EDITORIAL
Simplemente alarmante H. Rico Lenza Departamento de Medicina. Universidad de Alcalá. Madrid.
Hoy día son continuos los comentarios que se hacen, tanto en la prensa profesional como en la que no lo es, sobre la osteoporosis y su tremenda repercusión socioeconómica, derivada principalmente de la ocasionada por la fractura de cadera, absurda y equivocadamente considerada la mayor parte de las veces como osteoporótica, condicionamiento que se asume generalmente, con gran frivolidad, cuando se habla de fractura de cadera en individuos adultos de la tercera edad. Esta errónea circunstancia fue centro de nuestra atención hace años cuando señalábamos tanto a nivel geriátrico 1,2 como ortopédico 3 que gran parte de las fracturas de cadera consideradas osteoporóticas lo eran por osteomalacia, es decir, por un déficit de vitamina D. En este sentido, y con el sugerente título de «De cara al invierno» 2, indicábamos que un simple y barato choque de vitamina D al final del verano podría evitar la alta presumida prevalencia que pensábamos existía por aquel entonces de un déficit de vitamina D en la población senil española. A este respecto, relativo al déficit de vitamina D y a la fractura de cadera, recientes trabajos señalan que en Alemania 4 un 69% de las mujeres y un 55% de los hombres con fractura de cadera que hacían vida normal antes de padecer la misma tenían déficit de vitamina D, incidencia que en los Países Bajos llega a ser prácticamente superponible, del 60% 5. Pero el déficit no sólo se observa en la población adulta senil, también se ha señalado en casi el 40% de mujeres postmenopáusicas que se consideraban normales, con una edad media de 59 años, en el norte de Italia 6, y también en la totalidad de una amplia muestra de adolescentes escolares residentes en una zona al norte de París, de 13 a 16 años, que se estudiaron en el mes de marzo 7. Como podemos ver por éstas y otras muchas referencias que no citamos, el déficit de vitamina D en la población europea en general se observa en los meses de invierno en todas las edades. Se suele señalar que en España, por las horas de luz que tenemos y dada la síntesis epitelial de vitamina D por los rayos solares (ultravioletas de 290-315 nm), no hay un significativo déficit de vitamina D en la población. Nada más lejos de la realidad. La latitud de
Madrid es de 40° N y en Boston (EE.UU.), con una latitud de 42° N, la fotosíntesis de vitamina D en la piel es nula durante los meses de invierno 8. Por otro lado, no debemos olvidar que con la edad decrece la capacidad de síntesis de vitamina D y que la tez morena también disminuye su síntesis, lo que obviamente hace que en la población española el déficit de vitamina D en los individuos adultos seniles llegue a ser, como recientemente se ha demostrado durante los tres primeros meses del año (enero-marzo), del 90%. Superponible prevalencia se observa en Grecia, con una latitud de 38° N 9, lo que minimiza la influencia de la luz en los niveles de vitamina D. Así de simple y alarmante es el déficit de vitamina D en la población española mayor de 70 años, pero también así de simple es el evitarlo, si nos mentalizamos que un simple choque de vitamina D «de cara al invierno» puede solucionar el mismo y remediar una situación que, de no hacerlo, puede llevar a ocasionar una fractura de cadera y en el 20% de los casos incluso la muerte 10. BIBLIOGRAFÍA 1. Rico H. Vitamina D y tercera edad. Rev Esp Geriatr Gerontol 1986; 21:265-268. 2. Rico H. De cara al invierno. Rev Esp Geriatr Gerontol 1988; 23:333334. 3. Rico H. Vitamina D y osteoporosis. Rev Ortop Traumatol 1992; 36 IB: 513-514. 4. Scharla SH. Prevalence of subclinical vitamina D deficiency in different european countries. Osteoporosis Int 1998; 8 (suppl 2):S7-S12. 5. Lips P, Hackeng WHL, Jongen MJM, Van Ginkel FC, Netelenbos JC. Seasonal variation in serum concentrations of parathyroid hormone in elderly people. J Clin Endocrinol Metab 1983; 57:204-206. 6. Bettica P, Bevilacqua M, Vago T, Norbiato G. High prevalence of vitamin D deficiency among free-living postmenopausal women in northern Italy. J Bone Miner Res 1997; 6 (suppl 1):S218. 7. Guillemant J, Cabrol S, Allemandou A, Peres G, Guillemant S. Vitamin D-dependent seasonal variation of PTH in growing male adolescents. Bone 1995; 17:513-516. 8. Webb AR, Kline L, Holick MF. Influence of season and latitude on the cutaneous synthesis of vitamin D3: exposure to winter sunlight in Boston and Edmonton will not promote vitamin D3 synthesis in human skin. J Clin Endocrinol Metab 1988; 67:373-378. 9. Van der Wielen RPJ, Löwik MRH, Van der Berg H, De Groot LCPMG, Haller J, Moreiras O, Van Staveren WA. Serum vitamin D concentrations among elderly people in Europe. Lancet 1995; 346:207-210. 10. Baudoin C, Fardellone P, Bean K, Ostertag Ezembe A, Hervy F. Clinical outcomes and mortality after hip fracture: a 2-year follow-up study. Bone 1996; 18 (suppl):S149-S157.
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