CARTA CIENTÍFICA TABLA 1 41.901
Test de Mantoux en diversos colectivos de inmigrantes en España N.o de inmigrantes
Sexo (V/M) (%)
País/es
Mantoux (+)* (%)
Datos propios
125
84/16
26,8
Datos propios Durán5
48 339
100/0 81/19
76
82/18
80 150
64/16 100/0
Nigeria Sierra Leona Marruecos Guinea Ecuatorial Camerún República Dominicana Perú Magreb Argelia Marruecos
Inmigración africana en Canarias e infección tuberculosa
Referencia
Sr. Editor: La inmigración, particularmente en lo que se refiere a sus formas irregulares, ha supuesto una notable alarma social en España. Aunque de forma no exclusiva, los problemas sanitarios –y específicamente la introducción de enfermedades– han sido empleados como elementos importantes en actitudes xenófobas frente a este colectivo. Las cartas al editor publicadas en esta revista por Serra et al1 y Caminero et al2 aportan una reflexión –tanto teórica como práctica– a una de las principales «amenazas», que aparentemente comporta el incremento migratorio detectado: la tuberculosis. En la línea argumental de los autores mencionados, creemos interesante aportar nuevos datos acerca de la tuberculosis en los inmigrantes irregulares en Canarias. Debemos señalar que nuestra comunidad es la cuarta en lo que respecta al número de inmigrantes que recibe, siendo la provincia de Las Palmas la que presenta un mayor número de inmigrantes irregulares. Además, el aumento claro de la inmigración procedente de áreas subsaharianas1, con elevadas tasas globales de enfermedad tuberculosa2,3 podría hacer pensar que el aumento de la inmigración irregular daría lugar a un aumento de la enfermedad tuberculosa en España. Realizamos un estudio prospectivo de dos comunidades de inmigrantes irregulares que presentaban como característica común la llegada reciente (inferior a 6 meses) a nuestra región y su procedencia del continente africano. De forma sistemática, se realizó una evaluación clínica completa (anamnesis y exploración clínica), un estudio analítico sistemático, una prueba de Mantoux y una radiografía simple de tórax (PA y L) a 125 inmigrantes de África subsahariana (105 varones y 19 mujeres, con edad media de 26 años, intervalo de confianza [IC] del 95%: 25-27, y cuyo país de origen era Nigeria [98 sujetos], Sierra Leona [22 sujetos] y otros países [3 sujetos]) y 48 inmigrantes varones magrebíes, con una edad media de 17 años (IC del 95%: 16-18) acogidos en dos centros de nuestra comunidad. En todos los casos estudiados, tanto en la evaluación clínica inicial, como en el seguimiento durante un año, no se detectó ningún caso de enfermedad tuberculosa empleando las técnicas habituales (valoración clínica, radiología de tórax, baciloscopia y cultivo de esputo). En ningún caso se detectaron en la radiología de tórax inicial datos sugestivos de enfermedad tuberculosa. Los resultados del test de Mantoux se exponen en la tabla 1. De acuerdo con las normativas vigentes, se consideró positiva la prueba de Mantoux en este colectivo cuando la induración era igual o mayor a 10 mm. En todos los casos con infección tuberculosa sin enfermedad, se procedió a la administración directamente supervisada de rifampicina más pirazinamida según la pauta descrita por Gordin et al4. Se eligió esta opción debido a la baja edad media del colectivo estudiado y a la posibilidad de control de esta población durante un período de tiempo limitado (inferior a 3 meses). Por otro lado, en nuestra unidad ingresaron en un período de 3 años (mayo 1998-mayo 2001) 94 pacientes con tuberculosis, de los cuales únicamente 8 eran inmigrantes, debiendo señalar que ninguno de ellos procedía del área subsahariana (4 de Marruecos, 2 de India, 1 de Cuba y 1 de China).
Los datos señalados en los dos grupos estudiados permiten realizar varias reflexiones. Así, nuestros datos difieren de los obtenidos por otros grupos en España en inmigrantes5-8 y son equiparables a los datos de infección tuberculosa autóctonos. Sin embargo, con ex-
38
Med Clin (Barc) 2002;118(1):38
Lacalle6 7
Rivas García Vidal8
4,1 51,9 46,5 72,5 50,7
V/M: varones/mujeres. *Se considera positivo cuando la induración es ≥ 10 mm.
cepción del trabajo de Durán et al5 los colectivos estudiados son claramente diferentes desde el punto de vista epidemiológico tanto en la procedencia como en la duración de la estancia y el método de estudio (tabla 1). En este sentido, creemos preciso señalar que el fenómeno de la inmigración no es uniforme, de tal forma que los datos obtenidos en un momento en un determinado colectivo no son aplicables a otras situaciones. Por otro lado, estos datos sugieren que la importancia de la inmigración, especialmente en sus formas irregulares, sobre la transmisión de la tuberculosis a la población autóctona es escasa, al menos en nuestra región. Así, parece claramente establecido que en los casos de enfermedad tuberculosa en inmigrantes, el principal mecanismo es la reactivación, más que la primoinfección o reinfección exógena9. En este sentido, la situación de marginalidad, a que en ocasiones se ven sometidos estos colectivos, con un riesgo de malnutrición y adquisición de otras coinfecciones, puede ser un factor relevante en la reactivación de la infección tuberculosa. Finalmente, los centros de acogida –así como los centros de internamiento de extranjeros– ofrecen una oportunidad para actuar de forma profiláctica en este colectivo, realizando estrategias que sean adecuadas a las posibilidades temporales. De cualquier forma, creemos que el fenómeno de la inmigración, y especialmente la posibilidad de introducción de la tuberculosis, pone de manifiesto nuevamente las limitaciones en el control de la tuberculosis en nuestra población autóctona, hecho que es claramente más importante desde el punto de vista sanitario. José Luis Pérez Arellanoa,b, Ángeles Hernández Garcíac, Óscar Sanz Peláezb,d y Alfonso Ángel Moreno Marotoa,b a Unidad de Enfermedades Infecciosas y Medicina Tropical. Servicio de Medicina Interna. Hospital Insular de Las Palmas. b Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. c Centro de Atención de Inmigrantes de Cruz Roja (Miller). dServicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Dr. Negrín. Las Palmas de Gran Canaria.
1. Serra Majem L, Santana Armas JF. La inmigración en Canarias: un cambio en los problemas de salud. Med Clin (Barc) 2000; 115: 398-399. 2. Caminero JA, Rodríguez de Castro F, Cuyás Domínguez J, Cabrera Navarro P. La inmigración en Canarias y su posible influencia sobre el problema de la tuberculosis. Med Clin (Barc) 2001: 116: 556-557. 3. World Health Organization. Global Tuberculosis Control. WHO report 2001. Ginebra: World Health Organization, 2001. 4. Gordin F, Chaisson RE, Matts JP, Miller C, de Lourdes García M, Hafner R et al. Rifampin and pyrazinamide versus isoniazid for prevention of tu-
5.
6.
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8.
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berculosis in HIV-infected persons: an international randomized trial. JAMA 2000; 283: 1444514506. Durán E, Cabezos J, Ros M, Terre M, Zarzuela F, Bada JL. Tuberculosis en inmigrantes recién llegados a Barcelona. Med Clin (Barc) 1996; 106: 525-528. Lacalle Rodríguez-Labajo M, Gil Juberías G, Sagardui Villamor JK, González López E, Martínez Ruiz R, Orden Martínez B. Resultados de la aplicación de un examen de salud en la población inmigrante. Aten Primaria 2000; 25: 634-638. Rivas Clemente FPJ, Nácher Conches M, Corrillero Martín J, García-Herreros Madueño MT. Prevalencia de infección tuberculosa entre los inmigrantes magrebíes. Med Clin (Barc) 2000; 114: 245-249. García-Vidal J, Jansá López del Vallado J, García de Olalla Rizo P, Barnés Vayés I, Caylá Buqueras JA. Enfermedades infecciosas y características sociodemográficas de los inmigrantes extranjeros del centro penitenciario de hombres de Barcelona. Rev Esp Salud Pública. Huerga H, López-Vélez R, Navas E, Gómez-Mampaso E. Clinicoepidemiological features of immigrants with tuberculosis living in Madrid, Spain. Eur J Clin Microbiol Infect Dis 2000; 19: 236-240.
CARTAS AL EDITOR 41.906
Humanizando el final de la vida Sr. Editor: Hemos encontrado muy interesante la reflexión de Riera et al en torno al encarnizamiento con los pacientes, a propósito de un caso1. La mayoría de los ciudadanos de las sociedades avanzadas están muriendo en los hospitales, alejados del entorno familiar y despersonalizados. Debatir sobre las decisiones tomadas en torno a los últimos días de la vida debería cobrar la importancia que merece. Por una parte, por el respeto que se debe a toda persona y especialmente en aquellas circunstancias que la colocan en situación de indefensión. Por otra, porque explicitar los criterios asistenciales aplicados, es decir, definir y priorizar criterios de gestión de los recursos, facilita una utilización más adecuada, por parte de la población, de los servicios sanitarios públicos y, entre ellos, de las consultas hospitalarias de urgencia. Es necesario, que se introduzca en la sociedad la idea de la muerte como algo inevitable. Es necesario, asimismo, que, por todos los medios posibles se facilite una buena comunicación entre los profesionales de la salud y la población general beneficiaria de sus servicios.