Patologías traumáticas de los tendones peroneos

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 E – 27-100-A-10 Patologías traumáticas de los tendones peroneos E. Toullec Los músculos peroneos tienen una función esencial en la estabilización ...

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Patologías traumáticas de los tendones peroneos E. Toullec Los músculos peroneos tienen una función esencial en la estabilización lateral del tobillo y la propiocepción. Los traumatismos que les afectan se producen casi siempre durante un esguince de tobillo y a menudo pasan desapercibidos a pesar del uso de técnicas de imagen con un rendimiento cada vez mayor (ecografía, resonancia magnética [RM]). Algunos morfotipos de pie (pie cavo varo, metatarso aducto) favorecen la fatiga de los tendones con una evolución degenerativa que se ve agravada por el traumatismo. Las tres principales lesiones traumáticas se pueden distinguir en luxaciones, tendinosis (o microrrupturas parciales) y rupturas. El tratamiento médico no siempre resulta eficaz y a menudo es necesaria la cirugía. Se han descrito numerosas técnicas. A pesar de la reparación tendinosa, no siempre se corrige completamente la estabilidad, lo que justificaría el uso de ortesis plantares y de un tratamiento de kinesioterapia propioceptivo. © 2018 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Tendón peroneo; Instabilidad del tobillo; Pie cavo varo

Plan ■

Introducción

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Rese˜ na anatómica y fisiológica

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Función de los tendones peroneos

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Mecanismos lesionales

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Exploración de los tendones peroneos Exploración física Técnicas de imagen y pruebas complementarias

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Patologías traumáticas Luxación de los peroneos Desgarros tendinosos Rupturas tendinosas Manejo postoperatorio de los traumatismos de los peroneos

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Conclusión

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 Introducción Los músculos peroneos tienen una función esencial en la estabilización lateral del tobillo y la propiocepción. Sus traumatismos aparecen casi siempre durante un esguince de tobillo y a menudo pasan desapercibidos a pesar del uso de técnicas de imagen con un rendimiento cada vez mayor (ecografía, resonancia magnética [RM]).

 Rese˜ na anatómica y fisiológica Situados en el borde lateral de la pierna y del pie, los tendones peroneos, casi siempre en número de dos, el peroneo corto y el peroneo largo, controlan la estabilidad lateral del pie. Son tendones de reflexión, en contraposición a un tendón de tracción como es el tendón calcáneo. EMC - Podología Volume 20 > n◦ 2 > mayo 2018 http://dx.doi.org/10.1016/S1762-827X(18)89272-0

El peroneo largo toma su origen en tres cabezas en la epífisis proximal de los dos huesos de la pierna y la membrana interósea, entre los cuales pasa el nervio peroneo común, y se continúa con un tendón a nivel del tercio inferior de la pierna. El peroneo corto se inserta en la cara lateral del peroné, en su mitad inferior. El peroneo largo es más superficial. Los dos tendones pasan por la corredera retromaleolar lateral, en la que están fijos por dos poleas: el retináculo proximal de los peroneos, en los tres últimos centímetros del maléolo lateral, el más importante para mantener los dos tendones en la corredera retromaleolar, con una vaina común, y el retináculo distal de los peroneos, que es una expansión del retináculo de los extensores por donde pasan los tendones separados por dos vainas. Los tendones pasan por fuera del ligamento calcaneofibular con el que están en íntimo contacto. El peroneo corto es el más dorsal y se dirige horizontalmente por arriba del tubérculo de los peroneos en la cara lateral del calcáneo para insertarse a continuación en la apófisis estiloides del 5.◦ metatarsiano con, en algunas ocasiones, un hueso accesorio a nivel de su inserción, el hueso vesaliano. El peroneo largo pasa por debajo del tubérculo calcáneo para dirigirse a continuación hacia el canal plantar del cuboides, tomando una angulación de 45◦ . En ocasiones existe a este nivel un hueso supernumerario, el os peroneum (10-20% de la población). En su trayecto plantar, el tendón pasa por el túnel del cuboides, entre el plano óseo y el ligamento plantar largo, y se inserta en la base del 1.er metatarsiano, en su parte plantar y lateral, con inserciones en los cuneiformes. Su recubrimiento sinovial de deslizamiento o vaina de los peroneos se inicia a unos 4 cm proximalmente al maléolo lateral para terminar a nivel de la articulación calcaneocuboidea y está sostenida por el retináculo de los peroneos en dos fascículos. Los dos músculos están inervados por el nervio peroneo superficial (L5-S1).

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Según Petersen et al [1] , existen tres zonas de hipovascularización, una de ellas situada a nivel de la punta del peroné y otra para el peroneo largo, a nivel del canal del cuboides. Existen numerosas variaciones anatómicas. Las microrrupturas son frecuentes, de acuerdo con la ley de microrrupturas de Rouvière y Cordier [2] , que es una adaptación a la reflexión. La forma de los tendones es variable: oval 60%, redondo 30%, aplanado 7%, fragmentado (poco frecuente) [3] . Entre las otras variantes, algunas pueden convertirse en patológicas: peroneo corto con cuerpo muscular hipertrófico demasiado distal (8% según Fedel) [4] o tendones accesorios: peroneus quartus [5] (13-22%, con inserción más frecuente sobre la eminencia retrotroclear del calcáneo), el peroneus digiti minimi (34%) y el peroneo anterior o tercer peroneo (91,5%). En ocasiones estas variaciones se vuelven sintomáticas por atasco de la corredera retromaleolar de los peroneos.

 Función de los tendones peroneos Para Thonnard [6] , los tendones peroneos orientan al pie en coordinación con el tibial posterior y el tríceps sural, 100 ms antes de la recepción del paso (principio de la anticipación de retrocontrol). El retraso en su acción puede dar origen a un esguince de tobillo. El complejo músculo-aponeurosis-tendón presenta una tensión excéntrica con una función de impulsión durante el paso en apoyo monopodal, mediante la lateralización del cuerpo y el avance de la tibia. Este estiramiento musculoaponeurótico desencadena un reflejo miotático con contracción activa de los músculos peroneos que orientan el antepié mediante un mecanismo de eversión hacia el hallux para la propulsión alineada. Si el peroneo corto es un abductor del pie, el peroneo largo es un eversor (flexión plantar-abducción-pronación) gracias a su trayecto plantar. El peroneo largo es un depresor del 1.er metatarsiano, cuya retracción es un factor favorecedor del pie cavo. Por último, su trayecto plantar estabiliza el arco transversal del mediopié. La fuerza del peroneo largo (5,5 N/cm2 ) es el doble que la del peroneo corto (2,6 N/cm2 ), mientras que su excursión es idéntica (1,6 cm para el largo frente a 1,4 cm en el caso del corto).

 Mecanismos lesionales Se pueden distinguir las lesiones traumáticas de los microtraumatismos por fatiga, que no se tratarán en este artículo. Las lesiones de los tendones peroneos que se pueden observar son la subluxación o luxación, las tendinosis o microrrupturas o la ruptura, con posibles asociaciones. Es esencial conocer el mecanismo del accidente para poder detectar las posibles lesiones asociadas al esguince de tobillo. Las luxaciones se producen durante una dorsiflexión violenta del tobillo (caída hacia delante del esquiador con el pie fijo) con un placaje de los tendones peroneos sobre la corredera retromaleolar lateral con contracción isométrica de los músculos peroneos. La asociación de una eversión puede ocasionar en este caso la ruptura del retináculo proximal de los peroneos. La tendinosis mecánica afecta sobre todo al peroneo corto, mientras que en el caso del peroneo largo, la tendinosis suele ser sobre todo degenerativa. El mecanismo es un varo equino (inversión), en ocasiones sobre un contexto de inestabilidad del tobillo con un conflicto sobre el borde del maléolo lateral. Este mecanismo se encuentra también en algunas luxaciones de los tendones por cizallamiento sobre el borde cortante del maléolo lateral.

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La ruptura tendinosa afecta sobre todo al peroneo largo y lo más frecuente es que esté provocada con por una eversión contra resistencia. También existen rupturas por golpe directo o por heridas. A menudo las lesiones de los tendones peroneos pasen desapercibidas en la urgencia. La frecuencia de las lesiones de los tendones peroneos en las inestabilidades crónicas del tobillo es importante: en una revisión de 61 tobillos preligamentoplastia, DiGiovanni et al [7] encontraron un 77% de casos de tenosinovitis, un 25% de rupturas parciales y un 54% de lesiones del retináculo. Borne et al [8] observaron un 60% de lesiones del peroneo corto, un 15% del peroneo largo y un 15% de inestabilidad. En un estudio con RM, Stasko et al [9] observaron un 9% de lesiones osteocondrales de la cúpula astragalina, de las cuales un 65,3% estaban asociadas a lesiones de los tendones peroneos. Hay que recordar que el traumatismo puede producirse sobre un tendón previamente fragilizado por una laxitud crónica del tobillo, una posición varizante del retropié (pie cavo varo) o una aducción del antepié y que en ocasiones son necesarios procedimientos quirúrgicos complementarios para garantizar la durabilidad de la reparación tendinosa.

 Exploración de los tendones peroneos Exploración física En urgencia, se realiza el diagnóstico de esguince de tobillo ante la presencia de edema y la ausencia de fractura en las radiografías solicitadas de acuerdo con los criterios de Ottawa. Suele existir una tumefacción dolorosa en la zona de la lesión tendinosa, que a menudo se confunde con las lesiones ligamentarias del esguince. La palpación de los tendones es difícil, debido a la presencia del edema. El tratamiento médico según el protocolo « reposo, hielo (ice), compresión y elevación » (RICE) permite la regresión del dolor y del edema y poder realizar un examen con ecografía hacia el 5.◦ día. En este estadio, se debe descartar el diagnóstico de ruptura, ya que esta precisa cirugía de urgencia para evitar una posible retracción que impida la sutura quirúrgica terminoterminal. La noción de un crujido o chasquido en el momento del accidente asociada a una impotencia funcional en abducción (peroneo corto) o eversión (peroneo largo) debe hacer evocar el diagnóstico y está indicada una RM de urgencia (en este estadio, la utilidad de la ecografía está limitada por el edema y el dolor). La exploración a los 5-8 días permite precisar el diagnóstico de esguince y de la afectación de los peroneos. Se realiza la palpación a lo largo del trayecto de los tendones en busca de puntos dolorosos. No se debe olvidar la palpación del peroneo largo a nivel de la planta del pie, desde el canal del cuboides a la base del 1.er metatarsiano. En este estadio, a menudo se observa un hematoma en la zona de la lesión, que precisa la localización. La presencia de una tumefacción puede significar el mu˜ nón de retracción de un tendón roto o una tenosinovitis sobre un tendón previamente degenerativo. Una masa sobre el maléolo lateral es sugestiva de una luxación no reducida. El estiramiento pasivo y la movilización activa contra resistencia deben buscar un dolor sugestivo de tendinopatía con rupturas parciales o un déficit que puede estar ligado a una ruptura o a un origen neurológico. El peroneo corto se explora mediante una abducción contra resistencia, con el tobillo en flexión plantar y la rodilla flexionada, mientras que el peroneo largo se prueba mediante un movimiento de eversión a partir de una posición en inversión. La sensación de resalto en eversión contra resistencia o en posición de pie en apoyo monopodal sugiere una luxación tendinosa. EMC - Podología

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Figura 1. El peroneo corto aplanado entre una corredera retromaleolar abombada y el peroneo largo más superficial (A) es una variante anatómica con riesgo de tendinosis del tendón del peroneo corto (resonancia magnética, B). A. 1. Peroné; 2. peroneo corto aplanado; 3. peroneo largo.

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A Puede existir una limitación de la movilidad del tobillo en flexión dorsal en caso de tumefacción de la corredera retromaleolar lateral o de un esguince asociado del tobillo. El análisis del morfotipo de los miembros inferiores es indispensable para poder identificar una sobrecarga asociada (varo del tobillo o de la rodilla). Se deben evaluar la posible laxitud tibiotarsia y subastragalina. El examen a los 2 meses permitirá precisar la ausencia de cicatrización de las lesiones y su evolución hacia la cronificación. Es en este estadio cuando se realiza con más frecuencia el diagnóstico de ruptura parcial.

Técnicas de imagen y pruebas complementarias Radiografía En la urgencia, las radiografías de tobillo anteroposterior y lateral con desenfilada del pie permiten visualizar un fragmento óseo en el borde lateral del maléolo lateral que sugiere una luxación de los peroneos o un hueso supernumerario, os peroneum o vesaliano, en ocasiones fracturado. La presencia de una irregularidad del canal del cuboides puede producir una ruptura parcial del peroneo largo. A más largo plazo, la proyección retrotibial (incidencia retrocalcánea de Harris y Beath) permite visualizar un tubérculo de los peroneos hipertrófico. Se puede confirmar un pie varo o valgo del retropié o una laxitud del tobillo mediante radiografías de estrés.

Ecografía La ecografía es el examen de base y de referencia en las patologías de los peroneos. Para Morvan et al, es superior a la RM para el análisis de los tendones [10] . No obstante, en urgencia su realización se ve limitada por el edema y el dolor, lo que lleva a preferir la RM. Al igual que con la RM, existen artefactos de anisotropía en las zonas incurvadas, que se compensan con el uso de nas muy móviles. sondas peque˜ Permite visualizar la ruptura parcial, su extensión y el estado del tendón en general. Puede poner de manifiesto una separación de los dos hemiperoneos cortos separados por el peroneo largo en caso de una ruptura parcial del peroneo corto, sobre todo en caso de peroneo corto aplanado. Con el Doppler se puede visualizar una hiperemia intra y/o peritendinosa asociada. Pueden existir falsos positivos por el derrame debido a una ruptura del ligamento calcaneofibular. EMC - Podología

B Permite analizar una excursión anormal de los tendones con el uso de maniobras dinámicas: subluxación o luxación, resalto simple o twist entre los dos tendones en su vaina. La ecografía permite el análisis de las lesiones retinaculares dentro del marco de una inestabilidad, de un esguince o aislada. Esta lesión afecta principalmente al retináculo superior. no arrancaPermite igualmente visualizar un peque˜ miento cortical por desinserción del retináculo superior que con frecuencia pasa desapercibido en las radiografías estándar. Permite analizar la entesis del peroneo corto en el 5.◦ metatarsiano, un conflicto con un tubérculo calcáneo prominente, una ruptura de un tendón y el punto de reflexión del peroneo largo sobre el canal del cuboides. Se debe asociar un estudio de los ligamentos del tobillo y del pie.

Resonancia magnética La RM permite un análisis estático estructural de los tendones, visualizar la morfología de los tendones en los cortes transversales y precisar las variantes anatómicas (Fig. 1). En cambio, la visualización longitudinal inframaleolar suele ser difícil en el plano sagital, debido a su trayecto oblicuo, mientras que el peroneo largo se puede visualizar bien en plantar (artefacto de ángulo mágico). Resulta importante conocer la situación del cuerpo muscular del peroneo corto para poder detectar un cuerpo muscular demasiado distal (Fig. 2) en el que la parte distal del cuerpo muscular se sitúa por debajo del retináculo superior. Se debe buscar un edema patológico a nivel óseo: tubérculo calcáneo y huesos accesorios peroneum y vesaliano. El análisis de la cortical posterior de la parte distal del peroné puede mostrar un fallo de concavidad de la corredera.

Tomografía computarizada La tomografía computarizada (TC) raramente está indicada. Ésta puede precisar la hipertrofia del tubérculo calcáneo y los arrancamientos óseos profundos que no se visualizan con la ecografía. Se puede visualizar una corredera retromaleolar no congruente, plana (11%) o convexa (7%).

Tenoscopia de los peroneos Técnica preconizada por Van Dijk y Kort [11] y Fadel y Jerosch [12] , la tenoscopia es una técnica que actualmente se encuentra en fase de experimentación. Permite

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Figura 2. Un cuerpo muscular demasiado distal del peroneo corto lleva a su bloqueo en la corredera retromaleolar (flechas) con un fallo de propiocepción (A). Imagen de resonancia magnética en corte sagital (B). A. 1. Peroné; 2. peroneo largo; 3. peroneo corto.

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A precisar diagnósticos que hayan pasado desapercibidos por los exámenes clásicos, aunque nunca se ha realizado en el contexto de la urgencia.

 Patologías traumáticas Luxación de los peroneos Los tendones peroneos se luxan hacia lateral y a continuación hacia delante del maléolo lateral. Frecuente, con predilección en los deportistas, el mecanismo casi siempre es indirecto: flexión dorsal forzada del pie con contracción violenta de los peroneos por pronación activa. El tendón puede sufrir una ruptura parcial durante la luxación. Oden describió una clasificación de cuatro estadios de gravedad creciente, aunque éstos no tienen ningún interés para el tratamiento [13] : • estadio 1: cavidad de despegamiento; • estadio 2: ruptura anterior del retináculo; • estadio 3: arrancamiento de la inserción ósea; • estadio 4: ruptura posterior del retináculo que impide la reducción. Existen elementos favorecedores: una variación anatómica del retináculo de los peroneos, pie plano valgo, tendón o músculo supernumerario, una corredera posterior del peroné poco profunda (11%) o incluso convexa (7%). El diagnóstico de sospecha es un esguince de tobillo en la fase aguda y la inestabilidad en la fase crónica. La sensación de chasquido o de resalto así como la maniobra de eversión contra resistencia de Hoffman sugieren el diagnóstico. La sensación de crepitación en la corredera retromaleolar sugiere un arrancamiento óseo. La prueba dinámica con ecografía confirma el diagnóstico y la RM ayuda a precisar la morfología de los tendones, la forma de la corredera retromaleolar y las lesiones asociadas (Fig. 3). El retraso en el diagnóstico o la ausencia de tratamiento inicial pueden conducir a la recidiva, lo que justifica el tratamiento quirúrgico en caso de dolor crónico o de inestabilidad. También existen luxaciones permanentes que en ocasiones se asocian a otras patologías (fracturas del calcáneo por bullas en la cortical lateral, pie plano valgo).

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B El tratamiento médico mediante 6 semanas de inmovilización sin apoyo tiene un riesgo de recidiva del 20-50%. Existen numerosas técnicas quirúrgicas para tratamiento de la luxación. La reparación de las poleas se realiza tras avivamiento de la cavidad de despegamiento y posterior fijación transósea mediante puntos transóseos o anclajes. Algunos autores utilizan un refuerzo perióstico o tendinoso utilizando el tendón calcáneo, el plantar delgado o el peroneo corto, incluso el peroneo cuarto cuando está presente. Algunos autores realizan la fijación del retináculo superior mediante tenoscopia [14] . En el caso de una corredera no congruente, la profundización se realiza con una fresa o mediante una osteotomía de traslación del maléolo lateral. La presencia de tendinosis o microrrupturas de un tendón se debe reparar en el mismo tiempo quirúrgico.

Desgarros tendinosos (Fig. 1) Los desgarros, o rupturas parciales, traumáticos afectan principalmente al peroneo corto (88% según Dombeck et al) [15] , que se atrapa entre la corredera maleolar posterior y el peroneo largo o como consecuencia de un enganche del tendón en el borde posterior prominente del maléolo lateral durante una luxación. La afectación del peroneo largo (13%) se produce durante un movimiento de flexión dorsal y pronosupinación, lo más frecuente sobre un contexto de inestabilidad del tobillo, en ocasiones asociada a un pie cavo varo o a una hipertrofia del tubérculo calcáneo. La prueba de estabilización de Rodineau, que se debería realizar preferentemente en decúbito prono, permite el alivio. Sobel et al [16] han propuesto una clasificación en cuatro estadios: • estadio 1: laminación; • estadio 2: adelgazamiento tendinoso; • estadio 3: ruptura parcial penetrante inferior a 2 cm; • estadio 4: ruptura parcial de más de 2 cm. Las variaciones anatómicas hacen en ocasiones difícil la interpretación de esta clasificación, por lo que es preciso compararla con el lado contralateral. Krause y Brodsky [17] evaluaron secciones de tendones degenerativos: estadio 1, inferior al 50%; estadio 2, EMC - Podología

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Figura 3. La luxación de los peroneos puede implicar a un tendón (A) o los dos tendones (imagen de resonancia magnética, B). A. Peroneo corto; 2. peroneo largo.

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superior al 50%, en la óptica de la reparación quirúrgica. En el paciente joven, aunque las microrrupturas son con frecuencia aisladas, y en el paciente de más edad con antecedentes de esguince, se debe integrar en el tratamiento quirúrgico el riesgo de que exista un tendón degenerativo. El tratamiento médico es controvertido, aunque la inyección ecoguiada de plasma rico en plaquetas (PRP) puede dar resultados interesantes (aunque aún en curso de evaluación). El tratamiento quirúrgico dependerá de la afectación tendinosa si es de uno o dos tendones: la escisión de la microrruptura con sutura en el caso de que el resto del tendón esté sano, la escisión del tejido degenerativo si la afectación es inferior al 50% con tubulización del tendón, sobre todo en caso de tendón aplanado, la tenodesis del tendón degenerado sobre el sano si la afectación es superior al 50% y afecta a un tendón o la transferencia del flexor largo de los dedos del pie en el caso de que ambos tendones sean patológicos tras su extirpación. En el pie cavo varo, podría estar indicada una osteotomía de traslación lateral del calcáneo y la transferencia del peroneo largo sobre la base del 5.◦ metatarsiano.

Rupturas tendinosas Definida y total o dilaceración del tendón, afectan sobre todo al peroneo largo. Se ven en las fracturas del calcáneo, del tobillo o en los esguinces de tobillo. También se las puede encontrar en contextos no traumáticos: artritis reumatoide, diabetes, insuficiencia renal, hiperparatiroidismo, lupus eritematoso sistémico e inyección de corticoides. Su localización puede ser inframaleolar (especialmente por impacto directo), bien en el canal del cuboides (Fig. 4), en ocasiones a nivel de un hueso peroneo, bien a nivel de la inserción metatarsiana. La sutura terminoterminal del tendón es posible en raras ocasiones debido a un retraso del diagnóstico. Se debe sospechar ante un déficit funcional de la eversión con dolor lateral crónico y sensación de masa relacionada con la retracción. La fractura aguda del os peroneum es un equivalente a la ruptura del peroneo largo que precisa la inmovilización durante 6 semanas en ligera eversión y sin apoyo. La cirugía de una ruptura crónica suele consistir en una tenodesis del peroneo largo sobre el corto tras la extirpación del posible os peroneum. na en La desinserción del 1.er metatarsiano se acompa˜ ocasiones de un arrancamiento óseo visible, sobre todo en EMC - Podología

Figura 4. Ruptura del peroneo largo en el canal del cuboides (corte horizontal plantar en resonancia magnética) (flecha).

la TC 3D. El tratamiento médico inicial consiste en una inmovilización estricta con yeso 6-8 semanas. Se puede considerar la fijación mediante tornillo cuando el fragmento es voluminoso y está desplazado.

Manejo postoperatorio de los traumatismos de los peroneos La cirugía necesita una inmovilización del tendón de entre 3-6 semanas mediante una férula de yeso o una bota. El apoyo se permitirá según la calidad de la reparación y del tendón. Tras la retirada de la inmovilización, mediante la rehabilitación se debe buscar recuperar la movilidad en flexión

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dorsal del tobillo, limitada por la inmovilización así como por la dificultad para el deslizamiento de los tendones por la corredera retromaleolar. Se deben liberar las adherencias cicatriciales. El trabajo de avance progresivo de la tibia con el pie en carga permite un despegamiento suave. Sólo se considerará la marcha de puntillas o sobre el talón una vez que el tendón se despegue. Por último, el trabajo propioceptivo, sobre todo la anticipación a la recepción del paso, precisa movilidad y fuerza de los músculos estabilizadores del tobillo. Ante una desalineación persistente del eje del retropié, el uso de una tobillera reforzada permite una recuperación funcional profesional o deportiva más segura. La desalineación y la inestabilidad persistente pueden justificar el uso de una ortesis plantar con un elemento pronador anterior, casi siempre para compensar un varo excesivo durante el apoyo monopodal. La plantilla debe tener en cuenta también la morfología de los pies y de los miembros inferiores. El calzado con un adecuado soporte del retropié con un talón de 2-3 cm disminuye la tracción sobre los tendones operados. En el caso de complicaciones neurológicas dolorosas por irritación del nervio sural, se puede utilizar un parche anestésico que permite que el uso de calzado sea menos doloroso.

 Conclusión

gica de urgencia pero sí ante un cuadro de inestabilidad dolorosa crónica. La tendinosis o microrruptura es un dolor crónico sobre el trayecto de un tendón cuyo diagnóstico no siempre es evidente, incluso con las técnicas de imagen. El tratamiento quirúrgico debe integrar las posibles causas asociadas de fatiga.

 Bibliografía [1]

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Ante un esguince de tobillo, debe realizarse sistemáticamente un examen de los tendones peroneos. La urgencia está representada por la ruptura tendinosa, que se debe diagnosticar mediante la clínica y la RM, y es preciso repararla antes de que se produzca la retracción tendinosa. Se debe buscar la presencia de una luxación mediante las pruebas clínicas y ecográficas dinámicas. No es quirúr-

“ Puntos esenciales

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Lesiones traumáticas de los peroneos • La ruptura es una urgencia que se debe diagnosticar rápidamente mediante la clínica y RM. • La luxación se especifica con mayor frecuencia mediante el examen dinámico clínico y ecográfico a los 5-8 días. • La tendinosis postraumática se sospecha en el examen a los 2 meses por la presencia de un dolor retromaleolar persistente con una ecografía que no siempre permite precisar el diagnóstico. • El estudio de los ligamentos del tobillo y del pie debe incluir siempre el análisis de los tendones peroneos.

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E. Toullec ([email protected]). Polyclinique de Bordeaux-Tondu, 151, rue du Tondu, 33082 Bordeaux, France. Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Toullec E. Patologías traumáticas de los tendones peroneos. EMC - Podología 2018;20(2):1-6 [Artículo E – 27-100-A-10].

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