Imagen ¡Sólo es un lipoma! A. Cortés Palmeroa,*, M.C. Lobón Agúndezb y S. Habashneh Sánchezc aResidente
de cuarto año de Medicina Familiar y Comunitaria. Centro de Salud Aravaca. Madrid. España. de Familia. Centro de Salud Aravaca. Madrid. España. cMédico de Familia. Centro de Salud Pinto. Madrid. España. *Correo electrónico:
[email protected] bMédico
P
aciente de 59 años con cuadros depresivos reactivos, intervenida quirúrgicamente por colesteatoma en oído derecho y fractura de húmero izquierdo como antecedentes personales. Tras caída casual, descubre un bultoma en región laterosuperior del antebrazo derecho, no doloroso y sin relación con esta caída, por el que acude a consulta. Refiere, además, parestesias en la región posterolateral de este antebrazo. En la exploración se detecta una tumoración blanda, subcutánea, de unos 5 cm de diámetro, no adherida a planos profundos y sugestiva de lipoma. Existen parestesias en el área inervada por el nervio radial, sin afectación de la fuerza muscular. Dada la disponibilidad de ecógrafo en el centro, se estudia la lesión y se halla una tumoración de características lipomatosas, mal delimitada y situada en el espesor del músculo braquiorradial derecho (fig. 1). Con la sospecha diagnóstica de lipoma intramuscular, se deriva al servicio de radiología para confirmación y ampliación del estudio con otras pruebas de diagnóstico por imagen, donde realizan resonancia magnética (RM), mediante la cual se confirma el diagnóstico y se descartan características de malignidad, como la ausencia de áreas no grasas o nodulaciones sólidas. También nos informa de que comprime y desplaza el plano intermuscular por el cual discurre el nervio radial aunque no contacta directamente con él (fig. 2). Derivada a traumatología para valoración, se decide una actitud expectante con controles periódicos. Los lipomas son los tumores de partes blandas más frecuentes. La mayoría están localizados en el tejido subcutáneo y no requieren para su evaluación la realización de pruebas de diagnóstico por imagen 1 . Los intramusculares representan sólo el 1,8% y se clasifican como infiltrativos (83%) y circunscritos (17%). En la extremidad superior son más frecuentes en el músculo deltoides y en el brazo. Predominan en hombres entre 30 y 60 años2. La mayoría son asintomáticos aunque hasta el 25%, en función de su localización, pueden presentar dolor local, limitación de la movilidad o compresión nerviosa3, como ocurre en nuestro caso. La importancia de estos tumores rae32
FMC. 2016;23():e32-3
Figura 1. Lesión hiperecogénica intramuscular de 45 x 20 x 15 mm, lipomatosa y de límites imprecisos.
Figura 2. Lesión en el interior del músculo braquirradial con características de benignidad y que comprime el nervio radial.
Cortés Palmero A et al. ¡Sólo es un lipoma!
dica en que deben ser diferenciados de los liposarcomas bien diferenciados. La evaluación clínica es limitada y sólo nos permite hablar de una masa inespecífica. Afortunadamente, cada vez más, contamos en atención primaria con la ecografía, una herramienta de gran ayuda en nuestra práctica diaria. En este caso, nos ayudó a determinar que se trataba de una lesión intramuscular de origen lipomatoso y, por ello, se debe realizar una RM que diferencia con mayor especificidad entre el lipoma y el liposarcoma. Ecográficamente se presentan como lesiones ovoideas, con su eje mayor paralelo a la piel y una relación con su eje anteroposterior de 3:1. Sus bordes pueden ser desde bien definidos hasta pobremente definidos. En general son levemente hiperecogénicas en comparación con la grasa subcutánea, homogéneas y menos vascularizadas que los liposarcomas aunque también pueden ser isoecogénicas o hipoecogénicas3. La RM muestra características de los lipomas intramusculares que, aunque no son patognomónicas, son muy sugestivas. Algunas de ellas son: tabiques delgados, regulares, continuos, más del 75% de grasa en su composición, fibras
musculares entremezcladas y bordes infiltrativos, que, en este caso, son indicativos de benignidad4, sin presencia de áreas nodulares o lineales no adiposas. Precisamente la existencia de éste último es el signo más específico de malignidad e indica la realización de una biopsia2,3. El tratamiento depende de los síntomas que producen y su localización, sobre todo teniendo en cuenta su tendencia a recurrir tras la cirugía (3-62,5%)5. Bibliografía 1. Lahrach K, el Kadi KI, Mezzani A, Marzouki A, Boutayeb F. An unusual case of an intramuscular lipoma of the biceps brachii. Pan Afr Med J. 2013;15:402. 2. Elbardouni A, Kharmaz M, Salah Benada M, Mahfoud M, Elyaacoubi M. Well-circumscribed deep-seated lipomas of the upper extremity. A report of 13 cases. Orthop Traumatol Surg Res. 2011;97:152-8. 3. Zamora MA, Zamora CA, Samayoa EA, Morales HA, Ceballos JF. Highresolution ultrasonography in an aggressive thenar intramuscular lipoma. J Ultrasound Med. 2005;24:1151-5. 4. Matsumoto K, Hukuda S, Ishizawa M, Charo T, Okabe H. MRI findings in intramuscular lipomas. Skeletal Radiol. 1999;28:145-52. 5. Nishida J, Morita T, Ogose A, Okada K, Kanizaki H, Tajino T, et al. Imaging characteristics of deep-seated lipomatous tumors: intramuscular lipoma, intermuscular lipoma and lipoma-like liposarcoma. J Orthop Sci. 2007;12:533-41.
FMC. 2016;23(3):e32-3
e33