Imagen Extracción de un quiste de milium Jesús Alberto Sabando Carranza y Diana Calvo Carrasco Centro de salud de Zaramaga. Osakidetza. Vitoria-Gasteiz. Álava. España.
Figura 1. Quiste de milium y material necesario para el tratamiento.
E
s frecuente encontrar a personas que presentan en su rostro puntos blancos sobreelevados, del tamaño de un alfiler. Son los llamados milia o quistes miliares; se trata de pequeñas lesiones quísticas epidermoides, localizadas en la dermis superficial que se presentan clínicamente como elementos redondeados de pequeño tamaño (1-2 mm), consistencia firme y color blanquecino o perlado. Los quistes de milium pueden ser primarios o secundarios. Los primarios surgen de manera espontánea a cualquier edad, principalmente en párpados, mejillas y frente. En los recién nacidos se puede considerar como normal, dado que hasta el 40-50% tiene milia, sobre todo a nivel nasal. También se pueden encontrar en la mucosa (perlas de Epstein) y el paladar (nódulos de Bohn). En la mayoría, desaparecen durante las primeras 4 semanas. Los secundarios aparecen de forma reactiva a cualquier traumatismo cutáneo (enfermedades ampollosas, dermoabrasiones, quemaduras, radioterapia o agentes químicos) o a algunas dermatosis, como la dermatitis de contacto. También se han descrito tras el uso de corticoides tópicos potentes1. En raras ocasiones, pueden formar parte de genodermatosis (síndrome de Bazex) o aparecer en forma de placas. Además de la predisposición genética, se encuentran relacionados la exposición solar, los antecedentes de acné, el hábito tabáquico y la falta de higiene.
Figura 2. Procedimiento de extracción.
Tratamiento El quiste de milium no presenta capacidad de malignización ni riesgo de complicaciones, y puede dejarse con seguridad; no obstante, si el paciente solicita tratamiento, es eficaz la incisión con una aguja de punta de corte, una lanceta estéril o una hoja de bisturí del n.° 11 y la posterior extracción del contenido2 (fig. 1). Nosotros, normalmente, utilizamos una aguja intramuscular o una hipodérmica para perforar la cápsula, seccionamos con el bisel la cápsula, paralelos a la piel, realizando un semicírculo de 180º, y posteriormente, con una pinza de disección con dientes, extraemos el contenido (fig. 2). Sólo requiere unos cinco minutos, no precisa anestesia ni sutura y prácticamente no existe sangrado. La satisfacción es elevada tanto para el paciente como para el profesional. También puede usarse la electrodesecación (deshidratación y destrucción tisular mediante el calor generado por el contacto del electrodo activo del electrocoagulador con la lesión) y la quimioexfoliación suave (uso de uno o varios agentes químicos exfoliantes para producir una epidermo o dermoepidermolisis con una regeneración posterior). Posteriormente, debe recomendarse una higiene cutánea con productos adecuados (jabones, fotoprotectores), así como la corrección de desequilibrios alimentarios si existieran.
Patogenia
Bibliografía
Es idéntica al quiste epidérmico, la diferencia es el tamaño. Se debe a la obstrucción de un folículo pilosebáceo por un exceso de queratina.
1. Thami GP, Kaur S, Kanwar AJ. Surgical Pearl: Enucleation of milia with a disposable hypodermic needle. J Am Acad Dermatol. 2002;47:602-3. 2. Iacobelli D, Hashimoto K, Kato I, Ito M, Suzuki Y. Clobetasol-induced milia. J Am Acad Dermatol. 1989;21:215-7.
302 FMC. 2012;19(5):302