Correo de los lectores
Figura 1. Ampollas serohemáticas en quinto dedo de la mano derecha a las 40 h de evolución.
Picadura por Loxosceles rufescens (araña parda o del rincón) Sr. Director: Presentamos el caso de un paciente de 58 años que acude al servicio de urgencias extrahospitalarias con una tumefacción y dolor en el brazo derecho de 40 h de evolución. Como antecedente de interés, refería haber realizado tareas agrícolas en un cobertizo el día previo al inicio de la sintomatología. En la exploración física destacaba el estado afebril del paciente. En la inspección del brazo derecho, se evidenciaba una gran tumefacción del quinto dedo de la mano con presencia de varias ampollas de contenido serohemático. Además, podía observarse eritema con aumento de temperatura local en el dorso cubital de dicho miembro (fig. 1). Ante la rápida evolución del cuadro clínico y la sospecha de lesión secundaria a picadura de Loxosceles rufescens1,2 (L. rufescens) (“araña parda” o “del rincón”), se deriva al centro hospitalario de referencia, donde se realiza el desbridamiento y la descompresión en bordes cubital y radial del quinto dedo tras anestesia loco-regional. La aparición brusca de una lesión necrótica dérmica tras una picadura debe hacernos pensar en los arácnicos como agentes etiológicos. Lycosa tarentula, Latrodectus tredeciguttatus y L. rufescens son especies de la región mediterránea capaces de provocar cuadros importantes de intoxicación en humanos. L. rufescens (araña parda o del rincón) vive en ángulos de las habitaciones, armarios, tras cuadros o vigas del techo y presenta más actividad durante la noche. El arácnido inocula el veneno a través de los quelíferos, siendo éste de naturaleza proteica y con acción citotóxica, proteolítica y hemolítica. El loxocelismo cutáneo3 se caracteriza por una sensación de picadura o prurito intenso que pocas horas después se transforma en dolor que aumenta de forma progresiva. Fundamentalmente, evoluciona a un cuadro edematoso o necrótico. El edematoso presenta una buena evolución y se caracteriza por la presencia de edema duro, elástico y doloroso. La forma necrótica4 se observa en las siguientes 24-48 h a la picadura, y se caracteriza por la presencia de un área violácea que puede contener vesículas o ampollas
Figura 2. Evolución a los 10 días del desbridamiento.
serohemorrágicas, desembocando en una gangrena seca, ulceración tórpida o en simple descamación. En el caso de nuestro paciente, las ampollas serohemorrágicas se iniciaron a las 40 h de la estancia en el cobertizo de su propiedad, donde pudo tener lugar la picadura del L. rufescens.
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Tras el desbridamiento y la descompresión de los bordes cubital y radial, el paciente presentó una adecuada evolución con una recuperación ad integrum (fig. 2).
José Luis Buenadicha Hugueta,*, Juan Antonio Sánchez Novob y Ángeles Novo Guzmánb a Médico
de Familia. Servicio de Atención Primaria. Centro de Saúde de Tui. Pontevedra. España. bServicio de Urgencias. Hospital Meixoeiro. Vigo. Pontevedra. España. *Correo electrónico:
[email protected]
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