación con los familiares En relación con el equipo de trabajo
Media
DT
n
14,73 20,13 16,70
4,80 6,32 8,13
142 130 141
Paciente-familia, t = –17,04; p = 0,000. Paciente-equipo, t = –2,73; p = 0,007. Familia–equipo, t = 4,94; p = 0,000. DT: desviación típica
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Para poder comparar las tres áreas evaluadas se construyeron nuevas variables con los sumatorios de los valores de cada sujeto en las variables relativas a cada área. Así, obtuvimos una variable relativa a la dificultad de los profesionales en el trato con los pacientes, una segunda variable relativa al trato con sus familiares y una tercera variable relativa al trato con los compañeros del equipo. Tras una prueba t para comprobar las posibles diferencias en relación con las dificultades relativas a cada área, se hallaron diferencias estadísticamente significativas en todas las comparaciones (tabla 3). Las mayores dificultades se encontraban en los ítems relativos a los familiares de los pacientes y las menores se daban en relación con los propios pacientes. El efecto de la edad Con objeto de identificar posibles diferencias en función de la edad, llevamos a cabo un análisis de la variancia y posteriores pruebas post hoc (DMS y Scheffé). Esto nos permitió observar que existían diferencias significativas entre los distintos grupos de edad para las variables que se mencionan a continuación: – Control de las propias emociones. El grupo de sujetos más jóvenes reportó una menor dificultad para el control de las propias emociones. Estas puntuaciones se elevaban en función de la edad, siendo el grupo de edad más elevada el que informó de mayor dificultad. Se encontraron diferencias significativas entre los grupos 1 y 2 y entre los grupos 1 y 3, tanto para el ítem referido al paciente (post hoc, DMS) como para el referido a sus familiares (post hoc, Scheffé) (figs. 1 y 2) – Sentir que se trabaja en equipo. El grupo de sujetos más jóvenes reportó una menor dificultad, mientras que el de edad intermedia fue el que informó de una mayor dificultad al respecto. Los sujetos 34
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6
6
6,02
5,13 4,76
5
4,53
5
4
4
3
3
2
3,67
2 1
1
1
0 < 25
25-35
≥ 36
0 < 25
Edad (años)
Fig. 1. Dificultades en el control de las emociones en relación con los pacientes (medias). 6 5
≥ 36
Fig. 3. Dificultades para sentir que se trabaja en equipo (medias). 6
4,87
25-35 Edad (años)
4,88
4
4
3
3
2
5,28 4,87
5
2 1
1 1
1
0 < 25
25-35
≥ 36
Edad (años)
0 < 25
25-35
≥ 36
Edad (años)
Fig. 2. Dificultades en el control de las emociones en relación con los familiares de los pacientes (medias).
Fig. 4. Dificultades en la comunicación con el personal médico (medias).
de mayor edad informaron de una dificultad media. Se encontraron diferencias significativas (Scheffé) entre los grupos 2 y 3 (fig. 3) – Comunicarse con el personal médico. El grupo de sujetos más jóvenes reportó una menor dificultad, mientras que el de edad intermedia es el que informa de una mayor dificultad en este aspecto, disminuyendo de nuevo tal nivel en los sujetos del grupo de más edad. Se encontraron diferencias significativas (Scheffé) entre los grupos 2 y 3 (fig. 4). Si bien se mencionan todos los resultados por su carácter descriptivo, es importante señalar que el grupo de sujetos más jóvenes estuvo compuesto únicamente por tres individuos, por lo que hay que tomar con cautela los datos referidos a este grupo.
rencias significativas en las variables relativas al control de las propias emociones en relación con la familia y el sentimiento de ilusión por el trabajo desarrollado. En ambos casos el nivel mínimo de dificultad se encontraba en el grupo de sujetos que tenían entre uno y 5 años de experiencia y las puntuaciones más elevadas se observaron en el grupo de más experiencia (más de 5 años) (figs. 5 y 6). Sin embargo, si bien en relación con el nivel de experiencia no se observaron más diferencias estadísticamente significativas que las mencionadas, es interesante señalar que en todos los ítems, excepto el relativo a sentir que se trabaja en equipo (en el que la dificultad disminuía con la edad), hemos observado que las puntuaciones más bajas se encontraban en el grupo de experiencia media, mientras que las puntuaciones más altas se encontraban en los de experiencia menor de un año y experiencia mayor de 5 años. Se realizaron análisis factoriales para comprobar el posible efecto de interacción de la edad y la experiencia, y no se observaron diferencias significativas entre los distintos grupos.
El efecto de la experiencia Se llevaron a cabo análisis similares a los que acabamos de exponer con objeto de identificar posibles diferencias en las dificultades percibidas por los sujetos, en función de la experiencia laboral en el mismo servicio hospitalario. En este caso sólo hallamos dife35
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6 5
4,95
4,86
4
3,2
3 2 1 0 <1
1-5
>5
Experiencia en el servicio (años)
Fig. 5. Dificultades en el control de las emociones en relación con los familiares de los pacientes (medias). 6 5 4,04 4
3,43
3 2
1,2
1 0 <1
1-5
>5
Experiencia en el servicio (años)
Fig. 6. Dificultades para sentir que se trabaja en equipo (medias)
Discusión El objetivo de este estudio fue identificar y describir algunas de las dificultades que experimenta el personal de enfermería en su trabajo. Tales dificultades no harían referencia a aspectos tecnicosanitarios, sino a los relacionados con otras habilidades precisas para el óptimo desarrollo de su responsabilidad12,13. Para la consecución de este objetivo, evaluamos tres áreas relativas a las dificultades en el manejo de situaciones con el paciente, con sus familiares y con el equipo de trabajo. En relación con las dos primeras áreas, destacamos que las mayores dificultades que manifiestan los sujetos evaluados hacen referencia a la posibilidad de aliviar el sufrimiento tanto de los pacientes como de sus familias. Por el contrario, presentan la menor dificultad en responder las preguntas del paciente sobre su propia enfermedad. Con relación al trabajo en equipo, señalaremos las importantes diferencias encontradas entre la comuni222
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cación con los profesionales médicos y con los otros miembros del equipo de enfermería. Hemos observado que la dificultad para la comunicación con los médicos es mucho mayor que la observada para la comunicación con los enfermeros. Merece la pena destacar este dato, ya que es fundamental la coordinación y la comunicación dentro de los equipos, tanto para que la parte técnica del trabajo se desarrolle de manera óptima como para evitar situaciones de malestar o insatisfacción entre los miembros del equipo, que podría derivar en un factor de riesgo para posteriores cuadros de estrés asistencial, mayor absentismo laboral, mayor índice de rotación, etcétera. En la comparación entre las tres áreas evaluadas, cabe señalar que las puntuaciones del área relativa a las dificultades con los familiares es significativamente mayor que las puntuaciones de las otras dos áreas. La siguiente sería el área del equipo y la de menor dificultad el área relacionada directamente con el trato al paciente. Recordemos en este punto que los sujetos que han formado la muestra de este estudio trabajan en los servicios de cuidados intensivos, reanimación, quirófanos y urgencias. Por tanto, podemos suponer que en muchos casos la comunicación verbal con el paciente no es factible, ya sea porque éste se encuentre anestesiado o inconsciente, o dada la gravedad de su situación, la comunicación sea mucho más compleja. En estos casos, con frecuencia la comunicación se establece con la familia del paciente, cuya ansiedad y preocupación suele ser considerable14. Si bien esto tiene cierto carácter especulativo, puede ser una explicación plausible de los datos mencionados; no obstante, sería pertinente el desarrollo de estudios específicos que nos informen de las causas de tal diferencia. En cuanto al efecto de la edad, señalaremos que los ítems en los que se aprecian diferencias significativas en función de esta variable son, por una parte, poder controlar las propias emociones, en los que los sujetos de mayor edad tienen más dificultades. Esto podría ser un reflejo de la paulatina incorporación a los programas oficiales de titulación de enfermería, de asignaturas que dotan a los futuros profesionales de estrategias de autocontrol ante situaciones difíciles10. Así, los más jóvenes habrían recibido tal formación, mientras que los de más edad no habrían recibido tal tipo de entrenamiento. Por otra parte, en cuanto al equipo de trabajo, las mayores dificultades se encuentran en el grupo de edad intermedia. Cabría suponer que los sujetos más jóvenes se incorporarían al mundo laboral, y por tanto al equipo de trabajo, con actitudes positivas, por lo que la percepción de las dificultades sería menor. Asimismo, cabría esperar que los sujetos de más edad hubieran aprendido o desarrollado estrategias de trabajo en grupo, habilidades de comunicación, etc., que les permitiera prevenir las dificultades, o 36
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bien, en caso de no poder evitar tales dificultades, haber focalizado sus intereses hacia otros aspectos positivos del trabajo, restando importancia a los posibles conflictos. Por ello, serían los sujetos del grupo intermedio, de edades comprendidas entre 25 y 35 años, los que al no haber desarrollado todavía tales estrategias, manifestarían mayores dificultades. Similares puntuaciones se encontraron en la variable relativa a la comunicación con los profesionales médicos; de nuevo las puntuaciones más altas están en el grupo de edad intermedia, lo que podría derivar, a su vez, del intento de evitar conflictos de los más jóvenes, y la adquisición de ciertas habilidades de comunicación de los más mayores. Con respecto al efecto de la experiencia, nos encontramos con esquemas diferentes a los que acabamos de mencionar, aunque en relación con el tiempo de trabajo en un mismo servicio. Como hemos mencionado anteriormente en el apartado de resultados, en todas las variables excepto la relativa al trabajo en equipo se observan curvas en forma de U en relación con la experiencia. Esto es, los sujetos de menor y mayor experiencia son los que presentan mayores dificultades, mientras que los que poseen una experiencia intermedia, entre uno y 5 años, presentan las menores dificultades. El ítem que destaca es el que hace alusión a las dificultades para el trabajo en equipo, en el que las puntuaciones disminuyen en función de la edad. Esto podría aludir a unas habilidades personales de trabajo en equipo que serían independientes del servicio en el que se trabaje y que irían mejorando en función de los años de experiencia y, como ya hemos visto, de la edad. Sin embargo, es probable que el resto de los ítems aluda a un tiempo óptimo de permanencia en un mismo servicio. Como hemos podido observar, los sujetos que informan de períodos de permanencia, en el mismo servicio, inferiores a un año, perciben grandes dificultades, lo que podría derivarse de su reciente inclusión en el servicio, la adaptación al tipo de tarea, a los miembros del equipo, etc. Posteriormente, cabe esperar que estas dificultades disminuyan en función del conocimiento de las tareas, del tipo de paciente o de las características específicas del servicio. Pasado un cierto período de tiempo, tales dificultades de nuevo se perciben más elevadas, lo que podría indicar un inicio en algunos sujetos de insatisfacción o estrés laboral. Esto también es de carácter especulativo, ya que el estudio y la identificación de prevalencia de burnout en la muestra no ha sido objeto de este estudio y, por tanto, no ha sido evaluado por nosotros. No obstante, sí nos sirve de hipótesis para ulteriores estudios. Llegado este punto queremos señalar que, en general, hemos observado que las dificultades que manifiestan estos profesionales son muy elevadas en relación con el manejo de situaciones difíciles con los pa-
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cientes, sus familias o el equipo de trabajo, tal como se había señalado en trabajos previos15. Los planes oficiales de formación no suelen contemplar el entrenamiento en habilidades que estos profesionales van a tener que utilizar con una altísima frecuencia en su ejercicio profesional para identificar, reconocer, aceptar y canalizar respuestas de alta sobreimplicación emocional de los enfermos y sus familiares, desarrollar habilidades de trabajo en equipo y de comunicación, saber cómo transmitir las malas noticias, o adquirir habilidades de control emocional y de la sobreimplicación. Por tanto, parece fundamental el establecimiento de acciones formativas de carácter específico y continuado, que provean a los profesionales de enfermería y auxiliares de habilidades y estrategias que les permitan desarrollar su trabajo con la máxima eficacia y al menor coste emocional posible. Agradecimientos. Queremos mostrar nuestro agradecimiento a Fernando Hernández Navarro, Ramón Bayés, Hernán Cancio, Cristina Coca, Magdalena Sánchez Sobrino y María Moreno, por su apoyo en este proyecto, y a Carolina del Rincón, José Luis Ramos, Victoria Ruiz, Cristina Moreno, Lucía Janssen y Gema Romano por su colaboración en el desarrollo de este trabajo.
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