Reflexiones sobre el humor en la relación de cuidado

Reflexiones sobre el humor en la relación de cuidado

Enferm Clin. 2013;23(5):238---239 www.elsevier.es/enfermeriaclinica CARTA AL DIRECTOR Reflexiones sobre el humor en la relación de cuidado Reflections...

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Enferm Clin. 2013;23(5):238---239

www.elsevier.es/enfermeriaclinica

CARTA AL DIRECTOR Reflexiones sobre el humor en la relación de cuidado Reflections on humour in the care relationship Sr. Director: Todos sabemos que la risa y el humor son aspectos universales de la experiencia humana, que el humor tiene un papel sustancial en un gran número de funciones, emocionales, cognitivas y sociales. Pero, ¿nos permitimos usarlo en la relación con los pacientes y con el equipo sanitario1,2 ? ¿Quiénes de nosotros sonríen cuando otros sonríen? ¿Quiénes de nosotros se ríen cuando otros ríen? ¿Quiénes de nosotros se entristecen cuando ven a sus cercanos llorar? Reflexionen un momento; así son las emociones, van y vienen, cambian, se intensifican o se minimizan, pero no desaparecen, siempre se transmiten. Hecho la mirada atrás, han sido más de 9 a˜ nos de experiencia laboral en oncología. Si me preguntas si ha sido duro, te respondería que a veces sí; si me preguntas si ha sido gratificante, sin dudarlo, mucho. ¡Solo se puede aprender de la vida viviendo! Pienso en las personas con las que he trabajado y pienso en aquellas con las que deseo trabajar. Son aquellas que me hacen sentir bien acogida y tienen un componente común: además de ser buenos profesionales y contribuir a que me sienta segura en mi trabajo, me hacen reír, me divierto con ellas, me sacan una sonrisa fácilmente, me alegran la vida. . . Con ellas puedo bromear y «bailar 10 segundos en el cuarto de medicación», si se daba el caso, marcando un descanso, un tiempo muerto, un momento de desconexión, sin más. Ese es un componente del humor, genera un estado emocional positivo que te permite tomar distancia y relativizar, proporcionando alivio emocional1 . ¿Acaso no hay momentos frustrantes en el trabajo? ¿Acaso no es duro trabajar en un hospital? En este contexto clínico, el sentido del humor puede ser un excelente instrumento de adaptación para los profesionales, quienes intentan conservar la preocupación por los pacientes, pero a la vez protegerse a sí mismos1 . Pienso en los pacientes. Tenían algo especial, tal vez por la gravedad y cronicidad ---en muchos casos de su enfermedad−, tal vez por la temprana edad, o tal vez porque para ellos una sonrisa valía más que mil palabras. A veces no hace falta hablar, ni justificar con razonamientos

diversas cosas que ya conocen. A veces solo hace falta mirar, estar, acompa˜ nar. Otras veces es necesario ir más allá. Todo empieza cuando llamas a la persona por su nombre, aquel con el que se sienten identificados, con el que les gustaría que nos dirigiéramos, un apelativo, tal vez. Y todo se agranda, se magnifica si le a˜ nades, además, una sonrisa: todo un gesto de proximidad, de empatía, de apertura a la comunicación. Comunicación en sí misma. He tenido la suerte y la oportunidad de cooperar en Etiopía trabajando con ni˜ nos y ni˜ nas que diariamente se levantan sin saber si podrán o no comer ese día, sin zapatos que ponerse, luchando constantemente por su supervivencia y sorprendentemente para muchos de nosotros sin dejar de sonreír. ¡Creo que he visto las sonrisas más puras de toda mi vida! He aprendido que las sonrisas rompen barreras de incomunicación no solo cuando tu idioma y tu cultura es la misma, sino también cuando esta es muy diferente. El humor «sano» contribuye a las relaciones humanas y a la solidaridad. Son muchas las veces en las que el humor me ha ayudado a tomar un respiro en el dolor emocional. Supone un cambio de perspectiva, una nueva manera desde la que mirar. Una habilidad que nos ayuda a conocer las necesidades de aquel que tenemos delante, a mejorar su bienestar3 . El sentido del humor es una actitud flexible y positiva ante la vida, que conecta a las personas, lo que puede constituir una herramienta de gran utilidad tanto con los pacientes como con los compa˜ neros de equipo. Estos y aquellos me han ense˜ nado que el humor mueve monta˜ nas, me han ense˜ nado a expresarme sin necesidad de hablar, a conocerles desde las diferencias ---de cultura, de lengua, de estado de salud, de vidas---. Me han ense˜ nado que el entendimiento no depende de la comunicación verbal, sino de las ganas de comunicar, a través de otros medios: de no rehusar la mirada, de sonreír, de tocar, en definitiva, de compartir de igual a igual, desde el más profundo respeto y humanidad3,4 .

Conflicto de intereses La autoría de este trabajo declara no tener conflicto de intereses en la publicación de este trabajo.

Agradecimientos A los pacientes de oncología médica. A M. Luisa Beotegui, Julia Cita y Nuria Triguero, por ser mis fieles compa˜ neras. A

na, S.L. Todos los derechos reservados. 1130-8621/$ – see front matter © 2013 Elsevier Espa˜ http://dx.doi.org/10.1016/j.enfcli.2013.07.007

CARTA AL DIRECTOR la dirección de Enfermería del Hospital Universitario Ramón y Cajal.

Bibliografía 1. Tizón JL. El humor en la relación asistencial. Barcelona: Herder; 2005. 2. Carbelo B. El humor en la relación con el paciente. Barcelona: Masson; 2008. 3. Spilzinger LA. El uso del humor en la terapia. Psicoanálisis APdeBA. 2002;24:587---96.

239 4. Frankl VE. El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder; 1991.

Ana Rodríguez-Gonzalo ∗ Supervisora de Investigación, Departamento de Docencia, Investigación y Calidad, Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid, Espa˜ na ∗

Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected]