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Púrpura por picadura de insecto
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8/3/07
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Púrpura por picadura de insecto Amador López Garcíaa y Norberto López Navarrob aCentro
de Salud de Torre del Mar. Málaga. Dermatología. Hospital Clínico. Málaga. España.
bServicio
Figura 1. Pápulas eritematoso-violáceas en ambas piernas.
Figura 2. Pápulas eritematoso-violáceas en ambas piernas.
V
Solicitamos hemograma, velocidad de sedimentación globular, test de coagulación, creatinina, transaminasas y comburtest, que fueron normales. Al tratarse de lesiones palpables, que las pruebas analíticas fuesen normales y que el paciente careciese de antecedentes traumáticos, familiares o de otras manifestaciones hemorrágicas, hacían poco probable la aparición de coagulopatías o trombopatías. La púrpura simple afecta sobre todo a mujeres y si hay antecedentes familiares. La enfermedad de Rendu-Osler es hereditaria (autosómica dominante) y se manifiesta con lesiones telangiectásicas en la piel, epistaxis y hemorragias gastrointestinales. La ausencia de diarrea y de un cuadro grave, descarta el síndrome uremicohemolítico asociado a Escherichia coli O157 H7. Como lesiones purpúricas palpables, se pensó en la vasculitis cutánea de pequeños vasos por hipersensibilidad, que es la más frecuente de las vasculitis, pero la ausencia en los días previos de procesos infecciosos y de ingesta de medicamentos, la hacían poco probable. Otras causas de vasculitis de pequeños vasos se pueden manifestar en el síndrome de Schönlein-Henoch, la urticaria-vasculitis y la crioglobulinemia esencial. El síndrome de Schönlein-Henoch, suele afec-
arón de 26 años de edad, obrero de la construcción, que acudió al centro de salud por haberse notado, al levantarse por la mañana, unas lesiones localizadas en ambas piernas. Se encontraba asustado pues “las manchas son como sangre” y “pienso que tengo una hemorragia”. Observamos pápulas de tonalidad eritematoso-violácea, con distribución lineal, localizadas en ambas piernas, bilaterales y asimétricas, con tendencia a confluir formando placas de límites irregulares (figs. 1 y 2). No desaparecían con la vitropresión. El paciente no presentaba lesiones de rascado. No refería contacto con animales ni toma de fármacos: sí que “algo me picaba” la tarde anterior debajo del pantalón. No ha entrado en cámaras frigoríficas. No usa productos tóxicos en el trabajo. No presenta antecedentes del mismo cuadro ni tampoco en familiares. No ingiere alcohol ni usa drogas por vía parenteral ni oral. No tiene antecedentes de diarrea, y no presenta malestar general, cefalea ni algias generalizadas. No se detecta epistaxis, melenas ni alteraciones de coloración en la orina. Presenta 37,2 °C de temperatura axilar, una presión arterial de 110/70 mmHg, y un pulso de 72 lat/min, sin palidez, ictericia ni adenopatías. La auscultación cardiopulmonar no aportó datos anormales y el abdomen no presentaba organomegalias ni masas palpables.
FMC. 2007;14(4):203-4
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López García A et al. Púrpura por picadura de insecto
tar a los niños, se manifiesta en superficies extensoras de los pies y los brazos, aparece en brotes a lo largo de días y semanas, se acompaña de poliartralgias, fiebre y a veces de síntomas gastrointestinales, hematuria y proteinuria. La urticaria-vasculitis suele producirse por enfermedades del tejido conectivo e infecciones virales (virus de la hepatitis B y C [VHC], y virus de Epstein-Barr), así como por procesos paraneoplásicos, como el mieloma múltiple, la macroglobulinemia de Waldestrom y el cáncer de colon, además de la ingesta de fármacos como fluoxetina, antiinflamatorios no esteroideos y yoduro potásico. El 75-90% de los individuos con crioglobulinemia esencial presentan infección por el
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VHC, y el resto se suele asociar con enfermedades reumáticas y linfoproliferativas. La no exposición al frío del paciente (finales de junio), hacía poco probable este diagnóstico. Se le citó a los 7 días. Las serologías eran negativas y las lesiones habían desaparecido. Se calificó como lesiones purpúricas por picadura de insecto.
Bibliografía general Bolognia JL, Jorizo JL, Rapini PR. Dermatología. Madrid: Elsevier; 2004. p. 335-59, 384-6. Harrison. Principios de medicina Interna. Volumen 1. 14.ª ed. Madrid: McGraw-Hill; 1999. p. 370-1.
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Púrpura por picadura de insecto Amador López Garcíaa y Norberto López Navarrob aCentro
de Salud de Torre del Mar. Málaga. Dermatología. Hospital Clínico. Málaga. España.
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Figura 1. Pápulas eritematoso-violáceas en ambas piernas.
Figura 2. Pápulas eritematoso-violáceas en ambas piernas.
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Solicitamos hemograma, velocidad de sedimentación globular, test de coagulación, creatinina, transaminasas y comburtest, que fueron normales. Al tratarse de lesiones palpables, que las pruebas analíticas fuesen normales y que el paciente careciese de antecedentes traumáticos, familiares o de otras manifestaciones hemorrágicas, hacían poco probable la aparición de coagulopatías o trombopatías. La púrpura simple afecta sobre todo a mujeres y si hay antecedentes familiares. La enfermedad de Rendu-Osler es hereditaria (autosómica dominante) y se manifiesta con lesiones telangiectásicas en la piel, epistaxis y hemorragias gastrointestinales. La ausencia de diarrea y de un cuadro grave, descarta el síndrome uremicohemolítico asociado a Escherichia coli O157 H7. Como lesiones purpúricas palpables, se pensó en la vasculitis cutánea de pequeños vasos por hipersensibilidad, que es la más frecuente de las vasculitis, pero la ausencia en los días previos de procesos infecciosos y de ingesta de medicamentos, la hacían poco probable. Otras causas de vasculitis de pequeños vasos se pueden manifestar en el síndrome de Schönlein-Henoch, la urticaria-vasculitis y la crioglobulinemia esencial. El síndrome de Schönlein-Henoch, suele afec-
arón de 26 años de edad, obrero de la construcción, que acudió al centro de salud por haberse notado, al levantarse por la mañana, unas lesiones localizadas en ambas piernas. Se encontraba asustado pues “las manchas son como sangre” y “pienso que tengo una hemorragia”. Observamos pápulas de tonalidad eritematoso-violácea, con distribución lineal, localizadas en ambas piernas, bilaterales y asimétricas, con tendencia a confluir formando placas de límites irregulares (figs. 1 y 2). No desaparecían con la vitropresión. El paciente no presentaba lesiones de rascado. No refería contacto con animales ni toma de fármacos: sí que “algo me picaba” la tarde anterior debajo del pantalón. No ha entrado en cámaras frigoríficas. No usa productos tóxicos en el trabajo. No presenta antecedentes del mismo cuadro ni tampoco en familiares. No ingiere alcohol ni usa drogas por vía parenteral ni oral. No tiene antecedentes de diarrea, y no presenta malestar general, cefalea ni algias generalizadas. No se detecta epistaxis, melenas ni alteraciones de coloración en la orina. Presenta 37,2 °C de temperatura axilar, una presión arterial de 110/70 mmHg, y un pulso de 72 lat/min, sin palidez, ictericia ni adenopatías. La auscultación cardiopulmonar no aportó datos anormales y el abdomen no presentaba organomegalias ni masas palpables.
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López García A et al. Púrpura por picadura de insecto
tar a los niños, se manifiesta en superficies extensoras de los pies y los brazos, aparece en brotes a lo largo de días y semanas, se acompaña de poliartralgias, fiebre y a veces de síntomas gastrointestinales, hematuria y proteinuria. La urticaria-vasculitis suele producirse por enfermedades del tejido conectivo e infecciones virales (virus de la hepatitis B y C [VHC], y virus de Epstein-Barr), así como por procesos paraneoplásicos, como el mieloma múltiple, la macroglobulinemia de Waldestrom y el cáncer de colon, además de la ingesta de fármacos como fluoxetina, antiinflamatorios no esteroideos y yoduro potásico. El 75-90% de los individuos con crioglobulinemia esencial presentan infección por el
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VHC, y el resto se suele asociar con enfermedades reumáticas y linfoproliferativas. La no exposición al frío del paciente (finales de junio), hacía poco probable este diagnóstico. Se le citó a los 7 días. Las serologías eran negativas y las lesiones habían desaparecido. Se calificó como lesiones purpúricas por picadura de insecto.
Bibliografía general Bolognia JL, Jorizo JL, Rapini PR. Dermatología. Madrid: Elsevier; 2004. p. 335-59, 384-6. Harrison. Principios de medicina Interna. Volumen 1. 14.ª ed. Madrid: McGraw-Hill; 1999. p. 370-1.