La teoría política del populismo: usos y controversias en América Latina en la perspectiva posfundacional

La teoría política del populismo: usos y controversias en América Latina en la perspectiva posfundacional

POLÍTICA Y SOCIEDAD La teoría política del populismo: usos y controversias en América Latina en la perspectiva posfundacional The political theory o...

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POLÍTICA Y SOCIEDAD

La teoría política del populismo:

usos y controversias en América Latina en la perspectiva posfundacional The political theory of populism: uses and debates in Latin America in post-foundational perspective Martín Retamozo* RESUMEN: El término populismo como concepto para los Estudios Latinoamericanos ha sido tan frecuentemente utilizado como debatido en el campo de las ciencias sociales. En los últimos años, Ernesto Laclau ha desarrollado una teoría del populismo que atrajo la atención de diferentes investigadores. Este artículo propone un estudio de la recepción y las críticas que varios teóricos políticos latinoamericanos realizaron dentro del paradigma de la teoría política posfundacional. PALABRAS CLAVE: Populismo, Ernesto Laclau, Teoría política, Estudios Latinoamericanos. ABSTRACT: The term Populism, as a concept, has been widely used and debated in the field of social sciences, especially in Latin American studies. In recent years, Ernesto Laclau developed a theory about populism that aroused the interest of different researchers around the Latin American region (and around the world too). This article proposes a study regarding critiques that Latin American theorists made of Laclau ‘s theory within the paradigm of post-foundational political theory. KEY WORDS: Populism, Ernesto Laclau, Political theory, Latin American studies. Recibido: 14 de abril, 2016. Aprobado: 11 de agosto, 2016. 10.22201/cialc.24486914e.2017.64.56836 ›

Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IDIHCS)-Universidad Nacional de La Plata (UNLP)/ Œ´b„YbŒÇb´¼t8OŒb´ bŒ¼€oO8´Ê,cOŒO8´žCONICET), Argentina ([email protected]).

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© 2017 Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/).

MARTÍN RETAMOZO

INTRODUCCIÓN La lengua es un órgano de conocimiento del fracaso de todo poema castrado por su propia lengua que es el órgano de la re-creación del re-conocimiento (…) no las palabras no hacen el amor hacen la ausencia si digo agua ¿beberé? si digo pan ¿comeré?

¿

Alejandra Pizarnik

Y si digo populismo? Populismo es, quizá, el concepto que con más particularidad y persistencia se ha utilizado para describir y analizar (y bÇ8†Á8±Ÿ†8œ†€¼O8bŒωc±O88¼Œ8¡8b‰b±tbŒO8YbnbŒ‘‰bŒ´ œ†€¼O´¦ÁbYb´8o8±Œ†8´O8¼bt±€8´¼8Œ¼Yb†8´O†t€8œ†€¼O8 como de la ciencia política —que además estaban en un proceso de inciœbŒ¼bOŒ´†Y8O‘ŒiŒÇO8±Œb†Á´YbÁŒOŒObœ¼Y´œŒF†bœb± construido al calor de los debates sobre las realidades sociopolíticas en Rusia1bŒ ´¼8Y´-ŒY´YboŒb´Yb†´t†XIX2ÊYb´Yb´ÁŒOtbŒb±‘ controversias sobre su alcance. Sebastián Barros3YbŒ¼oO8OÁ8¼±momentus en la literatura latinoamericana sobre el populismo. El primero está constituido por los trabajos Andrzej Walicki, “Rusia”, en Ghita Ionescu y Ernest Gellner [comps.], Populismo, sus ´tŒoO8Y´ Ê O8±8O¼b±€´¼O8´ Œ8OŒ8†b´, Buenos Aires, Amorrortu, 1970, pp. 81120. 2  *O|8±Yn´¼8Y¼b±V« ´¼8Y´-ŒY´¬VbŒŒb´OÁÊb††Œb±KO‰œ´¡LVibid, pp. 15-38; Peter Worsley, “El concepto de populismo”, en ibid., pp. 258-304; Roberto García Jurado, “Las raíces del populismo. Los movimientos populistas del siglo XIX en Rusia y Estados Unidos”, en ArgumentosVǐ†¡À½VŒÂ‰¡¸½VcÉOVÀΗÎVœœ¡À¸·~Àgg¡ 3 Sebastián Barros, “Momentums, demos y baremos: lo popular en los análisis del populismo latinoamericano”, en POSTD8¼8U*bÇ´¼8Yb*bqbÉ‘ŒÊό9†´´(†€¼O, vol. 19, núm. 2, Buenos Aires, 2014, pp. 315-344. 1

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clásicos de Gino Germani4Ê,±OÁ8¼ ,b††8¡5 †´btÁŒYb´¼9OŒn±‰8Yœ±†8´œ±‰b±8´O±€¼O8´8†bŒn¦ÁbŒO8†bŒb†¦Áb´bYb´¼8O8Œ†8´ intervenciones de Octavio Ianni6ʱ8ŒO´O3bnn±¼V7ÊbŒb†OÁ8†¼8‰FcŒ podríamos incluir a Enzo Faletto,88´€O‰b´¼ÁY´´F±bωc±O88¼Œ8 producidos en Estados Unidos.9 En cierto modo como corolario de esta œ±‰b±8b¼8œ8´bYb±Ç8±Œ8†tÁŒ´¼±8F8„´¼b‘±O´¦Ábœ±OÁ±8F8ŒÁŒ8 OŒObœ¼Á8†Í8O‘ŒYb†œœÁ†´‰bŒ¼±8b´O8†8O‰†´Yb ±Œb´¼8clau10 y Margaret Canovan,11 respectivamente. Si bien es cierto que en los años ochenta pueden encontrarse trabajos sobre el tema,12bŒ´Á‰8ʐ±€8Vc´¼´´bbŒnO8F8ŒbŒ†¦ÁbV´btŒ ±8…bV13 œYb‰´††8‰8±†88Á¼œ´8Yb†œ±F†b‰8bŒÁŒOŒ¼bɼY‰Œ8Yœ±†8 YF†b¼±8Œ´O‘ŒYb†´8Ž´O|bŒ¼8bŒ†8±bt‘Œ¡8b‰b±tbŒO8YbnbŒ‘4



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Gino Germani, Política y sociedad en una época de transición, Buenos Aires, PaiY‘´V—¸À¶Œb±‰8ŒVÁY ,b††8Ê O¼8ǐ8ŒŒVPopulismo y contradicciones de clase en América LatinaVcÉOV ±8V—·½¶Œb±‰8ŒVAuthoritarianism, fascism and national populismVbÈ ±ÁŒ´ÈO…VV,±8Œ´8O¼ŒV—·g¡ ,±OÁ8¼ ,b††8V«(œÁ†´‰Ê±bn±‰8bŒωc±O88¼Œ8¬VbŒDesarrollo EconómicoVǐ†¡sVŒÂ‰¡—¸V ÁbŒ´Ï±b´V—¸pVœœ¡½—~sÀp¶b±‰8ŒV ,b††8Ê8ŒŒVop. cit. Octavio Ianni, La formación del Estado populista en América LatinaVcÉOV ±8V 1975. ±8ŒO´O3bnn±¼V« †8´b´œœÁ†8±b´ÊYb´8±±††´O8†žOŒ¼±FÁO‘Œ8†b´¼ÁYYb† œœÁ†´‰ŸVbŒ±8ŒO´O3bnn±¼Êό€F8†)Á„8ŒVPopulismo, marginalidad y dependenciaV+8Œ´cV YÁO8V—·½Vœœ¡—·~—¸¡ Enzo Faletto, El problema de la dependencia y lo nacional popular, Santiago de Chile, Flacso, 1976. O|8b† ŒŒnnVLatin American. Populism in comparative perspective, Albuquerque, San Jose State University, 1982. Ernesto Laclau, (†€¼O8bYb†t€8bŒ†8¼b±€8‰8±É´¼8¡ 8œ¼8†´‰Vn8´O´‰V populismoVcÉOV+t†XXI, 1978. 8±t8±b¼ 8ŒÇ8ŒV«,Ȑ´¼±8¼btb´n±¼|b´¼ÁYʐnœœÁ†´‰¬VbŒPolitical Studies, vol. 30, núm. 4, 1982, pp. 544-552.

±Œb´¼8O†8ÁV«(œÁ†´‰Ê¼±8Œ´n±‰8O‘ŒYb†‰8tŒ8±œ†€¼ObŒωc±O88tina”, en †b¼€ŒYb ´¼ÁY´8¼Œ8‰b±O8Œ´ÊYb† 8±Fb, núm. 42, 1987, pp. Àp~½g¶ 8±†´ 2†8´V « † œœÁ†´‰ †8¼Œ8‰b±O8ŒU ÁŒ bŒn¦Áb b´¼±ÁO¼Á±8†¬V bŒ Desarrollo EconómicoV ǐ†¡ ÀgV ŒÂ‰¡ ———V —ggV œœ¡ ½À½~½pÀ¶ 8±†´ Yb †8 ,±±bV «(œÁ†´‰VYb‰O±8¼Í8O‘ŒÊOÁ†¼Á±8œ†€¼O8bŒb† OÁ8Y±Yb†´8Ž´O|bŒ¼8¬V )Á¼V bF8¼bV—gVœœ¡—À~—sÀ¡ (8Á† ±8…bV « ŒO†Á´ŒU ±b¦Áb‰ n± œœÁ†´‰§¬V bŒ O|8b† ŒŒnn KbY¡LV Latin American populism in comparative perspective, Albuquerque, Alabama, 1982.

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menos políticos tildados como “neopopulistas” en los años noventa, que ‰œ†b‰bŒ¼8±Œ±bn±‰8´bOŒ‘‰O8´Yb´tŒOŒ¼±8±8†´œœÁ†´‰´ O†9´O´Vœ±ÇO8±Œ†8±b´¼¼ÁO‘ŒYb†Á´Êb†YbF8¼bbŒ¼±Œ8†OŒObœto de populismo (tercer momento para Barros). Autores como Viguera,14 Nun,15 Novaro,16 Roberts,17 Weyland,18 Knigth,19)Á„8ŒV20 b†8,±±bV21 entre tantos otros, discutieron la utilidad de los conceptos de populismo y neopopulismo para dar cuenta de los procesos políticos encabezados por Carlos Menem (Argentina), Fernando Collor de Mello (Brasil), Alberto Fujimori (Perú) y Abdalá Bucaram (Ecuador).22 8O8oŒ8†b´Yb†´t†XX y principios del siglo XXI un nuevo ciclo polí¼O´8OÁY‘†8‰b´8YbYbF8¼b¦Áb¼Y8ǀ8b´¼8F8O8†bŒ¼bʱb´¼Á‘b†OŒcepto de populismo (ahora como radical o del siglo XXIŸœ8±8±bnb±±†´ œ±Ob´´Yb2bŒbÍÁb†8VϱtbŒ¼Œ8V OÁ8Y±Ê †Ç8VnÁŒY8‰bŒ¼8†‰bŒ¼b¡  ό€F8†2tÁb±8V«(œÁ†´‰ÊŒbœœÁ†´‰bŒωc±O88¼Œ8¬VbŒ*bÇ´¼8bÉO8Œ8 de Sociología, vol. 3, núm. 93, 1993, pp. 49-66. 15  ´cÁŒV«(œÁ†´‰V±bœ±b´bŒ¼8O‘ŒÊ‰bŒb‰´‰¬VbŒϼ† ±‘Œet al., Peronismo y menemismo. Avatares del populismo en Argentina, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 1995. 16 Marcos Novaro, “Menemismo y peronismo: viejo y nuevo populismo”, en Á8Yb±Œ´ del CLAEH, vol. 71, núm. 19, 1994; Marcos Novaro, “Los populismos latinoamericanos ¼±8Œ´otÁ±8Y´¬V bŒ Nueva Sociedad, núm. 144, 1996, pp. 90-103; Marcos Novaro, «(œÁ†´‰ÊtFb±Œ¡8´¼±8Œ´n±‰8OŒb´bŒb†œb±Œ´‰Ê†8OŒ´†Y8O‘ŒYbmocrática en Argentina”, en Felipe Burbano de Lara [comp.], El fantasma del popu†´‰¡Ϝ±É‰8OŒb´8ÁŒ¼b‰8ž´b‰œ±bŸ8O¼Á8†, Caracas, Nueva Sociedad, 1998, pp. 24-48. 17  bŒŒb¼|*Fb±¼´V«b†Fb±8†´‰8ŒY¼|b¼±8Œ´n±‰8¼ŒnœœÁ†´‰Œ8¼Œωb±ca: the Peruvian case”, en World Politics, vol. 48, núm. 1, 1995, pp. 82-116. 18 Kurt Weyland, “Neopopulism and neoliberalism in Latin America”, en +¼ÁYb´Œ ‰parative International Development, vol. 31, núm. 3, 1996, pp 3-31; Kurt Weyland, «(œÁ†´‰Œ¼|b8tbnŒb†Fb±8†´‰¬VbŒO|8b† ŒŒnnKbY¡LVPopulism in Latin AmericaVφ8F8‰8V-ŒÇb±´¼Ênφ8F8‰8(±b´´V—Vœœ¡—·À~—Î¡ 19  φ8ŒŒt|¼V«(œÁ†´‰8ŒYŒb~œœÁ†´‰Œ8¼Œωb±O8Vb´œbO8††ÊbÉO¬VbŒ Journal of Latin American Studies, vol. 30, núm. 2, Londres, 1998, pp. 223-248. 20  ό€F8†)Á„8ŒV«(œÁ†´‰ÊnÁ„‰±´‰¬VbŒ Á±F8ŒYb8±8Vop. cit. 21  8±†´Yb†8,±±bV«(œÁ†´‰VOÁ†¼Á±8œ†€¼O8ÊÇY8O¼Y8Œ8bŒ OÁ8Y±¬VbŒibid. 22  (8Á† 8‰‰8O…V«,|b±b´Á±tbŒObnœœÁ†´‰Œ8¼Œωb±O8¬VbŒBulletin of Latin American Research, vol. 19, núm. 2, 2000, pp. 149-161; Flavia Freindenberg, La tentación populista: una vía al poder en América Latina, Madrid, Síntesis, 2007. 14

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En esta nueva arena controversial participaron muchos de los autores que habían debatido sobre la conveniencia del uso de populismo y del neopopulismo como Weyland,23 Roberts,24 Novaro,25 b†8,±±b26 y Ellner.27 La tarea de muchos de estos trabajos era doble, por un lado, ensayar alguna YboŒO‘ŒYbœœÁ†´‰ÊVœ±¼±VbÇ8†Á8±†8±b†8O‘ŒYb†´œ±Ob´´ “populistas” con la democracia.28

Œ b´¼´ ¼±8F8„´ †8 ±bnb±bŒO8 8 †8 F±8 Yb ±Œb´¼ 8O†8Á b´ ÁŒ8 constante, que a su vez es marginal. Casi todos los estudios lo citan como  Á±¼3bʆ8ŒYV«,|b±´bn8¼Œωb±O8®´¼È†bn¼´UŒ´t|¼´n±‰±bŒ¼b±´¼8¼b¼|bry”, en ‰œ8±8¼Çb(†¼O´, vol. 41, núm. 2, 2009, pp. 145-164; Kurt Weyland, Populism in the age of neoliberalism, bŒ ŒŒnnKbY¡LVPopulism in Latin America..., pp. —·À~—Î¶Á±¼3bʆ8ŒYV«,|b¼|±b8¼n±‰¼|bœœÁ†´¼†bn¼¬VbŒJournal of Democracy, vol. 24, núm. 3, 2013, pp. 18-32; Kurt Weyland, “Neopopulism and neoliberalism in 8¼Œωb±O8U|È‰ÁO|8noŒ¼Ê§¬VbŒThird World Quarterly, vol. 24, núm. 6, 2003, pp. 1095-1115. 24  bŒŒb¼| *Fb±¼´V «(œÁ†´‰V œ†¼O8† OŒqO¼V 8ŒY t±8´´~±¼´ ±t8ŒÍ8¼Œ Œ 8¼in America”, en ‰œ8±8¼Çb(†¼O´, vol. 38, núm. 2, 2006, pp. 127-148; Kenneth *Fb±¼´V«8¼Œωb±O8®´œœÁ†´¼±bÇÇ8†¬VbŒSais Review, vol. 27, núm. 1, 2007, pp. ½~—p¶bŒŒb¼|*Fb±¼´V«(œÁ†´‰Vœ†¼O8†‰F†Í8¼ŒV8ŒYO±´b´nœ†¼O8†±bœ±b´bŒ¼8¼Œ¬V bŒ ¡ Yb †8 ,±±b KbY¡LV The promise and perils of populism: Global perspectivesVbÉŒt¼ŒV-ŒÇb±´¼Ê(±b´´nbŒ¼ÁO…ÊVÀΗpVœœ¡—sÎ~—pg¡ 25  8±O´Ç8±V« bO´Œ´‰¼±8Œ´OŒ8†Êœ±t±8‰9¼ObŒϱtbŒ¼Œ8Êωc±O8 Latina”, en 9†t(†€¼O, núm. 2, 2011, pp. 201-226. 26  8±†´Yb†8,±±bV«,|b±b´Á±tbŒObn±8YO8†œœÁ†´‰Œ8¼Œωb±O8¬VbŒ Œ´tellationsVǐ†¡—sVŒÂ‰¡½VÀÎηVœœ¡½gs~½·¶ 8±†´Yb†8,±±bV«¨ ´b†œœÁ†´‰†8 n±‰8OŒ´¼¼Á¼Ç8Yb†8Yb‰O±8O8bŒωc±O88¼Œ8§¬VbŒÁ†ÏF8±KO‰œ¡LV2É Populi, Populismo y democracia en América LatinaV†8O´VcÉOVÀÎη¶ 8±†´Yb †8,±±bV«(œÁ†´‰±8YO8†ÊYb‰O±8O8bŒ†´όYb´¬VbŒJournal of Democracy, ǐ†¡—VŒÂ‰¡ÀÎÎVœœ¡Às~½·¶ 8±†´Yb†8,±±bV«Œ¼|bŒ8‰bn¼|bœbœ†bUYb‰O±8tization, popular organizations, and populism in Venezuela, Bolivia, and Ecuador”, en *bÇ´¼8 Á±œb8Yb ´¼ÁY´8¼Œ8‰b±O8Œ´ÊYb† 8±Fb, vol. 95, 2013, pp. 27-48. 27  +¼bÇb ††Œb±V«*bǐ†Á¼Œ8±Ê8ŒYŒŒ~±bǐ†Á¼Œ8±Êœ8¼|´n±8YO8†œœÁ†´‰UY±bO¼Œ´n¼|b­ |8Ç´¼8®‰Çb‰bŒ¼Œ2bŒbÍÁb†8¬VbŒScience & Society, 2005, pp. 160190. 28 La intensidad de los debates sobre el concepto de populismo es incomparable con ¼±´ ¼c±‰Œ´ O‰ †´ Yb œ8±¼Y´ œ†€¼O´V ‰Ç‰bŒ¼´ ´O8†b´V b†¼´‰ ž8 pocos les inquieta si el Movimiento al Socialismo o el PSUV es un partido político o ŒV8†‰bŒ´Œ¼8Œ¼O‰O†8´oO8±8 ǐ±8†b´Át |9ÇbÍYbœœÁ†´¼8´Ÿ¡

ÇYbŒ¼b‰bŒ¼b|8ÊÁŒ8n8´OŒ8O‘Œœ±†8ŒO‘ŒYbœœÁ†´‰¦ÁÍ9œ±´ÁYF†b Œ´O±œO‘ŒO‰O8¼bt±€8Yb´O±œ¼Ç8ž8Œ8†€¼O8ŸÊ´ÁnÁb±¼bOŒŒ¼8O‘ŒŒ±‰8¼Ç8¡ 23

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ÁŒ8Œ¼bObYbŒ¼bbŒb´b†Át8±O‰ÂŒ¦Áb´b¼±8Œ´n±‰‘b†±bnb±±8†8œ†´b‰8Yb†OŒObœ¼Êb´Yn€O†OŒ´Yb±8±ÁŒb´¼8YYb†8OÁb´¼‘Œ´Œ´Á ŒO†Á´‘Œ¡ ´Ob±¼V¼8‰FcŒV¦Áb8†tÁŒ´¼‰8ŒÁŒ8OŒ¼±FÁO‘Œ«‰Œ‰8†´¼8¬8†±bOÁœb±8±O‰´ÁYboŒO‘Œ†8Yb8Yb¦Ább†œœÁ†´‰b´ un discurso (que se le remite a un líder) que divide la sociedad en dos y produce un antagonismo entre pueblo y antipueblo.29 Sin embargo, en b´œbO8†V†ÁbtYb†8œÁF†O8O‘ŒYbLa razón populista y los debates que ha generado, es posible reconocer una serie de trabajos que intentan uti†Í8±b†8ŒY8‰8„b¼b‘±Oœ8±8ŒÇb´¼t8OŒb´b‰œ€±O8´´F±b†8œ†€¼O8 †8¼Œ8‰b±O8Œ8O‰ t†b±Ê(b±b††‘V30 Muñoz y Retamozo,31 Muñoz,32 Groppo33žb´¼´Y´†¼‰´OŒœ±‘†tYb8O†8ÁŸV ±±b„‘Œ34 y Reano.35

Œœ8±¼OÁ†8±Vb´¼8´Œ¼b±ÇbŒOŒb´|8ŒtbŒb±8YÁŒYbF8¼b¼b‘±O8†´meter a la crítica interna el concepto de populismo propuesto por Laclau, indagado en sus potencialidades heurísticas, sus atolladeros y sus conseOÁbŒO8´¼b‘±O8´Ê‰b¼Y†‘tO8´¡8O±€¼O8Œ¼b±Œ8´bOŒ´¼¼ÁÊbbŒ¼8Œ¼ b´¼´8Á¼±b´O‰œ8±¼bŒOb±¼´O‰œ±‰´´¼b‘±O´œ8±8Yt‰9¼O´žb†

Á±¼3bʆ8ŒYV« †8±nÊŒt8OŒ¼b´¼bYOŒObœ¼UœœÁ†´‰Œ¼|b´¼ÁYʐn8¼Œωb±~ can politics”, en ‰œ8±8¼Çb(†¼O´, vol. 34, núm. 1, octubre de 2001, pp. 1-22;

8±†´Yb†8,±±bVop. cit.; Kirk Hawkins, Venezuela’s chavismo and populism in comparative perspective, Nueva York, Cambridge University Press, 2010. 30  (8Á†8 t†b±Ê†±8(b±b††‘KO‰œ´¡LVEn el nombre del pueblo: la emergencia del populismo kirchnerista, Buenos Aires, UNSAM Edita, 2007. 31 Maria Antonia Muñoz y Martín Retamozo, “Hegemonía y discurso en la Argentina OŒ¼b‰œ±9Œb8UbnbO¼´œ†€¼O´Yb†´Á´´Yb­œÁbF†®bŒ†8±b¼‘±O8Ybc´¼± Kirchner”, en (b±o†b´8¼Œ8‰b±O8Œ´, vol. 16, núm. 31, 2008, pp. 121-149. 32 María Antonia Muñoz, +€´nbŒϱtbŒ¼Œ8U±YbŒVOŒqO¼Ê´Á„b¼´œ†€¼O´, Villa María, Eduvim, 2010. 33 Alejandro Groppo, Los dos príncipes: Juan D. Perón y Getulio Vargas, un estudio comparado del populismo latinoamericano, Villa María, Eduvim, 2009. 34 Žt ±±b„‘ŒV« ǐœÁbF†¬VbŒŽt ±±b„‘ŒÊφn±bY+b±±8ŒKO±Y´¡LVAhora es OÁ8ŒYVO8±8„l b†8´8†¼8†8¼±8Œ´n±‰8O‘ŒYb† ´¼8YbŒ †Ç8, Madrid, Viejo ,œVÀΗ—¡ 35  ϱ8Œ8 *b8ŒV «­´ œœÁ†´‰´ ±b8†‰bŒ¼b bÉ´¼bŒ¼b´® ±bœbŒ´8± †8 ±b†8O‘Œ bŒ¼±b œœÁ†´‰ÊYb‰O±8O88œ8±¼±YbY´bɜb±bŒO8´†8¼Œ8‰b±O8Œ8´OŒ¼b‰œ±9neas”, en Pensamento Plural, núm. 10, 2014, pp. 59-88. 29

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LA TEORÍA POLÍTICA DEL POPULISMO: USOS Y CONTROVERSIAS EN AMÉRICA LATINA...

œ´nÁŒY8OŒ8†´‰Vb†œ´b´¼±ÁO¼Á±8†´‰Ê†8¼b±€8Yb†Y´OÁ±´ŸV36 aun¦ÁbbŒO8´Œb´†8´‰´‰8´±bqbɐŒb´†´††bÇbŒ8´‰b¼b±8±bÇ´‘Œ los puntos de partida.

´¼8´¼Á8O‘Œb´œ±bOÁœ8Œ¼bbŒÁŒŒÇb†Yb¼±8F8„¼b‘±O¦ÁbŒ b´ œ´F†b bŒ ¼±´ bŒn¦Áb´¡ Œ œ8±¼OÁ†8± œ±¦Áb bŒ c´¼´ †8 O8¼bt±€8YbœœÁ†´‰ŒOÁœ8ÁŒ†Át8±ObŒ¼±8†bŒ†8OŒotÁ±8O‘Œ¼b‘±O8V † OÁ8† OŒYÁOb iO|b±bŒ¼b‰bŒ¼bi 8 †8 OŒ´¼±ÁOO‘Œ Yb YboŒOŒb´ œb±8¼Ç8´nÁŒOŒ8†b´8†´b´¦Áb‰8´YbŒÇb´¼t8O‘ŒžO‰OŒObœ¼´ Yb´O±œ¼ǐ´VŒ±‰8¼ǐ´VO†8´oO8¼±´Vb¼O¡Ÿ¡(±†8Œ¼b±±b´Yn€O†8o±mar que constituyan una teoría política del populismo (en parte porque, †bt€¼‰8‰bŒ¼bV Œ ´b † œ±œŒbŒ bV ŒO†Á´V ±bŒÁŒO8Œ bɜ†€O¼8‰bŒ¼b 8b††Ÿ¡ Œb´¼bOŒ¼bɼVœ8±¼‰´Yb†8œ±ÇO8O‘ŒYbÁŒ8|œ‘¼b´´U ´FbŒb†OŒObœ¼YbœœÁ†´‰|88Y¦Á±YYnb±bŒ¼b´YboŒOŒb´V la teoría del populismo de Ernesto Laclau es quizá la única que le da estatus de categoría8†¼c±‰ŒÊ†b¼±t8ÁŒ8nÁŒO‘Œ8Œ8†€¼O8O8œ8ÍYb devenir concepto, como dice Zemelman.37Ï|±8FbŒVb´¼Œbɉb8†8 œ±œÁb´¼8YbO±€¼O8´V¼bŒ´Œb´bŒOŒ´´¼bŒO8´¡φoŒÊ8†O8F†8‰´‰8 ŒO‘ŒYb¼b±€8bŒÁŒ8œb±´œbO¼Ç8œ´b´¼±ÁO¼Á±8†´¼8±b|ÂÊb8ÁŒ‰Yb†Œ‰†‘tO~YbYÁO¼ǐÊ´b¼±8Œ´n±‰8bŒÁŒmomentoYb†‰c¼YV O‰†Œ¼ÁÊb±8 8±†´8±É8‰bY8Y´Yb†´t†XIX. No se trata, pues, de contrastar la teoría con la realidad (o someterla a prueba crucial) sino de ŒO±œ±8±†8O‰‰‰bŒ¼Yb†8ŒÇb´¼t8O‘Œ¡

´¼b 8±¼€OÁ† ´b OÁœ8V b´œbO€oO8‰bŒ¼bV Yb ¼±8¼8± †´ YbF8¼b´ ¦Áb bŒb†O8‰œYb†8¼b±€8œ†€¼O8œ´nÁŒY8OŒ8†žœ´‰8±É´¼8Ÿ´b|8Œ desarrollado en torno al populismo en autores latinoamericanos con el F„b¼ǐYbO†8±oO8±8†tÁŒ´8´œbO¼´VYbŒ¼oO8±OŒ¼±FÁOŒb´ÊYb†mitar nudos controversiales que pueden hacer aportaciones a una mayor žÊ‰b„±ŸO‰œ±bŒ´‘ŒÊb´¼ÁYYb†´œ±Ob´´œ†€¼O´¡ Œ†8œ±‰b±8 œ8±¼bbɜŒY±b‰´´ÁOŒ¼8‰bŒ¼b†8¼b±€8œ†€¼O8Yb ±Œb´¼8O†8ÁOŒ Oliver Marchart, Post-foundational political thought: political difference in Nancy, Lefort, Badiou and Laclau, Edinburgh, Edinburgh University Press, 2007. 37  Át7b‰b†‰8ŒV«(bŒ´8±¼b‘±OÊœbŒ´8±bœ´¼c‰O¬VbŒVoluntad de conocer. El ´Á„b¼Ê´ÁœbŒ´8‰bŒ¼bŒb†œ8±8Yt‰8O±€¼OVcÉOVό¼|±œ´~IPECAL, 2005. 36

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el objetivo de tener un soporte sobre el cual trabajar, ya que la teoría del œœÁ†´‰Yb8O†8Á|8´YŒ¼8F†b‰bŒ¼b´‰œ†oO8Y8bŒ´ÁYÇÁ†t8O‘Œ Ê ±b¦Áb±b ÁŒ8 ±bœ´O‘Œ bŒ ´Á O‰œ†b„Y8Y¡ Œ †8 ´btÁŒY8 œ8±¼b Œ´ bŒnO8±b‰´bŒb†b´¼ÁYYb†8´OŒ¼±FÁOŒb´Yb8Á¼±b´†8¼Œ8‰b±O8Œ´8†YbF8¼bb´œbO€oO´F±bb†œœÁ†´‰8œ8±¼±Yb†8F±8Yb8O†8Á¡Œ8†‰bŒ¼bVbɜŒY±b‰´8†tÁŒ´ŒÁY´œ±F†b‰9¼O´8œ8±¼±Yb† debate revisitado que, a nuestro juicio, requieren desarrollos ulteriores, rigurosos y consistentes.

EL POPULISMO SEGÚN LACLAU

†œ±F†b‰8Yb†œœÁ†´‰OÁœ‘Yb‰8Œb±8¼b‰œ±8Œ8†8F±8Yb ±Œb´to Laclau. Su primera obra, publicada en 1977 como Politics and ideolotÊŒ‰8±É´¼¼|b±Ê¡ 8œ¼8†´‰Vn8´O´‰, populism, incluye el capítulo «8O8ÁŒ8¼b±€8Yb†œœÁ†´‰¬¡8œ±bOÁœ8O‘Œœ±b†8´ÁŒ¼Œb´ ‰b±8‰bŒ¼b¼b‘±O8´ŒnÁŒY8‰bŒ¼8†‰bŒ¼bœ†€¼O8V¨OÁ9†b´†8‰b„±b´¼±8¼bt8œ8±8†8ͦÁb±Y8bŒωc±O88¼Œ8Y8Y8†8nÁb±¼bœ±b´bŒO8Yb ‰Ç‰bŒ¼´Œ8OŒ8†~œœÁ†8±b´§ ŒbnbO¼V†8bÉ´¼bŒO8Ybb´¼´‰Ç‰bŒ¼´žO‰b†œb±Œ´‰bŒϱtbŒ¼Œ8ŸÊ†88Y´O±œO‘ŒYb‰8ʐ±€8´ subalternas a esas identidades obliga a repensar dos aspectos. El primero b´†8OÁb´¼‘ŒYb†´Á„b¼ž†8±b†8O‘ŒbŒ¼±bœÁbF†ÊO†8´bŸ¡ †´btÁŒYb´ †8 OÁb´¼‘Œ Yb† œ±ÊbO¼ ž†8 ±b†8O‘Œ bŒ¼±b œœÁ†´‰ Ê ´O8†´‰Ÿ¡ 8 teoría, en este aspecto, recupera una triple problemática: la estrategia, el sujeto y el proyecto. Laclau opta por abordar la pregunta por el populismo desde la proF†b‰9¼O8ŒO‘ŒYbœÁbF†žÊ´Á±b†8O‘ŒOŒ†8O†8´bŸ¡ Œb†œÁbF† O‰ ±bnb±bŒ¼b 8Œ9†t Yb† «œœÁ†´‰¬V 8O†8Á bŒ´8Ê8 ÁŒ8 YboŒO‘Œ Œ´O±¼8 bŒ b† ‰8±É´‰ 8†¼|Á´´b±8Œ ¦Áb ´b±9 YbÁY±8 Yb †8 ‰b¼9n±8 F8´b¹´Áœb±b´¼±ÁO¼Á±8¡8´O†8´b´V´FbŒ¼bŒbŒbÉ´¼bŒO8O‰OŒ¼±8dicciones en la base (estructura), no tienen presencia como agentes políticos si no es a partir de presentarse como articulaciones discursivas en b†ŒÇb†Yb†8´´Áœb±b´¼±ÁO¼Á±8´Vb´YbO±O‰ÁŒ8OŒ¼±8YOO‘ŒœÁbF†¹

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F†¦Áb~Yb~œYb±¡Ï´€Vb†œœÁ†´‰´b±9ÁŒ8n±‰8YbOŒ´¼±Á±ÁŒYb b´´œ†´Yb¼b±‰Œ8Œ¼b´bŒb†ŒÇb†Yb†8n±‰8O‘Œ´O8†OŒO±b¼8ÊÁŒ8 ¼8±b8œ8±8†8ͦÁb±Y8ž8ÁŒ¦ÁbœÁbY8bÉ´¼±¼8‰FcŒÁŒœÁbF†œ8±8†8´ clases dominantes). Las clases se convierten en principios articuladores de “tradiciones populares” sin las cuales no pueden materializarse como 8tbŒ¼b´œ†€¼O´¡ ´8´¼±8YOŒb´œœÁ†8±b´¼8‰FcŒœÁbYbŒ´b±8±¼OÁladas por el discurso de las clases dominantes. Por lo tanto se trata de ÁŒ8Y´œÁ¼8œ±Y8±†bÁŒ8n±‰8O†8´´¼8žÊ´O8†´¼8Ÿ8b´´OŒ¼bŒY´ ´‰F‘†O´žb†n†O†±bV†8œ8¼±8V†8±b†t‘ŒV†8YbŒ¼Y8YŒ8OŒ8†Vb¼O¡Ÿ¡ Œ b´¼8œ±‰b±8Çb±´‘Œ« †œœÁ†´‰OŒ´´¼bbŒ†8œ±b´bŒ¼8O‘ŒYb†8´Œ¼b±œb†8OŒb´œœÁ†8±Yb‰O±9¼O8´O‰OŒ„ÁŒ¼´Œ¼c¼O~8Œ¼8t‘ŒO respecto a la ideología dominante,”38 que puede articularse en el discurso de la clase obrera o de la clase dominante (la clase, aquí, sería el principio 8±¼OÁ†8Y±±±bŒÁŒO8F†bŸ¡88±¼OÁ†8O‘ŒYb†8´¼±8YOŒb´œœÁ†8±b´bŒ b†Y´OÁ±´Yb†8O†8´bF±b±8OŒ´¼¼ÁÊb†8±8YO8†Í8O‘ŒYb†8OŒ¼±8YOO‘ŒœÁbF†ÊF†¦ÁbYbœYb±Vœ±†¼8Œ¼ÁŒ8ǀ88†´O8†´‰¡39 En el estudio Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democraciaVœÁF†O8YbŒ—gp„ÁŒ¼8 |8Œ¼8†ÁnnbV´b œ†8´‰8b†œ±‰b±¦ÁbF±bOŒb†‰8±É´‰ž|8O8b†œ´‰8±É´‰ŸÊ´btbneran nuevas condiciones para abordar el problema del populismo y la OŒ´¼±ÁOO‘ŒYb†œÁbF†¡ÏÁŒ¦ÁbbŒ†8F±8YbÁnnb|8ÊÁŒ8œ±‰8O€8 de los movimientos sociales como agentes democratizadores, la preocupaO‘Œœ±b†œÁbF†±b8œ8±bOb8†8|±8YbY´OÁ¼±†8´œ´OŒ8†Y8Yb´Yb ´Á„b¼¶8†±b´œbO¼YObŒ†´8Á¼±b´V«(Y±€8‰´††8‰8±œ´O‘ŒœœÁ†8± de sujeto, a la que se constituye sobre la base de dividir al espacio político bŒY´O8‰œ´8Œ¼8t‘ŒO´VÊœ´O‘ŒYb‰O±9¼O8Yb´Á„b¼8†8¦Ább´ ´bYbYbÁŒ8Œ¼8tŒ´‰†O8†Í8YV¦ÁbŒYÇYb8†8´ObY8YbŒ†8n±‰8 indicada”.40 En un sentido similar, en 1987, Laclau vuelve sobre el tema y Laclau, Política e ideología…, p. 201. Esta tesis de la continuidad (posible) entre populismo y socialismo ha sido objetada por Juan Carlos Portantiero y Emilio de Ipola, “Lo nacional popular y los populismos ±b8†‰bŒ¼bbÉ´¼bŒ¼b´¬VbŒNueva Sociedad, núm. 4, 1981, pp. 7-18. 40  ±Œb´¼8O†8ÁÊ |8Œ¼8†ÁnnbVHegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia, 2ª ed., Buenos Aires, FCE, 2004, p. 225. 38 39

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n±bObÁŒ8YboŒO‘ŒYb†œœÁ†´‰O‰«8¦Áb††8Y‰bŒ´‘ŒYbOb±¼´ discursos políticos que los construye sobre la base de dicotomizar ciertos espacios sociales […]. Hay populismo siempre que las identidades co†bO¼Ç8´´bOŒ´¼±ÁÊbŒbŒ¼c±‰Œ´YbÁŒ8n±Œ¼b±8YO¼‘‰O8¦Áb´bœ8±8 8­†´Yb8±±F8®Yb­†´Yb8F8„®¬¡41 Cabe mencionar que el abordaje de †8OÁb´¼‘ŒYb†œÁbF†V†œœÁ†8±Êb†œœÁ†´‰Œ|8F€8Yb´8œ8±bOY de la agenda de trabajo de Laclau como lo prueban los títulos de varios trabajos.42 Es, por supuesto, en La razón populista43 ÊbŒ¼bɼ´´ÁOb´ǐ´44 donde se desarrolla la teoría política del populismo en toda su complejidad 8œ8±¼±YbÁŒ8´b±bYb±Áœ¼Á±8´¦ÁbOŒ´¼¼ÁÊb±Œb†œ´‰8±É´‰Yb Laclau.45 Como el propio autor insinuaba en la obra de 1987, en esta teoría Yb†œœÁ†´‰´bOŒ„Át8Œ¼±b´œ±bOÁœ8OŒb´ObŒ¼±8†b´¡(±‰b±VO‘‰ œÁbYbœbŒ´8±´b†8OŒ´¼¼ÁO‘ŒYb†±YbŒ´O8†bŒÁŒ8œb±´œbO¼Ç8œ´nÁŒY8OŒ8†V´btÁŒYVO‘‰´bOŒOFb†8YŒ9‰O8Yb†8´†ÁO|8´œ†€¼O8´ bŒb†O8‰œYb‰O±9¼OÊ¼b±Ob±VO‘‰´bOŒ´¼¼ÁÊbŒ†8´YbŒ¼Y8Yb´ œ†€¼O8´¡ ´¼8´¼±b´Œ´¼8ŒO8´œÁbYbŒn±‰Á†8±´bVœ±ÁŒ†8YV8œ8±¼±Yb †8Y´¼ŒO‘ŒF8´¼8Œ¼bn±bOÁbŒ¼bbŒ†8¼b±€8œ†€¼O8OŒ¼b‰œ±9Œb8bŒ¼±b †œ†€¼OÊ†8œ†€¼O8VbŒ†8¦Áb´b±b´b±Ç8b†œ±‰b±¼c±‰Œœ8±8±bnb±± 8 ÁŒ8 †‘tO8 Yb œ±YÁOO‘Œ Yb† ±YbŒ ´O8† žÁŒ8 nÁŒO‘Œ Œ´¼¼ÁÊbŒ¼bV 8ÁŒ¦Áb¼8‰FcŒYb´¼¼ÁÊbŒ¼bŸÊb†´btÁŒYO‰ÁŒO8‰œ´´¼b‰8

 8O†8ÁV«(œÁ†´‰Ê¼±8Œ´n±‰8O‘Œh¬Vœ¡½Î¡ Ernesto Laclau, “Populist rupture and discourse”, en Screen Education, núm. 34, —gÎVœœ¡g·~½¶ ±Œb´¼8O†8Á«+O8†´‰V­¼|bœbœ†b®V­Yb‰O±8OÊ®U¼|b¼±8Œ´n±‰8¼Œn|btb‰ŒO†tO¬VbŒ+O8†,bɼ, vol. 3, núm. 1, 1983, pp. 115-119. 43 Ernesto Laclau, La razón populista, Buenos Aires, FCE, 2005. 44  ±Œb´¼8O†8ÁV«(±¦ÁcOŒ´¼±Á±ÁŒœÁbF†b´†8¼8±b8œ±ŒOœ8†Yb†8œ†€¼O8±8Ycal”, en Á8Yb±Œ´Yb† ENDES, núm. 23, 2006, pp. 1-36; Ernesto Laclau, “Populismo: ¨¦ÁcŒ´YObÁŒŒ‰F±b§¬VbŒ±8ŒO´O(8ŒÍÍ8KbY¡LV †œœÁ†´‰O‰b´œb„Yb la democracia, Buenos Aires, FCE, 2009, pp. 51-70. 45 Además del citado Hegemonía y estrategia socialista, un conjunto de trabajos cons¼¼ÁÊbŒ†8F8´b¼b‘±O8Yb†8OŒObœ¼Á8†Í8O‘ŒYb†œœÁ†´‰VbŒ¼±bb††´†´œÁF†O8dos en: Ernesto Laclau, ÁbÇ8´±bqbɐŒb´´F±b†8±bǐ†ÁO‘ŒYbŒÁb´¼±¼b‰œ, ÁbŒ´Ï±b´VÁbÇ82´‘ŒVÀÎÎΡ 41 42

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encargado de gestionar el orden (como un ámbito instruido).46 Por otro †8YV´b8YÇb±¼bb†Œ¼b±±t8Œ¼bœ±†8OŒ´¼¼ÁO‘ŒYbYbŒ¼Y8Yb´œ†€¼cas, agentes o actores47¦ÁbY´œÁ¼8Œ¼8Œ¼†8±bŒ¼8O‘ŒYbÁŒœ±Ob´ |´¼‘±OO‰´ÁOŒn±‰8O‘Œ¡´¼±b´œ±F†b‰8´b´¼9Œ8F±Y8Y´bŒ la obra y dan lugar a potencias y equívocos.

†œœÁ†´‰O‰O8¼bt±€8œ8±8œbŒ´8±†8OŒn±‰8O‘ŒŒ¼†‘gica de lo social ubica al populismo como un concepto de lo político. El argumento estipula que en tanto se “acusa” al populismo como algo Ç8tbŒYb¼b±‰Œ8YÊ‰b±8±b¼‘±O8VʦÁb†8‰´‰8b´¼±ÁO¼Á±8Yb† social tiene esas características, entonces “el populismo es la vía real para O‰œ±bŒYb±8†t±b†8¼ǐ8†8OŒ´¼¼ÁO‘ŒŒ¼†‘tO8Yb†œ†€¼OO‰ tal”.48Ï´‰´‰V†œ†€¼O¼bŒbÁŒ8nÁŒO‘ŒŒ´¼¼ÁÊbŒ¼b49 y “el populismo es, simplemente, un modo de construir lo político”,50 entonces el populismo predica sobre la ontología de lo social. El problema, como veremos, es que este lugar de categoría privilegiada para pensar la siempre œ±bO8±8Œ´¼¼ÁO‘ŒY´OÁ±´Ç8Yb†±YbŒ´O8††bO±±b´œŒY€8bŒ¼bɼ´ anteriores a hegemonía. En un segundo sentido, populismo ya no es una categoría de lo po†€¼O´ŒYb†8œ†€¼O8Vb´‰9´«ŒbÉ´¼bŒŒtÁŒ8Œ¼b±ÇbŒO‘Œœ†€¼O8 que no sea hasta cierto punto populista”.51 Ahora bien, la posibilidad de pensar el populismo como “un ingrediente necesario de la política tout court”52Œ´±b‰¼b8†8YboŒO‘ŒYb†œœÁ†´‰O‰ÁŒ8Œ¼b±ÇbŒO‘Œ que dicotomiza el campo social entre un nosotros (el pueblo) y un ellos žb†œYb±Ÿœ±YÁObŒYY´b´œ8O´´Œ¼8t‰9¼O´bŒn±bŒ¼8Y´¡

 †8ÁYb bn±¼, Ensayos sobre lo político, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, ——¶ |8Œ¼8†ÁnnbVEn torno a lo político, Buenos Aires, FCE, 2007. 47  φ†8±tYb¼Y8´ÁF±88O†8Á|8ObÁŒÁ´ŒY´¼Œ¼Yb¼c±‰Œ´O‰´Á„b¼V 8tbŒ¼bV8O¼±V´ÁF„b¼ÇY8Y¡ †¼±8F8„¼b‘±ObŒY¼8±Ybœ±bO´‘Œ8b´¼´OŒObœ¼´ b´O†8Çb8ÁŒ¦ÁbbÉObYbb´¼b8±¼€OÁ†¡ 48 Laclau, La razón populista…, p. 91. 49  8O†8ÁV«(±¦ÁcOŒ´¼±Á±ÁŒœÁbF†h¬Vœ¡ÀΡ 50 Laclau, La razón populista…, p. 11. 51 Ibid., p. 185. 52 Ibid., p. 33. 46

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ŒÁŒ¼b±Ob±´bŒ¼YV8O†8ÁÁFO8b†œœÁ†´‰O‰ÁŒ8†‘tO8Yb OŒ´¼±ÁOO‘ŒYb†´´Á„b¼´œ†€¼O´Vb´œbO€oO8‰bŒ¼bb†´Á„b¼œÁbF†¡ En las primeras líneas de La razón populista´bYbŒ¼oO8b´¼8œ±bOÁœ8O‘ŒO‰Çb±¼bF±8†¡53 Como una gramática de las identidades políticas, el populismo parte de concebir una pluralidad de situaciones de demandas Œ´8¼´nbO|8´bŒ†8´´ObY8Yb´OŒ¼b‰œ±9Œb8´¡ ´¼8´Yb‰8ŒY8´OŒ´¼tuyen las “unidades mínimas de análisis” del populismo que se constituirá O‰†8†‘tO8Yb8±¼OÁ†8O‘ŒYbb´¼8´Yb‰8ŒY8´Yb‰O±9¼O8´bŒÁŒœ±Ob´YbOŒ´¼¼ÁO‘ŒYbÁŒY´OÁ±´ÊÁŒ8´ÁF„b¼ÇY8YœœÁ†8±¡ Œb´¼bO8‰ŒV‰Â†¼œ†b´Yb‰8ŒY8´¦Áb´Œœ±YboŒO‘Œ|b¼b±tcŒb8´Œt±b´8Œ en un terreno de “equivalencia” en tanto comparten el ser negadas por el ´´¼b‰8¡8œ±YÁOO‘ŒYbÁŒ´tŒoO8Œ¼bÇ8O€54 que las aglutine (puede ´b± b† Œ‰F±b Yb† †€Yb±ŸV †8 ŒÇb´¼YÁ±8 8nbO¼Ç8 Yb† ´tŒoO8Œ¼b ž¦Áb b´ nÁŒOŒ8†8†œ±Ob´YbŒ¼b±œb†8O‘ŒŸÊ†8b†8F±8O‘ŒYbÁŒ8n±Œ¼b±88Œ¼8t‘ŒO8´ŒVbŒ¼ŒOb´Vœ8±¼bYb†8t±8‰9¼O8œœÁ†´¼8¡ ´¼8†‘tO8œœÁ†´¼8b´†8¦Ábœ±YÁObÁŒ´Á„b¼8Œ¼b´ŒbÉ´¼bŒ¼bUb†œÁbF†VOÁʐb´¼8¼Á´ particular le permite, por un lado, ser la plebs (los de abajo, lo plebeyo) y por otro lado, reivindicarse como populus, es decir la totalidad.

Œ†´¼±b´Á´´YbœœÁ†´‰b´œ±bO´±b´O8¼8±†8n±‰8†Y8YYb†8 O8¼bt±€8Ê8¦ÁbŒ8Y8œ±bYO8Yb8†tŒ¼œYbOŒ¼bŒYÁ±bŒ¼8O‘Œ Yb†‘tO8œ8±8b†œœÁ†´‰¡ ´¼V¦ÁbbŒO8´Œb´|8´YO±¼O8YV OŒ´¼¼ÁÊbÁŒ8ÇbŒ¼8„8Yb†8¼b±€8œÁb´¼¦Ábœb±‰¼bbɜ†O8±Ynb±bŒ¼b´ nbŒ‘‰bŒ´ÊVO‰¼8†VOŒ´¼¼ÁÊbÁŒ8|b±±8‰bŒ¼88Œ8†€¼O8|bÁ±€´¼O8´Œ œ±b¼bŒ´Œb´Œ±‰8¼Ç8´¡ bO±¦ÁbbŒYb¼b±‰Œ8Yœ±Ob´œb±8ÁŒ8 †‘tO8œœÁ†´¼8ÁŒY´OÁ±´œœÁ†´¼8ŒOŒ††bÇ8ŒŒtÁŒ88œ±bO8O‘Œ ´F±bb†OŒ¼bŒYŒ†8´OŒ´bOÁbŒO8´Yb¼8†Œ¼b±ÇbŒO‘Œ¡ ´¼b8´œbO¼ Œ´††bÇ88†8‰ÁÊYbF8¼Y8±b†8O‘ŒbŒ¼±bœœÁ†´‰ÊYb‰O±8O8¡

Œ«¨(±¦ÁcOŒ´¼±Á±ÁŒœÁbF†b´†8¼8±b8Yb†8œ†€¼O8±8YO8†§¬V 8O†8Áœ±nÁŒYÍ8ÁŒ8¼bŒ´‘ŒbŒ´Á¼b±€8bŒb†‰8±OYb†8±b´œÁb´¼88  Œb†œ±‘†tYbLa razón populista dice: “Este libro se interroga centralmente sobre †8†‘tO8Ybn±‰8O‘ŒYb†8´YbŒ¼Y8Yb´O†bO¼Ç8´¬¡ 54  +F±bb††Át8±Yb†´´tŒoO8Œ¼b´Ç8O€´žÊq¼8Œ¼b´Ÿœ8±8†8œ†€¼O8Çc8´b ±Œb´¼ 8O†8ÁV«¨(±¦Ác†´´tŒoO8Œ¼b´Ç8O€´´Œ‰œ±¼8Œ¼b´œ8±8†8œ†€¼O8§¬VbŒEmancipación y diferencia, Buenos Aires, Ariel, 1996. 53

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+†8ǐ„Öæb…¡(±ÁŒ†8YV†8n±‰8†Y8YYb†8†‘tO8œœÁ†´¼8VbŒœ±ŒOpio, impide predicar sus alcances en cuanto a la democracia (tanto en un ´bŒ¼Yœ†9±¦ÁOO‰œ†Á±8†´¼8bŒOÁ8Œ¼8†8bɜ8Œ´‘ŒYbYb±bO|´Êt8±8Œ¼€8´Ÿ¡(±¼±Vb†8Á¼±8o±‰8¦ÁbbÉ´¼bbŒb†œœÁ†´‰†8 OŒYO‘ŒYbÁŒ8Yb‰O±8O8bŒ¼8Œ¼œ±YÁObÁŒ«œÁbF†¬žÁŒdemos) ´Œb†OÁ8††8Yb‰O±8O8´‘†´b±bYÁOb8ÁŒ88Y‰Œ´¼±8O‘ŒŒ´¼¼ÁOŒ8† Yb†8´ObY8Yž†¦Áb´b±€8b¦ÁÇ8†bŒ¼b8†88Œ¦Á†8O‘ŒYb†8œ†€¼O8Ÿ¡ Es evidente aquí que se cruzan dos de las dimensiones que procuramos Y´¼ŒtÁ±Ub†œœÁ†´‰O‰†8†‘tO8¦ÁbŒ¼b±ÇbŒbbŒ†8œ±YÁOO‘Œ del sujeto político (el pueblo) y las características del orden político cons¼¼ÁY¡ ´¼8¼bŒ´‘Œ±b8œ8±bOb±9bŒ†´YbF8¼b´œ´¼b±±b´¡

EL POPULISMO A DEBATE EN EL POSMARXISMO LATINOAMERICANO

b´Yb†88œ8±O‘ŒYb«8O8ÁŒ8¼b±€8Yb†œœÁ†´‰¬YÇb±´8´ǐOb´œ±ÇbŒbŒ¼b´VnÁŒY8‰bŒ¼8†‰bŒ¼bVYbœb±´œbO¼Ç8´‰8±É´¼8´´8†b±Œ8†O±ÁOb Yb†8OŒObœO‘ŒYb8O†8Á¡55ÁbtYb±b†bt8±bŒ†88tbŒY88O8Yc‰O88† œœÁ†´‰œ±†8œ±bOÁœ8O‘Œœ±†8¼±8Œ´O‘Œ8†8Yb‰O±8O8V†8F±8Yb 8O†8ÁnÁb±bnb±bŒO8Œb†ÁYF†bœb±ŒF„b¼Ybb´¼ÁYÊOŒ¼±Çb±´8¡56 +Œ b‰F8±tV †8 8œ8±O‘Œ Yb La razón populista como acontecimiento ¼b‘±OÊ†8OŒ´†Y8O‘ŒYbœ±Ob´´¼†Y8Y´O‰œœÁ†´¼8´bŒ2bŒbzuela, Argentina, Bolivia y Ecuador instauraron nuevas condiciones para b†YbF8¼b¼b‘±OÊœ†€¼O¡ Œb´¼bOŒ¼bɼÁŒ8O8Œ¼Y8Y´tŒoO8¼Ç8Yb investigadores latinoamericanos en el campo de la teoría política —algunos

 ‰†Ybœ†8V«(œÁ†´‰bYb†t€8ž8œ±œ‘´¼Yb ±Œb´¼8O†8ÁU­(†€¼O8b Yb†t€8bŒ†8¼b±€8‰8±É´¼8®Ÿ¬VbŒ*bÇ´¼8bÉO8Œ8Yb+O†t€8, vol. 41, núm. 3, 1979, pp. 925-960; Portantiero y de Ipola, Lo nacional popular… 56  -Œ8Œ¼b±b´8Œ¼bbÉObœO‘Œb´b†¼±8F8„Ybb±8±YÏFÊ 8±†c´V«*bœbŒ´8ŒYb†œpulismo”, Ponencia presentada en el XXIII Congreso de LASAV38´|Œt¼ŒV ¡ ¡VÀÎΗ¡ 55

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n±‰8Y´bŒ†8 ´OÁb†8Yb ´´bÉi57 han trabajado sobre la obra de Ernesto 8O†8ÁÊb´œbO€oO8‰bŒ¼b´Á¼b±€8Yb†œœÁ†´‰¡58  +F±b †8 ´OÁb†8 Yb ´´bÉ Çc8´b Á†b´ ,ÈŒ´|bŒYV « ´OÁ±´b ¼|b±Ê 8ŒY œ†¼O8† 8Œ8†Ê´´U8ŒbÈœ8±8Yt‰n±‰¼|b ´´bÉ+O|†§¬VbŒThe British Journal of Politics and International Relations, vol. 5, núm. 1, 2003, pp. 129-142 y Ana Soage, “La teoría Yb†Y´OÁ±´Yb†8 ´OÁb†8Yb ´´bÉbŒ´ÁOŒ¼bɼ¼b‘±O¬VbŒ €±OÁ†YbŒtĀ´¼O8 Ϝ†O8Y88†8 ‰ÁŒO8O‘Œ, vol. 25, núm. 3, 2006, pp. 45-61. 58  b‰´ŒO†ÁYbŒb´¼8´bOO‘Œ†´¼±8F8„´ObŒ¼±8Y´bŒ†8¼b±€8Yb†œœÁ†´‰Ê ŒbŒ¼±´8´œbO¼´Yb†8F±8Yb8O†8Á¡ ŒbnbO¼VbÉ´¼bŒbŒωc±O88¼Œ8¼±´ b´¼ÁY´±b†bÇ8Œ¼b´bŒnO8Y´VnÁŒY8‰bŒ¼8†‰bŒ¼bVbŒ†8¼b±€8Yb†8|btb‰Œ€8U bŒ„8‰€ŒϱY¼V«(´¼~|btb‰ŒÊUœ†¼O´Á¼´Yb¼|bÁ´Á8†œ´¼~8±É´¼œ8±8Yt‰¬VbŒ

Œ¼b‰œ±8±Ê(†¼O´, vol. 13, núm. 3, 2007, pp. 205-226. En la teoría del discurso Ê´Á´œ¼bŒO8†Y8Yb´‰b¼Y†‘tO8´U*´8Y8 ÁbŒo† Á±tV« ‰bŒ´Œb´c¼O œ†€¼O8´bŒbYÁO8O‘ŒYb´Ybb†8Œ9†´´œ†€¼OYbY´OÁ±´¬VbŒSinéctica, núm. 35, 2010, pp. 1-17; Hernán Fair, “Análisis político del discurso de Ernesto Laclau: una proœÁb´¼8œ8±8†8ŒÇb´¼t8O‘Œ´O8†¼±8Œ´Y´Oœ†Œ8±8¬VbŒOŒ´~*bÇ´¼8Yb bŒO8´ Sociales, núm. 54, 2015, pp. 197-224. O en el debate con autores como Michel FouO8Á†¼U *´8 Y8 ÁbŒo† Á±t´V «ŒO‰œ8¼F†Y8Yb´V Ynb±bŒO8´ Ê b¦ÁÇ8†bŒO8´ en dos analíticas de discurso: Foucault y Laclau”, en †bOO‘Œ(bY8t‘tO8-ŒÇb±~ sitaria, núms. 27 y 28, Universidad Veracruzana, 1997, pp. 181-201; Matías Landau, “Laclau, Foucault, Rancière: entre la política y la policía”, en Argumentos, vol. 19, ŒÂ‰¡pÀVcÉOVÀÎθVœœ¡—·~—·¶8±€82±tŒ8)Á±t8V« ´OÁ±´´Ê´Á„b¼´¡φtÁŒ´Œbɐ´Ê¼bŒ´Œb´bŒ¼±b†8´œb±´œbO¼Ç8´¼b‘±O8´YbO|b†ÁO8Á†¼Ê ±Œb´¼ Laclau”, María Antonia Muñoz, en Estudios Políticos, núm. 45, 2012, pp. 79-94; Mariela Peller, “Judith Butler and Ernesto Laclau: debates on subjectivity, psychoanalysis and politics”, en +bÉÁ8†Y8YV+8†ÁYÊ+ObY8Y, núm. 7, Río de Janeiro, 2011, pp. 44-68; con Jacques Rancière: María Antonia Muñoz, “Laclau y Rancière: algunas coordenadas para la lectura de lo político”, en Andamios, vol. 2, núm. 4, 2006, pp. 119-144; OŒ+†8ǐ„Öæb…UÁO8´8´O‘ŒV« b‰O±8O8±8YO8†VbŒ¼±b†8O±€¼O8Êb†Œ|†´‰U ÁŒ8F±Y8„bYb†8œ±œÁb´¼8Yb´Ybb†Y9†tbŒ¼±b ±Œb´¼8O†8ÁÊ+†8ǐ„Öæb…¬V en *bÇ´¼8bÉO8Œ8Yb bŒO8´(†€¼O8´Ê+O8†b´, vol. 59, núm. 221, 2014, pp. —À—~—s½¶OŒ…†8´Á|‰8ŒŒUc(bɐ¼*Y±tÁb´Ê 8Œb†YbbŒYŒQ8VErnesto Laclau & Niklas Luhmann: pós-fundacionismo abordagem sistêmica e as organizações sociais, EDIPUCRSVÀÎθ¶OŒ Œ±¦Áb Á´´b†U8±¼€Œ*b¼8‰ÍV«+Á„b¼´œ†€¼O´U teoría y epistemología. Un diálogo entre la teoría del discurso, el (re) constructivismo ʆ8o†´n€8Yb†8†Fb±8O‘ŒbŒœb±´œbO¼Ç8†8¼Œ8‰b±O8Œ8¬VbŒ bŒO8 ±t+Á‰, vol. 18, núm. 1, 2011, pp. 81-89, Mauro Emiliozzi, “Ensayo-La radicalidad del Otro en †8OŒ´¼±ÁOO‘ŒYb†œÁbF†¡-ŒY9†tbŒ¼±b†8†‘tO8œœÁ†´¼8ʆ8†´n€8Yb†8 Fb±8O‘Œ¬VbŒ††O8Ê8O~*bÇ´¼8 t¼8†Yb bŒO8´+O8†b´, vol. 2, núm. 3, 2015, o

†´b2b±‘ŒUb±Œ9Œ8±V«8O†8ÁÊ2b±‘ŒUY´OÁ´Œb´¼b‘±O8´ÊOŒ¼±FÁOŒb´œ8±8 †8œ±8É´bŒY´¼b±€8´Yb†Y´OÁ±´¬VbŒ ´¼ÁY´Yb†´n€8(±9O¼O8b´¼±8 de las Ideas, vol. 10, núm. 1, 2008, pp. 9-24; Martín Retamozo y Mariano Fernández, 57

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Sebastián Barros ha sido uno de los autores que ha problematizado †8¼b±€8Yb8O†8Á¶bŒÇ8±8´O8´Œb´V´b|8F8´8YbŒ†88ÊÁY8¼b‘±O8 de Jacques Rancière. Barros59±bOŒOb†8´ÇbŒ¼8„8´¼b‘±O8´YbÁŒ8ŒO‘Œ n±‰8†YbœœÁ†´‰œb±´b|8ObY´Œ¼b±±t8Œ¼b´O†8Çb¡(±‰b±V´Œ bÉ´¼bÁŒ8Œq8O‘ŒbŒb†OŒObœ¼YbœœÁ†´‰V¦Áb†ÁFO8O‰ÁŒ´Œ‘Œ‰Yb†8œ†€¼O8žO‰Ç‰´Vb´ÁŒYb†´Á´´YbœœÁ†´‰Ÿ¡ ´¼ œY±€8ŒYO8±V8„ÁOYb 8±±´V¦ÁbbÉ´¼bÁŒ8n±‰8†Y8Yœ±‰b±8žY8Y8 œ±†8O8¼bt±€8Yb|btb‰Œ€8ŸÊÁŒ8´btÁŒY8Œ´¼8ŒO8žOŒ†8‰´‰8†‘tO8Ÿ¦Áb´b±€8†8Yb†œœÁ†´‰VOÁÊ8O8±8O¼b±€´¼O8±b´YbbŒ†8Œ¼b±œb†8O‘Œ a “los de abajo”. Lo anterior lleva al segundo interrogante: la pregunta por el estatus de “los de abajo” (underdogs). La tesis de Barros es que, en tanto †8†‘tO8Yb†œœÁ†´‰¼±8F8„8OŒ«†´Yb8F8„¬VbŒ¼ŒOb´|8ÊOb±¼8b´œbOoOY8YbŒ†88±¼OÁ†8O‘ŒYbYb‰8ŒY8´¦Ább´O8œ88†8œÁ±8n±‰8†Y8Y¡60 ÏÁŒ¦ÁbŒYb¼b±‰Œ8Y|´¼‘±O8‰bŒ¼bVb†œœÁ†´‰¼bŒbÁŒYnÁ´OŒ¼bŒY«ŒbOb´8±¬±bnb±Y8b´´«Yb8F8„¬¦Áb|8¼b±Í8Y*8ŒOf±b¡61 8±±´œ±œŒb¼b±Í8±b†œœÁ†´‰O‰«ÁŒ8n±‰8œ8±¼OÁ†8±Yb 8±¼OÁ†8O‘Œ|btb‰‘ŒO8bŒ†8OÁ8††¦Áb´bb´¼ÁY8b´†8ŒO†Á´‘Œ±8YO8† de una heterogeneidad social respecto del espacio común de representaO‘Œ¦Áb´ÁœŒb¼Y8œ±9O¼O8|btb‰‘ŒO8¬V62 y para ello requiere indagar †´‰Y´bŒ¦Áb´bœ±YÁObÁŒ8Ynb±bŒO8O‰Œ´8¼´nbO|88†Œ¼b±± YbÁŒ8O‰ÁŒY8Yʆ´‰Y´Yb8±¼OÁ†8O‘ŒbŒO†Á´‘ŒYbb´¼8´œ´OŒ8†Y8Yb´¡ †œœÁ†´‰¼±8F8„8±€8VbŒ¼ŒOb´VÁŒb´œbO¼±Ybb´bÉO†ÁY ¦Áb bŒOÁbŒ¼±8 ÁŒ b´œ8O Yb ±bœ±b´bŒ¼8O‘Œ bŒ b† Y´OÁ±´ œœÁ†´¼8 ÊV œ± † ¼8Œ¼V ÁŒ8 n±‰8 Yb bÉ´¼bŒO8 œ±¼8Y±8 Yb ÁŒ OÁb´¼Œ8‰bŒ¼ « ´OÁ±´œ†€¼ObYbŒ¼Y8Yb´œ†€¼O8´Uœ±YÁOO‘ŒV8±¼OÁ†8O‘ŒÊ±bObœO‘ŒbŒ†8´ F±8´Yb †´b2b±‘ŒÊ ±Œb´¼8O†8Á¬VbŒ Á8Yb±Œ´YbYb8´, vol. 4, núm. 4, 2010, pp. 1-22. 59  +bF8´¼9Œ 8±±´V«ŒO†Á´‘Œ±8YO8†ÊOŒqO¼bŒ†8OŒ´¼¼ÁO‘ŒYb†œÁbF†œœÁ†´ta”, en CONoŒb´, vol. 2, núm. 3, 2006, pp. 65-73. 60  8Œ¼b±ÇbŒO‘ŒO±€¼O8Yb 8±±´´b±tŒ8bŒ´Áœ±bOÁœ8O‘Œœ±†8ŒÇb´¼t8O‘Œ b‰œ€±O8ž|´¼‘±O~œ†€¼O8Ÿ¦Áb¼±8´¼O8†8OŒotÁ±8O‘Œ¼b‘±O8¡ 61 La similitud de algunos aspectos de las teorías de Rancière ha sido reconocida por el propio Laclau en La razón populista… 62 Sebastián Barros, “Espectralidad e inestabilidad institucional. Acerca de la ruptura populista”, en Estudios Sociales, vol. 30, núm. 1, 2006, p. 152.

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8†8O‰ÁŒY8Yž8†¦ÁbYbO‰ÂŒ¼bŒb†8O‰ÁŒY8YŸ¡8ŒO‘ŒYb heterogeneidad adquirirá un estatus relevante para pensar los modos en que esos sin-parte que ingresan en la escena política63œŒbŒYb‰8Œob´¼ †8YF†bOŒ´¼¼ÁO‘ŒYb†œÁbF†O‰œ8±¼bʼY¡64 Alejandro Groppo65 ¼8‰FcŒ|8±bœ8±8YbŒ†8œ¼bŒO8Ybb´|b¼b±tcŒb8†±YbŒ¦ÁbO‰ †´ÁF†‰bbŒ8Œ¼¼bŒbÁŒ8O8œ8OY8YYbY´†O8O‘ŒÊ´bÁFO88†‰´‰¼b‰œYbŒ¼±ÊnÁb±8Yb†±YbŒ´‰F‘†O¡ †œœÁ†´‰V8„ÁOYb ±œœVŒO±œ±8b´¼8Y‰bŒ´‘Œ¡,8Œ¼ 8±±´O‰±œœ´bObŒ¼±8Œ bŒŒ¼b±œ±b¼8±†´bnbO¼´Ybb´¼8ŒO†Á´‘Œœ8±8†8¦ÁbV8´ÁO±¼b±VYbFb±€8±b´b±Ç8±´b†8œ8†8F±8œœÁ†´‰¡8Çb± 8†´8¼8‰FcŒ|8Ob|ŒO8œc bŒb´¼8Y‰bŒ´‘ŒYb«ŒO†Á´‘Œ±8YO8†¬Yb†œœÁ†´‰Vœb±´Á8œ±¼b´b ObŒ¼±8bŒ´O†tÍ8±†8ŒO‘Œ‰bY8Œ¼b†8¼±t8O‘ŒYbÁŒOŒ¼bŒY8 †8ŒO‘ŒYbœÁbF†YbŒ´œ±8O‘Œt±8‰´O8Œ8U«†8´¼±8YOŒb´œœÁ†8±b´ œ8´8Y8´œ±b†o†¼±Yb†FÁbŒ´bŒ¼Y¬¡66 ´¼´tŒoO8±€8´8O8±8†8¼b±€8Yb ´Án±‰8†Y8YÊVbŒOb±¼´bŒ¼YVYb†¼b±±bŒœ´nÁŒY8OŒ8†Vœb±F±ŒY8 O†8Çb´œ8±8†8ŒÇb´¼t8O‘Œb‰œ€±O8´F±b†´´Á„b¼´´O8†b´¡ Benjamín Arditi, por su parte, ha desarrollado parte de su obra en diálogo con y contra Laclau.67 Œ†¦ÁbŒ´OÁœ8VbŒÁŒ8bɼbŒ´8±b´bŽ8 de La razón populista, Arditi68 repara en la triple sinonimia de populismo, hegemonía y política y, además, lanza un conjunto de observaciones  +bF8¼9Œ 8±±´V«+8†±Yb†nŒYYb†b´ObŒ8±´O8†U´F±b†8|b¼b±tbŒbY8Yʆ8 b´œbOoOY8YYb†œœÁ†´‰¬VbŒPensamento Plural, núm. 5, 2009, pp. 11-34. 64  +bF8´¼9Œ 8±±´V«(œÁ†´‰VœÁbF†Ê†Yb±8ÍtbŒωc±O88¼Œ8¬VbŒ †‰F8 InternacionalVŒÂ‰¡gÀVÀΗsVœœ¡À·~½ÎÀ¶b±8±YÏFÊ 8±†c´V+bF8´¼9Œ 8±±´ ÊÁ†9Œb†‘V«8´F±bO|8´Yb†œÁbF†¬VbŒ*bqbɐŒb´´F±bYbŒ¼Y8Yb´œœÁlares y populismo, Buenos Aires, UNGS-UNDAV, 2013. 65 Alejandro Groppo, “El populismo y lo sublime”, en Studia Politicae, núm. 2, 2011, pp. 39-58; Groppo, Los dos príncipes… 66  8Çb± 8†´8V«8´Y´†‘tO8´Yb†œœÁ†´‰V´ÁY´±Áœ¼ÇY8Yʆ8b´¼±8¼bt8´O8†´¼8¬V en *bÇ´¼8Yb bŒO8´+O8†b´, vol. 17, núm. 2, 2010, p. 19. 67  ϱY¼|8bŒnO8Y†8‰8ʐ±€8Yb´Á´O±€¼O8´bŒb†¼±8¼8‰bŒ¼Yb|btb‰Œ€8¦ÁbV œ±bɼbŒ´‘ŒV¼8‰FcŒ8†O8ŒÍ8bŒOb±¼‰Y8†œœÁ†´‰¡(8±8ÁŒ8Œ9†´´Yb8‰F´8Á¼±b´U(8Á† È‰8ŒV«,|´Y´8t±bb‰bŒ¼´Œ¼ŒbU¼|bœœÁ†´‰´n8O†8ÁV Rancière and Arditi”, en Social Semiotics, vol. 17, núm. 4, 2007, pp. 539-545. 68  bŒ„8‰€ŒϱY¼«(œÁ†´‰´|btb‰ŒÊ´œ†¼O´§Œ ±Œb´¼8O†8Á®´ŒPopulist Reason”, en Œ´¼b††8¼Œ´, vol. 17, núm. 3, 2010, pp. 488-497. 63

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agudas. Al igual que Sebastián Barros69Êb±8±YÏFÊ 8±†c´V70 señala el b´O8´Yb´8±±††Yb†8ŒO‘ŒYbplebs desde una perspectiva rancièriana y propone rescatar el populismo a partir de tres modalidades “con respec¼Yb†8œ†€¼O8Yb‰O±9¼O8‰Yb±Œ8UO‰ÁŒ‰YYb±bœ±b´bŒ¼8O‘ŒV como un síntoma, y como un reverso”.71 Arditi objeta, además, el tratamien¼Yb†8otÁ±8Yb††€Yb±¦Áb|8Ob†8¼b±€88†Y†Á±†bŒÁŒ´tŒoO8Œ¼bžÁŒ nombre pero que además es el nombre de alguien). Asimismo, otro de los puntos problemáticos se origina a juicio de Arditi en el tratamiento del proOb´Yb8±¼OÁ†8O‘ŒYbYb‰8ŒY8´Ê†8œ±YÁOO‘ŒYbÁŒY´OÁ±´b´¼8F†b (y una subjetividad popular) que no se desarrolla e invisibiliza otros moY´Yb8OO‘Œœ†€¼O8b‰8ŒOœ8¼±8¡72 Francisco Panizza73|8Yb´8±±††8YÁŒ88tbŒY8´F±b†8±b†8O‘ŒYb† populismo con la democracia en gran medida a partir de los trabajos de Laclau. El autor propone atender cuatro dimensiones involucradas en la ¼b±€8Yb†œœÁ†´‰U†8±b¼‘±O8V†8n±‰8Yb±bœ±b´bŒ¼8O‘ŒV†8œ†€¼O8 ʆŒ±‰8¼ǐ¡ Œ¼8Œ¼†8Y‰bŒ´‘Œ±b¼‘±O8b´Œ´´†8Ê8F†bVb†8Á¼±V Yb ±tbŒ Á±ÁtÁ8ʐV œ±œŒb ±bnb±± 8 «Œ¼b±ÇbŒOŒb´ œœÁ†´¼8´¬ œ± œ8±¼bYbb´¼±8¼bt8´YbOb±¼´†€Yb±b´¦ÁbœÁbYbŒ´b±8±¼OÁ†8Y8´bŒYnb 8±±´V«ŒO†Á´‘Œ±8YO8†h¬¡  b±8±YÏFÊ 8±†c´V«8Yb‰O±8¼Í8O‘ŒFb†tb±8Œ¼bYb†œœÁ†´‰¬VbŒDebate. *bÇ´¼8Yb†8Ï´8‰F†b88OŒ8†Yb(8Œ8‰9, Panamá, 2007, pp. 47-58. 71 Benjamín Arditi, “El populismo como espectro de la democracia: una respuesta a Canovan”, en *bÇ´¼8bÉO8Œ8Yb bŒO8´(†€¼O8´Ê+O8†b´, vol. 47, núm. 191, 2004, p. 66. Si bien el artículo de Arditi es de 2004, toma consideraciones del mimbYb«(œÁ†´‰U¦ÁcŒ´YObb†Œ‰F±b¬Vœ±b´bŒ¼8Yœ±8O†8ÁbŒÀÎÎÀÊœ±gramático de La razón populista¡,8‰FcŒU bŒ„8‰€ŒϱY¼«(œÁ†´‰O‰œb±nbria interna de la política democrática”, en e-L@tina, vol. 2, núm. 6, 2004, pp. 63-80. 72  bŒ„8‰€ŒϱY¼V«8´Œ´Á±tbŒO8´Œ¼bŒbŒÁŒœ†8ŒVb††8´´Œb†œ†8ŒUœb±n±‰8¼ǐ´ políticos y mediadores evanescentes en 2011”, en Debate Feminista, núm. 46, 2012, œœ¡—s¸~—¸¶ bŒ„8‰€ŒϱY¼V«,|bœbœ†b8´*b~œ±b´bŒ¼8¼Œ8ŒYbÇbŒ¼¬VbŒThe promise and perils of populism. Global perspectivesV-ŒÇb±´¼Ê(±b´´nbŒ¼ÁO…ÊVbÉŒgton, KY, 2014, pp. 91-112. 73  ±8ŒO´O(8ŒÍÍ8V«¨ b¦Ác|8F†8‰´OÁ8ŒY|8F†8‰´YbœœÁ†´‰§­m9´œœÁ†´¼8´b±9¼Á8FÁb†8l®¬VbŒRecso, núm. 2, 2011, pp. 15-37; Francisco Panizza, “Fisuras bŒ¼±b œœÁ†´‰ Ê Yb‰O±8O8 bŒ ωc±O8 8¼Œ8¬V bŒ Stockholm Review of Latin American Studies, vol. 3, 2008, pp. 81-93; Francisco Panizza [ed.], El populismo como b´œb„Yb†8Yb‰O±8O8, Buenos Aires, FCE, 2009. 69 70

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±bŒ¼b´‰‰bŒ¼´8Œ¼b´¦ÁbFÁ´O8±8O¼±b´±bt€‰bŒb´YboŒY´O‰ œœÁ†´¼8´¡8±b¼‘±O8œœÁ†´¼8VO‰Œ¼b±ÇbŒO‘ŒVb´¼9ŒÇ†ÁO±8Y8bŒ el intento de representar al pueblo (versus un enemigo/adversario) y, como ¼8†Vœ8±¼bYb†8œ†€¼O8V‰bŒ¼±8´¦Áb†8±b†8O‘ŒbŒ¼±bœœÁ†´‰ÊYb‰O±8O8ŒœÁbYbb´¼8F†bOb±´b8œ±±ÊYbœbŒYb±9YbO8Y8OŒ¼bɼ¡ Sin embargo, Panizza hace el intento (como a su modo Barros) de incluir †8Œ±‰8¼ÇY8YbŒb†b´¦Áb‰8n±‰8†Yb8O†8Á¡ †œœÁ†´‰Œ´b±€8V bŒ¼ŒOb´V†88±¼OÁ†8O‘ŒYbOÁ8†¦Áb±Yb‰8ŒY8´Œ8¦Áb††8¦Áb¼b‰8¼Í8 «†8b¦ÁY8Y¬O‰´bŒYÇ†8Y8Ê8´b8bŒ´ÁY‰bŒ´‘Œœ†€¼O8ž|8Ê œ8±¼bŒ±bœ±b´bŒ¼8Y8Ÿ´ÁY‰bŒ´‘Œ´ObOŒ‘‰O8ž|8Êœ8±¼b¦Áb Œ±bOFb´Áœ8±¼bŸ8O¼Ç8ŒY8´€†8nÁŒO‘Œ±bYbŒ¼±8Yb†œœÁ†´‰¡74 Y´¼œ´YbœœÁ†´¼8´V8†‰bŒ´VY´¼œ´Yb8œb†8O‘ŒœœÁ†´¼8UÁŒ b´8Œ¼´´¼c‰OVYb‰8ʐ±€8´Vœ†8±Í8YÊF8´8YbŒ†8†‘tO8Yb†´8Œ¼8tŒ´‰´VYb´œ±Ç´¼´YbOÁ8†¦Áb±¼œYb‰bY8O‘ŒŒ´¼¼ÁOŒ8† valorativa. El otro es una mezcla de políticas pragmáticas y redentoras que, ‰bŒ¼±8´YbŒÁŒO8†8´n8††8´Yb†±YbŒYb‰O±9¼OÊ†8´†‰¼8OŒb´Yb †8´ Œ´¼¼ÁOŒb´ œ8±8 YboŒ± b† Çb±Y8Yb± ´tŒoO8Y Yb †8 Yb‰O±8O8V ±bnÁb±Í8b†œ†Á±8†´‰Yb‰O±9¼OY8ŒYǐÍ8†´bÉO†ÁY´ÊO±b8ŒYV en el proceso, un demos más inclusivo.75

b±8±YÏFÊ 8±†c´VYbÁŒ‰Y´‰†8±8 bŒ„8‰€ŒϱY¼V|8bŒnO8Y´ÁY9†tOŒ8O†8Á8œ8±¼±YbY´OÁ¼±†8ŒO‘ŒYb|btb‰Œ€8¡ Al igual que Barros, sus contribuciones provienen de poner en práctica b†8ŒY8‰8„b¼b‘±Oœ8±8b†b´¼ÁYYbœ±Ob´´œ†€¼O´žbŒ´ÁO8´†8´ identidades políticas radicales y peronistas en Argentina76). En un trabajo de 2005,77ÏFÊ 8±†c´±bOÁœb±8†´8±tÁ‰bŒ¼´Yb8O†8ÁOŒ¼±8†8O±€¼O8  8±t8±b¼ 8ŒÇ8ŒV«,±Á´¼¼|bœbœ†bl(œÁ†´‰8ŒY¼|b¼Èn8Ob´nYb‰O±8OʬVbŒ Political Studies, vol. 47, núm. 1, 1999, pp. 2-16. 75  (8ŒÍÍ8V« b¦Ác|8F†8‰´OÁ8ŒY|8F†8‰´YbœœÁ†´‰h¬Vœ¡½s¡ 76  b±8±YÏFÊ 8±†c´V8´Y´n±Œ¼b±8´Yb†8Yb‰O±8O88±tbŒ¼Œ8U†8±bYboŒO‘Œ de las identidades políticas de Alfonsín a MenemVœ±‘†¡Yb ±Œb´¼8O†8ÁV*´8±V Homo Sapiens, 2001. 77  b±8±YÏFÊ 8±†c´V«(œÁ†´‰ÊYb‰O±8O8bŒ†8ϱtbŒ¼Œ8OŒ¼b‰œ±9Œb8¡ Œ¼±bb†|btb‰Œ´‰Ê†8±bnÁŒY8O‘Œ¬VbŒEstudios Sociales, vol. 28, núm. 1, 2005, pp. 125-149. 74

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de Carlos Vilas78ÊYboŒb8†œœÁ†´‰O‰«ÁŒ‰bO8Œ´‰b´œbO€oOYb tb´¼‘ŒYb†8¼bŒ´‘ŒbŒ¼±b†88o±‰8O‘ŒYb†8œ±œ8YbŒ¼Y8YYnb±bŒO8† ʆ8œ±b¼bŒ´‘ŒYbÁŒ8±bœ±b´bŒ¼8O‘Œ|btb‰‘ŒO8Yb†8´ObY8Y¬¡79 Así, b†œœÁ†´‰bɜ±b´8b´8¼bŒ´‘ŒbŒ¼±b´b±ÁŒb´œ8OYbOŒ´¼±ÁOO‘Œ |btb‰‘ŒO8OŒœ¼bŒO8†Yb‰O±9¼OÊYbÇbŒ±Ybhegemonismo como bɜ±b´‘ŒYbÁŒOb±±bbÉO†ÁÊbŒ¼bbŒ¼±Œ8ÁŒœÁbF†œ8±¼OÁ†8±žOÁ8Œdo la plebs pretende ser populusÊŒbt8†8bÉ´¼bŒO8†bt€¼‰8Yb¼±8´ partes de la comunidad).80 El populismo sería, entonces, un modo especíoOYb¼±8F8„8±b´¼8¼bŒ´‘ŒbŒ¼±b†œ8±¼OÁ†8±YbÁŒ8YbŒ¼Y8Yœ†€¼O8Ê ´ÁOŒ¼bŒYÁŒÇb±´8†ž´ÁYbÇbŒ±|btb‰‘ŒOŸ¡ ´¼8¼bŒ´‘ŒbŒ¼±bÁŒ8 Y‰bŒ´‘ŒYb±Áœ¼Á±8ÊÁŒ8nÁŒY8OŒ8†b´ÁŒ8Yb†8´O8Á´8´Yb†8±b†8O‘Œ compleja (aunque no contradictoria) entre populismo y democracia (o populismo e instituciones).818Y‰bŒ´‘ŒYb±bŒ´¼¼ÁO‘ŒYb†œœÁ†´‰ ´b ´´†8Ê8V œ8±8 ÏFÊ 8±†c´V bŒ n8ǐ± Yb† 8ObŒ¼ œ± †8 Y‰bŒ´‘Œ rupturista del populismo en la teoría de Laclau. Es evidente que Laclau no tŒ±8†8Y‰bŒ´‘ŒYb±bOŒ´¼±ÁOO‘ŒYb†±YbŒœ±œ8±¼bYb†œœÁ†´‰ œb±V8„ÁOYbÏFÊ 8±†c´V†OŒOFbO‰b†‰YYb±b8†Í8O‘ŒYb la plebs en el populus de manera tal que lo vuelve “peligrosamente autoritario”.82+O‰œ†8Œ¼b8b†8Á¼±Vb†œœÁ†´‰b´ÁŒ8n±‰8Œb´¼8F†bYb ŒbtO8O‘ŒbŒ¼±bÁŒ8plebs (que no siempre es la misma) y el populus,  8±†´2†8´V«¨(œÁ†´‰´±bOO†8Y´Œb†Fb±8†´‰8´bO8´§ †‰¼Yb†­ŒbœœÁ†´‰®†8¼Œ8‰b±O8Œ¬VbŒ*bÇ´¼82bŒb͐†8Œ8Yb OŒ‰€8Ê bŒO8´+O8†b´, vol. 9, núm. 3, 2003, pp. 13-36. 79  ÏFÊ 8±†c´V«(œÁ†´‰ÊYb‰O±8O8h¬Vœ¡—sp¡ 80  ÏFÊ 8±†c´V«8Yb‰O±8¼Í8O‘ŒFb†tb±8Œ¼bh¬¡ 81  b±8±YÏFÊ 8±†c´¬V«8´Y´O8±8´Yb8ŒU8Ob±O8Yb†8O‰œ†b„8±b†8O‘ŒbŒ¼±b populismo e instituciones políticas, en Pensamento Plural, núm. 7, 2010, pp. 21-40. 82  Œb´¼b8±tÁ‰bŒ¼VÏFÊ 8±†c´´tÁb8 ‰†Ybœ†8V«8†¼‰8Á¼œ€8¡*bqbɐŒb´ sobre la teoría del populismo de Ernesto Laclau”, en Claudia Hilb [comp.], El político Êb†ObŒ¼€oO¡‰bŒ8„b8Á8Œ 8±†´(±¼8Œ¼b±, Buenos Aires, Siglo XXI, 2009, œœ¡—·~ÀÀΡφ†€´b8±tÁ‰bŒ¼8¦Ácb´†8†‘tO8Yb†8|btb‰Œ€8t±8‰´O8Œ8†8¦Áb OŒYÁObbŒb†O8´Yb†œœÁ†´‰8ÁŒ8´8†Y88Á¼±¼8±8YŒYb´‘†±tb†8ǐ†ÁŒ¼8Y del líder. Un análisis de la democracia en la obra de Laclau puede verse en Julián Melo Êb±8±YÏFÊ 8±†c´V«8Yb‰O±8O8±8YO8†Ê´Á¼b´±œb±YYUÁŒ¼Œb±8±Œtelectual de Ernesto Laclau”, en POST8¼8U*bÇ´¼8Yb*bqbÉ‘ŒÊό9†´´(†€¼O, vol. 19, núm. 2, 2014, pp. 395-427. 78

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las consecuencias sobre la democracia serían contingentes.83 Javier Balsa,84 Yb8†tŒ‰Y8†OŒ¼±8±YbÏFÊ 8±†c´V†bF„b¼888O†8ÁOb±¼8œc±YY8Yb±8YO8†Y8YbŒb†Œ¼bŒ¼Yb¼±8Œ´n±‰8±†8plebs en populus. Para 8†´8V´|8ÊÁŒ8œc±YY8Yb†8n±Œ¼b±88Œ¼8t‘ŒO8žÁŒŒ¼bŒ¼YbŒO†Á±8† 8Œ¼8tŒ´¼8ŸVbŒ¼ŒOb´†8OŒ´¼±ÁOO‘ŒYbÁŒœÁbF†´bÇÁb†Çb‰œ´F†b ÊOŒb††´bœb±Ybœ¼bŒO8†Yb±8YO8†Y8YbŒ†8´¼±8Œ´n±‰8OŒb´´O8les. Lo que se juega en el debate son dos consecuencias de la teoría para †8œ†€¼O8¡8‰8ʐ±Œ¼bŒ´Y8YYb†8n±Œ¼b±8Œ¼b±Œ8Yb†8Œ¼8tŒ´‰b´ nÁŒOŒ8†8ÁŒ8œ†€¼O8‰9´±8YO8†bŒ¼8Œ¼‰8Œ¼bŒb†8Ynb±bŒO8Œ¼b±Œ8 ´Œb´œ8OYb±bOŒO†8O‘Œ¡8F´¦ÁbY8Yb†YbÇbŒ±populus implica ÁŒ8n±‰8Yb±bœ±b´bŒ¼8O‘ŒYb†8¼¼8†Y8YnÁŒOŒ8†8‰8ʐ±œ†Á±8†´‰¡ 8´n±Œ¼b±8´Vœ±´ÁœÁb´¼V´Œ|´¼‘±O8´bŒb´¼8F†b´¡

Œ¼bɼ´‰9´±bObŒ¼b´VÏFÊ 8±†c´œ±nÁŒYÍ8b´¼8Y´¼ŒO‘ŒÊ±bOŒOb¦ÁbŒ¼Y8YbŒ¼Y8Y¼bŒbÁŒ8œ±b¼bŒ´‘Œ|btb‰‘ŒO8Êœ±œne distinguir entre identidades totales, identidades parciales e identidades OŒœ±b¼bŒ´‘Œ|btb‰‘ŒO8Yb8OÁb±YOŒb†‰YYbœ±Ob´8±†8±b†8O‘ŒbŒ¼±b†8œ8±¼bÊb†¼YYb†8O‰ÁŒY8Y¡85 En este proceso de pensar †8OŒ´¼±ÁOO‘ŒYbÁŒ8YbŒ¼Y8Y8œ8±¼±Yb†88±¼OÁ†8O‘Œb¦ÁÇ8†bŒO8† YbYb‰8ŒY8´ž8tbŒ¼b´Ÿ8Y¦Áb±bObŒ¼±8†Y8YŒ´‘††8bɜ8Œ´‘ŒYb†8 cadena de equivalencias sino la intensidad de estas equiparaciones y su contenido.86 Œb´¼8´Œ¼Œ€8V8Á¼±b´O‰ 8Œb†YbbŒYŒQ887 tamFcŒœŒb±bœ8±´bŒ†8OŒObœO‘ŒYb†88±¼OÁ†8O‘ŒYbYb‰8ŒY8´œ±b b±8±YÏFÊ 8±†c´V«(œÁ†´‰ÊYb‰O±8O8†Fb±8†¡-Œ8¼bŒ´8±b†8O‘Œ¬VbŒIdentidades, ´´b±ÀV8Ž¸VÀΗ¸Vœœ¡p~À¸¡ 84 Balsa, op. cit. 85  b±8±YÏFÊ 8±†c´V« b†œœÁ†8±8†œœÁ†´¼8b†ŒOb±¼YbÇbŒ±Yb†8plebs”, bŒÏFÊ 8±†c´V 8±±´Êb†Vop. cit. 86  -Œ´Átb±bŒ¼bbŒ´8ʐ´F±b†8OÁb´¼‘ŒYb†8Yb‰8ŒY8bŒ†8F±8Yb8O†8Á´bbŒcuentra en Santiago Carassale, “La demanda de la demanda. La mirada del espectro”, en Julio Aibar [comp.], 2ÉœœÁ†¡(œÁ†´‰ÊYb‰O±8O8bŒωc±O88¼Œ8, cÉOV†8O´VÀÎη¡,8‰FcŒ8±¼€Œ*b¼8‰ÍV«8´Yb‰8ŒY8´´O8†b´Êb†b´¼ÁY de los movimientos sociales”, en Œ¼8YbbFV*bÇ´¼8Yb œ´¼b‰†t€8Yb†8´

bŒO8´+O8†b´, núm. 35, 2009, pp. 110-127. 87  8Œb†YbbŒYŒQ8V«(œÁ†´‰O‰ǐŒ¼8YbYbYb‰O±8O8¬VbŒ †‰F8Œ¼b±nacional, núm. 82, 2014, pp. 51-70. 83

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´bŒ¼b´bŒÁŒ8´ObY8YO‰œ±bOŒYO‘ŒYb†œœÁ†´‰¡(8±8b†8Á¼± F±8´†bŽVb´œ´F†bœbŒ´8±†8†‘tO8œœÁ†´¼8¼8‰FcŒYb´Yb8±±F8|8O8 8F8„8œ8±¼±Yb†8Œ¼b±ÇbŒO‘ŒYb††€Yb±¡

ALGUNAS CONCLUSIONES Y UNA AGENDA ABIERTA ´¼±8F8„´¦Áb|b‰´±bÇ´8Yœ8±¼bŒYbÁŒ8OŒ´Yb±8O‘ŒO±€¼O8Yb†´ 8Œ9†´´Yb8O†8ÁžO±€¼O8VO†8±VbŒb†OŒObœ¼œ±bO´Yb†¼c±‰ŒbŒ †8 ¼±8YO‘Œ o†´‘oO8 Œ8ÁtÁ±8Y8 œ± 8Œ¼Ÿ 8Œ O‰œ8±¼bŒY 8†tÁŒ´ O‰œ±‰´´ OŒ´¼¼ÁÊbŒ¼b´ Yb† œ8±8Yt‰8 œ´nÁŒY8OŒ8†V œ´‰8±É´ta o posestructuralista. Las intervenciones que hemos revisado trabajan ž8ÇbOb´‰œ†€O¼8ʐ¼±8´bɜ†€O¼8‰bŒ¼bŸbŒ†´¼±b´O8‰œ´¦Áb|b‰´ YbŒ¼oO8YU†8œ±YÁOO‘ŒYb†±YbŒ´O8†ž†œ†€¼OŸV†8´n±‰8´Yb †8œ†€¼O8ʆ8OŒ´¼¼ÁO‘ŒYb†8´YbŒ¼Y8Yb´O†bO¼Ç8´¡ ´8´€¦ÁbÁŒ8 crítica constituida, en un lugar común, es la necesidad de evitar caer en la ¼bŒ¼8O‘Œ´ŒŒ€‰O8Ybb¦Áœ8±8±œ†€¼O8VœœÁ†´‰Ê|btb‰Œ€8ž 8±±´VϱY¼VÏFÊ 8±†c´Ÿ¡ ‰†´8Á¼±b´|8Œ‰´¼±8Y|8Ê´F±8Y8´ ±8͐Œb´œ8±8b´¼8F†bOb±Y´¼ŒOŒb´bŒ¼±bb´¼´¼c±‰Œ´¦Ábœb±8ŒYb ‰8Œb±8Ynb±bŒ¼bÊ8´b8¦Áb´b¼±8¼bYb8F±Y8±†8OŒ´¼¼ÁO‘ŒYb†±YbŒV las estrategias (o los modos de hacer) política o los modos de producir identidades.

†œœÁ†´‰VO‰ÁŒ‰YYbŒO†Á´‘Œ±8YO8†¦ÁbœŒbbŒOÁb´¼‘Œ†´†€‰¼b´Yb†8O‰ÁŒY8YV|8´YÁŒ8O†8ÇbŒ¼b±œ±b¼8¼Ç8±bOÁ±±bŒ¼b8†8ÇbͦÁbF†t88œŒb±8¼bŒO‘ŒbŒb†OŒ¼bŒYYb†8´8±¼OÁ†8OŒb´¡ ´¼¼bŒbY´bnbO¼´Vœ±ÁŒ†8Yœ±œŒb†8´8†Y8Yb†n±‰8†´‰ en que Laclau sitúa su teoría proveyendo un contenido (aunque variable) propio del populismo: “los de abajo”, “las tradiciones populares”, «†´ bÉO†ÁY´¬  «†´ ´Œ œ8±¼b¬¡ (± † ¼8Œ¼ Œ OÁ8†¦Áb± 8±¼OÁ†8O‘Œ YbYb‰8ŒY8´bŒ¼±Œ8ÁŒ´tŒoO8Œ¼bÇ8O€¦Ább´¼8F†bÍO8ÁŒ8n±Œ¼b±8 en la sociedad podrá ser llamada populismo sino una variante particular de †8†‘tO8œ†€¼O8¦ÁbœYb‰´YboŒ±O‰|btb‰‘ŒO8¡(±¼±†8YV† anterior nos lleva a la necesidad de pensar en ese orden intervenido por

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†8†‘tO8œœÁ†´¼8¦ÁbŒÇO8†8¼±8Y‰bŒ´‘ŒYb†œœÁ†´‰V¦ÁbÏFÊ

8±†c´††8‰8VnÁŒY8OŒ8†´‰±btbŒb±8OŒ´‰88 (un modo de cierre †ÁbtYb†‰‰bŒ¼Yb†œ†€¼OŸVb´YbO±V†8ŒÁbÇ8Œ´¼¼ÁO‘ŒYbb´b ±YbŒ¡ ‘¼b´b ¦Áb |8F†8‰´ Yb Œ´¼¼ÁOŒb´V œ± † ¼8Œ¼ b´ 8F´Á±Y acusar al populismo de anti-institucionalismo, en todo caso nos queda œ±bÇ8†Á8±|´¼‘±O8Êb‰œ€±O8‰bŒ¼b†8†bt¼‰Y8YÊnÁŒOŒ8‰bŒ¼Yb †8´Œ´¼¼ÁOŒb´O±´¼8†Í8Y8´O‰´Á¼Á±8Yb†8±±ÁœO‘ŒœœÁ†´¼8¼8Œ¼ O‰8¦Áb††8´¦ÁbbnbO¼Ç8‰bŒ¼bb†œœÁ†´‰OÁb´¼Œ8Ê8‰bŒ8Í8¡ ´ œ±bO´Œ¼8±¦Áb´ŒY´†´œ±F†b‰8´¦Áb´bO±ÁÍ8ŒV†8OŒ´¼±ÁOO‘ŒYb ÁŒ±ct‰bŒœ†€¼OÊ†8œ±YÁOO‘ŒYbYbŒ¼Y8Yb´O†bO¼Ç8´Vœb±8‰F8´O‰œ8±¼bŒ¦Ább†±b´Á†¼8YYb†œœÁ†´‰±b8†‰bŒ¼bbÉ´¼bŒ¼bb´Yb O8±9O¼b±|´¼‘±OVŒ|8ÊŒ8Y8bŒb†œœÁ†´‰¦ÁbOŒYÁÍO8ŒbOb´8±8mente a regímenes o identidades democráticas, ni nada que las condene al autoritarismo en ambos planos. 8 †‘tO8 Yb †8 8±¼OÁ†8O‘Œ Yb Yb‰8ŒY8´ YbFb ´b± O‰œ†b„Í8Y8¡ Aceptar las demandas como unidades mínimas de análisis es perder un gran potencial en el estudio de los procesos políticos. Precisamente estas Yb‰8ŒY8´ž¦Áb8†´b±8±¼OÁ†8Y8´´b¼±8Œ´n±‰8Œœ±†´bnbO¼´ŒYbÉ8†b´ Êbɜb±bŒO8†b´¦Áb8F±bb†Y´OÁ±´Ÿ´Œœ±¼8Y±8´Yb|´¼±OY8YÊ œ±YÁO¼Ybœ±Ob´´Ybœ±YÁOO‘ŒYb´ÁF„b¼ÇY8Yb´bŒb†¦ÁbŒ¼b±ÇbŒbŒYnb±bŒ¼b´Y´œ´¼ǐ´Yb´ÁF„b¼Ç8O‘ŒžYbœ±YÁOO‘ŒYb†Yb´b¹ Yb‰8ŒY8Ÿ¡ Œb´¼b´bŒ¼YVO±bb‰´V8œÁŒ¼8ÏFÊ 8±†c´8†YbŒ¼oO8±†8 necesidad de estudiar la intensidad de las demandas (o del daño), que además es necesario estudiar el modo en que las demandas se articulan ‰9´8††9YbÁŒb´¦Áb‰8b¦ÁÇ8†bŒO8†¦Ábn±bObÁŒ8‰8tbŒYb¼Y8´ las demandas en igualdad de posiciones en el discurso. Más que una caYbŒ8bŒ¦Áb†´b´†8FŒb´¼bŒbŒÁŒ‰´‰b´¼8¼Á´žbÉObœ¼b†¦Ább´ ÁŒÇb±´8†Í8YŸb´œ±bO´œbŒ´8±bŒO‘‰´bOŒn±‰8b´b±8O‰O8†bY´O‘œObŒb´¼8F†bYbYb‰8ŒY8´¡ ŒOŒ´bOÁbŒO8V8†b´¦Áb‰8†8clauniano de demandas que se equiparan horizontalmente y una de ellas se vacía parcialmente es preciso agregarle al menos otros dos esquemas  b±8±YÏFÊ 8±†c´V«(œÁ†´‰V±btbŒb±8OŒ´‰ÊYb‰O±8O8¬VbŒPOSTData: ReÇ´¼8Yb*bqbÉ‘ŒÊό9†´´(†€¼O, vol. 15, núm. 1, 2010, pp. 11-30.

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O‰œ†b‰bŒ¼8±´¡ †œ±‰b±VO‰bɜŒb 8Œb†YbbŒYŒQ8VOÁ8ŒY †8Yb‰8ŒY8´bOŒ´¼±ÁÊb8œ8±¼±Yb†8œ±Ç´‘ŒYb†Y´OÁ±´œ±œ8±¼b Yb†œœÁ†´‰¦Ábn±bObÁŒ‰8±OYb´bŒ¼YO8œ8ÍYb´tŒoO8±ÁŒ8 ´¼Á8O‘ŒYb´ÁF8†¼b±ŒY8YO‰Œ„Á´¼8Ê´bŒYbÁŒ8Yb‰8ŒY8¡‘¼b´b ¦Áb8¦Á€†8Yb‰8ŒY8ŒbÉ´¼bO‰¼8†œ±bÇ8‰bŒ¼b8†8Œ¼b±ÇbŒO‘ŒYb† Y´OÁ±´œœÁ†´¼8¦Áb†8OŒotÁ±8žœb±Œ†8ŒÇbŒ¼8ŸbŒ¼8Œ¼†8´tŒoO88œ8±¼±YbÁŒ8†‘tO8YbYb±bO|´Yb„Á´¼O8´O8†¡ †´btÁŒY‰Y ´bO±±b´œŒYbOŒÁŒ8n±‰8b´œbOÁ†8±YbOŒ´¼¼ÁO‘Œ¡Ï†8‰8Œb±8Yb†

´¼8YYb†b´œb„bŒ8O8ŒV†8OŒ´¼±ÁOO‘ŒYbÁŒ8YbŒ¼Y8YŒ±b¦Áb±±€8YbÁŒ8±b†8O‘Œb¦ÁÇ8†bŒO8†bŒ¼±b†8´Yb‰8ŒY8´´Œ¦ÁbœY±€8´b± b†±b´Á†¼8YYb†±bOŒO‰bŒ¼8¼±8Çc´Yb†8±bœ±b´bŒ¼8O‘Œn±bOY8œ± b†Y´OÁ±´œœÁ†´¼8žYbŒ¼oO8O‘Œ‰8tŒ8±8Ÿ¡ ´¼b´btÁŒYb´¦Áb‰8 8Obœ¼8¦ÁbœÁbY8ŒbÉ´¼±Yb‰8ŒY8´Ê88±±„8Y8´bŒb†b´œ8OœÂF†O œb±¦Áb´Á8±¼OÁ†8O‘ŒœÁbYbŒ±b´œŒYb±8†8ÁŒÇb±´8†Í8O‘ŒYbÁŒ8 Ybb††8´´Œ8†8±±ÁœO‘ŒYb†b´œb„¦Ábœb±‰¼bb†±bOŒO‰bŒ¼Yb †8´ œ8±¼b´ O‰ ÁŒ8 ¼¼8†Y8YV b´ YbO±V ÁŒ œ±Ob´ Yb YbŒ¼oO8O‘Œ Ê œ±YÁOO‘ŒYbÁŒ8´ÁF„b¼ÇY8YO†bO¼Ç8¡ Ï´€O‰b´œ±bO´œ±nÁŒYÍ8±†8¼b±€8Yb†8´Yb‰8ŒY8´Ê†8´ÁF„b¼ÇY8YbŒ†8¼b±€8Yb†œœÁ†´‰V¼8‰FcŒ†8OÁb´¼‘ŒYb††€Yb±Ê´ÁY´OÁ±´±b¦Áb±bbɜ8Œ´‘Œ¡ ‰FbŒ|8Œ±bœ8±8YϱY¼VÏF8±Ê 8†´8V ´b¼±8¼8YbœbŒ´8±†´‰Y´bŒ¦ÁbÁŒY´OÁ±´œ±YÁObŒ¼b±œb†8O‘ŒÊ †´œ±ObY‰bŒ¼´8nbO¼ǐ´bŒ¦ÁbÁŒ´tŒoO8Œ¼b´bŒÇ´¼b¡ ´¼¼8‰FcŒbŒn±bŒ¼88†8¼b±€8Yb8O†8ÁOŒ†´‰Y´†Fb±8†~±8OŒ8†´¼8´Yb entender la política reivindicando un espacio para las pasiones, el amor ʆ8YbŒ¼oO8O‘Œ¡(8±8†8¼b±€8†Fb±8†b´Yn€O†œ±Ob´8±ÊO‰œ±bŒYb± que en sociedades desiguales en las cuales sectores dominantes ejercen b†œYb±Vb´¼b‰YO†bO¼ǐYb´b±žb†8nbO¼V†8YbŒ¼Y8YV†8œ8´‘ŒŸ ‰œ†O8œ8±8†´´bO¼±b´´ÁF8†¼b±Œ´ÁŒ‰YYbOŒ´¼±ÁOO‘ŒYbœYb±~œ¼bŒO8O8œ8ÍYb´b±œÁb´¼8†´b±ÇOYb†8†Fb±8O‘ŒžbŒÁŒ´bŒ¼Y dusseliano e, incluso, arendtiano).

Œ ‰ÁO|´ b´¼ÁY´ žnÁb±8 Yb† O8‰œ œ´nÁŒY8OŒ8†Ÿ †8 ±bnb±bŒO8 88O†8Áœ±ÇbŒbYb¼b±Í8±b†«Y´OÁ±´œœÁ†´¼8¬¡ É´¼bÁŒn±bOÁbŒ¼b b¦Á€ÇO¦Ább´Œ¼b±œ±b¼8±b´¼O‰ÁŒ8±bYÁOO‘Œ8ÁŒ8b´œbObYb†bŒtÁ8„bœœÁ†´¼8¡φ±b´œbO¼Vb†b´nÁb±ÍYb8O†8Áœ±b´¼8F†bOb±b†b´¼8¼Á´ 64

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de su categoría de discurso parece haber sido inversamente proporcional a ´Ácɼ¡)ÁÍ9b†‰´‰8Á¼±|8Ê8OŒ¼±FÁY8b´¼8OŒnÁ´‘ŒÊ8¦Áb´Á´ b„b‰œ†´YbœœÁ†´‰´bF8´8ŒV‰ÁO|8´ÇbOb´VbŒÁŒ8ŒO‘ŒYbY´OÁ±´~¼bɼÁ8†Ê´Á´ŒOÁ±´Œb´œ±†8±b¼‘±O8œ±nÁŒYÍ8±Œb´¼8†€Œb8¡ Además, es preciso decirlo, la gran mayoría de las investigaciones “en œb±´œbO¼Ç8†8O†8Á´8Œ8¬|8ŒOŒ´¼±ÁYO±œÁ´¼bɼÁ8†b´žn±bOÁbŒ¼b‰bŒ¼b los discursos de los líderes “populistas”). Con esto, por un lado, se ha Yb„8YYb†8Y†8Yb8YbY´OÁ±´O‰8±¼OÁ†8O‘ŒYbb†b‰bŒ¼´žYbmandas o tradiciones populares) que por supuesto tienen materialidad en palabras, íconos, símbolos, gestos pero que no se agotan allí. Por otro †8YV´b|8Yb´8¼bŒYY¼±8Y‰bŒ´‘ŒOŒ´Á´¼8ŒO8†bŒ†Y´OÁ±´ǐUb† †Át8±Yb†8´OŒYOŒb´Yb±bObœO‘Œž±bOŒO‰bŒ¼ŸYb†Y´OÁ±´ œœÁ†´¼8¡+Œb´¼8ŒO†Á´‘ŒV†88±¼OÁ†8O‘Œ¦ÁbY8´ÁF¼b±Í8Y8bŒ´Án8Í horizontal o subsumida a una estrategia del líder. Este reparo había sido realizado por Emilio de Ipola en 197989 ante la primera teoría del popu†´‰Yb8O†8ÁÊ´tÁbÇtbŒ¼b¡ †œ±F†b‰8b´¼8†¦ÁbYb´YbYnb±bŒ¼b´ œb±´œbO¼Ç8´´bÇ´†Á‰F±8Œ†8´OŒYOŒb´¦Áb|8ObŒœ´F†b†´bnbO¼´ Yb†8´bYÁOO‘ŒœœÁ†´¼8¡90 En el caso de la teoría de Laclau, el asunto se Yb±Ç8±tŒ8†‰bŒ¼bYb†8Oc†bF±bŒO‘ŒYbŒ¼b±œb†8O‘ŒYbφ¼|Á´´b±Ê las condiciones para que el llamado sea respondido. Ahora bien, las condiOŒb´Yb±bObœO‘ŒYb†Y´OÁ±´Vb´bÇYbŒ¼bV´Œ¼±8´V´ŒY´OÁ±´´´bY‰bŒ¼8Y´œb±¦ÁbŒ¼bŒbŒŒbOb´8±8‰bŒ¼bÁŒ8n±‰88±¼OÁ†8Y8¡ Œ La razón populista será el psicoanálisis el que brinde pistas para pensar la OÁb´¼‘Œ8œ8±¼±Yb†8ŒO‘ŒYb8nbO¼bŒÇb´¼YÁ±88nbO¼Ç8¡918±b†8O‘Œ entre discurso, subjetividad y cultura queda entonces a la vez delineada e Œ´ÁoObŒ¼b‰bŒ¼b8F±Y8Y8¡  bœ†8V«(œÁ†´‰bYb†t€8h¬¡ Freindenberg, op. cit¡¶ 8±†´Yb†8,±±bV«*bYbŒ¼±b´œœÁ†´¼8´bŒb†Œb†Fb±8†´mo: nuevos y viejos populismos latinoamericanos”, en *bÇ´¼8 ´œ8Ž†8Yb bŒO8 Política, núm. 4, 2001, pp. 171-196; Kirk Hawkins, Scott Riding y Cas Mudde, “Measuring populist attitudes”, en (†¼O8† ŒObœ¼´ ‰‰¼¼bbŒ ŒObœ¼´8ŒYb¼|Y´ Working Paper Series, vol. 55, 2012, pp. 1-35. 91  (8Á†8 t†b±Ê†±8(b±b††‘V«+Á„b¼ÊœœÁ†´‰†8±8YO8†Y8YYb†œÁbF†bŒ†8 ¼b±€8œ´‰8±É´¼8¬VbŒ bF8¼b´Ê ‰F8¼b´¡ YO‘Œ‰bŒ8„b8 ±Œb´¼8O†8Á, año 5, vol. 1, Buenos Aires, 2015, pp. 53-64. 89 90

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8´´†ÁOŒb´Yb 8±±´Yb¼b±Í8±†8ŒO‘ŒYbunderdogs con la 8ÊÁY8YbO8¼bt±€8´Yb*8ŒOf±b‰œ†O8Œ´‘†´8O8±†8¼b±€8Yb8O†8Á Yb´Án±‰8†´‰´Œ¼8‰FcŒŒ´O±F±8†tŒ¼œYbnÁŒY8‰bŒ¼Ê8¦Áb b†8Á¼±n±8ŒOc´F8´8†8b‰b±tbŒO8Yb†Yb´8OÁb±YbŒb†´ÁœÁb´¼YbtÁ8†Y8Y~†Fb±¼8Yž¦ÁbOŒ´¼¼ÁÊbÁŒnÁŒY8‰bŒ¼Ÿ¡Ï´Á‰YV(8ŒÍÍ8¼8‰FcŒ ŒO†ÁÊbÁŒœœÁ†´‰¦Áb¼±8‰¼8†8b¦ÁY8Y8œ8±¼±YbÁŒ8Œ¼b±ÇbŒO‘Œ y, por lo tanto, puede distinguirse el buen populismo del malo.92 Por su œ8±¼bV†8´†ÁO‘ŒYb 8†´8Yb±b´¼¼Á±b†8ŒO†8„b´O†‘tO8«œÁbF†¬ ±bŒ´¼¼ÁÊbÁŒOŒ¼bŒYYb†œœÁ†8±žYbŒ´œ±8O‘Œt±8‰´O8Œ8Ÿ¦Ább´ ŒYbœbŒYbŒ¼bYb´Á8±¼OÁ†8O‘ŒbŒb†Y´OÁ±´œœÁ†´¼8¡ ŒÁŒ±bt´¼± ´‰†8± œYb‰´ †bb± †8 O±€¼O8 Yb Œ±¦Áb Á´´b†93 a Laclau a partir de YboŒ±O‰œÁbF†8†8O‰ÁŒY8YYbǀO¼‰8´8†8´¦Ább†´´¼b‰8†b´ Œbt8†8ÇY8¡ ´YbO±VŒOÁ8†¦Áb±8œÁbYbYbŒÁŒO8±ÁŒ8´¼Á8O‘ŒO‰ Yb‰8ŒY8´Œ´‘†8¦Áb††´¦ÁbF„b¼Ç8‰bŒ¼bb´¼9ŒbŒÁŒ8´¼Á8O‘ŒYb Œbt8¼ÇY8YiYt8‰´ž‰8†ŸV«F„b¼Ç8¬i±b´œbO¼8†´´¼b‰8¡(8±8Y‘„O8‰bŒ¼bV†8œ´O‘ŒYb8O†8Áb´‰9´±O8bŒ¼c±‰Œ´‰b¼Y†‘tO´žÁŒ aspecto, como varios autores han señalado, muy descuidado en su obra) Ê8¦Ábœb±‰¼bbɜ†O8±Œ´‘††8œ±YÁOO‘ŒYb†œÁbF†«œ†bFbʐ¬b´¼ÁY8±†8n±‰8O‘ŒYb´Á„b¼´Yb†8´O†8´b´´ÁF8†¼b±Œ8´œœÁ†8±b´žbŒb† ´bŒ¼YYÁ´´b†8ŒŸ´Œ¼8‰FcŒO‰œ±bŒYb±†8n±‰8O‘ŒYb¼±´´Á„b¼´œ†€¼O´OŒ±bŒ¼8OŒb´Yb†‘tO8´OŒ´b±Ç8Y±8´±b8OOŒ8±8´¡ El debate sobre los alcances de la categoría de populismo y sobre la ±b†8O‘ŒYb†€Yb±b´œ±Ob´´œœÁ†´¼8´OŒ†8Yb‰O±8O8b´V´8†ÁY8F†b‰bŒ¼bV Œ¼b±‰Œ8F†b¡´¼´Œ´Œ´†8‰bŒ¼b¼b‘±O´Ê8O8Yc‰O´ sino que se insertan en una disputa eminentemente política ya que implican concepciones normativas sobre la democracia y la justicia. No se trata, entonces, de seguir lamentando una polisemia sino de asumir las OŒYOŒb´8O¼Á8†b´Yb†YbF8¼bbŒ¼c±‰Œ´¼b‘±O´Vbœ´¼b‰†‘tO´Ê normativos. Este artículo es una apuesta a ello.

 (8ŒÍÍ8V«¨ b¦Ác|8F†8‰´h¬¡  Œ±¦Áb Á´´b†VPolítica de la liberaciónV¼¡V8Y±YV,±¼¼8VÀÎ΍¡

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