46 Control del Dolor
11/5/04
CONTROL
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DEL
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DOLOR
Los catéteres epidurales subcutáneos en el tratamiento del dolor oncológico Apófisis espinosa
YVONNE D’ARCY, CRNP, CNS, MS Espacio epidural
Médula espinal Cuerpo vertebral
PREGUNTA: Uno de mis pacientes con cáncer lleva un catéter epidural subcutáneo para el control del dolor. Sé que los catéteres epidurales se pueden utilizar para el control del dolor durante el período postoperatorio, pero, ¿cómo se usan para controlar el dolor causado por el cáncer? RESPUESTA: Los catéteres epidurales se pueden usar como medida analgésica en los casos en que los demás métodos para el control del dolor son insuficientes o mal tolerados, y también cuando el mejor enfoque para controlar el dolor es un abordaje multimodal. Los pacientes oncológicos pueden necesitar los catéteres epidurales durante períodos prolongados de tiempo tanto durante su hospitalización como cuando son dados de alta a su domicilio. El anestesista coloca un catéter epidural, lo sitúa bajo la piel y lejos de la columna vertebral, y cubre la zona del catéter con un apósito adhesivo limpio. El catéter y el equipo quedan fijados de manera segura en la espalda del paciente. La perfusión de la medicación analgésica se realiza mediante una bomba. ¿Qué fármacos se utilizan para el alivio del dolor?
La solución administrada a través del catéter epidural puede contener varios medicamentos, generalmente un anestésico local, como la bupivacaína, y un opiáceo, como el fentanilo o la morfina. Para el dolor de origen neuropático se puede usar un anestésico local de manera aislada o en combinación con alguna otra medicación adyuvante, como la clonidina. Todos los medicamentos administrados por vía epidural deben carecer de sustancias conservantes para evitar la lesión de los tejidos y los fluidos del sistema nervioso. Una vez que ha desaparecido el dolor, el médico realiza ajustes periódicos de la dosis para mantener el control del dolor. Si el paciente está alcanzando una dosis baja del anestésico local, debe ser capaz de mover sus piernas. Sin embargo, con 46 Nursing 2004, Volumen 22, Número 5
equipo, se debe utilizar una solución de povidona para limpiar los conectores y unas tijeras estériles para recortar el catéter. No se debe utilizar una solución alcohólica para limpiar el equipo o los conectores debido a que el alcohol es neurotóxico. La sonda conectada a la bomba se debe cambiar cada 72 h, o según lo especificado en el protocolo de cada hospital. Problemas cuando el paciente está en casa
dosis más elevadas el movimiento de las piernas o el mantenimiento de la bipedestación son imposibles. Se pueden producir cuadros de retención de orina, especialmente cuando se utilizan dosis elevadas de un anestésico local. Es necesario realizar un estricto seguimiento de la diuresis; el paciente puede requerir una sonda vesical permanente. Aspectos importantes del cuidado del catéter
La zona del catéter epidural se debe valorar en cada turno, o diariamente cuando el paciente ya está en su casa. El apósito debe estar intacto, sin signos de hemorragia o de extravasación de la solución. La zona de inserción del catéter no debe estar enrojecida ni tumefacta, y el personal de enfermería debe descartar la presencia de un drenaje purulento o de cualquier otro signo de infección. La observación de sangre roja brillante o de líquido bajo el apósito, junto con una pérdida del control del dolor, puede indicar un desplazamiento del catéter o bien alguna forma de traumatismo tisular. Si la enfermera observa cualquiera de estos problemas, debe avisar inmediatamente al médico. Para prevenir las infecciones, el sistema debe mantenerse intacto, con el menor número posible de roturas o conexiones. Se debe aplicar una técnica estéril para cambiar el apósito si aparece sucio o con los bordes revertidos. Si el catéter se desconeta del
Si el paciente utiliza una bomba epidural en su hogar, ésta debe estar programada para aportar una perfusión continua. El dispositivo debe tener una opción de administración de embolada controlada por el paciente, que le permita a ésta administrarse una dosis extra de medicación si lo considera necesario. Hay que comprobar que tanto el paciente como la persona que le cuida saben utilizar la bomba y resolver los problemas que puedan aparecer. Por ejemplo, si el catéter queda desconectado es necesario cubrir con una gasa estéril la zona de inserción y avisar al centro de atención primaria para que le ayude a conseguir un método alternativo de control del dolor. Muchos centros de salud que se ocupan de los pacientes que requieren perfusión en su domicilio ofrecen atención telefónica durante las 24 h para ayudar a las familias a manejar los problemas. El paciente y su familia deben saber que tienen que avisar al médico en caso de que aparezcan signos y síntomas de toxicidad a causa del anestésico local, como entumecimiento, palpitaciones, acúfenos o convulsiones. El personal de enfermería debe ofrecer esta información al paciente y a las personas que le cuidan, así como los números de teléfono de los servicios a los que hay que avisar cuando aparecen problemas con la bomba de perfusión. N Yvonne D’Arcy es profesional de enfermería especializada en control del dolor y en cuidados paliativos en el Suburban Hospital de Bethesda, Md.