- Email: [email protected]
Impresiones digitales
Imagen Impresiones digitales Pablo Franquelo Morales y Alicia Panadero Sánchez Servicio de Urgencias. Hospital Virgen de la Luz. Cuenca. España.
Figura 1. Radiografías anteroposterior y lateral de cráneo con impresiones digitales.
P
resentamos el caso de un varón de 18 años que acudió al servicio de Urgencias tras sufrir un accidente de motocicleta. Circulaba a escasa velocidad cuando perdió el control de la misma e impactó contra el suelo ocasionándole un traumatismo craneoencefálico (TCE) de carácter leve. Equipado con casco protector, no se produjeron pérdida de conciencia, cervicalgia ni hemorragias externas. Tras levantarse por su propio pie y solicitar ayuda, refería una cefalea leve de localización frontal sin mareo ni diplopía. La exploración física reveló un hematoma subgaleal frontotemporal derecho, sin focalidad neurológica ni presencia de heridas abiertas. Solicitamos una radiografía de cráneo anteroposterior y lateral, donde se apreciaron unas imágenes ovaladas dispuestas a lo largo de toda la bóveda craneal, que se definieron como impresiones digitales (ID) (fig.1) y no se justificaban
686 FMC. 2010;17(10):686-7
por el TCE, por lo que fueron interpretadas como una variante de la normalidad. Se emitió alta hospitalaria tras observación y analgesia sin incidencias. Existen periodos de gran crecimiento cerebral, desde los 3 hasta los 7 años1-3, en los que se producen un incremento relativo de la presión intracraneal con una diástasis fisiológica de la sutura coronal, así como una acentuación de las circunvoluciones normales del cerebro. Las ID representan marcas que ejercen estas circunvoluciones sobre la tabla interna del cráneo como causa de las pulsaciones del líquido cefalorraquídeo en su recorrido craneal durante el crecimiento, dando lugar a la formación de surcos en el suelo de las fosas anterior y media1. Estos surcos constituyen un reflejo de un crecimiento normal que, una vez concluido este, pueden desaparecer o per-
Franquelo Morales P y Panadero Sánchez A. Impresiones digitales
manecer durante toda la vida, encontrándose en una radiografía craneal practicada por cualquier motivo, no debiéndose confundir con una craneosinostosis universal, un cráneo lacunar, o la apariencia de una hipertensión intracraneal. Pretendemos resaltar que el hallazgo de esta alteración en una radiografía de cráneo realizada en nuestro caso con motivo de un TCE no representa ninguna patología, por lo que no debe conducir a una mala interpretación que depare en la realización de pruebas más específicas, como una tomogra-
fía computarizada craneal, con el riesgo de radiación que eso supone. Bibliografía 1. Swischuck LE. Radiología en el niño y en el recién nacido.1.a ed. Madrid: Marban; 2004. 2. Roberson R, Ball WS, Kirks M. Radiología pediátrica. 1.a ed. Boston: Marban; 1998. 3. Eisemberg RL. Radiodiagnóstico por imagen. Patrones de diagnóstico diferencial. 1.a ed. Madrid: Marban; 1995.
FMC. 2010;17(10):686-7 687
Figura 1. Radiografías anteroposterior y lateral de cráneo con impresiones digitales.
P
resentamos el caso de un varón de 18 años que acudió al servicio de Urgencias tras sufrir un accidente de motocicleta. Circulaba a escasa velocidad cuando perdió el control de la misma e impactó contra el suelo ocasionándole un traumatismo craneoencefálico (TCE) de carácter leve. Equipado con casco protector, no se produjeron pérdida de conciencia, cervicalgia ni hemorragias externas. Tras levantarse por su propio pie y solicitar ayuda, refería una cefalea leve de localización frontal sin mareo ni diplopía. La exploración física reveló un hematoma subgaleal frontotemporal derecho, sin focalidad neurológica ni presencia de heridas abiertas. Solicitamos una radiografía de cráneo anteroposterior y lateral, donde se apreciaron unas imágenes ovaladas dispuestas a lo largo de toda la bóveda craneal, que se definieron como impresiones digitales (ID) (fig.1) y no se justificaban
686 FMC. 2010;17(10):686-7
por el TCE, por lo que fueron interpretadas como una variante de la normalidad. Se emitió alta hospitalaria tras observación y analgesia sin incidencias. Existen periodos de gran crecimiento cerebral, desde los 3 hasta los 7 años1-3, en los que se producen un incremento relativo de la presión intracraneal con una diástasis fisiológica de la sutura coronal, así como una acentuación de las circunvoluciones normales del cerebro. Las ID representan marcas que ejercen estas circunvoluciones sobre la tabla interna del cráneo como causa de las pulsaciones del líquido cefalorraquídeo en su recorrido craneal durante el crecimiento, dando lugar a la formación de surcos en el suelo de las fosas anterior y media1. Estos surcos constituyen un reflejo de un crecimiento normal que, una vez concluido este, pueden desaparecer o per-
Franquelo Morales P y Panadero Sánchez A. Impresiones digitales
manecer durante toda la vida, encontrándose en una radiografía craneal practicada por cualquier motivo, no debiéndose confundir con una craneosinostosis universal, un cráneo lacunar, o la apariencia de una hipertensión intracraneal. Pretendemos resaltar que el hallazgo de esta alteración en una radiografía de cráneo realizada en nuestro caso con motivo de un TCE no representa ninguna patología, por lo que no debe conducir a una mala interpretación que depare en la realización de pruebas más específicas, como una tomogra-
fía computarizada craneal, con el riesgo de radiación que eso supone. Bibliografía 1. Swischuck LE. Radiología en el niño y en el recién nacido.1.a ed. Madrid: Marban; 2004. 2. Roberson R, Ball WS, Kirks M. Radiología pediátrica. 1.a ed. Boston: Marban; 1998. 3. Eisemberg RL. Radiodiagnóstico por imagen. Patrones de diagnóstico diferencial. 1.a ed. Madrid: Marban; 1995.
FMC. 2010;17(10):686-7 687