Cómo se maneja la vía aérea en una parada cardiorrespiratoria

Cómo se maneja la vía aérea en una parada cardiorrespiratoria

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¿ ómo se hace? Cómo se maneja la vía aérea en una parada cardiorrespiratoria Emilio García Díaza, María Caballero Valderramab y Antonio Caballero Olivera,* aServicio bServicio

de Urgencias. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla. España. de Cardiología. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla. España.

*Correo electrónico [email protected]

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ste texto se inscribe dentro de una serie sobre “Cómo se maneja la parada cardiorrespiratoria en Atención Primaria”, en adultos, de acuerdo con las últimas Guías de Resucitación del European Resuscitation Council (ERC) (publicadas en octubre de 2015). Constituye el número 3 de dicha serie.

Introducción El manejo de la vía aérea durante la resucitación cardiopulmonar (RCP) con dispositivos requiere al menos dos reanimadores; uno se ocupará de las compresiones y otro, del uso del equipo de vía aérea.

Manejo inicial con equipo de vía aérea en la RCP Mientras se realiza la RCP básica (capítulo 1 de esta serie), deben solicitarse cánulas orofaríngeas y ambú (acrónimo que puede responder a diferentes términos, como el de “ambulatory mask-bag unit” o “unidad bolsa-máscara de uso ambulatorio”). Probablemente, lo primero que convenga utilizar sea el ambú (fig. 1). Un reanimador diestro, situado a la cabecera de la víctima, debe sujetar con su mano izquierda la mascarilla de ventilación del ambú, aplicándola fuertemente contra la boca-nariz de la víctima, de forma que todo su puente nasal y el labio inferior queden dentro de ella, evitando fugas de aire. Con la otra mano, debe sujetar y comprimir la bolsa autohinchable (o balón de reanimación), aplicando las 2 ventilaciones, de forma pausada, pero como máximo en 10 segundos, cuando el otro reanimador haya completado las 30 compresiones.

Figura 1. Ambú.

En cuanto esté disponible, debe insertarse una cánula faríngea (cánula de Guedel), que evita la obstrucción al paso de aire por la caída de la lengua hipotónica. El guedel adecuado debe medir igual que la distancia entre el lóbulo de la oreja y la comisura labial ipsilateral de la víctima (fig. 2). Constatada una medida adecuada (si no, debe medirse otra cánula), el reanimador que va a introducirla debe mantener una buena maniobra frente mentón y, con su mano diestra, resbalar la punta de la cánula –con su concavidad hacia arriba– desde los incisivos superiores de la víctima hasta el resalte entre el paladar duro y el blando; llegado aquí, debe girar la cánula 180º y hacerla progresar, sin enrollar la lengua, hasta que el tope de la cánula contacte con los labios de la víctima. Luego debe adaptarse de inmediato la mascarilla del ambú a la cara del paciente, para poder aplicar las ventilaciones en cuanto el otro reanimador haga la compresión número 30. Se aconseja mantener la extensión cervical aún cuando la cánula está insertada. Debe aportarse oxígeno a alto flujo (habitualmente 15 l/min) e intercalar una bolsa reservorio entre el ambú y la conexión a la fuente de oxígeno (FIO2 cercana al 100%). FMC. 2017;24(4):193-4

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Figura 2. Guedel: medición.

También están habitualmente disponibles en atención primaria los sistemas de aspiración y la pinza de Magill, que permiten extraer cuerpos extraños u otro material, líquido y sólido, respectivamente, de las regiones altas de la vía aérea.

Intubación orotraqueal en la RCP Aunque la intubación orotraqueal (IOT) es de elección para el manejo de la vía aérea en caso de RCP, solo debe ejecutarla personal entrenado y experimentado (es decir, habituado), de manera que no es de uso habitual en atención primaria, salvo quizá para quienes están muy familiarizados con la atención a urgencias. La IOT debe ir precedida de una revisión del material, especialmente la luz del laringoscopio y el balón de neumotaponamiento del tubo seleccionado (7,5-8 mm de diámetro interno para mujeres, y 8-8,5 mm para hombres). Hecho esto, con el reanimador que va a proceder a la IOT ubicado a la cabecera del paciente: 1. Se extiende ligeramente la cabeza y se flexiona ligeramente el cuello (“posición de husmeador”). 2. Se toma el laringoscopio con la mano izquierda y se introduce por el lado derecho de la boca, desplazando la lengua hacia la izquierda.

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3. Se avanza la pala del laringoscopio hacia la línea media y la base de la lengua, hasta visualizar la epiglotis y ubicar la punta de la pala en la vallécula (surco glosoepiglótico). 4. Se tracciona hacia arriba y delante del mango del laringoscopio para abrir la luz glótica, sin apoyar en los dientes superiores. 5. Con la mano derecha, se introduce el tubo deslizándolo sobre la pala del laringoscopio hasta que el balón de neumotaponamiento quede 1-2,5 cm más allá de las cuerdas vocales. 6. Se retira el laringoscopio y, si se precisó una guía rígida (o fiador; que nunca debe salir por el extremo distal del tubo), se retira ahora, manteniendo siempre sujeto el tubo. 7. Se infla ahora el balón de neumotaponamiento con 5-10 cc de aire. 8. Se conecta una bolsa autohinchable al tubo orotraqueal y se insufla aire comprobando en ambos lados del tórax y en epigastrio la correcta ubicación. 9. Se coloca, para finalizar, la cánula orofaríngea junto al tubo y, una vez fijados ambos al cuello con una venda, se prosigue la ventilación artificial, conectando una fuente de oxígeno al 100% al tubo insertado. No se deben detener las compresiones torácicas durante la intubación, salvo que quien intuba así lo solicite en el momento en que el tubo va a sobrepasar las cuerdas vocales; dicha pausa no debiera exceder de 10 segundos. Con el paciente intubado, las compresiones se harán a 100 por minuto y las ventilaciones a 10 por minuto.

Otras consideraciones Otras opciones de manejo de la vía aérea son los dispositivos supraglóticos, de tipo del tubo laríngeo, mascarilla laríngea o i-gel (este último especialmente fácil de usar y apto para la intubación traqueal a su través). Tales dispositivos no suelen estar disponibles en atención primaria, donde, en la mayoría de casos, la cánula de Guedel y el ambú con oxígeno suplementario son una excelente opción de manejo inicial de la vía aérea. Bibliografía 1. Soar J, Nolan JP. Airway management in cardiopulmonary resuscitation. Curr Opin Crit Care. 2013;19:181-7. 2. Soar J, Nolan JP, Böttiger BW, Perkins GD, Lott C, Carli P, et al. European Resuscitation Council Guidelines for Resuscitation 2015. Section 3. Adult advanced life support. Resuscitation. 2015;95:100-47.