Cuidados enfermeros mediante la técnica metamórfica

Cuidados enfermeros mediante la técnica metamórfica

57-64 Técnica 1310 12/2/04 16:38 Página 51 Técnica Cuidados enfermeros mediante la técnica metamórfica JULIA LÓPEZ RUIZa, MERCÈ MARQUÈ BLANCOa Y ...

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Cuidados enfermeros mediante la técnica metamórfica JULIA LÓPEZ RUIZa, MERCÈ MARQUÈ BLANCOa Y MAITE ORIVE TATJÉb a

Diplomada en Enfermería. Profesora Titular de Escuela. Codirectora del de Postgrado “Instrumentos Complementarios de los Cuidados Enfermeros” ICCE. Escuela de Enfermería. Universidad de Barcelona. Barcelona. bDiplomada en Enfermería. Terapeuta acupuntora. Profesora colaboradora del Posgrado ICCE. Escuela de Enfermería. Universidad de Barcelona. Barcelona. España.

Resumen La técnica metamórfica (TM) se presenta como un instrumento complementario para proporcionar cuidados enfermeros. Tiene su origen en la reflexología, aunque la técnica es diferente. Consiste en un masaje suave que se aplica sobre puntos reflejos de la columna vertebral, en pies, manos y cabeza, con la finalidad de liberar los bloqueos de energía que pueden haberse generado desde la concepción de la persona hasta su nacimiento y sobre los que se pueden haber ido acumulando otros bloqueos. Los efectos más destacables en la persona que recibe este masaje son: relajación con percepción de bienestar, activación del flujo vital de la energía y activación del propio potencial de salud. Con este masaje se genera una metamorfosis. El proceso de cambio que tiene lugar cuando se producen movimientos internos da como resultado una manera diferente de ser y de estar en la vida. Para facilitar su comprensión y explicar por qué se trabajan estas zonas, se presenta un resumen de los supuestos teóricos en los que se basa la TM: la energía, el desarrollo de la columna vertebral y las etapas de la gestación. También se exponen los aspectos más relevantes en relación con la metodología y las condiciones

Correspondencia: Julia López Ruiz. Escuela de Enfermería. Universidad de Barcelona. c/ Feixa Llarga, s/n. 08907 L’Hospitalet de Llobregat. Barcelona. España Correo electrónico: [email protected] Aceptado para su publicación el 17-02-2003.

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para su práctica. Finalmente se exponen algunas reflexiones sobre la experiencia de practicarla con los clientes, desde el punto de vista del terapeuta. Palabras clave: Técnica metamórfica. Cuidados enfermeros. Instrumentos complementarios de los cuidados.

Nursing care using the metamorphic technique We present the metamorphic technique (MT) as a complementary tool in nursing care. MT originated from reflexology, although the technique is different. It consists of gentle massage of reflex points on the vertebral column, feet, hands and head to liberate blocked energy which could have been produced in an individual between conception and birth and which could have generated further energy blocks. The main effects in persons undergoing this form of massage are relaxation with a feeling of well being, and activation of energy flow and of the individuals’ health potential. This massage produces a metamorphosis. Internal movements stimulate a process of change resulting in a new outlook. To aid understanding of this technique and the reasons for its application in specific areas, we summarize its theoretical bases: energy, development of the spinal column, and pregnancy stages. We also present the most important features of the methodology and practice of MT. Finally, we reflect on the practice of this technique with clients from the point of view of the therapist. Key words: Metamorphic technique. Nursing care. Complementary techniques.

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Introducción “Los mejores medios son aquellos que ayudan a la energía vital para que se produzcan actividades curativas internas.” En este artículo se presenta la técnica metamórfica1 (TM): sus fundamentos y cómo aplicarla. Se trata de un masaje suave sobre puntos reflejos de la columna vertebral que produce, casi de inmediato, un efecto relajante y agradable, a la vez que permite desbloquear y liberar energías. También se ponen de relieve las percepciones que, como terapeuta, se han adquirido en la experiencia práctica de este cuidado con los clientes. Si asumimos una perspectiva holística del cuidado, como Jean Watson2, que considera entre los objetivos del Cuidado el de facilitar “un grado superior de armonía entre la mente, el cuerpo y el alma, que dé lugar a procesos de autocuración y autocuidados”, y como Margaret Newman3, que concibe la salud “como un proceso de expansión de la conciencia y desarrollo del conocimiento de sí mismo”, podemos plantear la TM como un instrumento de cuidados4,5 con el que podemos ayudar a nuestros clientes en sus procesos de salud, bienestar, mejora en su calidad de vida y desarrollo de sus propias capacidades. La TM, conocida también como terapia prenatal, tiene sus orígenes en la reflexología. Fue desarrollada por el naturista Robert St. John, que, al trabajar de una manera particular las zonas reflejas de la columna vertebral, el borde interno de los pies y las manos 6, observó que se producían determinados cambios en las dimensiones (física, psicológica, social) de las personas, lo que le permitió establecer ciertas relaciones y correspondencias. Elaboró gráficos y estableció la diferencia con la reflexología. Descubrió cómo muchos de los problemas o bloqueos de la energía, que tienen que ver con el pasado –las etapas de la gestación– se sitúan y reflejan en la columna vertebral. Al trabajar estas zonas de la columna en pies, manos y cabeza pueden obtenerse buenos resultados, ya que se actúa de manera particular en los niveles mental y emocional. No suele ofrecer solución a problemas concretos de enfermedad de carácter físico, sino que trata de aumentar el potencial de salud y ayudar en la resolución de conflictos internos y mentales. “Todo lo acontecido desde la concepción está presente a lo largo de la vida.” Para facilitar una mejor comprensión de la dinámica de esta terapia, nos puede servir como ejemplo lo que sucede en el cauce de un río en el que los cantos se depositan y, sobre ellos, con el fluir del agua, quedan atrapadas hojas, ramas y otros sedimentos que permanecen ahí durante tiempo. De manera semejante ocurre en la vida de las personas. La energía 52

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fluye continuamente, pero todo lo ocurrido en la gestación puede haber formado pequeños bloqueos, que son como esos cantos depositadas en el cauce del río, y sobre estos primeros bloqueos se van acumulando sedimentos de todo lo que ocurre en nuestra vida, de manera que el fluir de la energía puede encontrar obstáculos en su camino y frenar al propio potencial. Los resultados o beneficios que se obtienen por la aplicación de este masaje tienen particularidades y semejanzas respecto a las que se obtienen con otros medios, y se concretan en: 1. La restauración del flujo vital de la energía, facilitando su movimiento natural. Mediante la TM, se desbloquea la energía y se liberan los patrones establecidos desde la primera etapa de la vida y que permanecen activos. 2. La activación del potencial de la persona. Se favorece el autoconocimiento, la capacidad de autocuración y la canalización de los propios problemas, lo que a veces se traduce en cambios en la manera de estar en la vida. 3. Favorecer la relajación y aumentar la percepción de equilibrio y bienestar, lo que facilita la activación de las endorfinas7. Fundamentación de la técnica metamórfica Para entender las bases en las que los precursores de la TM fundamentan esta terapia1 es necesario la compresión de un enfoque holístico de la persona y de la salud, de los principios naturistas4,8 y de los siguientes supuestos teóricos: 1. La energía y su movimiento. 2. El desarrollo y la estructura de la columna vertebral. 3. Las etapas de la gestación reflejadas en la columna. 4. Los principios de correspondencias. La energía y su movimiento La energía se describe como una fuerza vital de la vida, lo que integra y da forma a las personas y a los diferentes seres animados e inanimados de la naturaleza; el universo es energía9. Todos los elementos de la naturaleza mantienen con su entorno un intercambio de materia y energía permanente, continuo, recíproco y transformador. Martha Rogers10 describe a la persona como un campo energético que forma parte de un campo más amplio que es el universo: “hombre y entorno intercambian continuamente materia y energía”. Esta energía se presenta de diferentes formas, desde la más consolidada con formas físicas, a la más sutil como el pensamiento. A la energía 58

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se le reconocen diferentes propiedades: es magnética, puede ser dirigida, modulada y transformada11,12. La energía puede, también, ser bloqueada; diferentes autores consideran los problemas de salud como un bloqueo del fluir de la energía, como un desequilibrio en el campo energético de la persona o en el intercambio de ésta con su medio11. Se parte de la premisa de que la vida es movimiento y transformación permanente, un proceso y una fuerza que no pueden ser frenados. Esta fuerza vital es la que permite el desarrollo del potencial de las personas y la que es capaz de transformar. Por el contrario, cuando este movimiento encuentra bloqueos, ocasiona distorsiones que impiden desarrollar el potencial y tomar conciencia de la propia unicidad. A la vez, la propia manera de ser, estar, actuar de la persona y determinadas creencias pueden limitar o atrapar el propio movimiento de la energía, haciendo emerger sentimientos y emociones que no siempre se saben procesar o canalizar. Desarrollo y estructura de la columna vertebral El ser humano se forma a partir de una célula que contiene toda la memoria o herencia genética del padre y de la madre, con lo que se origina el embrión humano, que se desarrolla y crece de manera longitudinal o cefalocaudal y proximodistal (de la columna hacia fuera). Todo el potencial energético presente en la etapa de la preconcepción seguirá este mismo movimiento y estará en relación con el desarrollo de la conciencia humana que evoluciona hasta el nacimiento, al igual que todas las influencias que se puedan experimentar. La columna vertebral es el soporte de la estructura fisicotemporal, en la que quedan establecidos, desde la concepción, todos los patrones de lo que la persona es y puede llegar a ser. La columna es la estructura eje a partir de la cual se desarrolla el ser humano, y la que mantiene más contacto directo con el útero materno. En ella, según el mapa desarrollado por R. St. John, pueden diferenciarse las distintas etapas de la gestación. En cada una de estas etapas se van formando partes del cuerpo físico y de los cuerpos sutiles (cuerpos emocional y mental). Lo que sucede en la relación con la madre, con la gestación y con los patrones heredados condiciona todas las experiencias de vida y la capacidad de procesar las diferentes situaciones con las que la persona se va encontrando. Las etapas de la gestación reflejadas en la columna En cada una de las etapas de la gestación (fig. 1) se forman determinados órganos y, a su vez, cada etapa se relaciona con diferentes capacidades de desarrollo inherentes al ser humano y también con la capacidad de pensar, de hacer y de moverse en la vida. 59

Preconcepción CONCEPCIÓN Posconcepción

Animación Prenacimiento

NACIMIENTO

Fig. 1. Etapas de gestación.

1. Preconcepción. Se relaciona con el potencial energético de la persona y la capacidad de desarrollar el pensamiento abstracto. Está representada en las glándulas pineal y pituitaria. Tiene su correspondencia en la cabeza y en la zona refleja de la falange distal del dedo pulgar de manos y pies. 2. Concepción. Se relaciona con todas las influencias y características individuales del nuevo ser y las capacidades de conciencia, intuición, confianza e integración. Está representada en las primeras vértebras cervicales. Tiene su correspondencia en la zona del cuello y en la zona refleja de la primera articulación interfalángica del dedo pulgar de manos y pies. 3. Posconcepción. Se relaciona con las capacidades creativas, el ego, el compromiso, el amor a la vida, los sentimientos, etc. Está representada en las vértebras dorsales, hasta la octava. Tiene su correspondencia con la parte dorsal situada en zona refleja metacarpiana y metatarsiana. 4. Animación. Se relaciona con las capacidades de movimiento, de relación social o con el exterior, de aceptación, de interés, de comprensión, de esperanza, de capacidad de adaptación, etc. Está representada en las restantes vértebras dorsales. Se corresponde con la zona situada al final del metacarpo y del metatarso. 5. Prenacimiento. Se relaciona con las capacidades de crecimiento, como la interacción y la comunicación, la compasión, la responsabilidad, la solidaridad, etc. Está representada en las vértebras lumbares. Se corresponde con la zona situada en la primera parte del carpo y del tarso. ENFERMERÍA CLÍNICA 2004;14(1):51-8

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1. Los huesos, sobre todo la columna, que representan el sostén o la cimentación sobre la que se asientan las diferentes estructuras musculares y nerviosas. Concentran la mayor cantidad de energía –como los minerales–, por lo que es lo que mejor refleja el aspecto energético de la persona. 2. Los músculos y los nervios, que dan movimiento, fuerza y flexibilidad a la estructura ósea y permiten las funciones corporales. Reflejan nuestra estructura mental, incluida la conciencia y cómo afrontamos la vida. 3. Los diferentes fluidos de nuestro organismo reflejan nuestra salud y equilibrio: el aspecto emocional, la capacidad de avanzar y desarrollar las estructuras superiores de la inteligencia, la conciencia y la dimensión espiritual.

Fig. 2. Relación entre la estructura del pie y la columna vertebral.

6. Nacimiento. Se relaciona con las capacidades de cambio, de libertad y de autonomía, de seguridad, de coraje, de expansión, de alegría, de receptividad, etc. Está representada en el sacro, en el cóccix y en la pelvis. Se corresponde con la zona refleja del final del carpo y metatarso, donde se une al tendón de Aquiles. Los principios de correspondencias Según la misma teoría, nuestra energía también se expresa desde el interior hacia el exterior. La manera en que nos comunicamos está relacionada y reflejada en nuestro organismo, respectivamente: en la cabeza, el pensar; en las manos, qué hacemos; en los pies, cómo nos movemos. 1. La cabeza representa el pensamiento, nuestra capacidad de planificar nuestro movimiento y nuestras acciones. La cabeza es el centro de la comunicación, el pensamiento nos proyecta al exterior y, a la vez, nos permite percibirlo. 2. Las manos representan la acción, la capacidad de hacer, de ejecutar, de dar. Se relaciona con nuestro papel en el mundo, el deseo de hacer o de dejar de hacer algo, de dirigir y transformar nuestra situación en el mundo 3. Los pies representan el movimiento y la dirección en la vida. Nuestro modo de estar en el mundo: rigidez o flexibilidad, debilidad o fuerza, dirección o inseguridad, etc. Los pies son la base en la que nos apoyamos, la relación con la tierra, el contacto con la realidad. También se describe una correspondencia entre los diferentes tejidos y las diferentes manifestaciones de la energía: 54

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Así, en función de la estructura, las etapas de la gestación y las correspondencias descritas, se da importancia al masaje siguiendo el movimiento energético, las zonas reflejas de la columna vertebral (fig. 2) en pies, manos y cabeza, órganos considerados principales en la expresión y comunicación. En relación con los resultados, se asume que la persona tiene potencial y capacidad para activar sus propios recursos, y de acuerdo con la propia resolución que quiera o pueda darse. Se debe facilitar el libre fluir de su propia energía, la elaboración de sus propios problemas, aunque esto se produzca de manera inconsciente. Todos los bloqueos que se han generado y cristalizado pueden resolverse según la propia sabiduría de la naturaleza humana y la capacidad de creación y de autosanación. La respuesta al masaje puede hacerse patente en cualquiera de las dimensiones de la persona y de manera no predecible. Se responde como una unidad integrada, holísticamente. Con este masaje se genera una metamorfosis, un proceso de cambio que tiene lugar cuando se producen movimientos internos que dan como resultado una nueva manera de ser y de estar en la vida. Método de trabajo Podríamos decir que, en principio, los requerimientos para este masaje son poco complejos, lo que no implica que el saber hacer del terapeuta requiera desarrollar una capacidad para saber estar y ayudar. Presentamos los puntos más relevantes de manera breve y esquemática. Cómo realizar el masaje Se trata de hacer un masaje muy suave (fig. 3), casi como una caricia sutil, dejando deslizar los dedos, caminantes, circularmente, con ambas manos, también a unos centímetros de distancia. Siempre siguiendo la 60

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Fig. 5. Zona del masaje en la mano.

Fig. 3. Masaje muy suave.

Fig. 4. Zona del masaje en el pie.

Fig. 6. Zona de masaje en la cabeza.

zona de la columna vertebral y del suelo pélvico reflejada en los pies, las manos y también en la cabeza. En los pies se empieza por la parte distal del dedo pulgar, zona que corresponde a la cabeza, haciendo énfasis en los puntos de preconcepción y concepción hasta el del nacimiento, punto donde se inserta el tendón de Aquiles y se sigue de vez en cuando por el empeine desde el maléolo interno al externo (fig. 4). Después es indiferente la dirección que se siga. Hay que iniciar el masaje por el pie dominante. En las manos se procede igual que en los pies, del pulgar a la muñeca y la línea de unión mano-antebrazo (fig. 5). En la cabeza se trabaja muy suavemente, ya que la sensibilidad es mayor, siguiendo la línea central des-

de la coronilla a la base del cráneo y deslizándose alguna vez por el borde del occipital, por detrás y encima de las orejas (fig. 6). Posición recomendada: el cliente puede estar tumbado o sentado, en una camilla o un sillón, procurando siempre que se sienta cómodo. El terapeuta se sitúa formando ángulo con el cliente, evitando estar frente a él. Para trabajar el masaje en la cabeza, el terapeuta se sitúa detrás del cliente, que deberá estar sentado (fig. 7). El tiempo requerido es de no menos de 45 min. Siempre que sea posible, dedicar unos 15 min de masaje a cada pie, 5 a 10 min a cada una de las manos y otros 5 min a la cabeza. La cadencia con la que se ofrece el masaje, por norma general, es de una vez a la semana al princi-

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bemos que se activa su potencial y es la propia sabiduría interior la que se pone en marcha y toma la dirección. El profesional ha de ser consciente de que se actúa sobre bloqueos que pueden estar cristalizados en el tiempo y están fuera de su comprensión y de la del propio cliente. No se pretende resolver problemas concretos de enfermedad, aunque a veces se produzcan mejoras. Se activan las capacidades y recursos personales, se actúa a un nivel emocional y de toma de conciencia. Es importante que el cliente esté predispuesto a recibir el masaje, y que viva la experiencia como gratificante, e incluso que sea él quien tenga interés en recibir el masaje. Nunca se debe forzar a que una persona lo reciba, si no está interesada, lo rechaza, o decide no continuar recibiéndolo. No siempre hay predisposición a asumir los cambios, ni a que se impongan determinados ritmos si éstos no se pueden procesar. Fig. 7. Masaje en la cabeza.

pio, para continuar después cada 15 días y seguir a demanda del cliente. Si se dan situaciones de estrés u otras alteraciones importantes, o en ocasiones en las que la persona está al final de su vida en situación terminal, sería aconsejable hacerlo diariamente, dedicando menos tiempo a cada una de las zonas. En los recién nacidos y niños pequeños también es indicado realizar el masaje con más frecuencia y con sesiones más cortas. No se describen contraindicaciones, a no ser la predisposición del cliente a no recibirla. Cualquier momento puede ser adecuado para recibir el masaje. Lo más idóneo es un ambiente recogido, agradable y silencioso, sobre todo porque facilita la relajación y la concentración, a la vez que se evitan las distracciones. Pero estas condiciones no son imprescindibles. Es el cliente el que marca la pauta. Cliente y profesional El profesional debe mantener una determinada actitud de compromiso, pero sin tratar de dirigir el proceso del cliente. Conscientemente ha de evitar el deseo o intención de que el proceso siga un ritmo determinado o preconcebido; por eso no hay una recogida amplia de datos, no se formulan problemas, ni se debe pretender obtener unos resultados concretos. Quizás ésta sea la parte más diferente de otras intervenciones enfermeras, y choca con la manera habitual que tenemos los profesionales de dirigir los procesos y de cuidar. Se ha de aprender a ser un catalizador. Realizando este tipo de masaje, actuamos como mediadores, pero sólo con nuestro gesto y nuestra presencia, sin coaccionar la fuerza vital del cliente, sa56

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Percepciones y experiencia sobre la propia práctica Si bien es importante conocer y asimilar los principios teóricos en los que se fundamenta una determinada práctica y su método de trabajo, es importante también participar de las vivencias y experiencias de las personas que la han estado poniendo en práctica. Siendo conscientes del grado de subjetividad que lleva consigo, vamos a reflejar cuáles han sido las percepciones de la experiencia acumulada en varios años de práctica y de estudio. Se responde a tres cuestiones: a) ¿Por qué acuden los clientes a recibir el masaje metamórfico? Partimos de que es una práctica poco conocida. Las personas que recurren a ella lo hacen sencillamente porque han tenido información de otras personas que han recibido el masaje y les ha generado predisposición y deseo de vivir la experiencia. Muchas veces la iniciativa parte del profesional, que invita a que un cliente pruebe a recibir el masaje. La mayoría de las veces el cliente no pretende curarse de una patología, pero sí suele ser consciente de que tiene ante la vida respuestas emocionales que él mismo juzga como desequilibradas. Otras veces busca relajación, y/o ayuda para liberarse de un estado de tensión permanente. Los cambios que los clientes manifiestan haber experimentado se resumen en: 1. Percepción de aumento del bienestar, relajación, experiencia muy agradable. 2. Cambios en la forma de afrontar los problemas. 3. Modificaciones en la forma de estar en la vida: más relajada y positivamente. 62

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A través de nuestra experiencia hemos podido observar diferentes tipos de respuesta que, corriendo el riesgo de generalizar o simplificar, pueden resumirse así: 1. En personas que se sienten sanas –es decir, en las que no hay presencia de patología– se observan algunos cambios, aunque a veces ni el cliente los advierte, pero sí son perceptibles por su entorno. 2. Las personas con patología, cualquiera que sea su situación, tienen más vivencia de cambio o más conciencia de los beneficios del masaje. Ello se explica porque, cuando hay ausencia de salud, la situación de relajación, sensación de bienestar, o de paz interior, etc., es mucho más valorada. 3. Las personas con procesos graves o terminales son muy receptivas a la TM, quizá porque su situación energética es muy diferente. Hay una respuesta de profunda relajación y de paz, lo que ha sido interpretado por el terapeuta como un apoyo para hacer más fácil el tránsito, ante el fallecimiento. 4. Los niños pequeños, e incluso los bebés, aceptan muy bien el masaje, como de una forma instintiva. Se está trabajando en situaciones muy próximas a la gestación, por lo que los bloqueos y esquemas mentales no se han consolidado. (Se recomienda el masaje desde los primeros días de nacimiento.) b) ¿Cuál ha sido la percepción y vivencia como profesional? La mayoría de las veces en que se trabaja con estos instrumentos se vive como un acto de cuidados enriquecedor, tanto por la satisfacción que refleja el cliente al sentirse cuidado de forma particular, como por convertirse en un camino de aprendizaje. Al estar actuando como un catalizador, evitando tomar decisiones por o para la persona, se experimenta una sensación de “vacío” difícil de asumir, que supone un respeto total a la libertad del otro, ¡no intervenir…! A la vez, esa sensación de vacío mental facilita sentir más nítidamente la energía que fluye, por lo que se genera un contacto más profundo e íntimo entre el cuidador y el cuidado, experimentado en forma de libertad. El reto más difícil es mantenerse a distancia del cliente, aun percibiendo bloqueos o conociendo sus problemas. Si el cliente acepta de buen grado el masaje, además de sentirse relajado y gratificado se siente liberado de problemas, aunque no sabe cómo. Algunos valoran también positivamente no tener que someterse a interrogatorios previos, sin obligación de hablar o de callar, sólo respondiendo a sus propias necesidades, pero sabiendo que alguien está ahí si él lo necesita... dispuesto a respetar y a ayudar, por lo que se hace patente la actitud de presencia tan importante en los cuidados enfermeros. 63

Fig. 8. Aprendizaje del masaje en las manos.

c) ¿Cuál ha sido la experiencia como docente? Ha sido necesario hacer una gran reflexión sobre el propio aprendizaje, sobre la praxis y sobre cómo facilitar las propias experiencias de los alumnos. Son ya varios los cursos de posgrado en “Terapias o instrumentos complementarios de los cuidados enfermeros” en los que se ha introducido la TM. Hemos observado que es mucho más fácil la enseñanza dentro de este ámbito de formación que en la formación básica. En el posgrado, además de la TM, se enseñan otras técnicas como instrumentos complementarios de los cuidados enfermeros; así el alumno participa y aprende en otras experiencias similares. Los alumnos de un curso posbásico tienen una mayor predisposición a explorar y vivir estas experiencias (fig. 8). Se refuerza también con el continuo intercambio de opiniones y percepciones entre los profesores que participan, ya que todos estos instrumentos complementarios, a pesar de tener sus propias particularidades, comparten un enfoque y unos principios comunes. El hecho de facilitar que otros profesionales vivan la experiencia de recibir y de dar el masaje metamórfico ha permitido desarrollar ciertas capacidades que propician el desarrollo personal y profesional y que no están al margen de la práctica continuada. Conviene destacar: 1. Aumento de la sensibilidad para percibir la energía al realizar el masaje al cliente, en forma de sensaciones en las manos. Sensaciones y percepciones que son subjetivas: a) Cambios de temperatura, sensación de humedad, de dificultad para deslizar las manos porque algo las frena, etc. ENFERMERÍA CLÍNICA 2004;14(1):51-8

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b) Cambios en el estado de ánimo y de conciencia: cansancio, quietud, somnolencia, relajación, palpitaciones… 2. Desarrollo de la habilidad para distanciarse de las situaciones, más objetividad e imparcialidad (dejar plena libertad al cliente…). 3. Hacer con frecuencia un ejercicio de “humildad” (perder el protagonismo profesional) y saber estar, a la vez, cerca y al margen. 4. Desarrollo de la actitud de “confianza” en el otro y en el potencial de la persona para ayudarse a sí mismo. 5. Comprobar que todos los profesionales enfermeros que han participado en los distintos cursos han vivido la experiencia como gratificante. La consideran fácil de aplicar en cualquier situación y muy adecuada para dar cuidados. Siempre que hemos trabajado la TM en los cursos, se ha comenzado con el hecho de que el alumno, antes de la explicación, viva la experiencia. Puede parecer que el masaje metamórfico sea algo muy simple y fácil de aplicar, pero tener un buen conocimiento, dominio y habilidad resulta mucho más complejo. Se es consciente de que en esta última parte, como ya dijimos, se refleja la experiencia subjetiva. Y como en todo lo referente a este campo, debe empezarse por hacer investigaciones que permitan demostrar la

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respuesta de los clientes. Éste es nuestro propósito. Se precisa confeccionar diseños que permitan describir los resultados y vivencias desde la vertiente de los clientes, y éste es uno de nuestros retos. Bibliografía 1. Saint G, Shapiro D. La técnica metamórfica. Principios y práctica del masaje metamórfico. Valencia: Terapión, 1996. 2. Patton T, Barnhart D, Bennett P, Porter B, Sloan R. Jean Watson. Filosofía y ciencia de la asistencia. En: Marriner A, Raile M, editores. Teorías y modelos en enfermería. 4.ª ed. Madrid: Harcourt Brace, 1999; p. 142-56. 3. Desai S, Keffer MJ, Hensley D, Kilgore-Keever K, Vass J, Peterson L. Margaret A. Newman. Modelo de la salud. En: Marriner A, Raile M, editores. Teorías y modelos en enfermería. 4.ª ed. Madrid: Harcourt Brace, 1999; p. 496-528. 4. López J. Instrumentos complementarios de los cuidados enfermeros: toma de posición. Enfermería Clínica 2003;13:227-36 5. OIIQ. Les instruments complementaires des soins. I. Presse de Position.II. Document d’Apuy. Ordre des Infirmières et Infermieres du Québec, 1987.. 6. Dobbs B, Paratte D, Poletti R. Reflexología. Barcelona: Ediciones ROL, 1992. 7. Lawson J. Cúrese con las endorfinas. Barcelona: Vital, 1999. 8. Berdonces JL. Medicina naturista: principios, prácticas y antecedentes. Natura Medicatrix 1997;48:5-9. 9. Brenan BA. Manos que curan. Barcelona: Martínez Roca, 1990. 10. Bultemeier K, Gunther M, Sebastian J, Sporleder J, Murray C, Carole M, et al. Martha E. Rogers. Seres humanos unitarios. En: Marriner A, Raile M, editores. Teorías y modelos en enfermería. 4.ª ed. Madrid: Harcourt Brace, 1999; p. 207-26. 11. Nogues I. De lo físico a lo sutil. Nuestra constitución física y energética. 2.ª ed. Barcelona: Didaco, 2001. 12. Krieger D. El poder de curar está en sus manos. Cómo aplicar el toque terapéutico. Barcelona: Martínez Roca, 1994.

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