Diagnóstico de ictericia del recién nacido

Diagnóstico de ictericia del recién nacido

 E – 4-002-R-30 Diagnóstico de ictericia del recién nacido P. Labrune, P. Trioche-Eberschweiler, V. Gajdos La ictericia neonatal aparece en cerca d...

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Diagnóstico de ictericia del recién nacido P. Labrune, P. Trioche-Eberschweiler, V. Gajdos La ictericia neonatal aparece en cerca del 65-70% de los recién nacidos. Se suele relacionar con una hiperbilirrubinemia no conjugada, y su evolución es totalmente benigna. En ocasiones, si la bilirrubinemia no conjugada alcanza, incluso supera, valores muy elevados, existen riesgos de complicaciones neurológicas. Por el contrario, las colestasis neonatales son más infrecuentes y no exponen al recién nacido a un riesgo determinado; en este caso, sólo el diagnóstico de atresia de las vías biliares constituye una verdadera urgencia terapéutica. © 2019 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras-clave: Ictericia; Recién nacido; Bilirrubina

Plan ■

Introducción

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Rese˜ nas metabólicas

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Identificar la ictericia y valorar su gravedad Clínica Pruebas complementarias Factores de riesgo de gravedad de la ictericia Tablas

1 1 2 2 2



Causas de las ictericias neonatales Colestasis neonatales Hiperbilirrubinemias no conjugadas

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Conclusión

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 Introducción Las particularidades del metabolismo de la bilirrubina en el recién nacido explican la elevada frecuencia con la que aparece la ictericia en esta edad de la vida. La ictericia neonatal aparece en cerca del 65-70% de los recién nacidos. Casi siempre, la ictericia neonatal se relaciona con una hiperbilirrubinemia no conjugada, y su evolución es totalmente benigna. En ocasiones, si la bilirrubinemia no conjugada alcanza, incluso supera, valores muy elevados, existen riesgos de complicaciones neurológicas. Por el contrario, las colestasis neonatales son más infrecuentes y no exponen al recién nacido a un riesgo determinado; en este caso, sólo el diagnóstico de atresia de las vías biliares constituye una verdadera urgencia terapéutica.

bina no conjugada y no unida a la albúmina es potencialmente neurotóxica. En el hígado, la bilirrubina es captada por el hepatocito. La etapa posterior es la etapa fundamental del metabolismo de la bilirrubina, que consiste en la glucuroconjugación de la bilirrubina. Los derivados mono o diglucuroconjugados de la bilirrubina son hidrófilos, no tóxicos, y se eliminan en la bilis. En el período neonatal, la ictericia por bilirrubina no conjugada es sin duda la más frecuente. Su elevada frecuencia tiene varias explicaciones; las principales son las siguientes: • en el recién nacido se incrementa la producción de bilirrubina debido a la importante cantidad de hemoglobina existente y a la vida más corta de los hematíes; • la bilirrubina, que circula en la sangre unida a la albúmina, puede ser desplazada de su unión en situaciones frecuentes como la acidosis o el uso de fármacos que interfieren en la unión bilirrubina-albúmina (por ejemplo, los aminoglucósidos); asimismo, la hipoalbuminemia no es excepcional en el período neonatal, sobre todo en el prematuro; • por otra parte, la actividad de la bilirrubina glucuronosiltransferasa desciende en el nacimiento y sólo se incrementa progresivamente durante las primeras semanas de vida; • por último, se ha demostrado que un regulador de la madurana ción de las células epiteliales intestinales, NCoR1, desempe˜ un papel importante en la represión de la expresión del gen UGT1A1, gen que codifica la bilirrubina glucuronosiltransferasa [1] .

 Identificar la ictericia y valorar su gravedad (Fig. 1) Clínica

 Rese˜ nas metabólicas La bilirrubina proviene de la degradación del grupo hemo que se transforma en bilirrubina gracias a reacciones enzimáticas que implican principalmente a la hemo-oxigenasa y a la biliverdina reductasa. La bilirrubina es un pigmento hidrófobo, tóxico, que circula en la sangre unida a la albúmina. La fracción de la bilirruEMC - Pediatría Volume 54 > n◦ 2 > junio 2019 http://dx.doi.org/10.1016/S1245-1789(19)42014-3

Desde el punto de vista clínico, el diagnóstico de ictericia es evidente, pero la exploración física no resulta suficiente para valorar su intensidad, ya que, por regla general, el ojo humano subestima, en ocasiones de forma importante, la intensidad y la gravedad de una ictericia cutaneomucosa [2] . La comprobación de una ictericia conjuntival se asocia con frecuencia a una hiperbilirrubinemia importante [3] , superior al percentil 95 de las tablas de Bhutani

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Ictericia del recién nacido

¿¿¿Gravedad??? - Precocidad < hora 24 - Hemólisis - Concentración (prematuridad) - Ineficacia terapéutica

Colestásica

Extrahepática Atresia de las vías biliares (se trata también de una enfermedad de las vías biliares intrahepáticas) Otros Quiste del colédoco Litiasis biliar Estenosis congénita VB Perforación VB

Figura 1.

Intrahepática Infección postnatal - E. coli, CMV, virus ECHO - Fetopatía CMV Mucoviscidosis Déficit de α1-antitripsina Otros Escasez ductular Zellweger Niemann-Pick Colangitis

Precoz Hemólisis - Incompatibilidades - Rhesus/ABO - G6PD/esferocitosis Infección Ictericia simple

Persistente Hiperproducción de bilirrubina - Hemólisis - Reabsorción de hematoma Poliglobulia Déficit de glucuroconjugación - Hipotiroidismo - Leche materna - Gilbert - Crigler-Najjar

Árbol de decisiones. Identificación de la ictericia neonatal. VB: vías biliares; CMV: citomegalovirus.

(cf infra). Se deben realizar rápidamente, de forma imperativa: palpación del hígado para valorar su consistencia y volumen, comprobar el color de las heces y de la orina. Es obligatorio descartar signos de infección, signos de hemólisis (palidez)., Se deben descartar sistemáticamente signos de repercusión neurológica (se debe prestar mucha atención a un recién nacido ictérico hipertónico). Hay que descartar situaciones de riesgo de ictericia neonatal como las incompatibilidades sanguíneas fetomaternas y la infección maternofetal. Se debe también tener en cuenta la forma de no y recordar que toda ictericia que debuta alimentación del ni˜ antes de finalizar el primer día de vida es, por definición, patológica. El uso de un bilirrubinómetro transcutáneo sirve para la detección precoz de la ictericia y el control de la evolución [4–6] . Se debe calibrar cuidadosamente el aparato y recordar que las mediciones realizadas con el bilirrubinómetro sobrestiman la intensidad de la nos de piel pigmentada. ictericia en los ni˜

Pruebas complementarias Son pocas las pruebas complementarias necesarias: grupo sanno, prueba de Coombs directa, guíneo de la madre y del ni˜ hemograma completo con reticulocitos y determinación de la bilirrubinemia total y de la albuminemia. La determinación de la relación molar bilirrubina/albúmina ofrece una buena valoración del riesgo potencial de neurotoxicidad de la bilirrubina no conjugada. Para calcular esta relación, se debe previamente convertir la albuminemia, cuyo resultado se ofrece habitualmente en gramos por litro (g/l), en micromoles por litro (␮mol/l) (factor de conversión 14,49). En el recién nacido a término, cuando la relación bilirrubina/albúmina es inferior al 70%, los riesgos de neurotoxicinables. dad de la bilirrubina no conjugada son bajos, incluso desde˜ Sin embargo, en la práctica corriente, no todos los centros utilizan esta relación. Cuando la situación es grave y siempre que técnicamente sea posible (laboratorio de referencia), las determinaciones de la bilirrubina intraeritrocítica y de la bilirrubina no unida a la

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No colestásica

albúmina son medidas importantes que deben tenerse en cuenta en las decisiones terapéuticas. Por último, si el contexto es sugerente, se deben realizar tomas de muestras para estudio bacteriológico.

Factores de riesgo de gravedad de la ictericia Es importante conocer bien estos factores, que con frecuencia permiten anticipar la posible gravedad de una ictericia neonatal [6, 7] . Se trata esencialmente de la prematuridad, de la existencia de antecedentes familiares de hemólisis neonatal, de un traumatismo obstétrico, de una hipoxia fetal aguda con acidosis, de un antecedente familiar conocido de hiperbilirrubinemia y de la aparición de la ictericia en las primeras 24 horas de vida. Por último, algunos fármacos susceptibles de desplazar la bilirrubina de su unión a la albúmina pueden incrementar la ictericia (aminoglucósidos). Asimismo, el ayuno contribuye a empeorar la ictericia en un recién nacido (aumento de la producción de bilirrubina por estimulación de la actividad de la hemo-oxigenasa, aumento de la actividad del ciclo enterohepático y, en consecuencia, de la reabsorción de la bilirrubina debido al enlentecimiento del tránsito intestinal).

Tablas Hace algunos a˜ nos, la reaparición de casos de ictericia nuclear en Estados Unidos condujo a la creación de un registro nacional y a la elaboración de tablas que permiten valorar el riesgo de desarrollar este tipo de complicación en el recién nacido ictérico [3, 8] . Se deben emplear estas tablas para extraer las conclusiones necesarias para el tratamiento de los recién nacidos, particularmente en el momento del alta de la maternidad (Fig. 2). Se han validado aplicaciones disponibles en smartphone para ayudar y guiar este tratamiento [9] . En Francia, se han redactado reglas de buenas prácticas para el tratamiento de la ictericia del recién nacido de término superior a 35 semanas [10] . Por último, EMC - Pediatría

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Conducta práctica

425

Percentil 99

Bilirrubina sérica (µmol/l)

340

Fototerapia intensiva BTC > 3,4 µmol/l/h

255

ada

Sc

B les

tro

Con C

/BT

BS

F yE

a cad

24

Percentil 75

as hor

Percentil 40 s

a cad BTC

170

Percentil 95

s ora 2h 1 6

48

a hor

Seguimiento clínico con o sin BTC en las 48 posteriores al alta

85 BTC cada 8-12 horas 0 0

12

24

36

48

60

72

84

96

108

120

Figura 2. Ictericia neonatal. Aplicación de las tablas de seguimiento de la hiperbilirrubinemia neonatal en función de la edad del recién nacido y la definición de las zonas de riesgo (según [5] ). BTC: bilirrubina transcutánea; BTP: bilirrubina total plasmática; EF: exploración física.

está claramente demostrado que la aplicación de un protocolo adaptado permite ingresos hospitalarios más cortos y reducción de los gastos [11] .

“ Punto fundamental • En las hiperbilirrubinemias no conjugadas neonatales, los riesgos de ictericia nuclear no han desaparecido. Se deben conocer los factores de gravedad. • La determinación de la relación molar bilirrubina/albúmina constituye un método sencillo y fiable para garantizar la ausencia en el ni˜ no de neurotoxicidad de la bilirrubina. • Es necesario el uso de tablas apropiadas para un tratamiento óptimo. • Se han redactado reglas de buenas prácticas.

 Causas de las ictericias neonatales Colestasis neonatales Se debe sugerir el diagnóstico de colestasis cuando las heces aparezcan acólicas, parcial o totalmente, la orina sea oscura y se detecte hepatomegalia en la exploración física. El prurito, signo frecuente en las colestasis, no suele aparecer antes de los 4-6 meses de vida. Las colestasis son relativamente infrecuentes en el período neonatal, pero en el caso de que aparezcan, es urgente pensar en la atresia biliar, ya que el tratamiento quirúrgico de esta afectación debe realizarse lo más rápidamente posible [12, 13] . De entrada, se no debido al riesgo hemorrágico debe inyectar vitamina K al ni˜ EMC - Pediatría

que conlleva una colestasis (causa de un defecto de absorción de las vitaminas liposolubles como la vitamina K). En caso de duda, no debe ser remitido a un centro de referencia con el fin de el ni˜ someterse rápido a exploraciones adaptadas.

Anomalías de las vías biliares Atresia biliar Afecta aproximadamente a uno de cada 10.000 recién nacidos. nos con atresia biliar nacen habitualmente a término, con Los ni˜ peso y talla normales. La colestasis aparece en los días siguientes al nacimiento. Se observan heces acólicas, orina oscura e hígado grande y de consistencia dura. Se debe sugerir este diagnóstico de no a equipos forma sistemática y se debe remitir rápidamente al ni˜ especializados, médicos y quirúrgicos. La intervención de Kasaï (hepatoportoenterostomía) sólo será realmente eficaz si se realiza antes de la sexta semana de vida. Cuando la intervención no desaparece, el color de las heces se es exitosa, la ictericia del ni˜ normaliza y aparecen episodios de colangitis, salvo en los casos en los que la vesícula biliar ha sido incluida en la técnica quirúrgica. Si el diagnóstico es demasiado tardío y/o la intervención quirúrgica fracasa, el cuadro evoluciona irremediablemente hacia la cirrosis y, posteriormente será necesario un trasplante hepático en no [12, 13] . el ni˜ Otras anomalías de las vías biliares Pueden aparecer en el período neonatal y, en ocasiones, se han podido observar en las ecografías antenatales. Se trata de quistes en el colédoco, litiasis biliares, estenosis congénita de la convergencia de los conductos hepáticos. La ecografía sirve de gran ayuda para establecer el diagnóstico. El tratamiento es quirúrgico, y el pronóstico es mejor que en el caso de la atresia de las vías biliares.

En las infecciones urinarias por Escherichia coli Puede aparecer una colestasis, y el tratamiento antibiótico constituye entonces una urgencia médica debido al gran riesgo de insuficiencia hepatocelular. Asimismo, una infección por

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citomegalovirus, por virus de Epstein-Barr o por virus ECHO (Enteric Cytopathogenic Human Orphan), puede provocar una colestasis grave en el período neonatal.

Colestasis intrahepáticas Síndrome de Alagille o escasez ductular sindrómica Es un síndrome polimalformativo que asocia, además de colestasis, dismorfia facial, con frecuencia leve (mentón y frente prominentes), persistencia de un embriotoxón posterior en el examen oftalmoscópico con lámpara de hendidura, vértebras dorsales en «alas de mariposa» en las radiografías, presencia de cardiopatía de tipo estenosis más o menos grave de las ramas de la arteria pulmonar [14, 15] . En el plano hepático, la colestasis está ligada a vías biliares de número y calibre insuficientes. Esta colestasis provoca prurito, en ocasiones intenso, mientras que la ictericia puede ser mucho menos marcada. Este síndrome se transmite de forma autosómica dominante, con una gran variabilidad de expresividad clínica, incluso en el seno de una misma fratría. El pronóstico hepático es relativamente favorable, y entre el 10-15% de los casos aproximadamente evoluciona hacia la cirrosis. En el plano genético, se produce el síndrome de Alagille por la presencia de mutaciones del gen Jag1 (localizado en 20p12) o del gen Notch2 (localizado en 1p12), pero no existe correlación alguna entre el genotipo por una parte y el fenotipo por otra [16] . Existen todavía casos en los que no se ha podido identificar el gen implicado. Escaseces ductales no sindrómicas Pueden también provocar una colestasis neonatal. Pueden estar relacionadas con un déficit de ␣1-antitripsina, una rubéola congénita o una trisomía 21. Otras causas de colestasis intrahepática Deben conocerse [17] : déficit de ␣1-antitripsina (diagnóstico establecido por la ausencia de pico de ␣1-globulina en el trazado de electroforesis de las proteínas plasmáticas, la determinación ponderal de la ␣1-antitripsina, y la identificación de la mutación en causa en el gen que codifica la ␣1-antitripsina). La mucoviscidosis es también una causa de colestasis intrahepática neonatal (detección precoz neonatal en Francia mediante la determinación de la tripsina inmunorreactiva y, en caso de positividad, estudio molecular del gen CFTR). Otras enfermedades más infrecuentes pueden estar implicadas, como las enfermedades por sobrecarga (Niemann-Pick), el síndrome de Zellweger, colestasis recidivantes familiares y colangitis esclerosantes. Por último, una colestasis neonatal prolongada puede complicar una hipoxemia perinatal hepática grave o una nutrición parenteral prolongada. Un grupo de expertos internacionales ha redactado reglas de buenas prácticas para valorar la ictericia colestásica en el lactante [17] .

“ Punto fundamental • En una colestasis neonatal (orina oscura, heces acólicas, hepatomegalia), se debe sugerir de forma sistemática, ante todo, el diagnóstico de atresia biliar. • Hay que tener en cuenta la administración de vitamina K por vía parenteral. • Se debe contactar sin demora con un centro de referencia.

Hiperbilirrubinemias no conjugadas Son mucho menos frecuentes que las colestasis y, esquemáticamente, se pueden diferenciar las ictericias precoces de las ictericias prolongadas. Se dice que una ictericia es prolongada en el recién nacido a término cuando persiste más allá del décimo día de vida.

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Ictericias precoces Ictericia simple Es la situación más frecuente. Afecta al 30-50% de los ni˜ nos normales. Aparece en el segundo o tercer día de vida, se presenta aislada y es de intensidad moderada. Desaparece hacia el quinto o sexto día de vida. Puede durar más tiempo y ser más intensa en el recién nacido prematuro. Ictericias ligadas a las hemólisis neonatales Con frecuencia, la ictericia aparece antes de las primeras 24 horas de vida. Desde el punto de vista clínico, se constata hepatoesplenomegalia (hepatomegalia ligada a la persistencia de una hematopoyesis extramedular, esplenomegalia debido a la hemólisis intraesplénica), palidez y empeoramiento en ocasiones rápido de la ictericia. Las heces son de color normal, la orina habitualmente es clara, excepto en los recién nacidos con hemólisis brusca. En el plano biológico, se observa anemia, eritroblastosis e hiperreticulocitosis. En estos casos, el riesgo de ictericia grave con afectación neurológica (ictericia nuclear) es relativamente importante. Existen trabajos centrados en el futuro de las ictericias neonatales graves y se han propuesto explicaciones para la aparición de una ictericia nuclear [18–20] . En primer lugar, se deben tener en cuenta las incompatibilidades sanguíneas fetomaternas. Cada vez se observa con menor frecuencia la incompatibilidad Rhesus: prueba de Coombs positiva, de tipo inmunoglobulina G, ictericia intensa y riesgo importante en ausencia de tratamiento. La prevención es el tratamiento de elección, que debe recomendarse a toda mujer Rhesus-negativa mediante la administración sistemática de gammaglobulinas anti-D en las 48 horas siguientes a un parto o en cualquier otro acto médico durante el embarazo (amniocentesis, biopsia de trofoblasto, etc.). En la actualidad, las demás hemólisis son más frecuentes, y se suele tratar de una incompatibilidad en el sistema ABO, la madre de grupo O y el recién nacido de grupo A o B. En este caso, la hemólisis puede manifestarse en el primer nacimiento. Es menos grave y menos precoz que la hemólisis observada en la incompatibilidad Rhesus. Con frecuencia la prueba de Coombs es negativa. no debe ser revisado al mes de vida, edad Imperativamente, el ni˜ en que la anemia alcanza su nivel máximo (se debe valorar clínicamente la tolerabilidad de la anemia, observando cómo bebe no, ya que un ni˜ no que tolera mal su anemia tiende a ahoel ni˜ garse y por lo tanto bebe lentamente, y controlando la curva de peso). Las hemólisis constitucionales, en particular las enzimopatías del eritrocito (déficit de G6PD) y las enfermedades de la membrana del eritrocito (esferocitosis hereditaria) pueden aparecer en el período neonatal. El déficit de G6PD es frecuente y se debe sugerir su diagnóstico en todos los recién nacidos ictéricos de origen africano o cuyas familias sean originarias de la cuenca mediterránea. La esferocitosis hereditaria provoca signos clínicos y biológicos idénticos, pero el origen geográfico de las familias es distinto (familias caucásicas). El diagnóstico de enfermedad de la membrana del eritrocito, en particular de una esferocitosis hereditaria, puede establecerse ante la existencia de antecedentes familiares (hay que elaborar de forma sistemática un árbol geneano y/o de sus lógico) y mediante el estudio de los eritrocitos del ni˜ padres por ectacitometría. La asociación de una enzimopatía o de una esferocitosis hereditaria a una enfermedad de Gilbert incrementa el riesgo de aparición de ictericia y, si se observa ictericia, su intensidad es habitualmente mayor, y su duración, más prolongada. Las hemoglobinopatías (drepanocitosis, talasemia) no se manifiestan en el recién nacido y no provocan, en este período de la vida, una hiperbilirrubinemia no conjugada. Por último, no se debe olvidar que cualquier infección neonatal, narse de una hipervírica, bacteriana o parasitaria, puede acompa˜ hemólisis que provoca una hiperbilirrubinemia no conjugada. Se debe recordar la importancia de detectar signos de infección en todo recién nacido ictérico y prescribir, ante la menor duda, un tratamiento adaptado. EMC - Pediatría

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Ictericias prolongadas Hiperproducción de bilirrubina Ocurre cuando una hemólisis neonatal persiste a partir del décimo día de vida, cuando un cefalohematoma y/o hematomas ligados a un traumatismo obstétrico continúan en vías de reabsorción. Déficit transitorio de la captación, del transporte y de la conjugación de la bilirrubina Es por ejemplo el caso de la ictericia por leche materna. Apanos amamantados. Aparece hacia el rece en cerca del 3% de los ni˜ quinto o sexto día de vida. Es una ictericia moderada y aislada, de no siga mamando. varias semanas de duración mientras que el ni˜ Desaparece en unos días si se interrumpe la lactancia. Es totalmente benigna y no requiere ninguna medida terapéutica, una vez establecido el diagnóstico de certeza [21] . Antes de confirmar el diagnóstico de ictericia por leche materna, se debe por lo tanto descartar cualquier otra causa. Al parecer, la ictericia por leche materna es más frecuente si la madre ha presentado una subida de la leche precoz y abundante. Se debe desechar la antigua recomendación de calentar la leche materna a 56 ◦ C durante 10 minutos no. Una vez confirmado el diagnóstico, se antes de ofrecerla al ni˜ puede continuar la lactancia con total tranquilidad, sin el menor no. riesgo neurológico para el ni˜ Hipotiroidismo congénito Afecta aproximadamente a uno de cada 4.000 ni˜ nos en Francia. De forma sistemática se realiza una detección precoz. Habitualmente, la ictericia no se presenta aislada: se observan otros signos de hipotiroidismo (bradicardia, hipotermia, enlentecimiento del tránsito). Una vez establecido el diagnóstico, la ictericia desaparece en unos días tras iniciar el tratamiento hormonal sustitutivo. Déficits constitucionales de la glucuroconjugación de la bilirrubina Incluyen la enfermedad de Gilbert y la enfermedad de CriglerNajjar. La enfermedad de Gilbert es muy frecuente, totalmente benigna. Está ligada a un déficit parcial de la actividad de la bilirrubina glucuronosil-transferasa. Su incidencia clínica oscila entre el 5-8% de la población. Parece estar establecido que la enfermedad de Gilbert, por sí sola, no puede provocar una ictericia na un importante papel como neonatal. Por el contrario, desempe˜ cofactor precipitante del desarrollo de la ictericia neonatal en el recién nacido a término, al favorecer la persistencia de la ictericia más allá del plazo habitual, aumentando el riesgo de ictericia intensa en el recién nacido con una hemólisis constitucional. nos, se puede establecer el diagnóstico moleDesde hace varios a˜ cular de la enfermedad de Gilbert en laboratorio (se puede realizar en 0,5-1 ml de sangre). Permite, en los casos difíciles y/o dudosos, confirmar, de forma poco costosa, la existencia de una enfermedad benigna [22] . Los estudios moleculares han confirmado que la enfermedad de Gilbert se transmite de forma autosómica recena a la siva. Se debe también recordar que la ictericia que acompa˜ estenosis hipertrófica de píloro es una manifestación precoz de la enfermedad de Gilbert. La enfermedad de Crigler-Najjar es muy infrecuente, ya que se estima que afecta aproximadamente a uno de cada 1.000.000 de ni˜ nos. Se transmite de forma autosómica recesiva. Habitualmente la ictericia neonatal es precoz, muy intensa, y la mayoría de los ni˜ nos requiere una o incluso varias exanguinotransfusiones. Se diferencian dos tipos de enfermedad en función de que el tratamiento inductor con fenobarbital sea ineficaz o no (tipo I y tipo II, nos con enfermedad de tipo II deben ser respectivamente); los ni˜ nos con enfermetratados con fenobarbital de por vida. En los ni˜ dad de tipo I, el riesgo de ictericia nuclear es mayor, a cualquier edad de la vida (incluido a la edad adulta), mientras no se aplique un tratamiento radical. Se debe pensar en el diagnóstico de enfermedad de Crigler-Najjar en estos casos bien determinados, sobre todo en el caso bastante frecuente de que los padres sean consanguíneos. En la actualidad es posible, gracias a la identificación de las bases moleculares de la enfermedad, confirmar el diagnóstico mediante un estudio genético [22, 23] . La heterogeneidad alélica es importante, pero existen efectos fundadores, como por ejemplo EMC - Pediatría

en Túnez [24] . La biopsia hepática con objetivo diagnóstico ya no está indicada. El tratamiento se basa en la fototerapia, asociada en caso necesario a quelantes de la bilirrubina. El trasplante hepático sigue siendo el único tratamiento radical de esta enfermedad. Existen proyectos de terapia génica muy avanzados (la rata Gunn, modelo animal de la enfermedad que pudo ser curada gracias a distintos tratamientos de transferencia de genes empleando varios tipos de vectores virales), y en 2018 fue incluido por primera vez un paciente en un ensayo clínico europeo.

“ Punto fundamental • Las hiperbilirrubinemias no conjugadas son frecuentes. Existe el riesgo de ictericia nuclear. • Las causas principales son la ictericia simple, la infección, las hemólisis neonatales constitucionales (enzimopatías del eritrocito, enfermedad de la membrana eritrocítica) y la ictericia por leche materna.

 Conclusión La ictericia neonatal sigue siendo una afectación frecuente. Se debe con mucha frecuencia a las hiperbilirrubinemias no conjugadas. Habitualmente, se trata de una ictericia simple autolimitada. Sin embargo, no hay que olvidar que algunos diagnósticos deben establecerse con carácter urgente, debido al riesgo de neurotoxicidad de la bilirrubina o a la urgencia quirúrgica que puedan suponer.

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E – 4-002-R-30  Diagnóstico de ictericia del recién nacido

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Si desea saber más www.chu-rouen.fr/ssf/./ictereneonatal.html.

P. Labrune ([email protected]). P. Trioche-Eberschweiler. V. Gajdos. Centre de référence des maladies héréditaires du métabolisme hépatique, Service de pédiatrie, Hôpital Antoine-Béclère, Hôpitaux universitaires Paris Sud, AP–HP, 157, rue de la Porte-de-Trivaux, BP 405, 92141 Clamart, France. Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Labrune P, Trioche-Eberschweiler P, Gajdos V. Diagnóstico de ictericia del recién nacido. EMC - Pediatría 2019;54(2):1-6 [Artículo E – 4-002-R-30].

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