Imbricación de la memoria en la génesis de la dislalia funcional

Imbricación de la memoria en la génesis de la dislalia funcional

Rev. Logop., Fon., Audiol., vol. VIII, n.º 3 (173-182), 1988 IMBRICACIÓN DE LA MEMORIA EN LA GÉNESIS DE LA DISLALIA FUNCIONAL Por Jaime M. Jiménez Li...

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Rev. Logop., Fon., Audiol., vol. VIII, n.º 3 (173-182), 1988

IMBRICACIÓN DE LA MEMORIA EN LA GÉNESIS DE LA DISLALIA FUNCIONAL Por Jaime M. Jiménez Licenciado en Pedagogía. Miembro adscrito a los Servicios Psicopedagógicos Escolares. SPE «Alacant-Alacantí», especialista en Trastornos de Lenguaje.

CONCEPTO DE DISLALIA FUNCIONAL

Frecuencia

L

Al estudiar la incidencia de la dislalia funcional en la población infantil, Perelló (1965) encontró que, en una población de 386 niños catalanes entre 9 y 14 años, presentaban las siguientes dislalias en castellano: rotacismo en el 5.7 por 100, sigmatismo en el 4.66 por 100 y jotacismo en el 0.25 por 100. Corredera Sánchez (1934), en una muestra uruguaya, detecta un 5.26 por 100 de casos de rotacismo. Más recientemente, J. Jiménez (1981), sobre una muestra de 58 alumnos con edades comprendidas entre 4.9 y 5.8 años, encuentra que en un 72.5 por 100 de los niños se apreciaban alteraciones en algún fonema. En el 43 por 100 de los casos, se hallaron rotacismos. A parecidas conclusiones llega el Gabinete Psicopedagógico Municipal de Elda (Alicante) que detectó un 38,81 por 100 del alumnado entre los 4 y los 10 años que padecían trastornos de lenguaje (1987).

dislalia suele definirse como «un trastorno en la articulación de los fonemas por alteraciones periféricas de los órganos del habla» (Perelló, 1973). En la bibliografía sobre el tema se suele distinguir entre dislalia funcional (rotacismo, sigmatismo, etc.) y dislalia orgánica (audiógena, disglósica, etcétera). En los diferentes tipos de dislalia anteriores encontramos una causa orgánica que explica la no adquisición de un fonema a causa de unas deficiencias en los órganos fonadores, una lesión en el sistema nervioso central o la imposibilidad de reproducir un fonema que el niño no puede escuchar. El resto de las dislalias podemos considerarlas funcionales. Estarían producidas por alteraciones en la articulación de fonemas o palabras debidas a la mala coordinación de los movimientos necesarios para la articulación de ciertos fonemas (López-Tappero, 1981). En este estudio participamos de la definición de que la dislalia funcional es un trastorno de la articulación de los fonemas, bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos o por sustitución de éstos por otros de forma improcedente (P. Pascual, 1985). Como consecuencia de esta definición se puede pensar en una cuantificación de la dislalia funcional por el número de fonemas alterados o por la corrección con que un niño pronuncia una serie de vocablos previamente establecidos. A

Discusión Si la dislalia funcional quedaba definida como un trastorno en la articulación de los fonemas, cualquier niño que aprendiera a articular un fonema debería conllevar paralelamente la desaparición de la dislalia. Sin embargo, la experiencia nos indicaba que un significativo porcentaje de dislálicos eran capaces de pronunciar correctamente todos y cada uno de los fonemas de nuestro idioma sin que ello supusiera su

Correspondencia: Hermanos López Osaba, 11,6.º B, 03013 Alicante.

173

ORIGINALES

integración en el habla. Los ejemplos pueden multiplicarse; bástenos el siguiente: «Ramón, 9 anos, es enviado por la profesora como un niño con graves problemas de aprendizaje porque es incapaz de hablar correctamente debido a la fuerte dislalia que padece. Su lenguaje está plagado de omisiones de fonemas y sílabas, distorsiones y confusiones articulatorias. Sin embargo, en el momento de la exploración, el escolar fue capaz de reproducir correctamente todos los fonemas de nuestro idioma. Pese a esta capacidad de articulación, Ramón era incapaz de repetir una sola de las palabras de difícil articulación del test ABC de Filho.» Por consiguiente, sospechábamos que la dislalia funcional debería depender de otros factores, independientemente de la capacidad de articular un fonema —factor que por sí mismo vendría a determinar la existencia de una dislalia funcional—. Si un niño puede pronunciar todas las sílabas de que consta un vocablo, debería también pronunciar correctamente la palabra salvo que, como en el caso anterior, fuese incapaz de recordar la cadena fónica de que constaban los vocablos. Aparecía también una segunda observación, centrada en los propios errores de los dislálicos: por una parte, la frecuente eliminación de sílabas o fonemas en las palabras («patos» por zapatos) o la alteración de la secuencia silábica en algunas palabras («murciegalo» por murciélago); independientemente deberíamos considerar las sustituciones («pego» por perro) o las deformaciones de unos fonemas que algunos dislálicos no pueden pronunciar. Ello nos llevó a sospechar sobre la existencia de un sustrato determinado por la capacidad de memorización presente tanto en el niño que comienza a hablar como en el dislálico. Con el fin de armonizar todos estos hechos pensamos que la evolución del lenguaje del niño estaba determinado por la capacidad de retención de una información auditiva. Ello explicaría que un niño que oye un fonema pueda recordarlo y, consecuentemente, en cualquier momento pueda recurrir a su imitación. Esta imitación supone un aprendizaje que no es sino la memorización del concepto a expresar. De esta forma, el niño que oyera una palabra y que poseyese una buena memoria auditiva, estaría en 174

condiciones de recordar los sonidos que la integran y la secuencia de su presentación, lo que le permitiría una exacta repetición sin omisiones. Por otra parte, en el supuesto de aparecer un fonema novedoso, estaría capacitado para recordarlo y, tras unos ensayos, repetirlo probablemente de forma correcta de acuerdo con las leyes de estratificación del sistema fonemático enunciadas por Jacobson (1974). Al mismo tiempo, una buena memoria inmediata auditiva posibilitaría que ese esquema articulatorio no se olvidara en ocasiones posteriores hasta llegar a su automatización. Algo parecido le puede suceder al adulto cuando le proponen la repetición de una palabra desconocida. Dependerá de su especia1 habilidad, mejor, capacidad para retener toda la secuencia fónica propuesta, para poder reproducirlo. Quien posea una buena memoria inmediata auditiva recordará la secuencia exacta y mantendrá un buen recuerdo de las características del sonido; en caso contrario, la repetición de la palabra dependerá del recuerdo que tenga de los sonidos que escuchó. Algo parecido a lo que le sucede al dislálico.

MÉTODO Hipótesis de trabajo Ante las dudas que nos ofrecían las diferentes hipótesis sobre el origen de las dislalias funcionales, decidimos realizar una exploración del lenguaje infantil con el fin de poder determinar su origen. Para ello partimos de la siguiente hipótesis de trabajo: «La capacidad para retener de forma inmediata una información determinará la presencia de una dislalia funcional». El procedimiento empleado a lo largo del trabajo fue el psicométrico-psicodiagnóstico con material, a ser posible, estandarizado y tipificado en sus fases fundamentales: aplicación, corrección e interpretación. Para llevar a cabo la tarea se seleccionaron escolares de Preescolar y Primer Curso de E.G.B. A los resultados se les aplicó los correspondientes estadísticos para constatar los objetivos del trabajo.

Muestra

Material

El número de sujetos elegidos fue de N = 184. La muestra se seleccionó en un Centro de Educación Compensatoria y un parvulario con dirección independiente, parte de cuyo alumnado debería ser transferido al mencionado Centro. La presente investigación fue subsidiaria de un programa de estimulación del lenguaje. Ambos centros, muy próximos, están situados en un barrio de Alicante con un predominio de profesiones sin cualificar en un 83 por 100 de 1os padres de los alumnos; le seguía en importancia obreros cualificados con un 9 por 1 OO, profesionales de título superior con un 4 por 100, pequeños industriales con un 3 por 100 y profesionales de título medio en un 1 por 100 de la muestra. Los niños estaban comprendidos entre 5.6 y 8.6 años de acuerdo con la siguiente composición:

Se procuró utilizar una batería de pruebas estandarizadas; si bien, en algún momento, se utilizaron dos pruebas construidas «ad hoc».

Grupo Primero: Compuesto de 39 niños nacidos todos ellos durante 198 1. En el momento de finalizar las exploraciones presentaban una edad comprendida entre 4.6 y 5.6 años. Los escolares, pertenecientes a dos aulas, fueron seleccionados al azar entre las cuatro aulas que componían el primer nivel de preescolar. Les denominamos PÁRVULOS-I. Grupo Segundo: Compuesto de 92 niños nacidos durante 1980. Sus edades estaban comprendidas entre 5.6 y 6.6 años. Comprendían la totalidad de niños matriculados. A su vez, este grupo estaba dividido en cuatro clases clasificadas, en su día, por orden alfabético y que denominamos PÁRVULOS-II. Grupo Tercero: Pertenecían 47 alumnos de los cuales 32 habían nacido en el año 1979 y 15 alumnos repetidores. El primer grupo estaba formado por niños entre 6.6 y 7.6 años y el grupo de repetidores presentaba una amplitud comprendida entre 7.6 y 8.8 años y una media de edad de 7.11 años. El curso estaba dividido en dos clases que denominaremos 1.º A y 1.º B y que al igual que los anteriores habían sido clasificados alfabéticamente. El examen fue llevado a cabo por el mismo experimentador durante los meses de enero y junio de 1986.

Pruebas de memoria inmediata Se utilizaron varias pruebas para medir la memoria inmediata a corto plazo; entre ellas se emplearon las siguientes: - Memoria secuencial auditiva (ITPA). - Memoria inmediata de dígitos (WISC). - Memoria de palabras (Tests ABC). - Evocación de objetos (Tests ABC). - Memoria secuencial visual (ITPA). Pruebas para medir la capacidad articulatoria Esta prueba fue construida «ad hoc» ante la inexistencia de prueba alguna estandarizada. Se siguió un modelo experimentado por el autor con anterioridad. Consistía en ofrecer la secuencia, letra a letra, del abecedario. Cada letra iba acompañada de una vocal según un orden aleatorio prefijado e igual para todos los examinandos. Cuando un fonema no era reproducido correctamente por el niño, se repetía el fonema consonante con el resto de las vocales. En el supuesto de que tampoco fuese pronunciado adecuadamente, se presentaban no más de tres palabras bisílabas, que contuvieran ese fonema, extraídas de un vocabulario infantil (Rosa Sensat). Se consideraba que un niño no articulaba un fonema cuando en ninguna de las tres pruebas antes descritas el escolar podía reproducir correctamente el fonema. Aparte de los fonemas vocales y consonantes directos, se procedió de la forma descrita anteriormente con la pronunciación de doce sinfones (br, bl, cr, cl, dr, fr, fl, gr, gl, pr, pl, tr) y con los siguientes fonemas en posición final de sílaba: -s, -n, -l, -r, -z. No se contabilizó como dislalia la pronunciación de la «ll», puesto que en la mayoría de los escolares se observaron la presencia de yeísmos. Se consideró que un niño podía considerarse dislálico funcional cuando, al menos, era incapaz de reproducir correctamente alguno de los fonemas o grupo de fonemas expresado anteriormente. 175

ORIGINALES

La prueba evalúa la capacidad de articular fonemas. Es por consiguiente, según la definición de dislalia funcional, una prueba que permite la cuantificación analítica de la dislalia. Pruebas para cuantificar las dislalias

VALORACIÓN CUANTITATIVA Debido a la diversidad de datos obtenidos centraremos este trabajo sólo en varios aspectos. Comenzaremos por analizar los resultados obtenidos en la exploración del lenguaje para continuar con otros datos de interés en el estudio de nuestro tema.

- Repetición de palabras de difícil articulación

(Tests ABC). Evalúa la capacidad de pronunciación a partir de reproducción de polisílabos no usuales. - Prueba de discriminación fonética (ITPA). Evalúa la habilidad para producir la palabra completa a partir de palabras pronunciadas parcialmente. - Prueba de integración gramatical (ITPA). Evalúa la habilidad para usar la gramática de manera automática mediante una tarea de completar frases apoyadas por dibujos. - Prueba de repetición de palabras del vocabulario escolar (PREPVE). Esta prueba fue construida «ad hoc»; debido a la escasa discriminación de la prueba de Filho, se pensó en la conveniencia de presentar una prueba complementaria que ofreciera cierto escalonamiento en la dificultad de pronunciar palabras. Consistió en la selección de doce palabras de un vocabulario escolar (Jiménez, 84). Los vocablos, entre dos y seis sílabas, fueron graduados de acuerdo a su dificultad articulatoria. La prueba, «a posteriori» resultó gozar de una aceptable fiabilidad al presentar en la prueba test-retest (r = 0.67) con una diferencia de 4 meses. En la prueba de las dos mitades se halló (r = 0.73) y un coeficiente de confiabilidad (R = 0.84) según la fórmula SpearmanBrown. La prueba pretende evaluar la capacidad de pronunciación de palabras de graduada dificultad articularia. Es por tanto una prueba fiable que permite cuantificar la importancia de una dislalia. Otras pruebas utilizadas - Reproducción de estructuras rítmicas de M. Stambak. - Dominancia lateral (Harris). - Matrices progresivas (Raven). - Dibujo de la Figura Humana.

176

Pronunciación de fonemas Los datos que obtuvimos quedan reflejados en la tabla I. En ella analizamos el número de alumnos de cada grupo, el número de dislálicos funcionales encontrados y el porcentaje de dislálicos respecto al total del grupo. Hemos de recordar que considerábamos que un niño podía ser considerado dislálico funcional cuando, al menos, fuese incapaz de reproducir alguno de los fonemas de nuestro idioma. Excluimos el fonema «l l» por aparecer en la muestra como una dislalia cultural.

TABLA I. — Relación del número de niños (N) de cada uno de los cuatro grupos con indicación del número de dislálicos funcionales (Nd), porcentajes referidos al total de cada grupo y media de fonemas alterados (X) N.º

Nd

%

X

Párvulos I

39

22

56,4

3,67 Sd = 5,38

Párvulos II

88

38

43,2

2,10 Sd = 3,67

1.º E.G.B.

31

12

38,7

1,38 Sd = 3,10

Repetidores

14

4

28,6

0,79 Sd = 1,61

Como se puede observar en la tabla I se desprende una progresiva disminución del porcentaje de dislálicos en esta población. Ahora bien, la diferencia entre el grupo Párvulos-I y Repetidores (t = 1.98 para 51 g.l.) es significativa al nivel 0.10. El resto de las diferencias entre porcentajes no resultó ser significativo. Si consideramos la evolución media del número de fonemas alterado por cada grupo se observa una

progresiva disminución en las medias de fonemas alterados conforme aumenta la edad cronológica del escolar. De estas diferencias resultaron ser significativas las siguientes: Párvulos-I y Párvulos-II (t = 1.65 para 68 g.l.) significativa al nivel 0.10; Párvulos-II y 1.o de E.G.B. (t = 2.21 para 68 g.l.), significativa al nivel 0.01; Párvulos-I y Repetidores (t = 3 para 51 g.l.), significativa al nivel 0.01; Párvulos-II y Repetidores (t = 2.26 para 99 g.l.), significativa al nivel 0.01. Cuando los datos son agrupados por cursos y sexo se puede observar pequeñas diferencias entre la población masculina (44.1 por 100) y la femenina 43.7 por 100) sobre el total de 173 alumnos de la muestra. Esta pequeña diferencia en los porcentajes no resultó ser significativa. En el curso con mayor discrepancia, Párvulos-I, se constató un porcentaje mayor de niñas (63.2 por 100) con dislalia funcional frente a los niños del mismo grupo (50 por 100). Ahora bien, esta diferencia tampoco resultó ser significativa. Las diferencias en porcentajes fluctuaban entre ambos grupos. Las pequeñas diferencias pueden estar explicadas estadísticamente por el tamaño de la muestra y el error de sesgo. Para analizar los fonemas alterados, nos centraremos en este caso en el grupo más numeroso, Párvulos-II, es decir, la muestra de niños nacidos en 1980 y por tanto con edades comprendidas entre cinco y seis años y medio. Datos similares se encontraron con Párvulos-I y 1.o de E.G.B., en donde no se observaron diferencias significativas en el porcentaje ni en el orden de importancia de los fonemas alterados. Los porcentajes que se ofrecen lo son en relación al total de niños dislálicos que eran incapaces de pronunciar el fonema al que hacen referencia. Entre paréntesis ofrecemos los porcentajes obtenidos en los mismos fonemas por el grupo formado por Párvulos II. Como se puede observar el mayor porcentaje de dislalias corresponde, en general, a los sinfones. Le sigue en importancia el fonema / –r / y a continuación los fonemas consonantes final de sílaba. Con escasa importancia aparece el resto de los fonemas castellanos.

TABLA II. — Porcentaje de niños que presentan alterado el fonema en relación al total de niños con algún fonema alterado Parv. II dr .......... rr (–r ) ...... pr ........... gl ........... gr ........... fl ............ br ........... tr ............ pl ........... cl............ bl ........... fr............ cr ...........

(Parv. I)

34,0 % 30,4 % 29,3 % 29,3 % 28,3 % 28,3 % 27,2 % 27,2 % 26,1 % 23,9 % 22,8 % 22,8 % 21,7 %

(35,9 %) (33,3 %) (20,5 %) (23,0 %) (17,9 %) (20,5 %) (20,5 %) (20,5 %) (20,5 %) (23,0 %) (20,5 %) (23,0 %) (21,7 %)

Parv. II

(Parv. I)

-r............. 17,4 % (12,8 %) -l ............. 13,0 % (5,1 %) z /θ/ ........ 10,8 % (7,7 %) -s............. 5,4 % (10,3 %) d.............. 4,3 % (4,3 %) s .............. 3,2 % (5,1 %) -n ............ 2,2 % (0,0 %) ch /c^/....... 2,2 % (2,5 %) f .............. 2,2 % (0,0 %) g.............. 2,2 % (2,5 %) j /x/ ......... 1,1 % (2,5 %) l .............. 1,1 % (0,0 %) -z ............ 0,0 % (10,3 %)

Repetición de palabras Dos eran las pruebas que utilizamos para cuantificar la dislalia: una prueba realizada «ad hoc» —repetición de palabras del vocabulario escolar— y la prueba de L. Filho de repetición de palabras de difícil articulación. Los resultados obtenidos son los presentados a continuación. Hemos de hacer notar que dada la inferior correlación que pudimos detectar con la prueba de L. Filho, los datos de esta última fueron eliminados. A la vista de los datos anteriores se puede observar un aumento progresivo del número de palabras que puede repetir un niño conforme aumenta su edad cronológica. Las diferencias consecutivas entre cursos son significativas a nivel 0.01 entre Párvulos-I y Párvulos-II (t = 4.72 para 124 g.l.). El resto de las diferencias entre Párvulos-II y 1.o de E.G.B. no son significativas, al igual que la de 1.o de E.G.B. y el grupo de repetidores del mismo curso. La no signifiTABLA III. — Relación de puntuaciones obtenidas en la prueba de repetición de palabras del vocabulario escolar (PREPVE) con indicación de la media (X), desviación estándar (Sd) y número de alumnos (N) Parv. I

PREPVE

Parv. II

1.o E.G.B.

Repetid.

X

6,51

9,12

9,59

8,21

Sd

2,90

2,81

2,77

2,83

N

39,00

87,00

29,00

14,00

177

ORIGINALES

cación de estas diferencias pueden venir influidas por el techo de la prueba, con un límite de doce puntos. Por otra parte, y partiendo de la hipótesis de que la dislalia de evolución desaparece con la edad, cualquiera de las pruebas que se construyeran deberían tener en consideración este hecho. Pruebas de memoria inmediata Dos eran las pruebas con las que pretendíamos medir la memoria inmediata: Memoria Inmediata (WISC) y Memoria Secuencial Auditiva (ITPA). Los resultados que obtuvimos están reflejados en la tabla IV. Al igual que en pruebas anteriores los datos están referidos sólo a la primera de las pruebas, dado que la capacidad de discriminación de la prueba de Memoria Inmediata de Dígitos (WISC) era inferior a la encontrada con la prueba similar del ITPA. Estimamos como causa fundamental de esa diferenciación el mayor escalonamiento que presenta esta última. Al parecer, este hecho posibilita un mayor poder de discriminación, respecto a la dislalia funcional, como veremos al analizar las correlaciones halladas entre aquellos conceptos. Al analizar los datos emanados de la tabla anterior se aprecia un aumento progresivo de la cantidad de dígitos que es capaz de repetir un escolar. Se puede desprender que el aumento de la capacidad de la memoria inmediata está relacionada con la edad cronológica del niño. Estas diferencias son significativas entre Párvulos-I y Párvulos-II (Nivel de significación 0.01) (t = 6.8 para ,124 g.1.). Las diferencias encontradas en esta muestra entre Párvulos-II y 1.º de E.G.B. no son significativas. Memoria inmediata y dislalia de evolución La relación entre la memoria inmediata y la capacidad de reproducción mecánica de palabras van a ser analizados desde dos puntos de vista: uno considerando la capacidad de repetición de dígitos y otro considerando las medias intercuartiles. Si consideramos la capacidad de reproducción de palabras en la prueba «Repetición de palabras del vocabulario escolar» (PREPVE), obtuvimos los datos reproducidos en la tabla V. Para ubicar cada uno 178

TABLA IV

X ITPA

Parv. I

Parv. II

1.º E.G.B.

Repetid.

5,23

7,95

8,55

7,36

Sd

1,86

2,50

2,46

2,41

N

39,00

87,00

29,00

14,00

de los alumnos en el número de dígitos que ha sido capaz de reproducir, se ha tenido en consideración la puntuación más alta en la subprueba de Memoria Secuencial Auditiva (M.S.A.); es decir, clasificamos como que un alumno tiene una capacidad de reproducir dos, tres, cuatro o más dígitos, cuando al menos ha sido capaz de reproducir alguna de las series de dos, tres o más dígitos aunque haya podido fallar en alguna serie anterior. Las puntuaciones aparecen referidas al máximo de dígitos que los escolares han sido capaces de reproducir. Como se puede observar se comprueba un aumento progresivo de la capacidad de reproducción de palabras conforme aumenta el número de dígitos que es capaz de reproducir un escolar. Todas las diferencias anteriores, exceptuando las del grupo de niños que no han sido capaces de reproducir, al menos dos dígitos, son significativas al nivel 0.01. Al considerar los datos anteriores sobre una clasificación cuartil, se puede observar que existe una significativa diferencia entre los alumnos que forman el cuartil primero (Q1) en la prueba de Memoria secuencial auditiva, con una media del número de palabras que son capaces de repetir (x = 2.8) y las pala-

TABLA V. — Relación entre la capacidad máxima de repetición de dígitos (M.S.A.) y la reproducción media (Xp) de palabras (PREPVE) en cada una de las series N.º dígitos repetidos 0

N

Xp

Sd

1

0,00

0,00

2

8

2,25

1,09

t = 3,34 para 25 gl

3

19

4,94

3,08

t = 4,96 para 72 gl

4

55

8,71

2,07

t = 3,24 para 62 gl

5

9

10,11

0,99

bras reproducidas por los alumnos que forman el cuartil superior (x = 10.6). Las diferencias anteriores entre las medias intercuartil son altamente significativas al nivel 0.01 (t = 22.88 para 44 g.l.) Los datos anteriores se repiten al analizar el resto de los cursos como se refleja al analizar la tabla. Todas las diferencias intercuartiles anteriores son significativas al nivel 0.01. A continuación y para completar el análisis anterior, presentaremos la tabla de correlaciones encontradas entre la prueba de memoria secuencial auditiva (ITPA) y la prueba de repetición de palabras de vocabulario escolar (PREPVE). Como podemos comprobar resultan evidentes las altas correlaciones encontradas que fluctúan entre .69 en 1.o A y .092 en el grupo de repetidores del mismo curso. Hemos de hacer constar que todas las correlaciones anteriores son significativas al nivel de 0.01 excepto la encontrada en el grupo de 1.oA (Repetidores) que lo es al nivel 0.1, motivado fundamentalmente por el escaso número de alumnos (N = 8). Al analizar otros coeficientes de correlación hemos de hacer referencia a la alta correlación encontrada entre Memoria Secuencial Auditiva (M.S.A.) y PREPVE (r = 0.82); ello viene a indicarnos la estrecha relación entre ambas variables. Igualmente elevada es la hallada entre PREPVE y Memoria Inmediata de Dígitos del WISC (r = 0.69). Sin embargo, encontramos una diferencia apreciable entre sus correlaciones. Diferencia que resultó ser significativa al nivel 0.01. TABLA VI. — Relación entre memoria secuencial auditiva y la prueba de repetición de palabras del vocabulario escolar (PREPVE) Xpal

Sd

Q1

3,6

1,497

Q3

9,7

7,735

Q1

2,826

1,735

Q3

10,652

1,078

Q1

3,85

3,522

Párv. I

Párv. II

Mdn 5

t = 8,41 para 18 gl

7

t = 22,88 para 44 gl

Q3

11,50

0,707

Grupo

Parv. I

Parv. II

1.o E.G.B.

Repetidores

A

.74 ** N = 19

.86 ** N = 21

.69 ** N = 15

.74 * N=8

B

.75 ** N = 20

.84 ** N = 23

.81 ** N = 12

.92 ** N=7

.77 ** N = 27

.78 ** N = 15

C

.84 ** N = 17

D

.71 ** N = 27

Total

.75 ** N = 39

.82 ** N = 88

** Significativa al nivel 0.05. ** Significativa al nivel 0,01.

Encontramos también una diferencia significativa al nivel 0.01 en las correlaciones halladas entre M.S.A. y PREPVE (r = 0.82) y M.S.A. y Palabras de Difícil Articulación de Filho (r = 0.58). En tercer lugar tenemos que hacer referencia a las diferencias halladas entre PREPVE y MSA (r = 0.82) y PREPVE y articulación de fonemas (r = 0.74). Las diferencias entre ambas correlaciones son también significativas al nivel 0.01. En último término hemos de hacer referencia a la nula correlación hallada entre las pruebas de lateralidad y la de articulación de fonemas (r = 0.09), y lateralidad y PREPVE (r = 0.03). Ninguna de las anteriores correlaciones resultaría ser significativa. Al analizar los coeficientes de correlación entre PREPVE y distintas facetas de la lateralidad, obtuvimos los siguientes coeficientes «phi» (θ) de correlación: PREPVE y lateralidad de ojo (–0.10); PREPVE y lateralidad de mano (0,07). Como puede sospecharse ningún coeficiente resultó ser significativo. INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS

7 1.o E.G.B.

TABLA VII. — Relación correlaciones parciales y totales halladas entre M.S.A. (ITPA) y PREPVE con indicación de cursos y grupos en donde fueron encontradas

t = 6,03 para 14 gl

Al analizar los datos anteriormente expuestos pueden deducirse una serie de conclusiones que iremos exponiendo a lo largo de este apartado. 179

ORIGINALES

En primer lugar y coincidiendo con todos los tratadistas, se aprecia una disminución progresiva en el porcentaje de dislálicos en esta población infantil. De los datos presentados en la tabla I parece desprenderse esa conclusión. Podemos comprobar que la Dislalia Funcional tiene una fuerte incidencia en niños comprendidos entre 4.6 y 5.6 años. En nuestra muestra el porcentaje de dislálicos con algún fonema alterado fue superior al 56 por 100 de los niños explorados. El porcentaje de dislálicos funcionales disminuye progresivamente hasta reducirse casi a la mitad en escolares comprendidos entre los 6.5 y los 7.6 años. Ahora bien, los datos no hay que circunscribirlos exclusivamente a la presencia de una manifiesta incapacidad para pronunciar un fonema, sino que también se puede observar una clara disminución de la media de fonemas alterados. Se puede afimar que conforme se incrementa la edad cronológica del niño se observa una disminución media del número de fonemas alterados. De esta forma se pasa de 3.66 fonemas alterados en escolares asistentes al primer curso del parvulario a los 0.78 de media en los niños que repiten 1.º de E.G.B. Ello nos puede llevar a la conclusión que, como esperábamos, la dislalia funcional es de origen evolutivo. El estudio que hemos realizado padece de cierta limitación por cuanto que para poder afirmar con nitidez hubiéramos necesitado de un estudio longitudinal a lo largo de toda la E.G.B. y que nos habría permitido comprobar este progresivo descenso hasta su casi total desaparición en edades superiores. En cuanto a los fonemas alterados se observa una clara preponderancia de los grupos de fonemas (sinfones) y el fonema vibrante múltiple le ;siguen en importancia los fonemas en posición final de sílaba; a continuación se encuentra el fonema «o» y, con muy escasa incidencia, algunos otros fonemas como /d/,, /s/,, /f/, /g/, , /x/ , /y /l/. El. resto de fonemas castellanos no aparecieron alterados en ninguno de los 184 niños que componían la muestra. Si consideramos, en esta ocasión, el número de palabras que el niño es capaz de reproducir correctamente —recordemos que la prueba constaba de doce palabras— los escolares de cuatro años sólo pudieron repetir 6.50 palabras de media, para aumentar a 9.58 en escolares de 1.º de E.G.B. De los datos ante180

riores se desprende un aumento progresivo del número de palabras reproducidas correctamente por los escolares; lo que viene a traducirse en una disminución constante de la dislalia funcional conforme se incrementa la edad cronológica de los escolares. Al relacionar la dislalia funcional con el sexo encontrábamos que la mayoría de los investigadores habían encontrado mayores porcentajes de niños dislálicos que de niñas. Sin embargo, de este estudio no parece desprenderse el mismo aserto. Si bien, encontramos un mayor porcentaje de niños que de niñas que padecían una dislalia funcional, las diferencias entre grupos resultaron no ser significativas. Por todo ello podríamos rechazar la hipótesis de que en nuestra muestra existiese un mayor porcentaje de niños dislálicos que de niñas. Probablemente sean otras las causas que hayan podido determinar que otros investigadores encuentren un mayor número de niños dislálicos. Las causas podrían ser, en todo caso, de índole sociocultural: mayores exigencias a los niños en los rendimientos escolares, menor preocupación de los padres ante los problemas dislálicos que pudieran haber observado en las niñas, etc. Hechos que podrían haber determinado la presencia de un mayor número de niños a las consultas médicas o en la asistencia a los centros de reeducación logopédica. Tampoco detectamos ninguna relación entre presencia de dislalia y zurdez. Las correlaciones encontradas vienen a confirmarnos la inexistencia de nexos entre la dislalia funcional y la lateralidad tanto si considerábamos todas las pruebas en su conjunto como si establecíamos la relación con las lateralidades desde un punto de vista parcial: ojo o mano. Como era de esperar se puede apreciar un progresivo aumento en la capacidad de reproducción de dígitos en la prueba de Memoria Secuencial Auditiva. Este hecho viene a demostrarnos que esta capacidad está determinada por la edad cronológica. De tal forma que puede estimarse que el niño, a los tres años, es capaz de reproducir tres dígitos de media, cuatro a los cuatro, etc. hasta conseguir una media de unos seis dígitos sobre los diez años. Si relacionamos la prueba de repetición de dígitos y de palabras, encontramos una muy alta correlación que nos permite afirmar que aquellos niños que po-

sean una buena memoria secuencial auditiva serán niños que estarán en disposición de repetir correctamente fonemas o palabras. Ahora bien, si consideramos que la repetición de dígitos y la edad cronológica están relacionadas, al incrementarse la edad del niño probablemente conlleve un aumento cuantitativo en la capacidad de memorización y, en consecuencia, puede influir en la desaparición de la dislalia. Por otra parte debemos tener en consideración el hecho de que la prueba M.S.A. correlacione más intensamente con la capacidad de reproducir correctamente palabras que la prueba de reproducción de fonemas. Debemos partir de que la pronunciación de fonemas es una condición «sine qua non» para que el niño pueda integrar ese fonema en una palabra. Pero lo que no puede afirmarse es lo contrario: que un niño que pronuncie un fonema necesite tenerlo integrado en cualquier palabra del vocabulario. Los ejemplos se pueden multiplicar, bástenos el que citábamos en el apartado «Discusión». A la vista de casos similares podemos determinar que la dislalia puede aparecer aún en niños que son capaces de articular todos y cada uno de los fonemas. La dislalia funcional, independientemente de la incapacidad para pronunciar correctamente algunas palabras del vocabulario usual, puede estar originada por la incapacidad del sujeto en la retención y reproducción de las secuencias fónicas que constituyen el lenguaje hablado. La aparición de una dislalia funcional, independientemente de la articulación de un fonema en concreto, puede estar determinada por la capacidad para memorizar una secuencia de fonemas. Un niño que tenga una buena memoria inmediata probablemente será capaz de recordar una secuencia fonética y por tanto de repetir correctamente una palabra. Si falla la memoria inmediata, tendrá dificultades y, en ocasiones, se verá impedido para recordar el fonema, para reproducirlo o para rememorar la cadena de sonidos de que consta la palabra. Conforme aumente la memoria auditiva, y ya hemos hecho mención a su carácter evolutivo, se apreciará paralelamente una disminución del número de dislalias funcionales. Quedarán algunos dislálicos como consecuencia de una deficiencia intelectual, ca-

racterizada por su deficiente capacidad de retención, de una hipoacusia o de una deficiencia orgánica. En el resto, con toda probabilidad, habrán desaparecido. CONCLUSIONES A la vista de los resultados expuestos anteriormente, nos permitimos llegar a las siguientes conclusiones: a) Se constata una disminución progresiva del número de dislálicos funcionales conforme aumenta la edad cronológica del escolar. Esta disminución se hace también extensiva a la media del número de fonemas alterados. b) No se aprecian diferencias significativas al considerar el sexo de los dislálicos funcionales. c) No se detecta relación alguna entre la dislalia funcional y los problemas derivados de una lateralidad diestra o zurda. d) Se aprecia una alta interdependencia entre la incapacidad de retener de forma inmediata una información auditiva y la presencia de una dislalia funcional. En consecuencia se puede confirmar la hipótesis de trabajo. Las dislalias serán frecuentes en aquellos escolares con una deficiente Memoria Secuencial Auditiva. Por el contrario, en los niños con una buena memoria inmediata auditiva no se apreciarán probablemente dislalias funcionales. e) Al considerarse que la capacidad de memorizar una información oral de forma inmediata es evolutiva, uno de los factores que coadyuvará en la desaparición de la dislalia funcional podría ser la edad cronológica. f) La exploración del lenguaje del dislálico ha de basarse no sólo en la capacidad articulatoria sino también en la reproducción de palabras. La detección mediante pruebas de repetición de palabras surge como una medida más fiable en el diagnóstico de una dislalia funcional. RESUMEN El autor parte de la hipótesis de trabajo de que la capacidad para retener de forma inmediata una in181

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formación auditiva determinará la presencia de una dislalia funcional. Posteriormente se describe el proceso de selección de la muestra y la batería de pruebas utilizadas y se continúa con el procesamiento estadístico de los datos. Entre las conclusiones se constata una significativa disminución del número de dislálicos funcionales conforme aumenta la edad cronológica, así como la media de fonemas alterados. Se

comprueba una alta interdependencia entre la capacidad de retener una información auditiva y la presencia de dislalias funcionales, lo que vendría a confirmar la hipótesis de trabajo. Se comprueba que la memoria secuencial auditiva se desarrolla con la edad escolar; factor que coadyuvará en su desaparición. No se observaron diferencias significativas referentes al sexo o lateralidad de los dislálicos funcionales.

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Recibido: junio de 1987.