Evaluación y tratamiento de la tuberculosis latente en el adulto

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REVISIÓN Evaluación y tratamiento de la tuberculosis latente en el adulto Francisco Gómez Rodríguez, Jose A. Bernal Bermúdez y Antonio García Egido S...

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REVISIÓN

Evaluación y tratamiento de la tuberculosis latente en el adulto Francisco Gómez Rodríguez, Jose A. Bernal Bermúdez y Antonio García Egido Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Puerto Real. Servicio Andaluz de Salud. Departamento de Medicina. Universidad de Cádiz

La mayoría de los casos de tuberculosis activa en los países desarrollados se deben a reactivaciones de bacilos latentes acantonados por la defensa inmune del sujeto tras la primoinfección1-9. La detección de infección tuberculosa latente es una parte fundamental del control epidemiológico de la tuberculosis (TBC), al identificar personas con alto riesgo para desarrollar una TBC activa. El tratamiento de la TBC latente no sólo evita la reactivación de la TBC, sino que impide su contagio a personas sensibles1-9. En la actualidad, se prefiere utilizar la denominación tratamiento de TBC latente mejor que tratamiento preventivo o quimioprofilaxis, con el fin de promover un mayor entendimiento del concepto tanto en los pacientes como en los profesionales sanitarios que resulte en una aplicación generalizada de esta medida esencial para el control epidemiológico de la TBC6. Hasta hace poco tiempo, la isoniacida era el único fármaco con evidencias clínicas de eficacia en el tratamiento de la TBC latente1-9. Durante la última década se han completado diversos estudios clínicos de tratamiento de TBC latente en pacientes con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)10-16 que han establecido la posibilidad de tratamientos cortos como alternativa a la pauta clásica de isoniacida durante 6-12 meses. Asimismo, se han modificado las indicaciones y los criterios de positividad para la reacción de la tuberculina6,17. Por ello, en esta revisón actualizamos las recomendaciones para la realización e interpretación de los resultados de la intradermorreacción tuberculínica, así como las indicaciones y los regímenes de tratamiento de la TBC latente. Diagnóstico de tuberculosis latente Debe realizarse siguiendo la técnica de Mantoux, que se debe leer entre las 48 y las 72 h después de la inoculación intradérmica de 5 U de tuberculina (PPD) en 0,1 ml en la superficie dorsal o ventral del antebrazo, midiendo la induración máxima en mm. La reacción de Mantoux se positiviza entre 2 y 12 semanas después de la primoinfección tuberculosa18. La sensibilidad de esta prueba en personas con TBC latente y respuesta inmune normal se aproxima al 100%19,20 No obstante, existen falsos positivos en personas infectadas con micobacterias no tuberculosas o en personas vacunadas con BCG. Ello resulta en una menor especificidad y valor predictivo positivo de la prueba entre sujetos con baja probabilidad de padecer TBC latente.

Palabras clave: Tuberculosis, latente. Tuberculosis, prevención. Tuberculosis, profilaxis. Tuberculosis, quimioprofilaxis. Key words: Tuberculosis, latent. Tuberculosis prevention. Tuberculosis, prophylaxis. Tuberculosis, chemoprophylaxys. Correspondencia: Dr. F. Gómez. Avda. de la Paz, 16. 1500 El Puerto de Santa María. Cádiz. Correo electrónico: [email protected] Recibido el 9-3-2001; aceptado para su publicación el 4-5-2001 Med Clin (Barc) 2001; 117: 111-114

La intradermorreacción tuberculínica permite identificar a personas con elevado riesgo de padecer infección tuberculosa activa, las cuales pertenecen a dos grandes grupos: sujetos recientemente infectados por Mycobacterium tuberculosis y, personas con circunstancias que les predisponen a la reactivación de su TBC latente. Tienen un riesgo elevado para desarrollar una TBC activa aquellas personas que han estado en contacto reciente con pacientes con TBC bacilífera1-9; han tenido infección TBC reciente definida como un incremento de la induración igual o mayor de 10 mm en la prueba tuberculínica intradérmica (Mantoux), en un período de tiempo de hasta 2 años, independientemente de la edad7,21,22. Se encuentran en situaciones que aumentan el riesgo de desarrollar una TBC activa: las personas con infección por el VIH23, los usuarios de drogas por vía parenteral (UDVP), aunque sean VIH negativos24, los enfermos con patrón radiológico de fibrosis por TBC pulmonar previa25-27, los que hayan sufrido un pérdida igual o superior al 10% del peso ideal28, los inmigrantes (hasta 5 años antes) de países con alta tasa de TBC29-31, los afectados de silicosis (riesgo relativo: 30)32-34, los enfermos con diabetes mellitus (riesgo relativo: 2,0 a 4,1)35-38, los afectados de insuficiencia renal crónica en hemodiálisis (riesgo relativo: 10,0-25,3)35,39,40, los que han sufrido una gastrectomía (riesgo relativo: 2 a 5)41-43, los que han sido sometidos a un bypass yeyunoileal (riesgo relativo: 27- 63)44,45, los que han sido sujetos de un transplante de riñón (riesgo relativo: 37)46 o de corazón (riesgo relativo: 20 a 74)47,48, los afectados de carcinoma de cabeza y cuello (riesgo relativo: 16)49 o de pulmón, los sometidos a tratamiento inmunosupresor prolongado con corticoides u otros fármacos inmunosupresores. Dosis de prednisona o equivalente iguales o superiores a 15 mg/día durante 2-4 semanas suprimen la reacción tuberculínica, mientras que dosis inferiores o intermitentes no interfieren con dicha prueba. Esta dosis parece ser el dintel a partir del cual existe un mayor riesgo de TBC activa, aunque dicho riesgo no se ha cuantificado50. En función de la sensibilidad y especificidad de la reacción de Mantoux y de la prevalencia de TBC en diversos grupos de personas, se establecen tres puntos de corte para definir como positiva la reacción tuberculínica: de 5 a 9 mm, de 10 a 14 mm e igual o superior a 15 mm de induración. Se debe considerar como positiva la induración de 5 a 9 mm, en personas con el riesgo más elevado de desarrollar TBC activa (infección por el VIH, tratamiento inmunosupresor, contactos recientes con pacientes con TBC bacilífera o personas con fibrosis por TBC residual en la radiografía de tórax. Se recomienda considerar como positiva la induración de 10 a 14 mm en personas con elevada posibilidad de infección tuberculosa reciente o con riesgo elevado de desarrollar TBC activa: inmigrantes, usuarios de drogas por vía parenteral, residentes y empleados en instituciones sanitarias, asilos, centros penitenciarios, personal de laboratorios de micobacteriología, pacientes con silicosis, diabetes mellitus, insuficiencia renal crónica en hemodiálisis, leucemias, linfomas, carcinoma de cabeza y cuello o pulmón, enfermos con

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MEDICINA CLÍNICA. VOL. 117. NÚM. 3. 2001

TABLA 1 Regímenes terapéuticos para la tuberculosis latente Regímenes

Duración (meses)

Dosificación

INH

9

INH

6

Diaria Bisemanala Diaria Bisemanala Diaria Diaria Diaria Bisemanala

RFM INH + RFMb RFM + PZAb

4 3 2 2-3

Comentarios

No indicada en VIH+, fibrosis pulmonar por TBC previa y niños En pacientes que no toleren PZA

INH: isoniacida; RFM: rifampicina; PZA: piracinamida. a Se debe realizar como tratamiento directamente supervisado b Se podría usar rifabutina en vez de RFM en pacientes VIH+ en tratamiento con inhibidores de proteasa (amprenavir, indinavir, nelfinavir o ritonavir) o efavirenz. No usar rifabutina con saquinavir, delarvidina o nevirapina.

TABLA 2 Fármacos para el tratamiento de la tuberculosis latente Dosis diaria oral

Dosis biseminal oral

Fármaco mg/kg

Isoniacida Rifampicina Rifabutina Piracinamida

5 10 5 15-20

máxima (mg)

mg/kg

máxima (mg)

15 10

900 600

50

4.000

300 600 300 2.000

adelgazamiento igual o superior al 10% del peso ideal, gastrectomía, bypass yeyunoileal y niños y adolescentes en contacto con adultos pertenecientes a las categorías con riesgo más elevado. No se recomienda realizar la prueba de Mantoux sistemáticamente en personas con bajo riesgo de desarrollar TBC activa y, en todo caso, se recomienda considerar positiva la induración igual o superior 15 mm. Así, la reacción tuberculínica no se debe indicar en personas con bajo riesgo para TBC activa (p. ej., exámenes médicos de empresas, etc.). No es posible diferenciar las reacciones de Mantoux positivas debidas a vacunación previa con BCG de la positividad debida a infección con TBC activa. Por ello, los resultados de la reacción de Mantoux en personas vacunadas con BCG deben interpretarse y tratarse siguiendo las pautas recomendadas para pacientes con riesgo elevado6,17,51,52. Antes de iniciar el tratamiento de la TBC latente es preciso descartar una TBC activa y, por tanto, realizar una radiografía de tórax en todos los pacientes, aunque no tengan clínica respiratoria, con el fin de evitar el tratamiento de pacientes con TBC activa con monoterapia. En los pacientes con infección por el VIH también se deben realizar seriadamente tres baciloscopias y cultivos para micobacterias (en 3 días distintos), aunque la radiografía de tórax sea normal. Los pacientes con fibrosis por TBC residual en la radiografía de tórax deben tener tres baciloscopias y cultivo para micobacterias negativos antes de indicar tratamiento para TBC latente. Tratamiento de la tuberculosis latente En la actualidad se dispone de evidencias clínicas suficientes para utilizar cinco posibles regímenes de tratamiento de la TBC latente (tablas 1 y 2): isoniacida diaria o bisemanal durante 9 meses; isoniacida diaria o bisemanal durante 6 meses; rifampicina diaria durante 4 meses; isoniacida más rifampicina diarias durante 3 meses, y rifampicina más piracinamida, diarias durante 2 meses o, bisemanales durante 2 o 3 meses.

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Cuando se decida la administración bisemanal, se recomienda hacerlo en régimen de tratamiento directamente supervisado. Aunque no existen evidencias clínicas al respecto, en los casos en los que no es recomendable usar rifampicina (pacientes con infección por el VIH en tratamiento con inhibidores de la proteasa), se puede sustituir por rifabutina. La manera más segura de realizar este tipo de tratamiento sería monitorizando los valores de los inhibidores de la proteasa. El régimen terapéutico de rifampicina con piracinamida durante 2 meses no ha sido suficientemente evaluado en sujetos no infectados por el VIH, aunque parece razonable que sea igual o más eficaz que en estos pacientes. Tampoco ha sido ampliamente evaluado el régimen de isoniacida más rifampicina durante 2 a 4 meses en personas sin infección por el VIH8,9,16. El tratamiento con isoniacida en pacientes con infección por el VIH y Mantoux igual o superior a 5 mm se debe prolongar durante 9 meses, en lugar de seis53,54. No parece eficaz el tratamiento de la TBC latente en pacientes con infección VIH y Mantoux negativo5. No es recomendable usar rifampicina o pirazinamida durante la gestación o lactancia. Por tanto, se empleará isoniacida como tratamiento de la TBC latente durante la gestación o lactancia, pudiéndose iniciar este tratamiento incluso en el primer trimestre de la gestación. No obstante, también se puede demorar el inicio del tratamiento preventivo con isoniacida hasta el segundo trimestre de la gestación o hasta después del parto. Cuando la madre reciba isoniacida durante la lactancia se debe administrar piridoxina al niño. En gestantes con infección por el VIH se recomienda usar isoniacida durante 9 meses, sin demorar el inicio ni siquiera durante el primer trimestre de la gestación. Los principales efectos secundarios de la isoniacida son la hepatotoxicidad y las neuropatías periféricas. El riesgo de hepatotoxicidad aumenta con la edad y la ingesta alcohólica. La administración de piridoxina (vitamina B6: a dosis de 10 a 25 mg/día) disminuye el riesgo de toxicidad neurológica de la isoniacida. La rifampicina y la rifabutina pueden inducir hepatotoxicidad, trombocitopenia, fiebre y eritemas. La piracinamida también puede desencadenar hepatotoxicidad y eritemas, además de síntomas digestivos, artralgias y crisis de gota. Se recomienda detener el tratamiento con isoniacida en pacientes asintomáticos si las transaminasas superan en cinco veces los valores normales y en pacientes con sintomatología compatible con toxicidad por isoniacida si las transaminasas superaran en tres veces los valores normales. Evaluación previa al tratamiento y seguimiento No es preciso realizar analítica sistemática a todos los pacientes antes de iniciar el tratamiento para la TBC latente. No obstante, se deben determinar alaninaminotransferasa, aspartatoaminotransferasa y bilirrubina antes de comenzar el tratamiento en los pacientes con infección por el VIH, gestantes, posparto inmediato (hasta 3 meses), pacientes con hepatopatías y bebedores. No se debe usar isoniacida o rifampicina en pacientes con hepatitis aguda o insuficiencia hepática avanzada. A diferencia de las recomendaciones vigentes hasta la fecha, la edad deja de ser una indicación para realizar analítica hepática previa al tratamiento de la TBC latente. Los pacientes en tratamiento con isoniacida o rifampicina deben tener un seguimiento clínico mensual para valorar el cumplimiento y los efectos secundarios. Cuando se emplee rifampicina más piracinamida, se revisará clínicamente al

FRANCISCO GÓMEZ RODRÍGUEZ ET AL.– EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DE LA TUBERCULOSIS LATENTE EN EL ADULTO

paciente a las 2, 4 y 8 semanas tras el inicio del tratamiento. Se realizarán los estudios analíticos o de ayuda al diagnóstico pertinentes en aquellos pacientes que presenten clínica sugestiva de toxicidad farmacológica. Conclusiones La detección y el tratamiento de personas con TBC latente y alto riesgo de reactivación constituye uno de los eslabones fundamentales para el control epidemiológico de la infección tuberculosa. Se han actualizado las indicaciones y procedimientos para la detección de la tuberculosis latente, así como las indicaciones y los regímenes terapéuticos con evidencia clínica de eficacia para el tratamiento de la TBC latente. La intradermorreacción mediante la técnica de Mantoux es el procedimiento de elección para detectar infección por TBC latente. Sólo se debe realizar la prueba de Mantoux en personas con riesgo elevado de reactivación de la TBC latente y no de forma sistemática en sujetos con bajo riesgo de padecer TBC activa. En la actualidad se dispone de cuatro regímenes de tratamiento de la TBC latente con eficacia clínica demostrada, que se pueden administrar diariamente o bisemanalmente, durante 2 a 9 meses. La administración bisemanal debe realizarse en régimen de tratamiento directamente supervisado. En el futuro, sería deseable disponer de pruebas más específicas y sensibles para el diagnóstico de la TBC latente en personas con alto riesgo de reactivación. Serían de particular utilidad aquellas pruebas que diferenciaran entre la hipersensibilidad cutánea retardada debida a infección TBC latente y las reacciones falsamente positivas debidas a infección por micobacterias no tuberculosas o a vacunación previa con BCG. Asimismo, tendrían mucho interés pruebas que detectaran la presencia de bacilos vivos, especialmente en pacientes inmunodeprimidos. No se dispone de datos suficientes para establecer la tolerancia y la eficacia de la rifampicina sola o con piracinamida para el tratamiento de la TBC latente en niños y adolescentes. Tampoco se dispone de suficiente información sobre los efectos de la piracinamida en gestantes y niños. Existen derivados de las rifampicinas con mayor vida media que la rifampicina, como rifapentina y rifalazil, que podrían utilizarse en el tratamiento de la TBC latente con una posología más cómoda para el paciente y un mayor cumplimiento terapéutico. No obstante, hasta la fecha, se carece de estudios clínicos al respecto.

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