¿Investigar? ¿Para qué?

¿Investigar? ¿Para qué?

Editorial 57 ¿Investigar? ¿Para qué? Hemos expresado en diversas ocasiones y en diferentes foros que, en el proceso de adquisición y elaboración del...

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¿Investigar? ¿Para qué? Hemos expresado en diversas ocasiones y en diferentes foros que, en el proceso de adquisición y elaboración del conocimiento, el ser humano se vale de muy diversas posibilidades, todas ellas de cierta validez; no obstante, para sustentar una ciencia, como afirmamos es la Fisioterapia, el único conocimiento útil es aquel que se ha adquirido de manera objetiva y fiable, es decir, que el camino realizado hacia la construcción de los saberes se ha recorrido mediante un procedimiento de Investigación Científica. En el ámbito de las Ciencias de la Salud (y de las profesiones sanitarias) se acepta tradicionalmente que el conocimiento científico ha de ser elaborado, principalmente, por aquellos profesionales a los que clásicamente se les ha reconocido que tienen la capacidad de investigar: médicos, biólogos, químicos, etc. Sin embargo, no se ha considerado que otros profesionales, como los fisioterapeutas, deban asumir, entre sus cometidos, las tareas de investigación, por lo que, implícitamente, sus actividades han quedado relegadas a consumir y emplear el conocimiento científico que construyen esos otros profesionales. El resultado de esta situación es que, tanto en el desarrollo disciplinar como en el profesional de la fisioterapia, se han producido y aún se producen importantes distorsiones y lagunas, pues, ciertamente, los enfoques médico, químico, biológico, etc. de la investigación en Ciencias de la Salud proporcionan un conocimiento científico válido y proponen líneas de actuación útiles, pero no llegan a satisfacer plenamente las necesidades de conocimiento de los profesionales de la fisioterapia, que a menudo nos encontramos ante la exigencia de tomar decisiones y de intervenir en situaciones de las cuales se conoce muy poco, y en las que nos tenemos que orientar de forma tentativa. ¿Qué profesional de la Fisioterapia no se ha encontrado con situaciones de la práctica profesional donde no han existido orientaciones ni fundamentos en los cuales basar su intervención? Podemos decir que en el ámbito universitario se ha producido ya un cambio institucional, en el sentido de que todo profesor tiene que asumir entre sus tareas la de investigar, si bien para aquellos que no poseen el grado de doctor la situación es más compleja. Sin embargo, en el ámbito asistencial dicho cambio está lejos de producirse, lo que conlleva a que, todavía hoy, desde la institución sanitaria se contemple la figura del fisioterapeuta como la de un ayudante, estando lejos, salvo honrosas excepciones, el reconocimiento de la figura profesional independiente del fisioterapeuta como experto en su propia disciplina. Para que se produzca ese reconocimiento, es necesario que todos los fisioterapeutas asumamos como propia la función investigadora, pues investigar no solamente es una dimensión consubstancial a los aspectos epistemológicos y, consecuentemente, de fundamentación de la fisioterapia como ciencia, sino que está también íntimamente relacionada con la práctica profesional, por lo que debe 9

Fisioterapia 2003;25(2):57-8

J. Rebollo Roldán

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ocupar un papel destacado en la conducta profesional asistencial, a fin de que profundicemos día a día en los fundamentos que sustentan esa praxis profesional. Resulta imperiosa la necesidad de que se construya conocimiento científico desde la fisioterapia, que redunde en un progresivo desarrollo de la disciplina y, paralelamente, del profesional fisioterapeuta. Ciertamente, los profesionales de la fisioterapia no tenemos una trayectoria de formación en procesos de investigación científica. No vamos a entrar aquí en el análisis de los motivos sociohistóricos y culturales que han motivado que la formación del fisioterapeuta no incluya una capacitación investigadora, situación que limita sus posibilidades profesionales actuales y futuras. Es evidente que el fisioterapeuta no es el primordial causante de esta carencia formativa, pero en el momento actual sí que es el principal responsable de cubrirla, y, por tanto, como colectivo, debe reclamar una formación específica que le capacite para aplicar los métodos y técnicas propios del saber científico, al objeto de poder desarrollar procesos propios de construcción de este tipo de conocimientos, tanto a nivel teórico como a nivel práctico. Elemento básico para un colectivo profesional en proceso de desarrollo como profesión independiente y autónoma. Los fisioterapeutas hoy debemos sentir la responsabilidad de desarrollar una “ciencia fisioterapéutica”, porque ¿quiénes son los agentes científicos responsables de construir el conocimiento científico en fisioterapia?. ¿Quiénes están mas capacitados, por su presencia en el campo de actuación, por su interés, su dedicación, su conocimiento de los problemas propios de la practica profesional, para desarrollar y sistematizar los citados conocimientos? La respuesta no admite alternativa, está en nosotros mismos. Desde estas líneas deseamos hacer un llamamiento a la responsabilidad de todos los fisioterapeutas, para que, juntos, nos convirtamos en agentes potenciadores de ese cambio institucional que necesariamente debe producirse en el ámbito asistencial. El profesional de la fisioterapia debe destacar por ser capaz de conjugar los conocimientos existentes sobre la actuación fisioterapéutica, por saber cómo se construyen esos conocimientos y cómo se aplican, pero sobre todo, por ser capaz de desarrollar conocimientos profesionales propios, sobre la base del entendimiento de los problemas que se plantean desde la fisioterapia, y que solamente los profesionales de esta parcela del saber conocen plenamente. Jesús Rebollo Roldán Profesor Titular de Fisioterapia de la Universidad de Sevilla

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