Imagen Quiste esplénico Miguel Ángel Sarlat Ribas Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. CAP Consell de Cent. Barcelona. España.
Figura 1. Quiste esplénico.
H
ombre de 35 años de edad, sin alergias medicamentosas conocidas ni antecedentes personales de interés, acude a consulta al referir antecedentes de quiste esplénico en el pasado que no se ha controlado en los últimos 5 años. Asintomático en la actualidad. La exploración física fue anodina, así como el estudio analítico (hemograma, CA 19,9 y CEA). Se solicitó un estudio tomográfico, informándose de la presencia de un quiste esplénico (fig. 1) de un tamaño de 9 × 6,5 cm. Dado el tamaño del quiste, se remitió a cirugía para valorar su exéresis.
Comentario
Los quistes esplénicos son lesiones infrecuentes 1-3 y de comportamiento generalmente benigno. Su frecuencia ha aumentado2,4 gracias a la disponibilidad de pruebas de imagen y al tratamiento conservador de los traumatismos abdominales. Presentan una incidencia del 0,07%3. Se clasifican1,3-5 en quistes primarios o verdaderos (tienen una línea celular que puede ser de origen congénito o parasitario) y en secundarios (de origen postraumático, seroso, inflamatorio o degenerativo). El origen malformativo durante
la embriogénesis es la teoría2 más aceptada para explicar el origen de los quistes congénitos epidermoides, que suelen aparecer fundamentalmente en niños y adultos jóvenes. Habitualmente, son asintomáticos1,2,4,5, aunque los casos de gran tamaño pueden originar clínica por compresión de estructuras vecinas; las náuseas y vómitos por compresión del estómago es lo más frecuente. Los casos abscesificados1 presentan fiebre, escalofríos y dolor. Para llegar al diagnóstico correcto2 y la tipificación del quiste esplénico, deberemos apoyarnos en datos clínicos (traumatismos previos, fiebre, pérdida de peso) analíticos3,5 (aumento de marcadores tumorales CA 19,9, CA 125 y en menor frecuencia CEA y la interleucina 10) y pruebas de imagen1,2,5,6 (la tomografía computarizada y la resonancia magnética nos aportarán información sobre la localización del quiste y las relaciones anatómicas de éste con las estructuras adyacentes). El diagnóstico5 exacto sólo se obtiene tras el estudio anatomopatológico. En su diagnóstico diferencial2 se contemplan los diferentes tipos de quistes esplénicos, los abscesos y las afecciones pancreáticas. Para su tratamiento, y dada la alta recidiva2 en los casos de punción y drenaje percutáneos en los quistes esplénicos, la cirugía es la mejor opción terapéutica. La técnica y el abordaje quirúrgico, preferentemente laparoscópico5, serán lo más conservadores que sea posible con el fin de prevenir las consecuencias inmunitarias3 de la pérdida total del parénquima esplénico. La esplenectomía total quedará reservada únicamente para los quistes de gran tamaño o los próximos al hilio esplénico. Los quistes sintomáticos y los mayores2,4,5 de 5 cm serán tributarios de tratamiento quirúrgico por riesgo de rotura. Entre sus posibles complicaciones5 destacan la infección, la rotura y la hemorragia. Bibliografía 1. Navarrete A, Orellana F, Castro M, Manríquez L, Ríos H. Quiste esplénico sobreinfectado en paciente inmunocompetente. Cir Esp. 2008; 84:49-50. FMC. 2012;19(4):249-50 249
Sarlat Ribas MA. Quiste esplénico
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