piel (barc).
Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningu´n conflicto de intereses.
b i b l i o g r a f ´i a
1. Schaap GJP, de Jong JC, van Bijsterveld OP, Beekhuis WH. A new intermediate adenovirus type causing conjunctivitis. Arch Ophthalmol. 1979;97:2336–8. 2. Laverty CR, Russell P, Black J, Kappagoda N, Booth N. Adenovirus infection of the cervix. Acta Cytol. 1977;21:114–7. 3. De Jong JC, Wigand R, Wadell G, Keller D, Muzerie CJ, Wermenbol AG, et al. Adenovirus 37: Identification and characterization of a medically important new adenovirus type of subgroup D. J Med Virol. 1981;7:105–18. 4. Swenson PD, Lowens MS, Celum CL, Hierholzer JC. Adenovirus types 2, 8 and 37 associated with genital infections in patients attending a sexually transmitted disease clinic. J Clin Microbiol. 1995;33:2728–31. 5. Stanescu D, Copelovici Y, Teleguta L, Ta˘nase M, Chirila˘ R, Hanciruc D, et al. Investigations on the role of some viral, chlamydian, rickettsian and mycoplasmic agents in several gynecological diseases. Rev Roum Med Virol. 1989;40:71–7. 6. Pisani S, Gallinelli C, Seganti L, Lukic A, Nobili F, Vetrano G, et al. Detection of viral and bacterial infections in women
2017;32(3):178–186
181
with normal and abnormal colposcopy. Eur J Gynae Oncol. 1999;20:69–73. 7. Harnett GB, Phillips PA, Gollow MM. Association of genital adenovirus infection with urethritis in men. Med J Aust. 1984;141:337–8. 8. Azariah S, Reid M. Adenovirus and non-gonococcal urethritis. Int J STD AIDS. 2000;11:548–50. 9. Arnberg N, Mei YF, Wadell G. Fiber genes of adenoviruses with tropism for the eye and the genital tract. Virology. 1997;227:239–44.
´ lvarez-Argu¨ellesa,*, Santiago Melo´n Garcı´aa, Marta E. A Silvia Alva´rez Alva´rezb y Marı´a de On˜a Navarroa a
Unidad de Virologı´a, Servicio de Microbiologı´a, Hospital Universitario Central de Asturias, Oviedo, Asturias, Espan˜a b Servicio de Pediatrı´a, Hospital Universitario Central de Asturias, Oviedo, Asturias, Espan˜a * Autor para correspondencia. Correo electro´nico:
[email protected] ´ lvarez-Argu¨elles). (M.E. A http://dx.doi.org/10.1016/j.piel.2016.10.014 0213-9251/ # 2016 Elsevier Espan˜a, S.L.U. Todos los derechos reservados.
Enfermedad de Mondor del pene Mondor’s disease of penis
La enfermedad de Mondor del pene o trombosis de la vena dorsal superficial del pene es una entidad muy infrecuente, que puede ser mal diagnosticada si no existe un alto ı´ndice de sospecha. Su etiologı´a se relaciona con traumatismos de repeticio´n, actividad sexual excesiva o prolongada, abstinencia sexual, infecciones, tumores y otros procesos1,2. La presentacio´n clı´nica ma´s frecuente es la aparicio´n de un cordo´n indurado habitualmente en el surco coronal del pene que resulta doloroso a la palpacio´n. Un varo´n de 30 an˜os consulta en el servicio de dermatologı´a de forma urgente por la aparicio´n de un cordo´n indurado en el surco coronal y balano-prepucial, doloroso a la palpacio´n, de 3 semanas de evolucio´n. Como antecedentes personales de intere´s destaca u´nicamente una historia de promiscuidad e infeccio´n por el virus de la inmunodeficiencia humana de 4 an˜os de evolucio´n, en tratamiento actualmente con emtricitabina, tenofovir y darunavir presentando una carga viral indetectable. A la exploracio´n fı´sica se observa un cordo´n indurado en el surco coronal y balano-prepucial sin cambios cuta´neos en superficie, de 30 mm de longitud por 6 mm de ancho (fig. 1). No presenta u´lceras genitales ni otras lesiones cuta´neas o mucosas. No existen adenopatı´as palpables. El paciente se
encuentra afebril, con buen estado general y no presenta sintomatologı´a siste´mica. En cuanto a exploraciones complementarias se lleva a cabo un cultivo de exudado uretral y un urinocultivo, ambos
Figura 1 – Cordo´n indurado en el surco coronal y balanoprepucial del pene.
182
piel (barc).
Figura 2 – Imagen histolo´gica en la que se observa una trombosis de grandes vasos (H&E T10).
con resultado negativo. Adema´s se solicitan serologı´as con resultado negativo para los virus de la hepatitis A, B y C; sin embargo, presenta RPR 1/32, FTA positivo y anticuerpos totales antitreponema positivos. Se realiza una biopsia punch de la lesio´n en la cual se observa la presencia de trombosis de vasos de gran taman˜o (fig. 2). Se llevan a cabo tinciones inmunohistoquı´micas con resultado positivo para CD31 y CD34 de forma focal. Ante los datos de la anamnesis, exploracio´n fı´sica y exploraciones complementarias se realiza el diagno´stico de enfermedad de Mondor del pene y sı´filis latente de tiempo indeterminado (ya que el paciente no presenta clı´nica cuta´nea ni siste´mica y no se dispone de informacio´n acerca del momento en el cual se produce la seroconversio´n) no filiada ni tratada con anterioridad. Se indica tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos y reposo sexual hasta la mejorı´a clı´nica. Adema´s se lleva a cabo el tratamiento de la sı´filis latente de tiempo indeterminado, dado que el paciente no era conocedor de dicha condicio´n y no habı´a sido previamente tratado. Dado que se trata de un paciente con infeccio´n VIH se administran 2,4 millones de unidades de penicilina G benzatina intramuscular a la semana hasta un total de 3 dosis. Tras 6 semanas el paciente acude a control, habie´ndose resuelto por completo el cuadro. Ante un cuadro que comienza con la aparicio´n de un cordo´n indurado en el surco coronal o balano-prepucial es necesario realizar el diagno´stico diferencial entre la trombosis de la vena dorsal superficial del pene y la linfangitis esclerosante no vene´rea del pene3,4. La segunda afecta a los vasos linfa´ticos de forma local dando lugar a una clı´nica superponible a la de la flebitis de Mondor, dificultando por tanto la diferenciacio´n entre ambas entidades. Es posible discernir el origen realizando tinciones inmunohistoquı´micas3,4, que resultarı´an positivas para CD31 y CD34 en caso de la enfermedad de Mondor y positivas para podoplanina y D2-40 en caso de linfangitis esclerosante no vene´rea. En ocasiones en cuadros similares se orienta el diagno´stico de forma erro´nea
2017;32(3):178–186
como una enfermedad de transmisio´n sexual. Aunque no esta´ de ma´s la realizacio´n de pruebas complementarias que descarten la misma en caso de dudas. El diagno´stico de la flebitis de Mondor se basa fundamentalmente en la anamnesis y la exploracio´n fı´sica. No obstante, la prueba de imagen de referencia es la ecografı´aDoppler de color, en la cual se puede visualizar la trombosis del vaso1,2. El tratamiento se basa en el reposo sexual hasta la resolucio´n del cuadro y antiinflamatorios no esteroideos. En la fase aguda se pueden an˜adir antibio´ticos y en caso de no mejorı´a, asociar heparina de bajo peso molecular. El cuadro se suele resolver entre 4-6 semanas y en torno a las 9 semanas ´ nicatiene lugar la recanalizacio´n del vaso trombosado. U mente en caso de persistencia ma´s alla´ de este periodo se debe realizar tratamiento quiru´rgico1,2. Es importante conocer esta entidad, ya que puede ser causa de ansiedad para el paciente y supone un reto diagno´stico para el facultativo si la desconoce, lo que permitira´ tranquilizar al paciente y evitar la realizacio´n de pruebas complementarias y tratamientos innecesarios. El papel del dermato´logo es importante ya que suele ser consultado para valorar posibles enfermedades cuta´neas y vene´reas del pene.
Responsabilidades e´ticas
Proteccio´n de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigacio´n no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicacio´n de datos de pacientes. Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artı´culo no aparecen datos de pacientes.
Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningu´n conflicto de intereses.
b i b l i o g r a f i´ a
1. Rosety Rodrı´guez JM, Garcı´a-Baquero Garcı´a-Paredes R, Conde Giles A, Leo´n Delgado C, Ledo Cepero MJ, Pe´rez-Lanzac A, et al. Trombosis aislada de la vena superficial dorsal del pene. Flebitis de Mondor. Presentacio´n de un caso y revisio´n de la bibliografı´a. Rev Int Androl. 2011;9:174–6. 2. Ramos Barselo´ E, Portillo Martı´n JA, Correas Gomez M, Gutie´rrez Ban˜os JL, Aguilera Tubet C, Ballestero Diego R, et al. Enfermedad de Mondor versus linfangitis esclerosante de pene. Arch Esp Urol. 2008;61:837–40. 3. Marsaudon E, Legal C, Gayoux D, Weber O. Mondor’s disease of penis: A case report. Rev Med Interne. 2016;37:636–8.
piel (barc).
4. Babu AK, Krishnan P, Andezuth DD. Sclerosing lymphangitis of penis. Literature review and report of 2 cases. Dermatol Online J. 2014;20. pii: 13030/qt7gq9h1v9.
Blanca Ferrer Guille´n* y Pablo Herna´ndez Bel Servicio de Dermatologı´a, Hospital General Universitario de Valencia, Valencia, Espan˜a
2017;32(3):178–186
183
* Autor para correspondencia. Correo electro´nico:
[email protected] (B. Ferrer Guille´n). http://dx.doi.org/10.1016/j.piel.2016.10.010 0213-9251/ # 2016 Elsevier Espan˜a, S.L.U. Todos los derechos reservados.
Erupcio´n polimorfa lumı´nica sobre lesiones de vitı´ligo Polymorphic light eruption limited to vitiligo lesions
El vitı´ligo es una enfermedad autoinmune que afecta al 1-2% de la poblacio´n y en la que se produce una destruccio´n de los melanocitos1,2. Una de las alternativas de tratamiento es la fototerapia, por su papel inmunomodulador cuta´neo. La respuesta a este tratamiento se situ´a en torno al 60% en las series ma´s amplias asociando en ocasiones efectos indeseables1–3. En el caso que presentamos, el paciente desarrollo´ una erupcio´n polimorfa lumı´nica (EPL) u´nicamente asentada sobre las ma´culas de vitı´ligo. Varo´n de 49 an˜os de edad sin antecedentes de intere´s. Acudio´ al servicio de dermatologı´a por presentar lesiones acro´micas de an˜os de evolucio´n. A la exploracio´n presentaba manchas acro´micas bien delimitadas y localizadas en las manos, codos, zona peribucal y periocular. Se realizo´ un estudio analı´tico con TSH y autoinmunidad sin evidenciar alteraciones significativas. Tras ser diagnosticado de vitı´ligo no segmentario realizo´ tratamiento con tacrolimus al 0,1% durante 6 meses sin buena evolucio´n del cuadro, con aumento del taman˜o de las lesiones. Posteriormente realizo´ tratamiento con UVB de banda estrecha 2 veces a la semana, comenzo´ con una dosis de 0,20 J incrementando 0,04 J en cada sesio´n. En la tercera semana, cuando llevaba una dosis diaria de 0,4 J y una acumulada de 1,8 J, consulto´ por una erupcio´n muy pruriginosa localizada en el interior de las lesiones de vitı´ligo. Negaba episodios previos similares. A la exploracio´n presentaba pa´pulas eritematosas cuyo taman˜o oscilaba entre los 3-4 mm, todas ellas localizadas sobre las manchas acro´micas (fig. 1). El diagno´stico de sospecha fue de EPL sobre lesiones de vitı´ligo, el cual se confirmo´ con el estudio histolo´gico (edema e infiltrado perivascular en la dermis con leve degeneracio´n vacuolar de la capa basal). En la actualidad, aunque persiste su vitı´ligo, el paciente esta´ asintoma´tico tras haber suspendido la fototerapia. La fototerapia cuenta con mu´ltiples aplicaciones en dermatologı´a, no obstante, no es una te´cnica carente de efectos indeseables. Estos se clasifican en efectos secundarios agudos o efectos secundarios a largo plazo (tabla 1)4. Dentro de los primeros destaca la fototoxicidad que sera´ considerable en el 10-15% de los pacientes, las hiperpigmentaciones tambie´n muy frecuentes, la intolerancia oral al 8-MOP presente en un 20% de los tratados y el prurito que siendo el efecto secundario
ma´s frecuente, es el de ma´s fa´cil manejo ya que se trata con emolientes. En menor medida se han descrito casos de psoriasis eruptivas asociadas a feno´meno de Koebner, hepatotoxicidad en pacientes hepato´patas, foto-onico´lisis, desarrollo de ampollas tensas sobre las lesiones, penfigoide inducido por terapia PUVA, hipertricosis, disosmia, erupciones liquenoides, cefaleas, induccio´n de lupus eritematoso o erupciones restringidas a a´reas de vitı´ligo como es el caso que nos ocupa3,4. La EPL se presenta como una erupcio´n de pa´pulas eritematosas y pruriginosas asentadas especialmente sobre a´reas fotoexpuestas y que se desarrollan despue´s de una
Figura 1 – Pa´pulas eritematosas localizadas exclusivamente en el interior de las ma´culas de vitı´ligo.